Capitulo 5:

La rechoncha mujer de estatura baja se paseaba por la habitación con un constante gesto de desagrado en su rostro aplastado.

El hecho de que sus cachetes cayeran de forma semejante a los de un bulldog, no ayudaba en nada a la mujer.

Tampoco era algo que le importara demasiado a Freyha, después de todo, odiaba a aquella profesora desde hacía mucho tiempo atrás.

Su desagrado se remontaba al primer llamado negativo de atención que la mujer profirió contra la loba gris, desde entonces, aquella profesora había desarrollado especial deleite en castigarla, enviarla a dirección o incluso humillarla frente a los demás.

Y está vez no fue la excepción.

Para desgracia de la loba gris, Zeth y su hermana compartían clases de matemáticas con ella.

A Freyha le fue imposible apartar su mirada color sol del chico de cabello negro sentado dos bancos por delante de ella.

Nadie la podría culpar, después de todo aquello era por lejos más interesante y atractivo que escuchar las explicaciones numéricas salidas de la aguda voz de la profesora.

Sin embargo esto fue un error.

La achanchada profesora de rostro de bulldog no pasó por alto la oportunidad de humillarla al notar su especial interés en el chico nuevo.

—Crescent ¿Quieres pasar al frente a explicar lo que acabo de decir?—ronroneó la mujer con una sonrisa malvada—¿O acaso estabas distraída con el señor Zeth Herald?.

Herald. 

Freyha no se detuvo a pensar en el apellido de aquel atractivo chico, no mientras la mitad de la clase giraba hacia ella al tiempo que sentía como sus mejillas comenzaban a arder por vergüenza.

«Maldita vieja del diablo, no te daré el gozo de ponerme en ridículo esta vez» 

—Con gusto aclararé las dudas que dejó profesora—ronroneó Freyha poniéndose de pie, sin tener la más pálida idea de que iba a hacer.

La mirada cargada de odio que le dedicó la profesora fue casi infernal, sin embargo, no volvió a emitir sonido alguno hasta que la loba gris llegó al frente del salón, con todos sus compañeros observandola.

Una persona normal no se habría atrevido a desafiar a la docente, pero ella no era normal, tenía una ventaja por sobre los demás, sus habilidades licántropas.

Tomando una larga y profunda respiración, casi imperceptible para todos los presentes, Freyha reunió la fuerza y concentración que necesitaba para efectuar la convocación de "dones", tal como los solía llamar Skol.

Sintió un leve picor en los ojos, antes de adquirir la visión de lobo, siendo capaz de ver a varios kilómetros de distancia o incluso centrar su mirada en un objeto para aumentar su definición de forma considerable.

Lo mejor de aquella habilidad, era que nadie notaba que la poseía o incluso la estaba utilizando.

Nadie a excepción de otro lobo.

Haciendo uso de su visión mejorada, Freyha leyó la toma de nota de Dalila, la mejor alumna de aquella clase.

—Estaba hablando de ecuaciones polinómicas y como despejar "X" a la hora de graficar—ronroneó la loba, agradeciendo por la claridad del título de Dalila mientras seguía leyendo, fingiendo hablar a la multitud—Una vez separado en términos resolvemos lo que se encuentre dentro del paréntesis para luego resolver lo de el exterior…

—Mal, te quedas después de clases—siseó la profesora venenosa de cólera.

Freyha alsó las cejas en lo alto de su frente sorprendida por haberse confundido, mientras sus mejillas se sonrojaron levemente.

—¡No es justo, dijo todo a la perfección!—se quejó Rohan indignado.

La profesora roto su robusto cuello, ancho como el tronco de un roble, mientras descargaba su mirada iracundo en su amigo.

—Esto no es una democracia. Dije que estuvo mal y esa es la decisión final, ahora cierra tu boca o también te quedarás después de clases—gruñó el jabalí que llamaba profesora.

Rohan le lanzó una mirada gris tormenta que prometía volver a hacer arder a Troya, pero Freyha clavó sus ojos en los de él intentando atraer su atención.

«No vale la pena» dijo ella a través de sus ojos.

Y para su sorpresa, el mensaje fue recibido por su amigo.

El muchacho de cabello castaño apartó su mirada de la profesora, y relajó levemente los músculos tensos de su espalda, sin embargo su mandíbula seguía oprimida.

Al menos había sido un progreso.

—A tu lugar—escupió el jabalí, notando que la tormenta en los ojos de Rohan no le daría pelea.

Soltando un largo y profundo suspiro, Freyha aceptó el cambio, volviendo su visión a la normalidad al tiempo que comenzaba a caminar hacia su lugar.

Sin embargo, no necesito de esta para notar la media sonrisa tímida que Zeth le dedicó al pasar a su lado. Tampoco pudo ignorar la mirada cargada de odio y celos con la que Hera la observaba, ante ella Freyha no era más que una asquerosa cucaracha.

Aún así, a la loba gris poco le importaba aquello, después de todo se había ganado una sonrisa del atractivo chico nuevo.

~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~••~•~•~•~•~•~•~•~

—Creo que no le caes muy bien a la profesora—dijo una sensual voz masculina a sus espaldas.

Aquellas palabras tomaron por sorpresa a Freyha, quien creía estar completamente sola en el salón.

Dando un pequeño sobresalto, soltó los borradores que intentaba limpiar, y se dió media vuelta de forma veloz.

Solo para encontrarse con la hermosa mirada color verde esmeralda de Zeth, quien la observaba con algo de culpa.

—¿Te asusté? Lo lamento, no era mi intención—se apresuró a decir él, inclinándose para recoger el borrador y entregárselo.

—No pasa nada, es solo que creí estar sola—respondió ella, intentando calmar el tamborillante palpitar de su corazón.

Con una sonrisa nerviosa en sus labios carnosos, Freyha tomó el borrador que Zeth le entregaba, rozando levemente sus dedos con los de él, maravilladose otra vez por la suavidad y fuerza que tenía en estas.

«¿Cómo sería si el...» 

La loba cortó aquel pensamiento antes de que este se manifestara en su mente, al parecer dominada por las hormonas.

—¿Necesitas ayuda?—preguntó él deslizando sus manos en el interior de sus bolsillos.

—No, la profesora prefiere verme miserable en soledad—bromeó ella, intentando alejar la incomodidad que sentía—¿Tu hermana no te espera para marcharse?.

Aquella sutil pregunta para conocer el paradero de la aterradora hermana del chico fue fríamente calculada, después de todo, Freyha no podía negar que sentía vibras muy extrañas provenientes de ella.

—Es una lástima, me habría gustado ayudarte—respondió él con una casual media sonrisa torcida que lo hacía lucir aún más guapo de lo que era—Hera tenía asuntos que atender, se marchó sola.

Aquella última respuesta sonó especialmente cortante, quizás ambos hermanos habían discutido o verdaderamente tenían algún asunto demasiado privado que realizar. Cualquiera fuera el motivo, era evidente que él no quería hablar de eso o su hermana, lo cual le agrado a la loba.

—¿Te quedarás mucho más tiempo?—preguntó Zeth siguiendo los movimientos de Freyha con su penetrante mirada color esmeralda.

—Se supone que debo quedarme una hora más, pero suelo irme cuando llegan mis hermanos a buscarme—respondió ella pasando un mechón suelto de su cabello castaño detrás de su oreja.

—¡Oh! Que lástima, me habría gustado volver caminando contigo y conocer un poco más este pueblo—susurró el atractivo chico algo avergonzado, mientras mordisqueaba su labio inferior.

—Si quieres te puedo hacer un tour el próximo fin de semana—respondió sin pensarlo Freyha y al instante sus mejillas adquirieron un color rojo fuego.

Acababa de invitar a una cita a un completo extraño. Guapo, pero un extraño de igual manera.

Era evidente que sus hormonas estaban como locas en su presencia.

—Me encantaría…¿nos encontramos aquí a las 16:00 el sábado? Es decir no aquí… me refiero a la entrada de la escuela—dijo él con nerviosismo trabándose en cada palabra y haciendo demasiados gestos con las manos.

Al menos era evidente que ella no era la única nerviosa.

—Hola...—ronroneó la burlona voz de Hat.

Tanto Freyha como Zeth retrocedieron un paso hacia atrás, alejándose el uno del otro, como si estuvieran haciendo algo mal.

Parados en el umbral de la puerta, Skol, Hat y Fenryr los observaban sin perder  un segundo de sus movimientos.

—Hermanos… déjenme presentarles a Zeth Herald, un compañero nuevo—respondió Freyha nerviosa.

La chica evitó mirar en dirección hacia Hat, quien de seguro le estaría lanzando miradas cómplices de doble sentido.

Por el contrario, observó a la voz de la razón y sensatez atravesar la puerta, aproximándose a ellos con mirada benévola.

—Un gusto conocerte Zeth, yo soy Skol, este es Hat, y el...—comenzó a explicar con paciencia y habilidad el hermano de oro.

Sin embargo, fue el chico de ojos color ónix quien irrumpió en la habitación lanzandole miradas lascivas cargadas de odio, en un intento por intimidar a Zeth, quien interrumpió a Skol.

—Y yo soy Fenryr MoonBeam, no soy su hermano… solo para aclarar esa pequeña confusión—atacó el chico con un filo inusual en su tono.

—Claro que no eres su hermano, los tres comparten un atractivo particular que tú no tienes—comenzó a decir Zeth, dirigiendo una especial mirada a Freyha—Me refiero al color de ojos.

Al instante las mejillas coloradas de la loba gris ardieron en llamas, incapaz de decir cualquier palabra por haber olvidado como hacerlo, solo permaneció de pie, luchando por recordar cómo respirar mientras caía en su profunda mirada color esmeralda.

—Bueno, creo que debo marcharme… fue un gusto conocerlos a todos—comenzó a decir Zeth mientras sus pasos comenzaban a guiarlo hacia la puerta, sin embargo se detuvo en el umbral para lanzarle una mirada a ella—Nos vemos el sábado Freyha Crescent.

Una vez la última palabra fue pronunciada, el chica de sedoso cabello negro como la noche, salió de la habitación.

Aquello fue una suerte, ya que las mejillas de Freyha se inundaron aún más de color, si acaso aquello era siquiera posible.

—¿Qué fue todo eso?—dijo apresurado Hat con una enorme sonrisa en su rostro—¿Acaso tienes una cita?.

—¿Qué? Claro que no… bueno, no lo creo ¿No?—preguntó ella mordisqueando su labio inferior, dirigiendo la mirada color sol entre los tres chicos frente a ella.

—A mí me sonó a una cita—respondió Skol lanzándole una sonrisa especial.

Incapaz de contener la emoción, ella también soltó la sonrisa que intentaba esconder.

—No me agrada, tiene algo raro—escupió Fenryr de mal humor cruzando sus fuertes brazos sobre su pecho.

Sin decir una sola palabra más, el chico de cabello color oro y ojos negros como el ónix dió media vuelta, saliendo del salón.

Dejando atrás a los tres hermanos.

—¿Y a este que mosca le picó?—dijo Freyha con desconcierto en su tono.

Skol y Hat, muy al tanto de lo que estaba ocurriendo se limitaron a cruzar miradas veloces como rayos, después de todo no necesitaban mucho más para entenderse.

—Quizás está cansado… ¿Vamos a casa?—respondió Hat forzando una sonrisa en su rostro.

Una mentira a medias, después de todo, el cansancio que cargaba Fenryr era en su corazón ante la presencia de un amor no solo no correspondido, también invisible ante sus ojos.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo