Capitulo 3

Entró por la puerta de mi casa casi azotándola, me recargo en ella soltando un suspiro.    

─¿Que te sucede? ─escucho la voz de Olivia, levantó la vista y la veo con la mirada fija en mi. ─ Luci, ¿estas bien, acaso viste un fantasma? ─me pregunta algo preocupada.    

─Estoy bien ─le digo, pero no se ve convencida.   

─Luci... ¿Que sucede?, que no me tienes confianza ¿Porque llegaste así casi corriendo y algo asustada? —ella como siempre preocupándose por mi.    

─No es nada... Ya sabes... Es Liam... ─le digo en voz baja para que no me escuchen los mostrillos. ─Ya sabes lo de siempre. ─vuelvo a suspirar cansada.    

─Mi querida niña, que te puedo decir que no te haya dicho ya y no quieras escucharlo ─hace un gesto con sus labios hacia un lado ─Mi cariño, ¿por qué no le das ya una oportunidad? deja que el tiempo lo decida, que todo fluya y que solito se vaya dando, pero tu eres la que tiene que elegir que es lo mejor para ti.  

─¿Ya hemos hablado de esto, y no puedo hacerlo ─le digo mientras camino hacia la sala para dejar mis cosas ─¿Y los mostrillos? ─me voy hacia la cocina para preparar la comida.    

─Están con Ray, en su habitación. Ya sabes que mientras tu no estas ellos no se despegan de él, y como Ray venía cansado lo fui a recostar a su cama ─me dice sonriendo.    

─Gracias, muchas gracias, sin ti no sé qué haría, eres más nuestra madre tú, que la verdadera. Y hablando de ella, ¿no sabes si ya llego? ─le pregunto    

─Sabes bien que no tienes nada que agradecer, lo hago porque los amo y ustedes son mi familia, aunque no tengan mi sangre ustedes son como mis hijos. Y sobre Ana no se si ya este en su habitación, yo digo que sí porque escuche a ese tipo discutiendo y me imagino que era con ella.    

Mi madre siempre hace eso, llega en las mañanas cuando yo no estoy y en la noche se vuelve a ir ¿a donde? quien sabe a donde, otras veces no llega en todo el día hasta en la noche, y cuando llega va y se encierra en su habitación, así es siempre, rara vez pasa la noche aquí. También está su pareja, el mantenido, holgazán, insoportable de Richard. No soy de odiar a las personas pero a él no lo soporto, el es la mayor causa de todos los males de Ana, lo único bueno que han hecho es a mi pequeña Amy, si ese desgraciado es el padre de Amy, todos creíamos que también lo era de Mateo, yo aun lo creo porque tiene algo de parecido a él, solo que mi niño es muy bueno y guapo, él lo ha negado ya que en ese tiempo mi madre anduvo con varios hombres a la vez y él siempre dice que no es de él, pero Ana le dice que si, ya ni se que pensar, lo que más me preocupa es Mateo, aunque no lo demuestre se que todo esto le lástima cuando los escucha discutir sobre ese asunto.    

Llegan corriendo mis pequeños y me abrazan, me agachó y les doy un beso a cada uno.    

─Ya está lista la comida, a lavarse las manos y después se vienen a sentar ─les digo.  

—¡Si!, a que no me alcanzas Mat ─dice Amy, y salen corriendo.    

Escucho la puerta de la habitación de Ana, (¡ay no!), ya viene ese hombre a molestar.    

─¡Por fin! ─dice el holgazán gritando, cuando llega n lado y se queda de pie junto a la mesa —Ya era hora de que te pusieras hacer algo útil, en vez de andar de zorra ─ dice con despreció remarcando lo último. Se a deber dado cuenta que Liam venía conmigo, ha deber estado vigilando como en otras anteriores veces.    

─¡Qué te pasa! ─le responde Olivia levantando la voz ─Esto que ves aquí ─señala la comida ─Es para los niños. ¡No para ti mantenido, infeliz!, Y no te insulto bien porque no quiero que me escuchen los pequeños.   

─¡Y tu que te metes! solterona amargada, vete a buscar un viejo que te aguante, ve hacer tu vida y deja de meterte en la vida de otros, como siempre vieja metiche ─le responde el mantenido.   

─¡Mira hijo de tu!... ─ la detengo sujetándola del brazo antes de que se le eche encima, esa mujer es capaz de hacerlo.    

─Ya Olivia, déjalo así, es cuento de nunca acabar con él . Ya lo sabes, no se porque dejas que te saque de tus casillas ─la sigo agarrando del brazo.  

─Es que no puedo dejar que se salga con la suya, no va a venir y sentarse como si nada y comer de esta comida, que a ti te han costado mucho trabajo trae, para alimentar a esos pequeños. Y esa es la obligación de este tipo y de esa mujer ─lo señala a él y luego hacia la habitación de mi madre ─No puedo quedarme viendo y cruzarme de brazos, mientras se aprovechan de ti.    

─Lo sé, lo sé. Pero no ganamos nada discutiendo con ellos, como quiera cuando me vaya, él se sale con la suya y se alimenta de lo que les dejo a mis hermanos. Sabes que con él no se puede. ─digo suspirando, cansada de esta situación.    

─¡Ya cállate!, eres una inútil, ni siquiera sirves para cocinar buena comida, ¿que es eso?, sopa de lentejas, ¡que asco! ─ dice el Richard    

─Mejor, sirve que no comas y se lo dejes a los niños ─responde Olivia    

─Como siempre defendiendo a esta inútil, a ver si la sigues defendiendo cuando salga embarazada por andar de ¡zorra!  ─me grita casi cercas de mi cara, pasa por mi lado, saliendo después por la puerta de la casa.    

Yo solo agachó la cabeza, no me importan sus palabras, si no que ya estoy harta, de él, de esta situación, de todo esto que mi madre nos ha dado de vida. Yo ya soy mayor de edad me podría ir, pero por su puesto nunca abandonaría a mis hermanos, ellos me necesitan, soy lo único que tienen, y por ellos es que me duele y aguanto todo esto...    

Me siento a comer con mis pequeños y con Olivia. Después de terminar, ella se despide y se va. Ella tiene su vida y obligaciones, de echó, aprovecha su hora de comida para ir por mis hermanos a su escuela y estar un rato con ellos mientras yo llego. A veces se queda con nosotros a comer y otras veces no, ya que a veces tiene que regresar antes a su trabajo. Ella trabaja como asistente en un despacho muy grande de abogados, entro ahí desde que empezó a informarse para lo de las adopciones, y también porque estudio derecho.    

Yo la admiro es muy inteligente y también muy buena para discutir.    

Mis hermanitos se quedan solos un tiempo, entre los dos cuidan de Ray y de ellos mismos, la vecina viene a darles vuelta, ella tiene una copia de llaves que yo le entregue, ella me ayuda y yo así le doy algo de dinero, no es mucho pero es un apoyo. Dice que no es necesario pero yo se lo doy para que a complete para sus medicamentos ya que es diabética y son muy costosos. Solo tiene un hijo, y vive con ella, él ya es adulto pero con él ni cuenta mucho ya que anda en malos pasos. No es una mala persona sólo que se fue por el camino fácil, Olivia le dice cosas y yo lo defiendo, ella me regaña diciendo que yo siempre les veo lado bueno a las personas que son malas y que no se merecen nada.  

Amy y Mat saben bien que si algo pasa pueden correr a pedir ayuda a la Sra. Martha nuestra vecina, ella tiene el número telefónico de donde trabajo por cualquier cosa.  

Voy a la habitación de Ray y me despido de los pequeños, primero checo si nada les falta y que estén bien, después les doy un beso a cada uno.    

Salgo y los encierro en la habitación, siempre es así, los tres se quedan ahí, les dejo bebidas y aperitivos, la habitación cuenta con baño y no es necesario que salgan de ella si alguno quiere usar el inodoro. Los dejo encerrados por su bienestar, no hay lugar en la casa mas seguro que ahí, ya que Richard y mi madre de repente andar por ahí por la casa y temo que les hagan daño. Ya pasó con Mateo una vez y no pienso correr el riesgo otra vez, a demás a veces se agarran a discutir e insultarse, y como también se drogan no quiero que mis niños los vean.    

Me subo al bus, de aquí hago mas de media hora en llegar a mi trabajo, la entrada es de 3:30 pm y salgo a las 10:30 pm, a esa hora ya no hay bus, solo taxis, pero como no puedo gastar en uno, me hacen el favor de traerme, Lexia ella es mi compañera de trabajo y mi una buena amiga. Ella se ofreció a llevarme a casa todas las noches al salir yo le dije que no era necesario pero ella insistió e insistió diciendo que le quedaba de pasada, la verdad es que no vive muy retirado de donde yo vivo, ella también vive en un barrio pobre pero un poco más adelante del mío, se hubiera ofrecido a pasar por mi también pero eso no se puede ya que ella trabaja 12 horas y entra más temprano que yo.   

Al llegar a la parada bajó del bus y cruzó la calle, camino como seis calles ya que el bus no entra para ese rumbo. Es una zona vip se podría decir, con establecimientos lujosos, tiendas, parqués, restaurantes y mucho más, para personas de dinero. Yo trabajo en esa zona en un restaurante de más prestigio y lujoso, trabajo ahí porque las propinas son muy buenas y son las que me ayudan a mantener a mi familia, ya que mi salario no es muy alto por ser mesera.    

Llegó, y pasó por el estacionamiento y saludo al chico del valet parking, Zack así se llama, agitó mi mano en el aire y sonriendo, siempre lo hago y él me regresa el saludo. Es muy amable.    

Entró por la puerta que esta aun lado del restaurante, es la entrada del personal, voy y checo mi entrada y me voy a mi casillero que está en la sala de descanso del personal, saco mi ropa doblada y planchada que traía en mi mochila, es una falda larga negra, me llega abajo de las rodillas, blusa blanca de manga corta, algo ajustada, ya que no había talla más grande, soy talla S y me dieron una XS un poco más chica de mi talla, iba encargar otra pero me la iban a descontar completo de mi sueldo y como es muy costosa mejor lo deje así, el calzado es cómodo y bajito, también es negro, puedo decir que ese uniforme cuesta más que la ropa que compro para mi uso diario. La ventaja es que cuando entre a trabajar aquí  me dieron dos uniformes y me lo descontaron de poco a poco y ellos mismos nos lo intercambian cada mes por otro nuevo y solo pagas la mitad del precio, el problema es que es al contado, y si quiero alguno extra ese seria pago completo y también al contado, por eso mejor me quedo con los que tengo. El cabello debe ser bien peinado hacia atrás, me termino de alistar ya vengo peinada, igual me reviso otra vez no vaya hacer que me llamen la atención, ya que hay que estar muy bien presentable en este restaurante, que es de alto prestigio. Salgo y me voy poniendo mi mandil que va en la cintura, paso por la cocina y saludo al chef y a sus ayudantes.    

─Buenas tardes, John     

─Buenas tardes, Chicos ─les digo    

─Buenas tardes, Luci ─dice John él chef, un buen y gran amigo, los chicos repiten lo mismo ─¡Hey! ¿Qué tal estuvo el Risotto? ─pregunta.    

─Más tarde te cuento, regreso de rato. Adiós ─le digo, y él asiente, y salgo de la cocina.    

Paso por los pasillos y veo a otros compañeros meseros ir y venir, los saludo, unos me responden el saludo otros no, ya que algunas de esas son meseras y no les caigo bien, ¿por qué? Ni yo lo se. Yo no me meto con nadie, aún así las saludo, llego al mostrador donde esta la caja y agarro mis cosas, es mi block de notas, un marcador, bolígrafo, y la charola donde coloco el ticket al entregar a los clientes. Saludo a la cajera, ella no respondió mi saludo solo hace un mal gesto, ella es una de esas personas que no les caigo bien, bueno como dice Lex, "Es la líder del clan" pero yo no les hago caso.    

Guardo las cosas en mis bolsillos del mandil y me dirijo a mi área, es donde me toca a mi entender, son como 10 mesas a quien nos toca en cada área. El restaurante es grandísimo y somos varios meseros, más los reemplazos que te cubren cuando vas al baño o cuando se llena el restaurante, y cuando te toca un reemplazo compartes algunas de tus propinas, normalmente los reemplazos son meseros que doblan turno, hacen horas extras, llego a mi área saludo a mi reemplazo ella ya va de salida.    

Veo a Lex a lo lejos, tiene mucho trabajo. Aún no me ha visto, aprovecho para ponerme a trabajar ya que esa chica siempre me entretiene contándome chismes de los demás compañeros, ya le he dicho que no me interesan.    

Atiendo mis mesas son como seis las que están ocupadas, no es mucho el trabajo hoy, estoy limpiando una mesa que acaban desocupar unos clientes, cuando llega un compañero y me dice que me manda a llamar Flor.    

Florencia es la gerente del restaurante, ella es una Sra. como de unos cincuenta años más o menos, lleva casi toda su vida trabajando para los Howard en sus restaurantes, así se apellida mi jefa y dueña de este y muchos otros más restaurantes, Leticia Howard ella es la dueña, pero su hija Lindsay es la que lo administra y se encarga de la mayor parte de este y de otro restaurante pero el otro es un poco mas chico. Son muy buenas jefas, conmigo siempre se han portado bien.     

Me dirijo hacia el mostrador de la cajera, ahí se encuentra Flor hablando con Daisy, la cajera. Llego y saludo con un "Buenas tardes" Flor voltea y me ve.    

─Buen día, Luci ─me dice sonriendo, mientras Daisy hace un gesto de asco como siempre.   

─¿Me llamaste? ─le preguntó.  

─Si, ven conmigo a la oficina, Lindsay quiere hablar contigo de algo importante ─no dice nada más y yo me quedo sorprendida y alarmada, (¿me irá a correr?) me pregunto en mi mente.    

Antes de darme vuelta veo a Daisy sonreír de oreja a oreja, ella ha de saber algo.    

No le tomó más importancia y sigo a Flor que camina hacia la oficina de Lindsay. Cuando llegamos toca la puerta y escuchamos un " adelante" y pasamos, saludo con un " Buen día" y ella me responde igual, después me invita a sentar y comienza a hablar.    

─Luci, te he mandado a llamar porque ocupo de tu ayuda, urgentemente ─me dice mientras acomoda una medio torre de documentos, después de voltear a verme.   

─¿Mi... Ayuda? —le pregunto confundida ─No entiendo.    

─Si, mira te explico. Lo que pasa es que últimamente las cuentas no me dan bien, por más que reviso estos documentos y las cifras no dan con lo acordado, siento que falta dinero, o yo estoy haciendo mal los cálculos, o no se. Y como mi madre me dijo que tu estás estudiando economía y empresas, me imagino que has de saber administrar y sacar cálculos altos, ya que mi madre y yo no confiamos en nadie más. Y ya que creo que nuestro contador nos está robando, pero ocupo tener pruebas, y para eso necesito que me salgan bien los cálculos, ¿estarías dispuesta ayudarme? ─me pregunta mientras me ve.    

Yo me quedo sorprendida por su petición, no creí que para algo así me llamaran, ya hasta me había asustado. Entiendo su desconfianza por algunos problemitas que habido aquí mismo, y se que a mi me tienen mucha confianza ya que llevan trabajando aquí por tres años y nunca han tenido quejas mías, y la Sra. Lety sabe que estudió en una buena Universidad, sabe de mis buenas calificaciones ya que una vez nos escuchó platicando de eso a Lex y a mí, aparte de que Flor le contó otras cosas más positivas. Flor es de las pocas personas que me conoce muy bien.    

─Claro que sí, yo te ayudo, solo que... —hago pausa, ¿como le digo que no puedo quedarme muy tarde? por mis hermanos. Ella me interrumpe antes de que diga otra cosa.    

─ Si, no te preocupes se te pagara una parte mas, a parte de tu sueldo y claro no te esclavizare, te lo prometo —se pone la mano en el pecho en forma de promesa.    

─No me refería a eso, yo lo que quería preguntar es que ¿si puedo salir a la misma hora? ya que no puedo llegar muy tarde a mi casa.   

─ No te preocupes por eso, solo será un momento unas 2 o 3 horas y las usaremos en el horario de trabajo, mientras alguien te reemplaza —me dice.    

─Esta bien, ¿cuando quieres que comencemos?    

─Si quieres y puedes, ahorita mismo, entre más rápido lo hagamos pronto resolveremos esto, igual si no acabamos hoy, podemos seguirle mañana y pasado mañana hasta que terminemos con todo ─señala la medio torre de documentos.   

Nos ponemos a trabajar y el tiempo se va volando, llega la hora de mi descanso y Lindsay me dice que vaya y lo tomé, que ahí me estará esperando ya que acabe mis 20 minutos sagrados. Voy a la cocina y me acerco a John, él chef. Es un hombre como de entre 38 o 40 años, se me ha olvidado preguntarle su edad, es alto, no mucho, ya que le llegó como a la barbilla, su cabello es castaño entre canoso y sus ojos son castaño claros, su piel es algo bronceada, es un buen tipo, un buen amigo, él y Flor son de mis amistades adultas. Han preguntado que como puedo tener amigos muy grandes si son aburridos, y yo les respondo a mis compañeros que en la amistad y en el amor no importa la edad, mientras te sientas cómodo con esas personas. Siempre he pensado de esa forma, además me gusta mas platicar y convivir con personas mas adultas que con jóvenes de mi edad, que solo hablan de fiestas, borracheras, chicos o chicas y de todas esas cosas. Con John platicó de comidas, recetas que él me comparte, de vinos, y todo lo relacionado a eso.    

─¿Ahora si me vas a decir que tal estuvo el Risotto? ─me pregunta cuando me acerco a él.   

─¡De maravilla!, como todo lo que haces. Eres el mejor ─le digo sonriendo.    

─De tanto que me lo dices me lo voy a creer. ¿Y a tus hermanitos les gusto la tarta de chocolate que les mande?   

─Estaban más que contentos. Sabes que todo lo que haces a ellos les encanta, chefcito ─le digo en burla, así le dice mi Amy, no lo conoce en persona, pero yo les platico a ellos, de él, y gracias a él mis hermanos tienen postres casi seguido y cenas deliciosas.   

─Bueno, te creo, hoy te guarde spaghetti a la boloñesa, para que los lleves. Y para que comas ahorita te guarde medallones y para Lexi, ─él siempre hace eso, él es el causante de que yo ya haya probado de casi todo tipo de platillos.   

─Gracias, John —me acerca el platillo, (que rico huele) y se que a de estar delicioso como siempre.   

Veo a Lex, entrar y se acerca y me abraza.   

─Hola, hola ─dice y se sienta a mi lado  —Mmm eso tiene buena pinta, ¿y el mío? John, sé que Luci es tu mesera favorita por eso le sirves primero, pero yo también muero de hambre ─hace movimientos exagerados de drama.    

─Ella llegó más primero que tu, y recuerda que solo tienen 20 minutos, no puede estar esperando ─dice John.   

─¡Ni me lo digas! el tiempo se va volando mientras descanso, y mientras trabajo se va lento como tortuga ─contesta Lex mientras come de su plato que John le entregó ─¡Hey! ¿Porque hasta ahorita te voy viendo, donde te habías metido? —me pregunta.   

─Yo... Estaba ocupada, trabajando con Lindsay ─le respondo mientras sigo comiendo.    

─¿Qué, en serio? ¿con Lindsay?, ¿que hacías con ella? ─comienza con su interrogatorio casi atragantándose con su comida, John se voltea y me ve.   

─Sí, me pidió un favor y la estoy ayudando ─contestó.    

─Con razón, cuando fui a caja, Daisy estaba hablando con algunas de las otras de su nido de víboras, sobre que te había llamado hablar Lindsay para despedirte, decían mientras se reían, ¡yo no le tome importancia ya que son solo chismes que hacen ellas ─frunce el ceño ─¡Pero me van a oír esas víboras!    

─Déjalo, no te metas en problemas, por favor. Déjalas que hablen todo lo que quieran, como quiera no se desharán muy fácil de mi, como ellas pensaban.    

─Si cierto, tienes razón. Eso les dará más coraje y yo me reiré en sus caras ─dice Lex contenta.    

Seguimos platicando mientras comíamos, termine mi comida fui a lavar el plato y los cubiertos que utilice, le agradecí la comida y felicite a John por excelente platillo, después me despedí de él. Antes de que me fuera me dijo que regresara a la hora de salida, para entregarme la cena que les envía a mis hermanos.   

Regreso a la oficina de Lindsay y seguimos con lo que estábamos antes, pasa las horas y terminamos, aún me quedan un par de horas y le digo que regresare a mi trabajo, y ella me detiene al preguntarme algo.   

─Luci, ¿crees que puedas venir el sábado también?, sería solo trabajar en esto, ya que nos va a llevar varios días en resolver todo ─señala los documentos.   

─Lo siento, no puedo, este sábado es mi último día de mi otro trabajo, solo puedo después de las seis y a esa hora ya no estas aquí ─respondo.   

─No sabía que tenías otro trabajo, que trabajadora eres Luci, ─me dice ─Te puedo esperar y irme mas tarde, pero no te quiero presionar, quizás tengas más cosas que hacer después de salir de tu otro trabajo.   

─No, no hay problema, en cuanto termine mi trabajo con los Cooks me echó a correr rumbo acá.   

─¿Los Cooks? —me pregunta ─¿De qué trabajas con ellos?.   

─Si los Cooks, cuido de su abuela, soy su enfermera, bueno dejaré de serlo después del sábado ─le digo.  

─Que bien, no me refiero a que te quedes sin tu otro trabajo, sino porque me vengo enterando que eres enfermera, no lo sabía, ─esta sorprendida ─¿No te gustaría seguir trabajando de eso?, pero cuidando a otra persona ─me pregunta.   

─¿Cómo dices? ─yo también me sorprendí, ¿me está ofreciendo otro trabajo?   

─Si, mira conozco a alguien que anda buscando alguien de confianza y con experiencia para que cuiden de su hijo, ¿no te gustaría? ─suena bien, y aunque quería descansar por un tiempo, se que no debo, necesito mas el dinero que el descanso. ─Mira aun no me respondas, deja le comento esto a mi primo, es él que anda buscando, y cuando me tenga alguna respuesta te lo hago saber. ─asiento con la cabeza.   

Nos ponemos de acuerdo para que yo venga el sábado a seguir ayudándole, y después regreso a mi trabajo.   

Llega la noche y checo mi salida, antes de irme me dirijo con John y me entrega la comida en un recipiente, Lex, está esperando en la salida. Llegó hacia ella y nos encaminamos hacia su auto, así me lleva todas las noches de regreso a mi casa.   

Llegamos y me despido de ella con un beso en la mejilla. Entro a casa y me dirijo a la habitación de Ray, veo a Mateo acostado hacia los pies de, Amy está acostada abrazando a mi angelito, por un lado. Mis niños siempre que llego me los encuentro así, siempre unidos, cuidándose entre ellos, los acomodo en la cama siguiente. Les gusta dormir en la misma habitación.   

Me voy a mi habitación y me doy un baño rápido ya que tengo que estudiar un poco, porque aún seguirán los exámenes toda esta semana que viene. Salgo de bañarme, claro lo principal le pongo seguro a mi puerta como a la de mis hermanos al salir. Traigo llaves de todo.   

Saco mis libros de mi vieja mochila y cae una hoja doblada, la abro y veo que es el formulario para la inscripción de la beca que me comentó Jennifer. ¿Qué hago?, ¿la lleno o no?, ¿tomó esa beca?   

No se que hacer, no me gusta abusar, aunque se que necesito el dinero.   

Bueno la llenare. Ya mañana decido si se la llevó a Jennifer o no.   

La lleno y la guardó de nuevo en mi mochila, después me pongo a estudiar hasta donde mis ojos aguanten.  

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