Capítulo 8

Regresamos a la ciudad al caer la tarde, Matt nos llevo a Ale y a mí directamente al apartamento, estábamos exhaustas, mas yo por el ejercicio que hice el día anterior y mi cuerpo estaba algo adolorido. Paso un mes desde aquel fin de semana, no había visto a Mattew desde esa noche que nos dejó en casa, pero no le tomé mucha importancia, estaba enfocada en mi trabajo.

Ale y yo nos encontramos saliendo del trabajo una noche, yo iba hablando con ella tranquilamente cuando de repente se para en seco y me detiene tomandome por un brazo, la veo sorprendida por tal acto, así que la mire y ella me hece señas para que volteara hacia el frente, cuando lo hice abrí mis ojos de la impresión, allí se encontraba Mattew recostado en su carro con una ramos de rosas rojas sobre el capo, estaba con los brazos cruzados y me mira con una sonrisa.

—¿Que esperas amiga? Acercate —me dice Ale en tono bajo.

—Pero...

—Pero nada, anda allá —dice dándome un pequeño empujón.

—Pero, que se yo si viene por alguien más, además ¿y tu?

—Ey Abby —escucho que me llama Matt en ese momento, sentí como mis nervios subían por mi espina dorsal en ese momento, tanto tiempo sin oír su voz y ahora que la escucho siento como me invade una alegría en mi pecho que ni yo misma sabria explicar el motivo.

—Ves que si viene por ti, anda, yo te espero en casa.

—Ok, nos veremos allá —me despido de mi amiga y me dirijo hacia donde se encuentra Matt— hola Mattew ¿como estas? —pregunto con una sonrisa tratando de calmarme, no quería que el notara lo nerviosa que estaba.

—Hola hermosa —me da un beso en la mejilla— estoy bien.

—¿Y eso? ¿Que haces por aquí?

—Vine a verte —toma el ramo de rosas y me las entrega— son para ti.

—Oh vaya, son muy hermosas —le digo mientras tomo el ramo— gracias.

—Traje rosas porque no sabía que tipo de flores te gustan y como a todas las mujeres le encantan las rosas rojas, bueno decidí traerte estas.

—Oh, si, me encantan las rosas —le digo sonriendo— bueno en realidad me gustan todo tipo de flores.

—Me alegra que te hayan gustado, ¿nos vamos?

—¿A donde vamos? —pregunto curiosa.

—Es una sorpresa —dice mientras me abre la puerta del carro, yo entro.

Íbamos por el camino en silencio, Matt estaba muy concentrado en la vía, por un momento voltee y lo vi que iba con una ligera sonrisa, transcurrieron como unos quince minutos cuando veo que Matt se estaciona en un restaurante muy lujoso, en ese momento mis nervios comenzaron a aflorar de nuevo, era la primera vez que me traían a un lugar tan hermoso, Mattew se baja y en seguida da la vuelta para abrir la puerta del carro.

—Ya llegamos —me dice y me tiende una mano, yo la tomo y bajo.

—¿Y eso? ¿por qué me traes a este lugar?

El no me respondió, entramos al lugar, creí que nos sentiríamos en una de las mesas, pero le sorprendí al ver que seguimos y subimos unas escalera, subimos hasta llegar al balcón, me sorprendí cuando vi una mesa, pero mas me sorprendí cuando vi que solo había una mesa.

—¿Por que pones esa cara? —pregunta Matt al ver la expresión en mi rostro.

—Pues... Este —mis palabras no salían, estaba muy nerviosa, no sabía porque me encontraba en ese estado— es que solo hay una silla.

—No sabía que eras tan detallista —me dice soltando una pequeña risa— aunque es mas que evidente.

—Pues si, no entiendo —digo riendo— pensé que habría una mesa para dos.

—Esa era la sorpresa que quería mostrarte —se acerca y me toma de los hombros mientras esta detrás de mi y me voltea— ¿ves esa cocina? Esta noche yo prepararé tu cena.

—Matt no... 

—Ssshhh, solo disfruta esta noche —me dice en un susurro— aprovecha que no hago esto todos los días —dice mientras camina hacia la pequeña cocina que se encontraba en el lugar— y tampoco lo hago por cualquiera.

Yo me senté en la mesa mientras observaba como Mattew cocinaba, se le veía muy alegre y se notaba que lo sabia hacer muy bien, mientras el cocinaba hablamos de diversas temas, cosas comunes, como gustos, hobbies.

—Ey, hablando aqui como los locos —le digo riendo— ¿donde estuviste todos estos días?

—Viaje de negocios, tenemos un problema en uno de mis negocios y tuve que irme de imprevisto.

—Ah ok ¿y Luisa donde la dejaste?

—Como la abuela iba a estar todos estos días en la ciudad, aproveche para que la cuidara ¿sabes? Me hizo mucha falta mi niña, y me sorprendí cuando llegue al ver lo que había crecido en tan solo un mes, cuando me vio se lanzo a mis brazos.

—¡Que lindo! —digo— si me imagino que estaba emocionada por verte, de seguro te extraño muchísimo.

—Si, y lo mas probable es que tenga que irme de viaje de nuevo, aun no solucionamos el problema por el cual me fui.

—Oh que mal, otra vez se van a tener que separar.

—Si, pero en cuando resuelva todo, me vendré tranquilo y seguiré con ella.

Mattew termino de cocinar y sirvió la mesa, el se quedó de pie mientras me observaba probar el plato.

—Matt busca una silla, no quiero cenar sola —le digo deteniéndome antes de probar el plato.

—No, esto lo hice para ti.

—Pero... Si no lo haces entonces no comeré, no es justo que después que hayas hecho todo no comas, además no me voy a comer todo esto yo sola.

—Pero si no es mucho.

—¿No será que estas experimentando y solo quieres que le de el visto bueno a tu comida? ¿Tan malo cocinas? —digo bromeando.

—Ok —dice resiganadose y bajó, regresó con una silla y se sentó en la mesa.

—Ahora si —me dice ya después de servir su comida— ya verás que no estas en lo cierto.

Al probar la comida me quedé muy impresionada, de verdad sabía cocinar muy bien, tenia un sabor exquisito, no quería dejar de comer, pero no podía comportarme como si hubiera pasado cinco días sin probar bocado, así que me contuve y observé como en su rostro tenia una sonrisa plasmada

—¿Aun piensas que no cocino bien? —me pregunta.

—Nunca dije eso —le respondí apenada— no pongas palabras en mi boca.

—Dame tu mejor critica entonces.

—Bueno, si te quedó bien, pero no es para tanto —le miento.

—¿Sabias que no sabes mentir? —me dice sonriendo.

—¿Mentir yo? —le digo llevando una de mis manos hacia mi pecho.

—Acabas de hacerlo.

—Bueno, si te quedo muy rica la comida, se me hace agua la boca —digo riendo.

Cenamos y continuamos hablando el resto de la velada, recogí los platos y los llevé hacia la cocina, Matt se retiro por un momento, me dijo que iria al baño, me dispuse a lavar los platos, no soy de dejarlos sucios, prefiero ordenar de una vez y dejar todo impecable, cuando voltee vi a Mattew en la mesa con una gran sonrisa y un pastel, me quede con la boca abierta, estaba muy impresionada.

—Feliz cumpleaños —me dice.

—¿Todo esto fue por mi cumpleaños? —pregunto acercándome hacia el.

—Pues si, no podía pasar por alto —me abraza.

—¿y como te enteraste de que hoy era mi cumpleaños? —pregunto confundida, nunca le dije cuando cumplía años.

—Tengo mis fuentes —me mira y me sonríe.

Matt me contó cumpleaños y comimos torta, después hablamos otro rato mas hasta que se hicieron las doce de la noche y Mattew me llevo a casa, pase una noche agradable, me sentí tan bien al lado de Mattew, nunca me había sentido así en mi vida, creo que me estaba empezando a enamorar, aunque me daba un poco de miedo, no sabia si el siente lo mismo por mi, por ahora lo tendré como amigo, no me atrevería a decirle que me gusta, soy muy penosa con respecto a estas cosas.

—Bueno, espero que te haya gustado la sorpresa —me dice Matt mientras se recostaba en el capo de su carro mientras se encontraba estacionado en frente del edificio en donde vivía.

—¿que si me gusto? ¡me encanto! —le respondo— gracias.

Nos despedido y el se fue, yo me dirigí hacia adentro y me fui directo a mi apartamento, entre con cuidado para no despertar a mi amiga. 

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