8. PEQUEÑA ENTROMETIDA

Austin

3  de Junio  2017

9:30  am

Estaba en la cafetería con los chicos, estos últimos días habíamos estado frecuentando fiestas, amanecía en camas desconocidas con chicas diferentes, me metía en peleas por diversión, todos estos días me había desestrezado a mí manera. Cada día que pasaba aumentaba más la dosis de los narcóticos, por lo que se estaban terminando... sólo me quedaban unos pocos y eso me ponía los pelos de punta pero tenía suficiente para unos días más, ya me las arreglaría para conseguir más de esa porquería porque joder, lo necesitaba. Estábamos desayunando algo asqueroso, a los chicos parecía gustarles por que comían como si no existiera un mañana.

— Andrew ¿vas a comerte eso?

— Si Travis, ¿Tú vas a comerte el tuyo?

— Claro que sí. — le lanza un trozo de pan en la frente.

— Dime qué no has hecho eso — Travis esbozó una sonrisa maligna y respondió

— ¿Hacer qué? ¿Esto? — le lanza una cantidad bastante grande de la desagradable papilla que nos sirvieron.

Andrew limpió sus gafas y respondió

— Con qué esas tenemos ¿no? — Le lanza la bandeja en los pantalones.

— ¡GUERRA DE COMIDAAA!

Y así empezaron a lanzarse todo lo que tenían, menudos idiotas. Sí, esto me causaba risa, la verdad es que me estaba riendo a carcajadas hasta qué parte de esa asquerosa comida cayó sobre mi chaqueta de cuero.

— Oh oh. — abrieron mucho los ojos.

— Yo los mató.

Estaban a punto de correr cuándo los tome a ambos por la parte trasera de sus cuellos. Iba a hacerlos comerse lo que había en la mesa cuándo de pronto escuché

— AUSTIN SMITH.

Giré mi vista en dirección a la voz y lo qué vi me dejó helado, era la Barbie y m****a, no había notado cuán linda era, ya los golpes en su cara no estaban, era preciosa y no lo había identificado hasta ahora, lo increíble qué se ve su cuerpo embutido en ese vestido, sus ojos verdes, su cabello brillante caía a ambos lados de su cara, llegando mucho más allá de su cintura en unas perfectas ondas naturales ¿qué rayos pasa conmigo? ¿Perfectas ondas naturales? ¿Destello precioso? Qué m****a. Sí, era linda y eso no iba a negarlo pero no le daba el poder de desestabilizarme a nadie.

Así que actúe como si su mera presencia no me afectará en lo más mínimo. Solté a los idiotas, limpié mi chaqueta y me levanté.

— ¿Qué haces aquí Barbie?

Ella me miró como si quisiera matarme, estaba furiosa y eso me gustaba... ¿pero qué coño? ¿De dónde salen estás cosas?

— Austin ¿Quién es este bombón?

Travis se limpió la ropa y se acercó a Maddison, mucho más de lo qué me gustaría y no sé por qué pero me molestaba, no lo quería cerca de ella. Iba a intervenir cuándo ella abrió su boca sin dejar de mirarme.

— Vuelve a acercarte a mí de esa forma y voy a hacerte estéril.

Travis levantó sus manos en rendición y se alejó de ella.

— Vale vale linda, sólo quería presentarme. Mi nombre es Travis y ¿tú eres?..

— La chica qué va a patearte si no dejas de mirarme el trasero.

Increíble, esto hacía qué llamará mucho más mi atención. Sonreí de forma inconsciente en su dirección, esta vez habló con más ímpetu.

— Austin, a tu habitación ¡ahora!

Dios mío, si se tratará de alguien qué no me causará ni mínima importancia la habría mandado al mismísimo infierno, pero verla de ése modo me ponía, en serio. Seguí sonriendo cómo un imbécil.

— ¿ah sí? ¿Y qué se supone qué haremos en mi habitación?

Puso una mueca de desagrado.

— ¡¿en serio estás preguntándome eso?! Me has ignorado por tres semanas imbécil ¿qué demonios pasa contigo? Sólo intentó ayudarte.

Vale; ya sé que la había ignorado pero en otra instancia me parecía insoportable, ahora... digamos qué era mucho más interesante.

— A mi habitación entonces. — Ella había seguido mis pasos hasta que la llamé — Barbie. — se detuvo de golpe.

— Austin no estoy de humor para tu estupidez, deja de llamarme de ése modo y compórtate cómo un puto adulto, pareces un crío.

El siguiente acto me dejó frío, entrelazo sus brazos debajo de su pecho en un intento de lucir furiosa pero la verdad es que subía sus bonitos pechos, m****a tengo que dejar de mirarla, parezco un puto pervertido.

— Vale - levanté mis manos en rendición — lo de ser más maduro lo tomó pero lo de Barbie no lo dejaré, me gusta llamarte así y lo haré.

Y m****a vi lo más sexy qué podría haber visto en toda mi miserable vida, sus mejillas se enrojecieron de inmediato y fue como enviar una descarga de adrenalina en todo mi cuerpo. Comenzó a jugar con el dije de su collar mientras mordía su labio. ¿Estaba nerviosa? ¿¿¿YO LA HABÍA DEJADO ASÍ??? Acababa de amenazar a Travis con dejarlo estéril y actúa así por un simple comentario de un tonto como yo. No paraba de mirarla ¿porque la había estado ignorando?

Por qué nos jodio la vida ¿recuerdas?

Estúpida consciencia.

No iba a mostrar lo embobado que estaba, nada cambia el despreció qué siento por esta pequeña entrometida.

— ¿qué es lo qué quieres? — ella levantó su mirada en mi dirección y la vi algo desconcertada, podía ver como los chicos a nuestro alrededor la miraban y no sé por qué pero sentía el impulso de sacarla de aquí. — vayamos a mi habitación. — la vi asentir un par de veces pero seguía con esa postura nerviosa, por ello trate de ignorarla todo lo que me fue posible y la guíe fuera de la cafetería.

Puse mi mano en la parte baja de su espalda para impulsarla a seguir.

¿O para qué los chicos no la mirarán?

Tú cállate. Era para guiarla y punto.

Tú sabes qué no.

¿Ya estaba volviéndome loco?

Ignorando mis raros pensamientos no noté qué mi mano seguía posicionada en la parte baja de su espalda todo el caminó hacia la habitación así qué la aparte por impulso y ella me miró... sus mejillas encendidas me volvían loco ¿qué m****a me pasa?

— Pasa

Ella se adentró en mi habitación y miró todo al rededor con una mueca de asco ¿qué? Si limpió mi habitación sólo estaba un poco pues... desordenada, pero todos los artistas son así, ¿no?

Tú no eres un artista.

Estas muy gracioso hoy ¿no?

Vale, esto de la consciencia se ha desarrollado en los días en los que sólo estábamos mis pensamientos y yo por días, ya me librare de eso, por ahora tocará soportarlo. Me engañó a mí mismo y ella sólo me recuerda lo que es real, supone algo bueno y molestó a la vez.

— Austin esto es un basurero ¿cómo duermes así? - comenzó a acomodar todo a su pasó, iba a intervenir cuando la vi recoger algo del suelo de espaldas a mí, la vista no me molestaba en absoluto así qué la dejé seguir, ella hablaba y hablaba pero no podía escucharla, sólo la veía caminar de un lado a otro hasta que se detuvo, me miró cómo si quisiera matarme y hablo sacándome de mi ensoñación.

— Austin Malone ¿estás escuchándome? — ¿espera qué? ¿¿¿Escuché bien??? Tapó su boca al instante, hizo un ademán de alejarse de mí y la tomé por la cintura y la acerqué mucho más a mí, ella me miró desconcertada, causaba en ella el mismo efecto que evidentemente causaba en mí.

— ¿acabas de decir lo que creó? — ella tragó saliva con dificultad

— Fue sólo una casualidad Austin. — intentó apartarse de mí pero se lo impedí y me acerqué mucho más, estaba jugando con fuego pero no podía evitarlo, hare la pregunta que me eh estado haciendo desde el día en qué la conocí.

— ¿Quién rayos eres y por qué demonios sabes tanto de mí? — me miró desconcertada, parecía que no sabía qué hacer así que seguí.

— Habla Maddison, mi paciencia tiene un límite y tú has cruzado el máximo. — se mordió el labio inferior y miró hacia abajo.

— Yo... yo yo

— Yo yo ¿qué?

Ya estaba enfureciendo.

— Habla de una vez.

— Tu madre me lo dijo. — la solté al instante. ¿Qué? — fingió seguir con la limpieza ignorando mi confusión, así que fui a por ella y le quite lo qué tenía en las manos, al hacerlo arroje las cosas al piso.

— ¿de qué rayos estás hablando Maddison? — ella miró hacia otro lado.

— Tu madre y yo... — silencio.

— Mi madre y tú ¿qué? — caminó en dirección contraria a mí con cara de pánico ¿qué sucede?

— Eso es... — ¿qué rayos mira? La seguí con la mirada y joder.

— M****a — los narcóticos estaban esparcidos en toda la habitación, sucedió cuándo arroje las cosas al piso. M****a m****a m****a.

— Maddison espera. — intenté tomar su brazo pero lo apartó con rabia, cuándo lo hizo me miró con odio, sus ojos estaban rojos y lágrimas corrían por sus mejillas.

Me aparte enseguida

— ¿Esto es lo que has estado haciendo Austin? ¿Dañándote a ti mismo con está m****a? TU MADRE HABRÍA DADO SU VIDA POR TI Y TÚ ESTAS METIENDOTE ESTÁ PORQUERÍA, maldita sea Austin ¿qué sucede contigo? Tu padre era un maldito drogadicto joder. No eres lo qué Caroline decía, eres eres un maldito egoísta, eso es lo que eres. — no podía decir nada, nada... esto me estaba doliendo cómo nada. — no sé quién eres, pensé que serías mejor que esta m****a. Me esforcé por ti, por mantenerte a salvó, por Caroline, por mí... pero no mereces ese esfuerzo, te dejaré en paz, púdrete en esta maldita habitación tú y tu m****a. — intentó salir pasando por mi lado pero la tomé por su brazo, necesitaba explicarme, sentía que debía hacerlo.

— Maddison escúchame.

— Suéltame Austin.

— No dejaré que te vayas sin escuchar lo que tengo para decir.

Lo qué hizo me dejó descolocado, golpeó mi mejilla con tanta fuerza y rabia que hizo girar mi rostro. Seguía llorando y yo no sabía qué hacer.

— ¿puedes por favor escucharme?

— vale, lo haré pero antes haré esto. — tomó todos los malditos narcóticos y corrió hacia el cuarto de baño cerrando la puerta, todo pasó tan rápido qué no pude detenerla, cuándo vi lo qué intentaba hacer corrí en su dirección para evitarlo, no podía quedarme sin esa porquería, la necesitaba, volvía a entrometerse en mis cosas, escuché la cadena y el agua bajar, maldita sea.

— Maddison abre la puerta.

Habló a través de la puerta

— No voy a permitir qué sigas en esta m****a Austin, no lo haré.

— ABRE LA MALDITA PUERTA AHORA MISMO. — comencé a golpearla con rabia. — si los arrojas al excusado voy a matarte lo juró.

— Haz lo que quieras conmigo, pero esta m****a se acabó.

— Maddison por favor... yo los necesitó.

— No los necesitas.

— DÉJAME ENTRAR JODER.

— Todo lo que he intentado hacer desde el día que te vi es ayudarte ¿no lo entiendes?

— YO NO NECESITO TU MALDITA AYUDA, ES LO QUÉ NO LOGRAS ENTENDER. QUERÍA MORIR, SIN EMBARGO TE ESFORZASTE POR HACERME LA VIDA IMPOSIBLE, METIÉNDOME EN ESTE MALDITO INFIERNO, VIVIENDO ESTA M****A CADA DÍA, TENIENDO QUÉ SOBRELLEVAR MI DOLOR CON LA PORQUERÍA QUÉ INTENTAS QUITARME. ¿En serio quieres hacerme creer qué eso es ayudarme? Por tu culpa estoy viviendo la peor m****a que un ser humano podría vivir

— TÚ ERES UN MAL AGRADECIDO, UN EGOÍSTA DE M****A...

— ¿por qué soy egoísta? Dime. Tomé una decisión qué no iba a afectar a nadie.

— Sí, a mí me afectaría

— ¿afectarte? ¿Por qué?

— Yo te necesitó...

— ¿necesitarme? ¿Es una broma? Tú no me conoces.

— No creó qué exista alguien que pueda conocerte más qué yo Austin, esté no eres tú.

— Tú siempre dices estas cosas de m****a que no tienen lógica o explicación alguna. Nunca te había visto en mi puta vida y de pronto sientes la necesidad de salvarme ¿Qué pasa contigo? — iba a continuar pero me interrumpió.

— Escúchame, por favor... tengo algo qué decirte.

— Tuve un... accidente con mi hermano, estuve luchando por mi vida durante 17 horas, cuándo finalmente desperté me enteré de qué mi hermano había muerto... habría dado mi vida por él joder, era lo único que tenía, nuestros padres habían muerto hace algunos años debido a un accidente de avión, mi hermano era lo único que me quedaba, pero la vida qué había escogido nos había llevado al borde de la muerte. Pensé en quitarme la vida... quería morir, no tenía nada, no tenía a nadie, sé qué se siente y lo entiendo, yo quería hacerlo, organice un plan sin falla, iba a tomarme toda la medicación de golpe, lo haría cuándo todos estuvieran distraídos, estudie por horas sus movimientos, a dónde iban, a qué hora salían, las guardias, los médicos, los turnos, todo. Supe que el día miércoles a las 5:30 pm estaban todos reunidos en una de las habitaciones, para una charla que duraba justamente 40 minutos, había llegado el día, lo haría, aún me encontraba débil pero debía ir a por la medicación, así qué tomé una de las sillas de ruedas disponibles y salí de la habitación, el pasillo estaba vacío, sabía qué sería así. Fui lo más rápido qué pude, al llegar al lugar vi a una mujer que no había visto antes, parecía ser una de las pacientes del hospital por que tenía una bata similar a la mía... no sabía qué estaría ahí, m****a había arruinado mis planes.

“— Linda ¿estás bien? Estás algo pálida.”

— Me moví lo más rápido qué pude y tomé un montón de frascos que estaban frente a ella e intenté escapar, pero fue inútil, tomó la silla de ruedas y me detuvo.

“— Déjame ir... por favor, necesito hacer esto.”

“— No linda, no necesitas esto.”

— Ella me entendió y no necesité hablar, sólo me abrazó, comencé a llorar sin control en sus hombros, lágrimas caían sin cesar, no podía dejar de llorar, sentía que estaba drenando todo el dolor qué sentía.

“— Eso es linda, llorar no está mal. Necesitamos hacerlo para liberarnos de aquello que nos duele. Tú sólo permítete liberarte, vivir vale la pena aun cuando la vida es una m****a.”

Después de unas horas, se incorporó y levantó mi hinchado rostro y sonrió en mi dirección.

“— Debo irme, mi hijo llegará pronto, pero te espero mañana en mi habitación a las 2:00 pm ¿vale? Es la número 24 y está en el pasillo 3 te esperaré. .. Linda, mi nombre es Caroline Smith.”

“ — Yo me llamó Maddison e iré a verte Caroline... gracias. — sonrió en mi dirección una vez más y la vi perderse por el largo pasillo. — devolví a su lugar todo lo que había tomado y regresé a mi habitación, me sentía mejor e iría a verla.”

— Me hablaba todos los días de ti. Iba a su habitación desde las 2 hasta las 9, siempre la veía radiante y con una enorme sonrisa, me había contado de su enfermedad, de su vida en Canadá, de ti. Joder... hablaba mucho de ti, cada día.

“— Mi hijo es increíble, es un galán lo amaras. Es inteligente, atractivo, con una sonrisa radiante. Toca el saxofón, ¿sabes? Ese instrumento ruidoso del jazz, también la guitarra y tiene una voz preciosa, está obsesionado con Mozart y un tal Charlie Parker, admira a ese hombre más qué a nada. Le gusta ese asqueroso serial qué venden en el supermercado qué sabe a cartón, ese del comercial con el conejo rosa”

“— ¿te refieres a los 'fluffys'?”

“— Esos, es lo qué desayuna cada día, además de combinar la leche del cereal con malteada de fresa, lo sé suena asqueroso. Su platillo favorito es la lasaña, la adora, es cómo un Garfield de 1.90 m, pero no hay nada que adore más que sus chaquetas de cuero, se ha gastado una fortuna en ellas, tiene cientos y todas son del mismo color, al igual que sus sudaderas, dice qué no es un arcoíris por eso usa tonos neutros, aunque siempre lo veras con una sudadera blanca, son sus favoritas. Lo irónico es qué su color favorito es el azul, ¿extraño no? Además de odiar cuando lo llamó "Audi" tiene 17 años y quiere exigirle a su madre decirle "Austin sexy Smith" ¿puedes creerlo?, cuándo me hace enojar lo llamó por su nombre completo, se cree muy rudo pero cuándo lo hago se asusta al instante.”

“— ¿cuál es su nombre completo Caroline? Cuéntame más de él.”

“— Vale vale, su nombre completo es "Austin Malone Smith" Úsalo el día qué quieras llamar su atención, atenderá a lo qué dices al instante. Odia qué lo obligue a ver películas de romance, me hace creer que las detesta pero puedo ver cómo las disfruta. Me encantaría qué lo conocieras Maddie, es la persona más importante para mí... sé qué voy a morir y será pronto, pero quiero dejar a alguien que pueda cuidarlo tanto cómo yo lo he hecho. Merece mucho amor, cuando era niño vivió cosas horribles... yo me siento culpable por eso, ¿sabes? No he logrado perdonarme por todo lo qué permití qué su padre le hiciera. Pero cuide mucho de él hasta que pude, sé qué el día qué muera no podrá soportarlo y no se de lo que sería capaz de hacer... solemos hacer algo peculiar para dar valor a una promesa, mostramos nuestros meñiques y juramos qué esa promesa será irrompible. Y quiero qué hoy 10 de mayo lo hagas conmigo, prométeme qué cuidaras de él por mí cuándo me vaya, ¿vale? - la vi llorar y levantar su meñique lentamente en mi dirección.”

“— Lo prometo Caroline, lo haré hasta el último de mis días. Había revisado mi reloj, eran las 12:00 am ya era su cumpleaños. Así qué la abracé y la inste a dormir.”

— Me quedé esa noche con ella porque tú no estarías, cuide de ella y la escuche, nos divertimos ese día. Escuche su conversación por teléfono y algo de mí me decía qué se trataba de una despedida y no lo supe hasta qué desperté y no la encontré en su cama, fui al cuarto de baño y quede helada, la vi ahí sin vida y corrí, no sabía qué hacer y volví a mi asiento, estaba en shock. Minutos después tocaste la puerta, era la primera vez qué te había visto Austin. Desde ese momento supe cuál sería mí razón de vida, debía protegerte. Fui yo la que pidió que te sedaran, estuve contigo todo el tiempo, te mostré mi meñique para prometerte que estarías bien, te vi entrar a la habitación donde estaba Caroline, te seguí cuándo corriste y llamé a la casa de cuidados cuándo te vi en la azotea, iba a hablar contigo cuándo imágenes de la muerte de mi hermano llegaron a mi mente, verte ahí a punto de perder la vida me hizo pensar en él... por esa razón te llamé "Malcom" en lugar de Austin. Yo recogí tus cosas y la envíe a este lugar, no Kalum... vine a verte cada día desde que llegaste a este lugar, organice tu entrada aquí, quería qué vieras a un psicólogo pero te negaste, enviaba tus cosas favoritas para hacerte sentir mejor, le pedí a Kaila qué te hablará del salón de música para qué volvieras a tocar. Todo lo hice por ti.

Estaba en shock, no podía creer lo que estaba escuchando, no podía sentir más que un vacío en mi pecho... mamá. La extraño cada día qué pasa y la amaré por el resto de mis días. Maddison abrió la puerta del cuarto de baño quedando frente a mí

— Esta es la verdad Austin, estoy enamorada de ti gracias a Caroline y me tendrás para cuidarte quieras o no, no pienso fallarle.

Ya no pensaba en nada más qué no fuera ella, los narcóticos no me importaban, el dolor no me importaba, esta maldita situación no me importaba, la vi frente a mí con su cara enrojecida, sus ojos llenos de lágrimas y yo sólo la acerqué a mí, tomé su cara con mis manos, mire cada detalle de su rostro y... acerqué mis labios a los suyos, la besé como nunca antes lo había hecho con nadie, nuestras lágrimas se mezclaban en el intenso besó, la acerqué mucho más a mí intensificando mucho más el acto. Sentía lo que me había dicho, sabía qué era real. Ella era real

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