DOMINANTE (Parte II de EL SUMISO)
DOMINANTE (Parte II de EL SUMISO)
Por: Dylaenne-Hobrien
*MITCH & DEREK*

Igual que un felino, el moreno se deslizaba a través de la cama.

El castaño le observaba atentamente, sentado, descubierto de los pies a la cabeza y aguardando a que éste se le pusiera a tiro.

Ninguno apartaba los ojos del contrario sino que se mantenían la mirada.

-Ven aquí- mandó el castaño entre autoritario y dulzón.

El pelinegro sonrió travieso al mismo tiempo que mordiéndose el labio inferior negó sutilmente con la cabeza.

-Nene, ven aquí- volvió a m****r también sonriendo el mayor.

-A-ha- de forma juguetona, el moreno se inclinó tocando con su pecho el lecho y elevando el trasero.

Retaba al castaño con los ojos.

-Si no vienes voy a castigarte muy severamente- advirtió el mayor sin borrar su sonrisa.

Estirando las manos, el joven acarició las piernas de éste.

-Castigueme, mi señor- contestó con voz pícara.

En el acto, el castaño atrapó las manos del moreno y tirando de ellas se lo sentó en el regazo haciendo que ambos sexos se tocaran.

Manteniéndole las manos sujetas y presas contra la espalda, arrimó su boca a la del azabache con la clara intención de besarle pero entonces...

Éste esquivó sus labios.

Atrayéndoselo aún más hacia sí, el castaño aseveró con ternura:

-No me retes, nene-

Inclinando su rostro hacia el suyo, el moreno susurró:

-Azoteme...mi señor-

-¿Qué has hecho para quererlo?- preguntó el mayor sin soltar sus manos inmovilizadas contra su espalda.

-Ummm, le di cien dólares a Dave- respondió el moreno haciendo ver que pensaba y con una risita un tanto picaresca.

-¿Otra vez?- inquirió con tono aburrido el castaño.

-Quería comprarse un conjunto de pantalón y camisa que vio el otro día y... aún no le han ingresado la beca- explicó el joven.

-No voy a castigarte por coger dinero que es de los dos, nene- tras decir ésto se lanzó hacia su boca pero el moreno volvió a esquivarla, entre risas.

-Derek, empiezo a sopesar lo de castigarte- repuso bromista el otro.

Bien sabía que lo hacía a caso hecho.

Después de lo ocurrido y de dos años, Mitch había conseguido que el joven aprendiera lo que de verdad "ese mundo".

Ahora, Derek era todo un pillo.

Buscaba retarlo como fuera para conseguir lo que quería.

Placer.

Y a Mitch le encantaba que fuera tan travieso.

Seguía manteniendo su carácter inocente, dulce y candoroso...

Pero cuando estaban solos, como en ese momento, el candor y la inocencia desaparecían para dar paso a todo un maestro del arte de la seducción.

De solo azotes y mordiscos pasaron a usar casi todos los objetos que Mitchell tenía en el "cuarto".

Y por petición de Derek.

El sumiso que había sido, asustado, horrorizado y muerto de miedo por tales objetos desapareció convirtiéndose en todo un perfecto sumiso.

Había recuperado el carácter que le anulara el cabrón de Gerry y todos sus amiguitos.

Impulsandose hacia delante y oyendole dar una exclamación de asombro, Mitch lo placó contra el colchón y bajo su cuerpo.

Derek elevó las piernas para cerrarlas alrededor de la cintura del castaño haciendo así que sus erecciones se presionaran aún más entre ellas.

-Follame, Mitch- rogó el moreno.

Mitch lo obligó a girarse para colocarlo sobre sus manos y rodillas.

Enderezándose él sobre las suyas, dio un golpe suave con una mano en una de sus nalgas ganándose oír un jadeo por su parte.

-Separa las piernas- ordenó estricto pero con cariño.

Derek no obedeció enseguida por lo que se ganó otro azote en el glúteo contrario.

Gimió.

-He dicho que separes las piernas- ordenó Mitch.

Ésta vez sí que obedeció y las separó.

Notó cómo el castaño se posicionó entre ellas y sintió la cima de su miembro pasearse por su entrada.

-Hoy llegaré un poco más tarde- dijo Mitch paseando las manos por las caderas del azabache.

-¿Mucho? ¡Oooh Dios!- exclamó al sentir su embiste.

Pudo notar cómo le aferró de la cintura con una mano mientras que recibió una caricia por su trasero con la otra.

-No sé cuánto durará la reunión esa- respondió Mitch -Por cierto, hoy no hay orgasmo-

Derek se contrarió y giró la cabeza por encima de su hombro.

-¿Por qué no?-

El castaño le obsequió con una primera embestida arrancandole un gemido.

-Ya van dos mañanas que me esquivas la boca- dio como explicación

-¿Y...después...¡¡Oooh!!- volvió a gemir al recibir un segundo embiste un poco más fuerte que el primero.

-Cuando venga iremos a jugar- repuso Mitch.

Y asestó un tercer embiste provocando que Derek jadeara.

Notó cómo se inclinaba sobre él y rodeandole por la cintura aproximó su boca a uno de sus oídos.

-¿Te hago daño?-

Derek sonrió.

Seguía igual.

Preocupándose por su bienestar y cuerpo.

Girando el rostro los ojos de ambos se encontraron.

Jade y dorado.

-No, mi señor-

Una mano de Mitch deslizó hacia una de sus nalgas...

Y atizó una cachetada.

-¡Mitch!- jadeó Derek.

De inmediato, las embestidas se volvieron salvajes, profundas y violentas.

Los dos gemían a dúo meciéndose juntos, sintiendo la piel del contrario contra la suya.

-Mitch, Mitch, oooh, oooh, me...me...me corro, me corro- avisó el moreno.

Rápidamente, el castaño pinzó la cima de su pene impidiendoselo.

-Ahora no, ahora no te vas a correr- musitó cerca de su oído Mitch.

Sin parar de embestirlo, buscó en la mesilla el aro.

Viéndolo, obligó a Derek a moverse sin dejar de empotrarle hacia ésta, agarró el aro y con un rápido movimiento se lo colocó en la base del pene, justo cuando él sintió que iba a eyacular.

Acelerando las arremetidas reventó en su interior.

Fue aminorando la marcha hasta que terminando por detenerse se salió de él.

Derek se dejó caer sobre el lecho bocabajo y mirándolo levantarse.

-Dave me ha dicho que no encuentra ninguno- empezó a decir.

Mitchell se puso unos calzoncillos y se giró a éste.

-¿Hoy has quedado con él?- preguntó.

-No, mañana tenía un parcial-

Derek rodó terminando por quedar bocarriba y mostrando su insatisfecha erección.

Mitch regresó a la cama y se sentó a su lado.

-¿Te aprieta?- se interesó señalando el aro.

Derek le miró de nuevo.

-No- contestó sonriendo.

El castaño se inclinó hacia su boca y le besó dulcemente.

-Cuando regrese te lo quitaré- prometió paseando su mano por el vientre del joven y bajando hacia su pubis.

Derek asintió con la cabeza sin borrar su sonrisa.

-Ni se te ocurra quitártelo o te azotaré- avisó Mitch.

Luego se levantó de la cama y se metió en el baño para darse una ducha.

Apenas lo hizo escuchó preguntar a Derek:

-¿Látigo o fusta?-

Riendo para sí, Mitchell contestó:

-Latigo y...de tres lenguas-

Descorriendo la mampara y metiéndose oyó el sonido del aro desprenderse y caer al suelo.

-Ok, nene tira para el cuarto- mandó antes de cerrar la mampara.

Y Derek echó a correr hacia la "habitación".

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