Our fate (bxb)
Our fate (bxb)
Por: Maglek
PRÓLOGO

El viento golpeaba con fuerza contra el ventanal de la casa haciendo retumbar los cristales, la fuerte tormenta que estaba cayendo no parecía tener intenciones de detenerse en ningún momento, para muchos en la manada eso era un mal presagio y la pelea que estaba tomando lugar en la oficina del alfa dejaba en claro que, en efecto, algo malo estaba pasando.

- ¡¿Cómo pueden traicionarnos de esta forma?! ¡Hemos sido sus amigos desde años! Los ayudamos a formar esta manada- El alfa más bajo se enfrentaba a su líder, su esposa Eloise, a su lado intentando calmarle para evitar que esa pelea empeorará, conocía a su amigo y sabía que no podrían ganarle. Era el líder de la manada después de todo, era un alfa fuerte e inteligente, capaz de guiar a cualquiera de esos lobos por el camino correcto.

-Por favor, tienes que calmarte. No tengo otra alternativa. Tú hijo es un defectuoso, no puedo permitir que alguien como él esté en la manada. Esto no se trata de nuestra amistad- La voz del alfa era seria pero calmada, intentando mantener sus instintos bajo control y no herir a su amigo. La amistad que tenían seguía ahí después de todo, no podía dejar de lado algo que construyeron con el paso de los años.

- ¡¿Es una m*****a broma?! No es culpa de Edel haber nacido de esta forma. No puedes lanzarlo a la calle y darle la espalda, Joseph. Sabes que es un guerrero fuerte y daría todo por mantener la manada a salvo

-Esto no se trata de eso, Ivan. Los deltas son inestables y lo sabes, no puedo permitir que alguien así permanezca más tiempo en la manada. Es peligroso para el resto de nosotros- Esas palabras fueron suficientes para que el otro hombre perdiera la poca paciencia que el aroma de su esposa le generaba. Por supuesto, no iba a permitir que hablara de esa forma de su hijo, su único hijo. En un instante un gran lobo negro estaba frente al alfa, gruñendo de forma amenazante dispuesto a atacar a su líder, dispuesto a traicionar y levantarse contra él. Y eso fue suficiente para provocar que Joseph tomará su forma animal de igual forma.

La pelea no tardó en llegar, ambos lobos tiraban mordidas y patadas con la intención de hacer daño, las mujeres tratando de hacerles entrar en razón, pero era imposible, el instinto de ambos estaba fuera de control. El ruido atrajo finalmente la atención del resto de la manada, algunos veían aterrados la escena, veían con miedo como el segundo al mano, la mano derecha del líder lo atacaba como si fueran enemigos, como si hubiera una rivalidad de años entre ellos, no les importaba nada en ese momento. Ni quienes les rodeaban, ni la imagen ante sus hijos, eran dos alfas peleando por ganar, por mantener su orgullo intacto, por el orgullo y honor de su familia. Era lo único que importaba en la mente de los hombres.

Las mordidas eran cada vez más fuertes, las heridas ya se notaban en el pelaje de ambos lobos, incluso aunque su manto fuese tan oscuro como la noche, la sangre brillaba sobre este, dejando en evidencia que esa sería una pelea a muerte y ninguno pensaría en ceder. El resto de la manada sólo podía ver en silencio la masacre que se estaba llevando a cabo frente a sus ojos, en la distancia los hijos de ambos alfas incapaces de saber cómo actuar o que hacer. Ambos eran demasiado jóvenes aún como para poder saber que hacer en una situación así. El más joven de ellos, la razón de toda esa pelea, Edel, estaba ocultándose detrás del cuerpo del otro chico, no porque hubiera una gran diferencia entre ellos, pero su amigo siempre había demostrado más valentía en esos casos. Era un alfa después de todo. Nacido para guiar y dirigir a su gente igual que su padre. Kiyan, como era su nombre, sólo intentaba calmar al más joven con las únicas palabras de aliento que podía encontrar. Diciendo que estarían bien, que todo estaría bien. Creía que la pelea no podría durar por siempre y se arrepentirían de lastimarse.

Y no podía estar más equivocado.

Un aullido fuerte fue lo que les hizo parar, o al menos al líder de la manada. El cuerpo de su amigo yacía agonizante en el suelo, manteniendo aún su forma animal, su esposa había corrido hasta su lado para abrazarlo, apretando su pelaje mientras gritaba con desesperación por la inminente muerte de su amado. Edel corrió hacia ella, observando aterrado el cuerpo sin vida de su padre, el hombre que había preferido dar su vida por el que permitir que su líder se deshiciera de él. Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos sin poder contenerse. No podía creer que su líder había asesinado a su padre a sangre fría, a su amigo, a su mano derecha. Al hombre que le había seguido en tantas aventuras y había peleado a su lado tantas batallas. La habitación quedó en completo silencio, sólo se escuchaba el llanto desesperado de Eloise mientras seguía aferrándose al cuerpo sin vida del lobo, su hijo sólo lloraba en silencio. Nadie era capaz de decir nada, nadie era capaz de hacer nada. La manada temía meterse en el camino de Joseph y más ahora que había demostrado que no tendría piedad contra quien pensara en desafiarle.

La tormenta había presagiado no sólo la muerte de Ivan, Eloise le siguió tiempo después, ser desterrada con su hijo de su único hogar y perder a su marido la llevo al borde de la locura, terminando con su vida unos meses después. Edel, con tan solo 16 años se había vuelto un solitario. Un lobo destinado a vivir en soledad al ser desterrado de su manada. Y crecería con el rencor y odio dentro de él hacia la manada Colmillo blanco.

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