Un roto para un descosido
Un roto para un descosido
Por: maracaballero
Capítulo 1. "Emma, abre los ojos."

     Mis mejores amigas no dejaban de decirme que era una mujer débil por el sexo opuesto, que mi pareja actual era un vividor, que era esto y era aquello. Pero no podía verlo porque realmente estaba según yo enamorada de él.

     Él y yo compartíamos un pequeño estudio encima de una pizzería en la ciudad de Los Ángeles. Llevábamos dos años de vivir juntos. Dos años de sexo, risas, peleas, frustraciones que nos gritábamos en la cara de vez en cuando, pero al final estábamos el uno para el otro.

     O eso es lo que yo pensaba. 

     A veces creía que era una relación enfermiza, pero a la vez éramos para cada uno un pilar. Si, había veces que quería aventarlo por la ventana y fingir que era un accidente, o estrangularlo mientras estaba dormido en el quinto sueño, -lo sé, a veces me desesperaba- pero lo que sentía por él, o lo que creía saber sentir, para mí…era AMOR.

     “Te amo”, era una palabra que difícilmente salía de mi boca, aunque estuviera súper encariñada, una vez lo hice con el primer hombre que me llevó a una relación sentimental, era bonita nuestra relación y cuando lo dije por primera vez, con esa facilidad salió de mi vida, “Hola, amor” ¿Cómo estás, amor? “Te amo” y los hombres se asustaban con esas palabras y no entendía el porqué. ¿No es tierno qué aparte de tu familia exprese que eras importante para alguien más? A veces no entendía. Y entonces llegó Timothy. Si, el hombre con el que vivo. Un hombre que para mí era perfecto. Para los demás era un vividor, chantajista, frustrado con su vida y muy negativo, que no tenía un propósito en la vida más que vivir de lo que le diera su mami a pesar de tener un trabajo -sí, tiene mamitis aguda, fase 2- pero espera, a pesar de ello, es un hombre que me quiere con mis locuras. ¿Quién carajos en su sano juicio lo haría? Él, mi Tim.

     Hoy estoy trabajando desde casa, tengo una tremenda gripe, visto pijama con la cara de Bob esponja y estoy sentada frente de mi laptop con la idea de seguir escribiendo la columna. Trabajo para una pequeña revista local, MMStyle, mi columna da consejos de moda básica según la temporada del año y los horóscopos semanales. Llevo cuatro años trabajando y me encanta lo que hacía.

     Alcanzo unos pañuelos y me limpio la nariz, después, agarro mi largo, ondulado y pelirrojo cabello en un moño en la parte alta de mi cabeza, coloco mis lentes de pasta negra y todo el rato me dedico a adelantar mi trabajo. Tim, desde tempranas horas se ha marchado a trabajar. Se dedica a la publicidad en una empresa importante de la ciudad. Ama su trabajo, su rutina y, me ama a mí, por supuesto. 

     Solo el pensarlo, me da por sonreír como estúpida frente a la pantalla.

Miro de vez en cuando mi teléfono, en señal de algún mensaje o llamada, pero nada. Tim, suele llamar durante el día, así que la intriga me consume poco a poco. Ese es uno de mis problemas. Fantasear en mi cabeza los motivos por el cual no me ha mandado mensaje o una llamada para saber cómo estoy de la gripe. Nada. Agarro el celular y mando un mensaje de W******p. Y no tengo ninguna respuesta a pesar de verlo en línea por unos momentos. Ignoro el sentimiento y me dedico a escribir.

Es la una de la tarde y no tengo una respuesta de parte de él. Y eso hierve mi sangre. ¡Hey! ¡Estoy a punto de morirme de la gripe! ¿Me recuerdas? ¿Tu novia que dejaste esta mañana en el departamento? Decido ignorar esas voces en mi cabeza insistiendo en hacer una novela del porqué no ha llamado o darle respuesta a mi mensaje de W******p.

     Intrigante, lo sé.

     ¿Cuánto tiempo te lleva responder un mensaje? ¿Diez segundos? O menos. Calma, "Debe de tener mucho trabajo" me lo repito una y otra vez dentro de mi cabeza. Pero hay algo, algo en mi interior que se niega a aceptar.

     Pongámosle: sexto sentido.

     Por alguna razón es un sentido extra que las mujeres tenemos, no es paranoia o alucinación, realmente es un sentido. ¡En serio! "Ojo de loca...nunca se equivoca" dirían mis mejores amigas. 

     Decido por completo ignorar. No quiero provocar que se enoje con mis paranoias -como suele decirle él-, pero una hora después de marcarle, dejarle mensaje y no obtener respuesta, decido ir a buscarlo. Es súper raro que no me conteste, suele hacerlo al segundo tono, ¿Y si le pasó algo? ¿Atropellado? ¿Herido en algún barrio peligroso? ¿Secuestrado? Y yo aquí... pensando lo peor. No, no es sarcasmo.

     Bajo la pantalla de mi laptop y entro a mi armario en búsqueda de ropa.

     Casi media hora después, estoy enfrente del edificio donde trabaja, en la parte de enfrente, esta una pequeña cafetería, donde aún se ve al personal almorzando, vestidos de traje en ese gris triste, un color deprimente. Me siento en una mesa que está al lado del ventanal que da a calle, desde aquí veo la entrada del edificio. Ordeno un chocolate caliente y un croissant. Me limpio la nariz no sé cuántas veces, creo que hasta parezco Rodolfo el reno. Cuando casi termino el almuerzo, en una de las miradas que lanzo hacia el edificio, veo a Tim saliendo entre risas acompañado de sus colegas. Se le ve feliz. Suelto el aire retenido y puedo finalmente sentir alivio. Tim está bien. ¿Pero por qué no contesta mis llamadas? ¿Mensajes? Cuando agarro el celular para avisarle que estoy aquí en la cafetería frente a su trabajo, mi mundo se derrumba al ver una rubia colgada de su cuello, casi se lo succiona la cara con su boca. 

     — ¿Qué? —solo puedo decir eso, “¿Qué?” El corazón se estruja. “¿Qué?” siento el frío recorrer mi cuerpo. Él sonríe cuando por fin lo deja respirar y ella le empieza a besar el cuello.

     ¡Zorra!

     ¿Por qué atacar a la mujer? ¿Y si ella no sabe que Tim tiene a alguien que lo espera en casa como una vil tonta? Si, una tonta con letras mayúsculas y con luces intermitentes acompañado de una flecha señalando en mi dirección, Espera ¿En casa? Suelto una risa sarcástica. Como puedo - y mi cuerpo cargado de adrenalina me deja-, dejo el dinero de mi comida sobre la mesa. Agarro mi pequeño bolso y me lo cuelgo cruzando por mi pecho.

     Va a ocurrir un asesinato en unos momentos. Vayan por sus palomitas con mantequilla y una coca bien helada con mucho hielo.

     Trago saliva al sentir mi garganta seca, mi mente está a una revolución con ideas de cómo enfrentar este momento.

     “¿Qué vas a hacer, Emma? ¿Dejarlo que se burle de ti? ¿O llorar inconsolablemente en la cama que compartes con este idiota? ¿O reclamarle delante de ella?”

     Miles de preguntas pasaron por mi mente y sin darme cuenta, estoy de pie, en la acera de la cafetería... observándolos. Ella le dice algo mientras pasa él un brazo por encima de sus hombros y la acerca a su cuerpo.

     “¡Suele hacerlo conmigo!”

     Mis dedos buscan mi celular y marco su número mientras mi sangre hace ebullición. Se separa un poco para contestar.

     —Emms, cariño, apenas estoy viendo tus llamadas—dice en tono nervioso.

     —Estaba... estaba preocupada, no he tenido noticias tuyas desde la mañana, me acostumbraste a tus mensajes y llamadas…—digo fingiendo esas palabras, apenas mi mandíbula tensa me deja hablar, el nudo en mi estómago no ayuda para nada, alcanzó a tomar aire y lo suelto disimuladamente. Oh, mis dientes tiritan de la ira que tengo por dentro.

     —He tenido mucho trabajo, y… creo que hoy me quedaré en casa de mi hermano, —él sinverguenza mira en dirección a la rubia que le lanza un beso en el aire— tiene lo de la mudanza mañana y me pidió el favor, espero no te molestes que hoy duermas sola, ¿Si, cariño? —pregunta en tono bajo.

     "Emma, ya chole con sus mentiras, ¿No?" aprieto mi mandíbula e intento controlar mis emociones. 

     —Claro que no me molesta, podrías pedir asilo por un largo...largo, largo tiempo a tu “hermano”, o quizás mudarte definitivamente con él…—finalmente suelto mi ira, aprieto los dientes de nuevo.  Algo en mi despierta y es una furia que me abruma totalmente. Todas las imágenes de nosotros pasan por mi mente, como si fuera una cruel burla. ¡Miles de veces le dije que no me rompiera el corazón! (Bueno, lo que resta del pobre) Algo en mí se bloquea, todo pasaba dentro de mi cabeza, se repite la misma escena, las mentiras, los pretextos, todo, todo se vuelve a repetir pero con ellos: Alec, Michael, Anthony y ahora Timothy. ¿Qué es lo me pasa? ¿No estoy hecha para el amor? ¿No merezco ser amada? Detengo las lágrimas con la dignidad que me queda aún, -si, aún me queda una pequeña pizca-.

     — ¡¿Cómo?! No te entiendo, ¿Cómo que largo tiempo, Emma? ¿Qué tantas medicamento te afecta el razonamiento? ¿Hola? ¿Hola? Solo falta que te montes una película de esas que acostumbras a hacer en tu cabeza, solo por qué iré a dormir con mi hermano y ayudarle, eso es ser tóxico, mi querida pelirroja. —se burla de mí, pero observo como su cuerpo se tensa cuando lanza una mirada a la mujer que está a unos cuantos metros de él, ella está divertida platicando con otra mujer enfundada en un traje similar de oficina, esos de color gris deprimente. —Así que suenate la naríz y vuelve a rebobinar lo que te he dicho, ¿Ya?—no contesto, él asume que he hecho lo que dijo. —Ahora, ¿A qué te refieres con eso de quedarme con mi...?—lo interrumpo ya estallando. 

— ¡Qué te puedes quedar con la rubia con la que estás! ¡No es necesario que vayas por tus cosas! ¡Las encontrarás en el contenedor de b****a!—finalmente lo he dicho, antes de terminar la llamada suelto como esa cereza al final para adornar el pastel— ¡Púdrete, imbécil! —cuelgo y él se queda observando a su alrededor, hasta que sus ojos me encuentran, siento como mi pecho sube y baja al respirar. La rubia sin saber ni temer, al ver que ha terminado la llamada, se acerca y se cuelga de nuevo a su cuello y este bruscamente la separa de él. Niega rápidamente, está nervioso ya que por tic de nervios, se agarra el cabello.

     Pongo la mejor sonrisa que puedo dar y agito mis dedos en un "Adiós" 

     Levanto la barbilla y las lágrimas se van a esperar, me giro a mi derecha y entre la gente intento desaparecer, cruzo a paso veloz ignorando mi nombre en su boca.

     — ¡Traidor! ¡Canalla! —voy diciendo entre dientes.

     Las lágrimas amenazan con salir, pero me niego. Segundos después su mano está girándome bruscamente hacia él. Me duele harto, ese era él cuando se desespera en alguna situación. Ahora lo acepto cuando veo las cosas de otra manera: es violento. Pero no me importaba anteriormente,  ¡Lo amaba con sus defectos y virtudes!

     Pero ahora, si él me lastimaba, lo haría Yo dos veces.

     —No es lo que crees, Emma—me dice mirándome a los ojos y es cuando descubro que he visto tantas veces esa mirada, entonces es la mirada de todas sus mentiras. ¿Esto gano por dar todo de mí? Entonces creo que mi corazón ha llegado a su límite.

     — ¡Vale! ¿Qué me crees tú tonta por no decir otra majadería? Estoy viendo Tim, ¡Con estos ojos! —grito, furiosa. La gente que pasa a nuestro lado camina a toda prisa esquivando nuestra pelea, pero claro está que no voy a contenerme después de todo lo que he visto.

     — ¡Vale! Bueno, no es nada de importancia. Es un ligue de un rato, además, todo mundo hace eso, sin compromiso. ¡No tienes por qué escandalizarte mujer! —me quedo en shock con esas palabras.

     Con brusquedad me suelto de su agarre en mi brazo.

     — ¡¿Nada de importancia?! ¡Pues ahorrémonos! ¡Sigue con tu ligue! —entonces intento darle en algún lugar de él, en algún lugar de su corazón que ha sentido aunque sea cariño por mí. — ¡Que yo me encuentro otro y así estamos a mano! ¿No?—y al ver su reacción, doy en el clavo.

     ¿Por qué? Por qué se hiere su ego. Su hombría. Señal que si la mujer busca otro fuera de casa, el hombre no era... tan hombre. No funcionaba. ¿Pero la mujer? ¡Aplaudan al hombre de macho que con todas puede! ¡Eso es lo que los hace -yo todo puedo- con todas!

     — ¡Será lo último que hagas Emma Elizabeth Jones! —su rostro se muestra cargada de ira. Y dirán “que cruel eres” pero una parte de mí siente satisfacción y a la vez me hace sentir extraña.

     — ¡Eso lo veremos! —suelto fingiendo euforia por el momento ante él, arqueo una ceja desafiante y me vuelvo decidida a dejarlo. ¿Desde cuándo me veía la cara de tonta? ¡Tanto que mis amigas me lo decían! ¡Pero no! Ahí está una toda pen..., vendada de los ojos y pensando que todo está bien.

     Y todo descubro a la vez, Emma Jones puede ser mucho más sin Tim.

     Podría ser una mujer así como él.

     Pero a mi manera. Con unos toques de Emma. La decepción me había golpeado por una cuarta vez...¿Dónde decía mi abuela eso de "Siempre hay un roto para un descosido"?

     Siempre pensé que podría encontrar a esa persona que me complementara...

     Y en estos momentos acabo finalmente de comprender, que el significado de la palabra AMOR,

     No existe para mí.

     Y algo en mí…

     …Ha despertado.

    "Quizás soy las dos cosas en esta vida."

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