| ¡CORRE! |

—¡Ja! ¡Por supuesto! Como vienes de una gran ciudad crees poder venir aquí a criticar —dice una voz detrás de mí, una bastante femenina y chillona.

Me giró quedando frente a frente con una chica bastante linda.

Comparada con ella yo soy un hombre, un hombre bastante feo...

La miró y detallo bien... Una rubia bastante llamativa.

Ah claro, por supuesto que a la Barbie del colegio le desagrado.

—¿Disculpa? —es lo que sale de mis labios y la chica me mira divertida.

—Vienes a criticar todo aquí solo porque vienes de una gran ciudad pero déjame decirte que...

Mi ceño se frunce y la miro de mala manera.

—No, no te dejare que me digas nada. No me conoces, ni siquiera sabes qué era lo que yo iba a decir y vienes a lanzar de que yo solo iba a criticar —mi voz sale como una daga y ella abre ligeramente los ojos como si no se esperaba a que yo le respondiera.

No tengo por qué callarme ante ella, y si quiere pelea pues pelea tendrá.

—No hace falta conocerte, chicas como tú, de esas que les gusta criticar sin...

—Chicas como yo... Querrás decir chicas como tú y… —mi voz se detiene cuando Vania toma mi mano y niega con la cabeza como queriendo decirme que no me meta con ella.

Me giró dándole la espalda a la rubia y me siento nuevamente apretando mis puños e inhalando fuertemente tratando de disolver el enojo pero no pude más y explote justo cuando... Ni siquiera sé cómo es el nombre ella. Ella se acercó a mí por la espalda inclinándose sobre mí y susurro a mi oído.

—Personas como tú son esas adineradas que solo dejan que los demás peleen por ellos, personas como tú son engreídas desde nacimiento. Como tú, como tú madre, como tú padre y como tú hermana Madeleine —Explote.

Me sorprendió que ella supiera cosas de mí, escuchar cómo nombro a mi hermanita pequeña, tan solo oír cómo salía el nombre de mi hermana en sus labios bastó para que yo explotara y no fuera consciente de mis actos.

Estúpida y mil veces estúpida yo.

Me gire y aprovechando que aún estaba inclinada la golpee, era primera vez que yo golpeaba a alguien, me lleve las manos a la boca al ver como toda su mejilla derecha se ponía de un color rojo intenso.

—¡Señorita Thompson! —grita una profesora que entró justo cuando lance el golpe. Todos me miran en silencio, asombrados y como si yo fuera un monstruo, me giró a Vania quién se levanta y me tomó de la mano.

—¡CORRE! —suelta y luego salimos disparadas de la cafetería sin prestar atención a los gritos de la profesora. Corrimos tan rápido hasta que ya no pudimos más.

¡Vamos! ¡Corre!... Gritó una vocecita dentro de mí.

Miro a mí alrededor y estamos en lo que parece el campo de fútbol, Vania está en el suelo tomando su pecho dramáticamente como si hubiera corrido un maratón de 100 millas.

—Eso... Eso fue... Genial —sice apenas.

—Gracias... ¿Pero quién es ella? ¿Y cuál es su problema? —digo refiriéndome a la presumida que golpee, no acostumbro a ser agresiva y mucho menos a agarrarme a golpes con alguien pero si me buscas me encuentras y ella sin duda me encontró y se llevó un puntazo.

—Ella es Paola Wilson, hermana de Amber Wilson la ex de Nick Jones, es como la princesa de la escuela aunque personas como yo la consideran una perra, siempre le hace la vida imposible a todos. Ha sido la reina del baile de primavera por 4 años consecutivos, ella y mi primo. Es una de las capitanas del equipo de porristas y le ha ido bastante bien puesto que han llegado a las competencias nacionales de porrismo —dijo levantándose y juntas caminamos por la cancha esperando a que sonara el timbre y entrar a nuestras clases antes de que nos encontrara la profesora de la cafetería.

                                                                 ***

Y así tal y como empezó el día terminó. Sonó la campana y todos los estudiantes salieron como si los hubieran tenido amarrados aquí, salí junto con Vania y luego de un rato apareció Joseph en el auto.

Me despedí de la linda chica y subí al auto de Joseph quién me mira sonriente.

—¿Con que una nueva amiga? —dice y yo río.

—Digamos que sí —me limito a decir.

—¿Cómo te fue? —comienza su round de preguntas y arranca el auto.

—Ahí... Ahí... Digamos que bien-mal-bien... Percances y ajá... —balbucee en voz baja manteniendo mi mirada en la ventanilla.

—Allison ¿Cómo te fue? —pregunto nuevamente. Ya sabía que cuando balbuceaba era porque no quería decir algo.

—Ahí... Normal… Más o menos —dije y Jow me miro por el retrovisor.

—Eso significa un mal... Te conozco, así que quiero que me cuentes —dijo acomodándose las gafas de sol que traía puestas.

—Pues ya que insistes. Primero: llegué tardísimo, me perdí y cuando por fin encontré mi salón el estúpido profesor literal me dijo que si volvía a llegar tarde a otra clase me mataría y me daría de comer a sus gatos ya que yo insinuó que no tienen esposa y ha de ser uno de esos viejos amargados que tienen más de treinta gatos. Segundo: me tuve que sentar con un patán que parece mudo porque no me hablo ni nada, pero según es como el rey de la escuela. Tercero: en la cafetería había una chica que es como la Barbie de la escuela y se cree una princesita, ósea ella me critico sin siquiera conocerme, llegó al punto en que no me aguante y la golpee. El resto del día todos me miraron como si yo fuera un gato y ellos un ratón indefenso. Además no le digas a mamá que golpee a alguien o me dará la charla de: ¡NO A LA VIOLENCIA! —dije y Joseph me miró asintiendo mientras asimilaba todo.

—En conclusión fue un mal día tesoro —dijo y yo solo me limite a asentir. 

                                                           ***

Entre a la casa tirando mi mochila a alguna parte de la sala y corrí escaleras arriba hasta llegar a mi habitación y tirarme a la cama para dormir un rato sin saber que el día apenas comenzaba y como siempre el universo se las ingeniaba para hacerme una mala jugada.

Porque claro. El universo no sería el universo si no dejaba en paz por un día a Allison Thompson. 

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