Capítulo nueve

¿Quién era? No era nada más y nada menos que Iker, él había detenido la ejecución, todos miraban con confusión la escena que estaban presenciando, mientras Idally no sabía si estar agradecida por estar viva o prefería estar muerta en ese instante

—pero, alfa...—Quiso decir más el hombre que la ejecutaría pero, Iker no lo permitió ya que había cogido la mano de Idally jalándola para llevársela, cuando él hizo eso, ella jalo al pequeño tras ella, no planeaba dejarlo por nada del mundo.

Lo protegeria de cualquiera.

Narra Idally:

Creí que moriría, pero cuando todo se detuvo tenía que ser por él y así fue, en ese instante no sabía si estar agradecida o maldecir por lo ocurrido, había salido de una situación que me costaba la cabeza para meterme en una que me costaría la vida entera.

El cogió mi mano y me jaló, yo tomé la de Daniel, no planeaba dejarlo sólo, lo quería conmigo y haría lo que fuera para que así fuera.

—¿Por qué trajiste a ese niño?—Cuestionó enojado mientras miraba mi mano y la del pequeño Daniel entrelazadas.

Estaba furioso no había duda alguna.

Porque, así lo quise—respondí sin siquiera mirarlo

—Lo llevare de vuelta—gruñó intentando separar mi mano de la de Daniel pero no pudo porque me hice para atrás haciendo retroceder a Daniel

No te lo llevaras, Es mío—gruñí, por primera vez no huía de una situación, por primera vez estaba dispuesta a enfrentar a alguien de frente para defender lo que quería

El gruñó con fastidió e intentó acercarse para quitarme al niño pero no se lo permití

—Suéltalo—gritó furioso—Tu eres mía, harás lo que te diga

¿Quién se creía que era para mandarme?

No era nadie... Al menos no para mí... Solo nos unía un lazo lobuno.

No lo haré, él se quedara conmigo—gruñí

Lo quería conmigo y haría lo que fuera por lo que quería, no lo perdería.

Mi cuerpo estaba débil, no podría enfrentarlo, de eso no había duda alguna pero por protegerlo no importaba dañarme a mí misma, por primera ocasión no quería ceder, ni seguir las órdenes de nadie, quería luchar por lo que yo quería.

Él no estaba contento, estaba más que furioso, su lobo tomó el control de su cuerpo y esté se descontrolo, la enorme bestia se tiró sobre mí, me mordió la pierna intentando separarme del niño pero mientras más lo intentaba, más me aferraba a Daniel.

No iba a soltarlo, sabía que si lo soltaba, que si me rendía en ese instante no habría servido de nada a haberme enfrentado a él, porque al final el ganaría y no solo eso probablemente no lo volvería a ver.

Pronto comenzó a brotar la sangre, está manchó la ropa y seguro iba a dejar cicatrices abiertas.

El lobo me miró con lástima y arrepentimiento, esté que había sido cegado por la ira ahora estaba consumido por tristeza de haberme ¿dañado?

Tal vez, si tenía sentimientos o quizás no los tenía. Este volvió a su cuerpo humano, parecía arrepentido mientras que yo poco a poco iba perdiendo la visión de todo.

No te lo lleves—pedí con voz débil—déjalo conmigo—fue lo último que pude decir antes de cerrar los ojos.

Narra Iker:

Me descontrole cuando ella no quiso obedecer, no pude controlarme y la lastimé, en cierto modo el haberla dañado me dolía pero por otro lado tampoco había sido mi culpa.

El niño me miraba con miedo, no paraba de temblar y se aferraba al brazo de ella, quería quitarlo de ahí y devolverlo.

Ganas no me faltaban para hacer eso.

Pero ella no me lo perdonaría.

A veces tenemos que dar el brazo a torcer para no perder de más.—menciono la voz en mi interior.

Me acerque al pequeño que se encontraba con miedo, en voz baja susurré—Vamos—el pequeño me miro raro entonces cuestionó—¿No me llevarás de vuelta?—en sus ojos había esperanza

Resignado a evitar una confrontación con mi mate conteste—No, claro que no, vamos—dije para coger en mis brazos a la chica.

El niño nos siguió, no estaba contentó que él tuviera que venir con nosotros pero lo que menos quería era perder.

A veces para ganar hay que dar ceder en algunas ocasiones y eso estaba haciendo.

Al entrar por la puerta, me encontré a Karim, mi beta, él me miraba seriamente, supongo que confundido por la chica en mis brazos y el estúpido niño.

—¿Quién es ella, Iker?—Cuestionó Karim señalándola aún si mirar su rostro

Mi mate—respondí sin importancia—pero es débil, de eso no hay duda

—¿Cómo puedes estar tan seguro de eso?—respondió cruzando los brazos

La acabo de salvar de una ejecución, si no fuera débil porque estaría ahí—Respondí con enfando

él se acercó para mirarla y al verla su mirada cambió drásticamente, su mirada se oscureció, parecía como si le hubieran quitado algo importante

—¿Sucede algo Karim?—cuestioné llamando su atención

El me miró y sonrió—No ocurre nada Iker—respondió mientras subía las escaleras—ya que vas para arriba puedes llevártela—le pedí

Claro Alfa—respondió, luego señaló al niño—él también, ¿Verdad?

Si, pero lo quiero en otra habitación, lejos de ella.—respondí

El niño sólo me miro y siguió a Karim.

sin duda alguna ese niño podría ser un problema más adelante, nadie me había enfrentado, todos seguían mis reglas, pero ella no lo hizo por él, si quiero tenerla al margen necesitó al niño de mi lado.

Narra Karim:

Era ella, él ni siquiera la recordaba a ella, mucho menos lo que le había hecho, no sabía de ella y eso era normal, él jamás se interesó por conocer a todos los de su manada.

Ella era la eterna pareja de él, la joven a la que amaría de por vida pero había un pequeño problema, él no sabía amar.

Joder...

¿Por qué tenía que ser ella? ¿Qué no podía ser alguien más?

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