Capítulo 4

Después del alboroto del búnker, la mafia ,explosiones fuimos directos a casa, que en estos momentos era otro búnker la seguridad que ahora tengo es el doble que antes, solo sentir las cálidas sábanas de mi cama  caí en coma  de sueño. 

No tenía ni una hora durmiendo cuando escuche música muy fuerte antes de ir a romperle las bocinas a Josh mire la hora son las 5 de la madrugada llegué a mi casa a las 4:00, esa gente debe de aprender me levanté, tome el control para subir todas las ventanas de metal permitiendo ver el exterior, cuando lo localicé el sonido  me quede muda viendo al chico que estaba en toalla, mojado y tecleando su teléfono. 

Desde lejos se le podía ver su torso desnudo y una sonrisa coqueta, que los Dioses egipcios me perdonen pero este era la reencarnación de uno y no de cualquiera si no el más bello Dios y sexy  de todo el universo.  La canción cambió pasó a una más chill out girasoles De Van Gogh le dio la bienvenida a los primeros rayos de sol inundando  mi habitación igual que la de él, el chico caer su toalla permitiendo que le vea  las nalgas más hermosas,  seguro Miguel Ángel caería rendido ante aquel espectáculo de Dios estaba tan embobada viendo a mi vecino que no me percaté que se había puesto bóxers y me estaba mirando. «tierra llamando a Cleo, despierten hormonas que estamos quedando mal» pensé cuando me moví para quitarme me olvide que tenia un yeso termine en el piso y con mi pierna lastimada, maldita mi mala suerte. Me tuve que arrastrar hasta mi cama sabía que el chico me estaba observando creo que la dignidad me jugó una muy mala. 

Me pase el día entero tirada en la cama con el dolor de la barbilla la incomodidad del yeso, parecía que mi verano no serviría de nada,  mi papá se olvidó de mí no me llamaba ni yo a él, mi hermano, mamá y papá dos se la pasaban de lujo y yo tirada en la cama sin poder moverme, decido poner música por toda mi habitación suena Post Malone mi rapero favorito Sunflower mi canción favorita, empiezo a cantar.

Then you're left in the dust

Unless I stuck by ya

You're a sunflower

I think your love would be too much

Or you'll be left in the dust

Unless I stuck by ya

You're the sunflower

You're the sunflower.

Me entretuve escuchando música, las sirenas de la policía molestaban intentaba no prestarle atención dejé la música, busqué mi iPad y abrí una app que uso para leer . Cuando despegué mis ojos del IPad me di cuenta que la noche había caído y que mi playlist ya estaba muy lejos de Post Malone, una canción en español estaba sonando de Wisin y Yandel; me removí en la cama y puse los pies en el piso tomé las muletas caminé hasta las escaleras iba hacer una aventura intentar bajarlas, lo conseguí la casa parecía un cementerio de silenciosa fui directo a la cocina busqué pan nutella y mis adorados doritos estaban tan concentrada que no presté atención que alguien había entrado a la cocina. 

—No deberías estar aquí a esta hora—dijo Godzilla provocándome un susto de muerte. 

—Y tú deberías aprender a no matar personas del susto, además las órdenes las doy yo.—lo señalé con la cuchara.

—Siempre vas hacer una niña caprichosa—Godzilla lo dijo con altanería. 

—Y tu siempre vas a estar enamorado de la niña caprichosa.—había dicho algo que sabía que le dolería. 

—Creo que deberías callarte—sus palabras sonaban con enojo.

—Touche.

Pronuncie esas últimas palabras con un tono de burla, le pase por el lado, jugaba con la paciencia de Godzilla siempre me gustaba sacarle en cara que yo le gustaba tomé una última cucharada de nutella me la entre en la boca lentamente pase la lengua por mis labios. Pase por su lado golpeándolo con la muleta, fui directo  al estudio me encerré a tocar la guitarra; cuando vi la hora me escabullí como siempre hasta llegar al patio trasero tomé la canasta que tengo guardada debajo de la lancha camine con las muletas como pude por el camino de piedra, llegue a mi lugar favorito me senté saqué una lata de cerveza y mi guitarra empecé a tocar los primeros acordes cuando alguien me interrumpió.

—Esa canción no tiene ningún sentimiento—dijo un chico a mis espaldas. 

—¿Y a ti que te importa si es con sentimiento o no?.—le respondí. 

—¿Porque vienes a un lugar público a tocar?.—era el chico que había violado con la mirada. 

—No,  es un lugar público, es mi cementerio.—le dije.

—¿Cementerio?—el chico miró a su alrededor. —No veo tumbas ¿estás segura que esto es un cementerio?.—preguntó.

—Te dije que es mi cementerio personal—una sonrisa se dibujó en mis labios.

—¿Cementerio personal?—las últimas palabras la pronunció en tono de burla.

Aquel chico de piel blanca cremosa, con cabello negro, barbilla cuadrada, nariz perfilada y labios carnosos  se quedó mirándome directamente a los ojos, era el mismo chico de anoche en el búnker y mi vecino.  

Él era  la reencarnación de Oris el Dios más hermoso de Egipto, no podía quitar mis ojos de los de él nuestras miradas estaban entrelazadas en una batalla campal; él retiró su mirada primero aclarando su garganta para hablar. 

—-Me das cerveza—sentándose sobre una de las pequeñas lápidas que yo misma había creado. 

—Se supone que eres rico deberías tener tu propia cerveza.—bufé. 

—¿Y si no soy rico qué pasa? .—cruzo sus brazos. 

—Estás en el lugar equivocado— antes de que pronunciara otra palabra unos disparos se escucharon.

Con el susto me enrollé sobre su cuerpo, luego dos disparos más se escucharon, presione el chip de rastreo de emergencia que tenía mi reloj solo me faltaba esperar que me fueran a buscar. 

—¿Qué es lo qué pasa ?.—pregunto el chico sobre mi

—No lo sé por si no te has dado cuenta estoy al lado tuyo.—grite.  

—¿Ahora te la das en comediante?.—su respiración se sentía en mi odio.

—Realista ¿crees que si supiera estaría aquí? Puedes párate me aplasta.—se levantó un poco haciendo que nuestras miradas volvieran a juntarse.

Las tropas de los S.W.A.T llegaron antes de que pudiera responder llevándonos a cada uno a  en diferentes carros. 

—¿Me puedes explicar qué hacías afuera?—Grito Godzilla. 

—Lo  qué me da la gana no soy una presa en mi propia casa y otra cosa no quiero ir a ese búnker otra vez.—Godzilla estaba rojo de la ira. 

—Esto no es un juego Cleopatra al parecer la mafia está metida en el recinto.—dio un manotazo en la mesa. 

—¿Y eso que tiene que ver conmigo?—pregunte enojada. 

—No solo contigo con cada niño rico caprichoso que está en este recinto.—me seguía gritando.

—No me grites, como no tiene nada que ver conmigo hago lo que me da la gana no eres mi papá solo un guardaespaldas.—le 

grite. 

—Gracias al cielo no soy tu padre, yo hiciera lo mismo te dejara sola nadie te soporta.—le di una cachetada.

—Súbeme a mi habitación ahora y que sea la última vez que me hables así no eres nadie.—le volví a gritar. 

—Si señorita. 

Esas fueron las últimas palabras de mi guardaespaldas antes de subirme a mi habitación. 

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