¿Seres de un mundo paralelo?

   Estuvimos varios días de viaje hasta que llegamos a un lugar donde un hombre llamado Amir un hombre bajito comparado con Mateo le calculo que media 1.60 Y Mateo su 1.75 se que era algo bajo comparado con Paolo ya que era de la misma estatura que Josué que media según mi cálculo 1.78 aunque Josué con sus brazos fuertes y su cuerpo algo robusto se veía más grande para mi que apenas media 1.23 ya imaginarás que me sentía una hormiga al lado de esos hombres altos y mucho más fuertes que yo que apenas pesaba aproximadamente 24kg.

   Al fin de tanto arena y arena, de lejos las 3 pirámides de Guiza y la Esfinge que me daba tanta curiosidad por verla ya que era cuerpo de León y cara humana, pero me encantaba la mezcla, al llegar me ayudó a bajar Paolo y me acerco a un hombre que trabaja para Amir, este Paolo confiado le dice que me ate y lógicamente el hombre no le entiende pero a pesar de mi situación tuve que aguantar la risa que ya Paolo le hacía señas al hombre para que me atara las manos.

   Y llevar casi 4 minutos en eso era para reír si o si, aunque todo parecía en mi contra ese detalle de hacerme reír sentí que me hizo bien, hasta que Amir sólo ríe y le dice en su dialecto lo que cree que Paolo le quiere decir hace que Mateo no aguanta más y dice

   Paolo: por favor puedes ayudarlo, es que verlo así me hace sentir pena ajena, ve Osama.

   Lo que si sabía era que ellos tenían nombres difíciles y más me enrede cuando Osama llamo a un joven llamado Madu este ya era un chico de 16 años aproximadamente se que era contemporáneo con los gemelos y de estatura era un poquito más alto calculo que media 1.65, su piel era bronceada igual y sus ojos eran castaños claros y su pelo liso marrón claro quien se acerco y en un perfecto español se presentó ante mi y los demás.

   Me vio con gesto triste al oír que me querían atar las manos ya que había sido entregada a ellos para luego ser vendida, sólo pudo ver los presentes y sin verme a la cara me ató y me alejo de los hombres, yo mientras lo veía curiosa y al notar mi distancia con los hombres le digo

   Zafiro: ¿Por qué no nos escapamos?, tu te conoces bien el terreno, yo no te sería un estorbo, huyamos.

   Su silencio me confundió y cuando iba a repetir lo que dije me respondió con des animo y triste

   Madu: acá no hay salida, nos encontrarán fácilmente o lo peor es que caigamos en manos de otro vendedor de esclavos.

   Me queje y le expliqué mi situación pero tuve la misma respuesta, cuando llegábamos al lugar algo me detuvo y vi una mujer que llamo mi atención con ropas negras al igual que su velo negro, pude notar que era una mujer de piel blanco quemado y ojos verdes su ropa me daba curiosidad ya que aunque era tapada se podía ver su linda figura.

   Comparada con otras mujeres que vestían con faldas mas largas y su cabello tapado o su rostro cubierto pero ella sólo tapaba un poco su rostro y no su cabello, nos miramos un rato hasta que Madu me dio un fuerte tirón y seguí el camino, no quise preguntarle por la mujer porque capaz y respondía ‘nadie’ y allí si que me iba a enojar así que preferí no hablar.

   A unos pasos más estaba una gran casa y dentro de ella vi varios niños como el y yo, hasta que vi algo que llamo mi atención y creyendo que era una broma de mal gusto vi una orco, algunos elfos, y algunas chicas que en su cabeza tenían una cabeza de lince y ave, me dio curiosidad y cuando justo le iba a preguntar viene y me dice

   Madu: acá no les gusta la gente preguntona, entra a la celda.

   Lo mire con mala cara y vi como el también entraba a una celda y sin miedo le dije: eres un grosero, preguntar no es malo.

   Fue cuando oí una voz que llamo mi atención era de una joven orco de 8 años igual que yo, lógicamente era más alta que yo media 1.58 al lado de ella habían otras chicas orcos y mientras las observo me dice

   Niña orco: no tengas miedo, acá en parte estas a salvo, mi nombre es Elvia, ¿Tu como te llamas?

   Le sonreí en gesto amable y le dije: mi nombre es zafiro.

   Esta asombrada dice: genial, como una hermosa gema de mi aldea.

   Como mi curiosidad pudo más le pregunté a Elvia que me explicará muchas cosas pero la más importante es como ellos estaban acá.

   Elvia se tomo su calma y me explico desde antes de su secuestro en la aldea y de los demás chicos y chicas hasta su llegada a Egipto, mientras más le preguntaba de su aldea y su mundo más me encantaba y deseaba conocerlo con tal de salir de esa jaula creo que cualquier lugar era mejor que está prisión, pero mis planes aún no habían cambiado pero lo que si sabía es que pensar en aquella mujer de negro me hacía sentir algo intranquila y sentía que debía conocerla aunque aún no sabía ni entendía el porque de tantas cosas.

   Pase otra vez varios días sin poder dormir bien, y Elvia que era un poco protectora con las chicas me hacía dormir un poco mas luego de recibir algo de desayuno, eso sí nos alimentaban bien porque no les convenía vendernos estando muy delgadas o con alguna enfermedad.

   Nos dejaban pasear de cuando en cuando por los alrededores, pero en compañía de algunos hombres cuando eran distancias largas, de cuando en cuando pasaba un hombre queriendo comprar una esclava o futura esposa para el o su hijo, cosa que a mi me enojaba un poco pero en algunos casos lo respetaba.

   Elvia junto con Luisa una hermosa Elfa de 9 años con su piel morena y sus ojos castaños claros aunque parecían más un color caramelo por su hermoso tono de piel y su cabello rizado algo largo, las 3 nos habíamos vuelto muy amigas y eso en parte me hacía feliz, ya que no las sentía como unas amigas sino como unas hermanas, Luisa fue tan hermana mía como mi propia hermana de sangre y eso me hacía sentir tanta calidez que en el fondo se lo agradecía.

   Después de esas semanas sin dormir, ya el que ellos llamaban ‘jefe’ le habían avisado y en cierta forma eran un poco flexibles conmigo, ya que decían que era porque aún no me acostumbraba al clima y ya luego de unos días podía dormir tranquila. En esa semana que dormía bien y más o menos estábamos tranquilas, el jefe tubo un cambio de ideas quería que los chicos que tenían más tiempo aprendieran un poco de defensa aunque eso podía ser un arma de doble filo el Jefe sabía como manipular los y hacer que fueran ‘dóciles’.

   Como el solía decir a veces “los niños y los humanos son como los caballos, debes saber los domar y ser un buen jinete” frase que siempre que la escuchaba me erizaba la piel, trataba de no darle importancia pero aún así era difícil.

   Nos separaron por grupos, es decir los chicos en la celda de al lado de las chicas, teníamos hora de dormir a menos que fuera por algo importante y está vez al jefe no le importo mostrarse ante los demás. La primera vez que lo vi fue cuando se acerco al área de la cocina y busco un bol de agua para beber, lo mire de re ojo y lo pude detallar un poco, vestía siempre con una camisa larga parecida a una bata de color blanco con líneas rojas, un cinturón algo ancho de color dorado oscuro, sandalias marrones y un sombrero que tapaba su cuello y  cabello su nombre real era Said pero todos le decían Jefe, su piel era un blanco quemado y siempre estaba con un camello.

   Sabía que siempre estaba al tanto de todo incluso cuando enfermábamos dependiendo de nuestra área se preocupaba más o menos, recuerdo que un día uno de los chicos que el mandaba entrenar para luego vigilarnos cayó enfermo debido a una picadura de un Escorpión, iban a llamar una mujer que sabía de hierbas pero al parecer no estaba hasta que Elvia comenta que una vez yo le había comentado que había leído de hierbas medicinales y puede que yo supiera ayudar, claramente pensé que la ignoraría y buscaría a alguien más pero accedió a que yo lo intentara y que Elvia me ayudará en todo lo que fuera.

   Me congele por un momento ya que la vida de Manuel estaba en mis manos, Manuel era un chico de 14 años, el era de un país llamado Venezuela, era delgado de 1.70 sus ojos eran grises, su piel un blanco caramelo y su cabello era negro liso, me gustaba hablar con el sobre como era su país y como era el clima en cada mes.

   Yo al verlo no sabía si llorar, sólo me quedé helada al verlo sufrir mientras decía

   Zafiro: Elvia estoy nerviosa, por favor no te alejes mucho de mi.

   A lo que está me abraza y me dice: yo se que tu puedes, confió en ti.

   Mientras decía para mi ‘por favor ayúdenme a recordar como curarlo’, en ese simple momento recordaba la base de sacar el veneno y mientras decidí hacer eso le dije a Elvia que buscar y les dije a los chicos más cercanos que me ayudan, así que me ayudaron el total 4 personas, Elvia, Lorenzo, Franky con su hermano Hansen estos últimos eran Orcos igual que Elvia y eran 2 años mayor que yo.

   Efectivamente entre los 4 calmamos a Manuel quien sudaba mucho y estaba entrando en ansiedad, como en mi área siempre tenía que tener las manos limpias confíe un poco mas en mi, y mientras le lavaba la herida con agua fría para desinfectar la de algún posible virus, como no teníamos agua más fría lo que hacía era  buscar la pañitos limpios y mojarlos con el agua y con ambos paños mojados tapaba su herida.

   Pedí quedarme con el hasta que llegará la señora que lo curaría mientras le pedía a Elvia unas flores para luego de todo calmarlo un poco más, no sabía si eso era todo lo que podía hacer, pero me calmaba un poco al ver como el se calmaba mas al este saber que yo no me apartaría de su lado.

   Efectivamente con mis leves socorros Manuel se curó rápido de la picadura y yo ya tenía 2 áreas que me debía encargar, ser enfermera de todos en caso de lastimarse o enfermar y la cocina, algo que agradecí fue un pequeño libro que le prestó la mujer al jefe para que yo aprendiera un poco mas de dichas hierbas medicinales, no te que era un libro que ella había hecho a mano de varios apuntes, flores que reconocía y flores nuevas, todas las noches luego de la cena las estudiaba y memorizaba.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo