8. Hora del almuerzo

Erick estaba descubriendo un nuevo pasatiempo: hacer enojar su futura novia falsa. Le gustaba ver como sus mejillas se tornaban rosadas y el brillo que aparecía en sus ojos cuando estaba molestaba. Le interesaba mucho su forma de actuar, en privado no temía atacarlo verbal y físicamente pero cuando tenían compañía todo se reducía a una mala mirada.

Esperaba la explosión en el momento que entro al auto y no se equivoco, quiso esbozar una sonrisa pero sería contraproducente, la idea era poder llegar a un acuerdo y si estaba enojada no llegarían a ningún lado. Le lanzo una mirada a Vicente para que arrancara el coche y se volvió hacia la mujer.

- Modales debería aprender usted, es irrespetuoso dejarme esperando mientras está haciéndose arrumacos con el contable.

- ¿Puede dejar de decirle así? – Sophia no evito un revoleo de ojos. – Su nombre es José y creo que es mejor cambiar de tema, mejor dígame hacia donde nos dirigimos.

- Vamos a un restaurante del que soy dueño a comer y aprovecharemos a llegar a un entendimiento respecto a la casa.

- Señor no crea que me he olvidado la forma en que me presento con el vicepresidente Jones - ella levanto su ceja derecha y lo miro con obviedad - eso no es juego limpio.

La cara de Erick se lleno de burla.

 - Cariño deberías aprender que yo siempre juego para ganar - cuando vio a la pelirroja fruncir las cejas rápidamente agrego - Con este trato ambos saldremos ganadores, tu obtienes los títulos completos de la casa y yo consigo que Vanessa regrese conmigo.

Sophia estuvo pensando en eso mucho tiempo, ¿porque ese hombre quería montar una farsa cuando su ex estaba desesperada por ser la señora Harris? ¿Porqué no simplemente decirle que la quería a su lado nuevamente? Decidió preguntárselo.

- Primero que nada no soy su cariño. ¿Qué necesidad hay de meternos en un noviazgo falso que seguramente nos traerá problemas, si usted sabe que la señorita Vanessa está dispuesta a volver con usted? - Sophia lo miro fijamente - ¿Hay algún motivo oculto?

El silencio se apoderó del vehículo, por un momento pensó que no la había escuchado, así que abrió su boca para reformular la pregunta pero él por fin le contesto.

- Ya sea porque seremos pareja o porque somos propietarios de la misma casa, creo que deberíamos dejar de ser tan formales, puedes decirme Erick. Yo tengo mis métodos y formas de actuar, no debería preocuparse por eso, simplemente tiene que aceptar.

 -Señor Erick, yo no puedo confirmar en la palabra de un hombre que conocí hace 4 días aunque este hombre resulte ser mi jefe. Creo que deberíamos redactar un contrato donde quede estipulado las condiciones y límites de este acuerdo.

Si Erick se sorprendió o no debió a sus palabras era imposible de saber, su expresión no cambio en ningún momento. 

- No es lo que esperaba pero al menos ya no soy "Señor Harris", es un progreso - luego se dirijo al chofer - Haz que nos tengan listos un bolígrafo y papel para poder hacer una lista.

Vicente que hasta el momento había permanecido en silencio, asintió con la cabeza mirando a su jefe a través del espejo retrovisor. No podía emitir palabra debido al estado que se encontraba. No entendí como su jefe no había despedido todavía a la mujer. Si cualquiera de sus empleados, incluso él, se atreviera a hablarle de la forma en que la señorita Miller lo hacía, hubieran sido testigos del temible temperamento del presidente.

Rápidamente llegaron al restaurante pero antes de que pudieran ubicarse en la mesa que estaba destinada exclusivamente para el dueño, fueron detenidos por una voz a sus espaldas.

- Que coincidencia, Erick no sabía que estarías aquí. Déjame presentarte a mi pareja, Liam Brown.

Vanessa vestía como si se tratara de un evento importante, usaba un vestido que se ajustaba a su cuerpo y un maquillaje que resaltaba sus grandes ojos. Tenía su brazo entrelazado con el del hombre que antes había presentado, Liam Brown. 

Liam, que llevaba un traje que se notaba no era para nada barato, sonreía amablemente a la pareja que tenía en frente. Aunque estuviera enamorado de su compañera, podía reconocer a una bella mujer cuando la tenía delante, asi que se detuvo viendo a la pelirroja unos segundos más.

Esto no paso inadvertido para Erick que ya sabía absolutamente todo sobre el actual novio de su ex. Con esa cara carente de barba y ese cuerpo delgado bien podría confundirse con un adolescente en desarrollo. Sabía que su único atractivo era su cuenta bancaria, y a pesar que debería sentir celos al verlos juntos, lo que lo molestó fue ver la mirada que le dedico a su asistente. Con poca sutileza y una mirada tan fría como para bajar los grados a su alrededor, posó una mano en la cintura de la mujer y finalmente habló.

- Nosotros tampoco sabíamos que se encontraría almorzando justo en mi restaurante señorita Lewis.

- Erick sabes que es mi favorito, siempre que puedo vengo aquí.

Sophia pretendía permanecer en silencio pero al ver que había ignorado a propósito al hombre decidió intervenir.

- Un gusto señor Brown, mi nombre es Sophia Miller. - después de estrechar manos y dedicarle una sonrisa amable agrego - Yo soy..

- Ella es mi asistente - Erick la interrumpió y le lanzó una mirada que decía debía cuidar sus palabras - ¿No es así Sophia?

- ¿No fuiste despedida ayer querida? - Vanessa no la dejo decir nada más - No importa. Cariño, Erick es el dueño de la empresa donde trabajo, deberíamos aprovechar la ocasión y almorzar todos juntos, ¿no les parece? 

Sophia creía que su jefe, que tiene un plan para recuperar a su ex novia, no aceptaría la invitación así que se adelanto a rechazarla para evitar una grosería de su parte. 

- Lo siento mucho señorita Lewis, pero estamos aquí para discutir un tema de trabajo, quizás en otra oportunidad.

Erick simplemente confirmo sus palabras asintiendo con la cabeza y luego la giro para dirigirla a su mesa. Tenía ganas de confirmar el noviazgo frente a la pareja pero primero debía llegar a un acuerdo con la mujer que lo acompañaba.

Vanessa apretó sus puños por la forma en que fue ignorada. Había notado la mirada que Erick le lanzo a su novio así que asumio que iba a decir algo más para demostrar sus celos pero al verlo abrazarla le dio un ataque de ira terrible. La idea de almorzar juntos fue algo repentino porque no quería dejarlos solos pero ahora le tocaba ver sus espaldas al irse. Ya le había advertido a esa mujer que se alejara de su hombre, ahora era momento de actuar.

Liam no percibió el cambio en la castaña. Para el era mejor comer solos así que no le importo el desplante del hombre. Estaba tan enamorado que no se daba cuenta de que era usado para darle celos al jefe de su novia. 

Vicente en cuanto los vio la seña que hizo su jefe fue a alcanzarles el bolígrafo y una agenda para poder redactar el contrato. 

Después ordenar para ambos, Erick habló.

- Sophia ya es momento de hablar sobre negocios. - haciendo una seña hacia donde se encontraban los elementos recién traidos - ¿Cuáles son sus condiciones? Debemos redactar esa lista lo antes posible, como era es necesario llegar a un acuerdo rápido.

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