Capítulo 2

Emma.

No tenía derecho Luke a negarme mi alimento, es despiadado y cruel sin mencionar lo molesto que es para mi. No se como mi padre me pudo comprometer con un hombre como él, según mi progenitor quería que yo tuviera una gran vida sin falta de nada, ya que no quería que pasara pobreza como él la tuvo cuando era más joven. Aunque prefiero ser pobre antes que infeliz con riquezas.

Me dirigí a mi habitación que se ubicaba en el segundo piso del castillo. Este reino tiene más de 100 cuartos, pero mi recámara fue elegida por el rey, ya que está a un lado de sus aposentos.

Al llegar a mi cuarto cerré la puerta de un portazo, estaba tan enojada con Luke por no dejarme probar un bocado y más con mi padre por permitirlo, aunque es de esperarse ya que siempre está de su lado aunque me de el rey los peores castigos no hay día que este en si contra.

Mi habitación era la más sencilla del castillo, pues sólo tenía una cama matrimonial con sábanas blancas y rosas, un armario en donde guardo todas mis prendas —vestido, faldas, suéteres, etc.—, un pequeño tocador con un espejo en donde hay materiales para peinarme y dos muebles de color beige a lado de mi cama en donde guardo mis cosas personales.

Me acosté encima de la cama para poder descansar un poco. Del mueble izquierdo saqué una libreta con tapas de piel y un lápiz de color rosa. A diferencia de todos los vampiros de la vida, a mi me gusta vestir de colores vivos, no me gusta los tonos oscuros ya que todos en la villa los usa, incluyendo mi padre y Luke. Por eso amo la aldea de los licántropos, porque ahí hay vida.

Amaba dibujar, desde que tengo memoria siempre he dibujado. Tengo todos los cuadernillos de cuando era niña hasta esta edad. Cada vez que se me termina uno, Van me hace el favor de regalarme otro al igual que los lápices. Anthony sabe la pasión que tengo por el arte.

Comencé a dibujar el paisaje que había visto en el bosque, el árbol de tronco grueso de inmenso tamaño y el venado detrás de el. Minutos después las campanas reales empezaron a sonar haciendo estruendo por todo el castillo dando aviso de que la junta había empezado. No le di mucha importancia a los toques de la campana, ya que estaba castigado, así que no tengo porque darme prisa por llegar al gran salón.

Segundos después, la puerta de la habitación fue abierta dejándome ver a Luke con un traje negro a la medida, llevaba su corona de oro heredera por su abuelo, su cabello rubio perfectamente arreglado y en sus manos llevaba ¿Un vestido? El rey se acercó a mi hasta llegar a la cama en donde estaba acostada.

En su mirada se podía dar cuenta uno que estaba frustrado y algo enojado, pero al acercarse a mi cambio su semblante como si estuvieras apenado de algo que hizo.

—Te quiero en 5 minutos en el salón a lado mío, ni un minuto más tarde Emma, sabes que no tengo paciencia —dijo Luke dejando el vestido en mi cama cerca mío.

Antes de que pudiera decir algo Luke salió de la habitación. Dejé mi cuadernillo a lado mío para pode tomar el vestido que estaba a unos centímetros lejos de mi.

Al tomarlo, me pude dar cuenta que era negro. Lo miré con más detalle y noté que tenía un par de perlas incrustadas en el. Era de manga larga pero la espalda estaba un descubierta, largo hasta el suelo, tenía una abertura para que luciera mi pierna izquierda. Siempre a Luke le ha gustado que use vestidos elegantes dejando partes de mi cuerpo descubiertas.

Tomé el cierre de mi vestido gris con amarillo para quitármelo y ponerme el indicado. Desde que era pequeña me gustaba colocarme vestidos elegantes y estar muy bien vestida.

(...)

Al llegar al salón pude ver que había muchos vampiros del consejo —varios hombres que ayudan a Luke a tomar una decisión o informan sobre los problemas del pueblo—, había más hombres que mujeres. Caminé entre toda la gente tratando de buscar a Anthony quien me prometió que iba a estar aquí.

De lejos pude visualizar a mi hombre lobo bebiendo un poco se vino tinto con Elisa —perfecto—, pensé, no me iba a sentir sola en esta reunión. Evité miradas de molestia entre todos los vampiros que había para llegar a mi objetivo, pero antes de lograrlo una mano tomó mi muñeca impidiendo que fuera con mis amigos.

—¿Me puedes explicar en dónde estabas? —exclamó Luke molesto.

—En mi cuarto —susurré.

—Necesito tenerte a mi lado ¿Oíste? —me miró algo apenado.

—Si —bajé la cabeza.

Luke tomó mi mano con delicadeza para caminar hasta el escenario en donde tenía que dar su discurso alejándome de mis amigos. No se porque tengo que estar a lado de él, es más, mucha gente empieza a detestar al rey por tenerme como su "pareja".

Subimos a la tarima en donde Luke iba a captar la atención de todos los vampiros y licántropos que había. Estaba nerviosa pues estaba mi mano entrelazada con la del rey siendo la atención de todos. Sin querer me apagué más a él para sentirme un poco tranquila, ya que si las personas me ven fijamente me pongo nerviosa. El rubio no se quejó de mi cercanía, hasta pudiera jurar que le gustó.

—Su atención por favor —comenzó Luke—. Hemos estado recibiendo noticias de que hay vampiros y lobos muertos en la frontera, tenemos que descubrir quién es el culpable de esto, lo que sabemos es que no son vampiros ni lobos los que están haciendo esto, ni humanos, es otra criatura —explicó Luke—. Así que tenemos que aumentar la seguridad para proteger a las mujeres que hay y a los más grandes, los vampiros tendrán que hacer guardia toda la noche y los licántropos todo el día.

—¿Estás criaturas que pueden ser? —preguntó Anthony.

—No lo sabemos, pero tenemos evidencia que es alguien de un tamaño promedio y utiliza herramientas para atacar a sus víctimas —contestó Luke—. Hemos estado investigado a una víctima que tiene rastros de su atacador —informó— hasta que localicemos que es esta amenaza les pido que no salgan sin ninguna compañía, tienen que estar con alguien de preferencia las mujeres con hombres al igual que los niños, ahora solo son muertos en la frontera, después estarán aquí, eso es todo —finalizó el rey.

Lo que acaba de decir Luke no puedo negar que no me causó un poco de pánico, era a lo que se refería Van cuando estábamos hablando.

Cuando Luke terminó el discurso varios empezaron a murmurar cosas acerca del tema hablado. Se que todos tienen a confianza en el rey, pero yo no puedo jurar que él me va a proteger de esas criaturas ya que hay mucho rencor entre nosotros dos. Las personas del consejo con muy importantes al igual que Anthony, por eso sólo vinieron ellos, no hay nadie de la villa que no tuviera un puesto en el reino.

Ambos bajamos del escenario tomados de la mano como una pareja feliz, ya que para todos Luke está muy enamorado de mi y por eso me escogió sin ser su alma gemela -la persona con la que está destinada a casarse y a vivir juntos hasta la eternidad-. Pero la realidad no es así y Anthony como Elisa son los únicos que saben la verdad además de mi padre.

—Iré hablar con el consejo, por favor no hagas ni una locura —susurró en mi oído.

Asentí con poca gana y soltando un bufido por mi parte, no quería hacer lo que él dijera. Esperé a que Luke se fuera para hablar con sus amigos y así yo me dediqué a buscar a Anthony con la mirada.

Aunque mi búsqueda a veces era interrumpida por el hambre que tenía, mi parte humana pedía a gritos que la alimentara, pero no había nada de comida ya que un vampiro no necesita alimento.

Toqué mi estómago para que dejara de rugir un poco, ya que no quería que nadie se diera cuenta de ello. Pero al estar mirando mi vientre no me di cuenta hacia dando caminaba haga que choque con un cuerpo haciendo que retrocediera un poco. Alcé la mirada y me encontré a mi hombre lobo quien usaba un traje azul marino a su medida haciendo que resaltara su musculoso cuerpo.

—Anthony —lo abracé.

—Pequeña —me recibió en sus brazos.

En ese momento, sin querer mi estómago rugió haciéndome sentir avergonzada totalmente para después sonrojarme sintiéndome muy apenada delante de Anthony.

—Al parecer alguien tiene hambre —rio Anthony pegándome más a su cuerpo.

—No he comida nada, muero de hambre —susurré avergonzada.

—¿No has comido? —negué—. ¿Por qué?

—Luke.

Al sólo decir su nombre el rostro del hombre lobo cambió totalmente, parecía ahora algo enojado con Luke, pues gracias a su rivalidad no lo acepta con mucho agrado. Anthony miró hacia todos lados para tomar mi mano y caminar entre todas las personas.

De reojo pude ver a Luke quien estaba hablando con el consejo seriamente. Temía que si me iba, él me podría castigar dejándome sin comer nuevamente y no quiero eso, pero tenía que correr el riesgo con Anthony.

Salimos del salón encontrándome con la soledad. No había nadie en los pasillos del castillo ya que todos estaban en la junta. Anthony sabía en los lugares del reino, ya que muchas noches entraba a escondidas por alguna ventana abierta y me venía a ver.

Caminamos por las escaleras deprisa, no entendía porque íbamos corriendo ya que no había nadie detrás se nosotros, aunque estar con él me encantaba, así que no me quejaba se estar a su lado. Todo el camino se encontró en soledad con algo de frío en los pasillos, pero toda la oscuridad y miedo se acabo cuando entramos a mi habitación. Como había dicho Anthony ya conocía el castillo como yo, obviamente a escondidas de Luke ya que o sino ya lo hubiera desterrado.

A entrar a la habitación Anthony se encargó de cerrar la puerta con delicadeza sin soltar mi mano, era una de las cualidades que me gustan más de él, amabilidad y madurez. Caminamos ambos hasta mi cama para que después el hombre lobo se sentará en ella.

Quedé delante de él esperando a alguna respuesta del por que estábamos en mi habitación encerrados. Aunque lo único que hizo fue tomar mi cintura delicadamente para después sentarme en su regazo. Eso hace siempre, no es una posición que me haga sentir incómoda, pues desde que lo conozco me hace mimos.

Pude observar que Anthony hizo crece una de sus uñas convirtiéndola en garra para cortar después su muñeca dejando caer sangre de ella. No sabía que podía hacer eso con su cuerpo. Él acercó su muñeca a mis labios haciendo que tuviera mucha sed.

—Sólo bebé pequeña, quiero que lo hagas —suplicó.

Se pronto apareció Van sentado a lado de Anthony con su semblante tranquilo y sin preocupación.

—Bebe de él y no te detengas Emma —susurró Van.

Gracias a las palabras de Van, tomé la muñeca de Anthony acercándola a mis labios para después beber de ella rápidamente y si piedad. Conforme iba bebiendo de su sangre mi espalda se recargaba en su pecho para tomar de ella cómodamente.

—¿No te molesta? —me aparté de su muñeca.

—Es una sensación increíble Emma, no te detengas por favor —pidió algo agitado.

—No te vez bien, lo mejor es detenerme —hablé.

—No, continúa —pidió.

No pude contenerme y comencé a beber de la muñeca de mi hombre lobo con más fuerza. Ya que el líquido rojo tenía un sabor dulce que hacía que no me pudiera detener. Aunque se el peligro que puede traer al succionar mucha sangre de un cuerpo, una de las consecuencias puede ser un simple desmayo o inclusive la muerte.

Unos segundos después abrieron la puerta haciendo que me alejara de Anthony por inercia. Discretamente miré quien era la persona que entró a mi habitación sin ser invitado interrumpiendo la alegría que tenía al estar con mi hombre lobo.

—¿Me pueden decir que estaban haciendo? Y tú Anthony ¿Por qué mi prometida está tomando de tu sangre y sentada en tus piernas? —exclamó Luke.

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