Capítulo 5

Escucho mi despertador, quiero seguir durmiendo, pero de la nada siento cómo dos cuerpos se hunden en mi cama, abro los ojos para encontrarme con “Los repetidos”. 

— ¡Los quiero fuera de mi habitación, ya! —Grité-. 

Me levanto de la cama y me dirijo al baño, Alice lo está usando, me siento a hacer pis, mientras me cepillo los dientes.

—¿Que ya no existe la privacidad?—preguntó.

—El baño es para las dos.—Todos saben que no soy buena en las mañanas.

Voy a mi habitación, me pongo unos jeans negros, una camiseta blanca, mis Vans negras y mi chaqueta jeans, tomo mis lentes y salgo al comedor, donde papá le está dando un sermón a los gemelos

— Espero que este año no hagan travesuras.—sonaba serio. 

— Claro que no, somos unos ángeles, ¿cómo crees eso de nosotros papá? —se  quejaron los repetidos .

—¿Angeles? pero del infierno. —dijo Alice  mientras desayunaba su  avena.

— Sólo espero que ustedes cuatro se sepan comportar. No quiero que arruinen mi último año de escuela.  —ese fue mi hermano Marcos. 

« Aclaración de Los Milli»

° Tenemos el hermano mayor,casado. Lucas es alto, rubio, ojos grises, como los de Alice y papá, tiene treinta años, su cuerpo está bien trabajado, ya saben; horas de gimnasio, tiene una sonrisa encantadora, es doctor.

°Linda, la esposa de Marcos,  es castaña  con ojos verdes, cuando ella te abraza sientes paz, lo único que no me gusta es que siempre te está psicoanalizando y que con su embarazo se ha vuelto un poco loca, es muy pequeña en comparación con mi hermano, es psiquiatra. Viven aquí en Altdorf.

° Después tenemos al pedazo de mi hermano, Marcos, es súper alto, cabello castaño, ojos café oscuro, una boca de pato, como le digo, cuerpo atlético y un súper ego, cree que es el último hombre del mundo y que todas las chicas babean por estar con él, tiene 18 años, un año mayor que yo, está en último año de secundaria y es una verdadera molestia, siempre ha sido muy popular y capitán del equipo de baloncesto. 

° Seguimos con Alice, es pequeña, con ojos grises, una genética genial, llena de pecas, pelinegra, con un cuerpo que envidiar. Las dos somos pequeñas, aunque me duela admitirlo, ambas somos cerebritos; tenemos la misma edad, mi hermana es la típica chica que le gusta a todo el mundo; por ser muy simpática es popular, porrista, atractiva Estamos en nuestro penúltimo año, tiene 17 y su sonrisa es como la de un ángel, ella tiene esa aura que da seguridad.

° Sigo yo; pelo castaño con rubio, ojos uno miel y el otro verde (tengo heterocromía), soy  pequeña, aparte de ser depresiva y rara, de la familia, estoy un poco loca si no me creen pregúntenle a mis psiquiatras.  Desde los 6 años, uso lentes, de mí no hay mucho que contar.

° Claro, también, tenemos a Los Sufridos y Temibles: Repetidos. Tienen el pelo castaño y ojos marrones, físicamente se parecen a papá, su genio no sé de quién lo heredaron, son hormonas de 15 años y aún creen que son perfectos. Este par debería tener fichas hasta en la policía, los dos eran capitanes, uno del equipo de natación y otro del equipo de fútbol en nuestra antigua escuela, tienen el título de rompe corazones al igual que mis otros hermanos la diferencia estos dos le sacan canas verdes a cualquiera. 

° Después tenemos a la señora Rose Milli, mamá, su pelo es castaño con ojos verdes, blanca y estatura promedio, debo admitir que para su edad tiene un buen cuerpo, mamá siempre se ve delicada y con ella te sientes súper protegida, cuando ella sonrie sientes que todo el dolor desaparece, a pesar de ser muy simpática, tiene un carácter de mil y un demonios. Mamá emigró de Croacia, ella es administradora de profesión, y ahora, co-dueña de un nuevo hotel. Debo admitir que mi mamá está un poco loca, le gusta ser social con todos los chicos que mis hermanos llevan a casa, y por alguna razón, a ellos les agradan mamá, ella siempre tiene la razón aunque no sea así.

° Después tenemos a papá , alto, rubio, ojos grises, piel blanca, es callado y solo habla cuando tiene un par de tragos en la cabeza, además la casa de Los Millis es de Italia. Sé que tengo tres tíos y mis abuelos que, en los últimos años, han sufrido mucho por mí. 

« Fin de la aclaración ». 

Este año estaremos todos en la misma escuela.

Mientras caminábamos, porque nos quedaba estúpidamente cerca de casa, Marcos iba dando instrucciones de lo que debíamos hacer y no hacer, todos se preparaban para ser capitanes de algo, en lo particular, eso a mí me daba igual.

Cuando entramos a la escuela, fuimos por nuestros horarios y cada uno se separó.

—Por lo menos no me tocan todas las clases con Alice. 

Mientras iba caminando por los pasillos, vi a alguien que se me hizo conocido. Pero es imposible, ¿o sí? 

Estaba segura que era él, cuando crucé por su lado, no se detuvo, ni siquiera una mirada o sonrisa, iba hablando con unos chicos y una chica lo abrazaba, su pelo estaba suelto, llevaba ese pequeño arito en su labio, sonrió como lo hacía siempre. 

Sentí que habían pasado horas mientras él pasaba por mi lado ignorándome. Como él me ignoró, así lo hice, lo último que necesitaba era que mi acompañante para fumar me reconociera.

Cuando sonó el timbre, anunciando el cambio de clase la cual me tocaba con mi hermana, ya ella estaba rodeada de mil chicas y chicos, yo sólo me senté delante la ignoré, que sea una resentida de la vida, no me hace que sea aplicada en la escuela, además quería estar lejos del imán de chicos llamada Alice Milli

Cuando el profesor llegó, también llegaron otros chicos, entre ellos estaba Ethan. Estoy segura que me vio, es decir estoy al frente cualquiera que entre puede verse , ignore la sensación que estaba sintiendo en ese momento. 

Alice se sentó al lado mío, sonriéndome pensé que Ethan se sentaría en algún otro lado pero lo tenía justo detrás de mí haciendo que mi estómago tuviera un nudo, la  campana sonó,  indicando que podríamos ir a nuestra casa a comer salí de ese curso a toda prisa necesitando que mis pulmones respirarán aire limpio. 

— ¿Era él cierto? —preguntó Alice a mi lado.

— ¿Podrías, por favor, hacer como que nunca nos viste juntos y que no lo conoces? Y ni se te ocurra decirle nada.—le advertí.

— Pero … 

— “Pero” nada Alice. —La corté.

 Nos tocaba preparar algo de comer, ya que mamá empezó a trabajar en un restaurante y papá en una fábrica, no entiendo por qué se buscaron ese trabajo si tienen el hotel. Después de discutir mil veces lo que íbamos a comer y qué cada uno preparara lo que quisiera,  salimos todos a la escuela otra vez esta vez estaba anestesiada para no sentir nada y que nada me importara. 

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