La hora de la verdad

La primera en salir fue Mayra, estaba super nerviosa y cedió a las lagrimas cuando pudo ver al hombre que la compraba, era un moreno alto y de cuerpo super grande que la miraba de manera lasciva, nosotras podíamos ver a través de los cristales a las demás personas, pero ellos no nos podían ver a nosotras, excepto en el momento que nos trasladaban a la cabina de oferta, yo era la quinta, quiere decir que era la ultima en salir. Las chicas fueron pasando de una en una, a las dos siguientes las compraron unos viejos bien gordos y con cara de que si no hacían lo que ellos deseaban la iban a pasar muy mal, así que ellas salían con la cara baja, Tysha fue comprada por una mujer que se veía que tenía aspecto de señora de sociedad, pero según Olivia era una mujer sádica, pues era de las que les gustaba hacer orgías y utilizar cosas que muchas veces las chicas no resistían, pero que también es una pieza importante en la mafia rusa, así que casi nadie se mete con ella.

Y llego mi turno, en mis adentros rogaba a Dios que si ya tenía mi destino echado pues que la persona que me comprara no fuera como las que se llevaron a las anteriores chicas. La puja empezó con un monto que nunca creí escuchar en mi vida, el hombre que, hacia la oferta, se refería a mi como el “ángel de los ojos azules”, Sky. Yo podía escuchar las ofertas cada vez más y más altas por parte de los viejos horrorosos que allí se encontraban. Hasta que desperté de mi letargo al que mis pensamientos me habían llevado, el sonido de la palabra “vendida”, me hizo reaccionar.

La persona que vino por mi fue un hombre, muy bien parecido un poco moreno y de complexión media, nunca me imaginé que el tuviera las cantidades de dinero de las que allí se hablaba, así que sin más fui a la cámara en la que me encontraba minutos antes y me puse una bata un poco más gruesa encima de la que ya cargaba para la exhibición.

El hombre que vino por mí, me indico hacia donde debía caminar y que subiera a un vehículo que nos estaba esperando, él permanecía serio sin inmutarse de ver que mi vestimenta no era muy cubierta que digamos, yo sentía un poco de frio, pero debía hacer todo lo que ellos me dijeron para al menos conservar mi vida, pues antes de salir Olivia me dijo que a mí me había comprado uno de los mafiosos más peligrosos de Italia.

[…]

-¿Qué hacía una joven tan bonita como tu en esa subasta? ¿Decidiste que era la mejor manera de obtener dinero?

-No señor, yo estaba allí en contra de mi voluntad, mis padres me vendieron al dueño del club.

-La hija del gran Bolívar Henzel siendo vendida como mercancía. El jefe no creerá todo esto.

Llegamos a una casa bien grande, fui escoltada por el mismo hombre que me sacó del club, me indico la puerta de la casa, dentro estaba una señora mayor con una sonrisa cálida y me miraba con ojos de amabilidad, era algo tan refrescante para mi alma, pues la mayoría de las personas de las que me había visto envuelta últimamente solo me miraban como objeto.

  • Hola pequeña, soy Julia la ama de llaves de la casa, el señor no se encuentra en este momento así que te indicare donde será el lugar en el que te quedaras de ahora en adelante.
  • Muchas gracias señora, es usted muy amable.

Me guio a una recamara muy bonita, casi parecida a la que ocupaba en la casa donde viví antes de ser vilmente vendida como objeto, la señora fue muy amable, me indico el baño y el resto de la habitación. Deseaba con todas las ansias tomar una ducha pues estaba cubierta de aceite de especias que me pusieron antes de salir a la cámara de ofertas en la subasta, supuestamente para que los compradores pudieran ver mejor mi piel y todos mis atributos. Además, que, si el comprador venia y deseaba hacer uso de lo que el pago debía estar completamente limpia, esas fueron justamente algunas de las cosas que me dijo Olivia antes de salir del club.  

Una vez que estaba ya duchada, fui hacia la cama pues la señora había dejado una camisa grande para que yo la utilizara como bata pues habían recibido ordenes de proveerme eso, pero lo único que no encontré fue alguna braga, sentía un tipo de frio en esa zona, pues durante la subasta no nos permitieron utilizar bragas, y ya se me estaba haciendo incómodo.

Me senté en la cama, estaba cansada de estar parada ya que lo estuve por mas de 3 horas que duro la subasta, me sentía muy cansada y sin darme cuenta terminé recostada en un lado de la cama, y sin más sucumbí al sueño.

[…]

Adrián

  • Lorenzo es bueno poder hacer negocios contigo, ya me urgía tener en mi cama una joya como esa.
  • Adrián no te arrepentirás, y para que veas que me gustaría seguir teniendo negocios a futuro contigo, por la cantidad que pagaste te la puedes quedar hasta una semana, pero luego de eso la debes enviar pues ya algunos han reservado noches de placer junto a ella.
  • No te preocupes, no soy de tener una misma mujer muchos días, me aburre lo mismo, aunque según me dijiste es virgen así que será un placer desflorarla, saber lo que es comer un coño sin usar.
  • Luego me cuentas pues puede que también me dé por comérmela antes de que otros la usen.

Salí de esa oficina asqueado por las palabras de ese bastardo, di ordenes a mis hombres, tanto los que habían ido conmigo como todos los que compré para que se pusieran de mi lado y traicionaran a Lorenzo, que al salir el de la oficina lo secuestraran y lo llevaran a el sótano de confesiones.

Sin más tome mi auto y me dirigí a mi casa, mi nana ya me había comunicado que la chica estaba en la habitación que dije que prepararan para ella, según uno de mis hombres el infeliz de Bolívar Henzel la había vendido a Lorenzo para que la prostituyera, pero lo que aun me falta por averiguar el porqué de esa situación si se supone que es su hija. Pedí a Luis y a Daniel que fueran ellos los que me averiguaran todo acerca de Nora Henzel, pues debía saber que llevo a Bolívar a venderla, porque debía de haber un asunto oculto allí y yo lo sabría pronto.

Ya en casa mi nana baja las escaleras para recibirme, y siempre me da un abrazo y un beso en la mejilla, pero esta vez vino hacía mí con una mirada reprobatoria, que me pone alerta.

  • ¿Qué se supone que harás con esa jovencita?
  • Hola mi querida nana, ¿Cómo estás?
  • No te me hagas el desentendido Adrián Brito, contéstame.
  • Querida nana, ese asunto no te lo puedo decir, pero ya te lo imaginaras, mira es lo que hacen los hombres con las mujeres en la cama, que no precisamente es dormir.
  • Muchacho del demonio, como puedes decirme semejante cosa, esa muchacha que yace en esa habitación es apenas una niña, se ve que es aún menor de edad.
  • Nana, santa no creo que sea para que trabaje en un club de diversión para hombres.
  • Me dijo Tobías que ella le había comentado que estaba allí en contra de su voluntad.
  • Nana, nanita la verdad que no le creo, todas las “chicas” que allí trabajan lo hacen por que quieren.
  • Solo te pido que no hagas algo de lo que después te puedes llegar a arrepentir.

Subo las escaleras rumbo a mi habitación porque me quería duchar, pero antes de eso pasé por la recamara en donde se encontraba Nora, estaba sin seguro la puerta, así que la abrí lentamente y entre, allí estaba ella acostada a un costado de la cama, con una de las camisas que le dije a nana que le dieran para que se cambien mientras tanto, la misma que se le había subido y me dejaba ver sus piernas bien formadas y hasta su zona secreta, mi entrepierna de un solo tirón empezó a reaccionar, me coloque frente a ella en el lado de la cama en la que se encontraba, cuando de pronto sentí su mirada fija en mí, sus preciosos ojos azules del color del cielo despejado me dejaron idiotizado, ellos transmitían una calma indescriptible, y tenía la sensación de que esa mirada la había visto antes, pero no sabía a quién.

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