En venta

Escuche que muchas personas hablaban en la parte de afuera, yo me estremecí cuando escuche dos voces conocidas para mí, eran papá y mamá, por un momento creí que vendría a sacarme de este lugar que no era nada adecuado para una jovencita como yo, pero tristemente estaba muy equivocada, me acerque a la puerta para poder escuchar mejor y en ese momento sentí que mi mundo se terminó de derrumbar, la mujer que me había traído al mundo estaba junto con el hombre que se hacía llamar padre concretando el pago por mi venta, al ser virgen supuestamente tendrían un buen pago adicional, me sentí horrorizada pues yo no estaba mental ni físicamente preparada para estar con un hombre, y mucho menos sin sentir algún tipo de atracción por él, de pronto escuche que la puerta se abrió y allí estaban ellos, con la poca dignidad que me quedaba me arrodille a rogarles que no me dejaran aquí.

- Por favor mamá, papá, haré lo que me pidan, pero no me dejen aquí, se los suplico.

- Nora, no nos importa lo que tú quieras, te criamos porque nos resultabas un buen negocio, pero a nosotros nos sirve más el dinero que tú. - dijo mi papá.

- Soy su hija, ¿cómo me pueden hacer esto?

- No eres mi hija, solo de esta zorra que está aquí a mi lado, así que a mí no me interesa que hagan contigo. - volvió a decir Bolívar

- Mamá por favor reacciona, ¿no te dolió parirme? ¿cómo puedes estar de acuerdo que me haga esto?

- Nora, yo ya hice mi elección y como dijo Bolívar no nos interesa que pasé contigo a partir de hoy. - dijo de manera fría mi mamá.

Yo solo pude caer al piso de un golpe, al ver que ellos nunca me quisieron y siempre me vieron como un negocio, que tarde que temprano mi cuerpo les daría el dinero que deseaban, que yo era una mercancía para negociar. No podía parar de llorar, recordaba todas las conversaciones con mi madre, en las que aparentaba ser una mujer amorosa y muy entregada a sus hijos, todos los cumpleaños que pasamos juntas, y en ese momento pensé en Cristhian, que será de la vida de él, espero que algún día me pueda escapar de este lugar y dar con mi hermoso hermano.

[...]

Ya voy para un mes en este lugar, supuestamente me están preparando para una subasta, en la que el que dé más por mi virginidad ese la tendrá, ningún hombre me ha tocado, solo las chicas que me dan "clases de cómo tratar a un hombre", entre ellas Olivia la señora que me recibió cuando llegue a este lugar, prácticamente somos presas aquí, algunas chicas las han traído de otros lugares, o simplemente son parte de pago de deudas de juego, yo me dedico a hacer las labores de manera interna, lavo ropa, cocino y mantengo las cosas limpias, como la atención en este club es ya entrada la noche, nunca me topo con ninguna de las personas que vienen a obtener los servicios de las chicas aquí, por lo que me ha contado Olivia, no solo son hombres, los que vienen a tener relaciones sexuales con las chicas sino mujeres también, y que inclusive muchas  veces les gustan los tríos, aún hay cosas que no entiendo pero mejor no pregunto porque me da repulsión de las respuestas que me dan.

La subasta será mañana, así que desde ayer están acoplando las cosas aquí pues según dicen las chicas vendrán hombres extremadamente ricos y unos muy peligrosos. A mí en particular me llevaron a uno de los cuartos de preparación, para poder hacerme una depilación completa pues según las chicas a los hombres no les gusta que las mujeres estén provistas de bellos en sus zonas secretas. 

 Nos dijeron que no podemos vestir nada debajo de la bata de seda que nos dieron pues los compradores eran personas exigentes y deseaban ver lo que se estaban llevando por una noche, quizá hasta quieran pagar por un fin de semana, pero eso no era seguro, que luego de eso trabajaríamos en las instalaciones prestando servicios sexuales a las personas que lo requirieran.

Todas las noches me sentaba en un ladito de mi pequeña cama a rezarle a Dios para que mi situación mejore de alguna manera, que si ya era mi destino ser vendida para que un hombre me usara pues que ese tipo no sea de los que les gusta maltratar a las mujeres, pero sobre todo que me de la oportunidad de escapar de todo esto.

Después de mis plegarias me venció el sueño, temía que fuera la ultima vez que gozaría de un buen descanso, pues no sabía que me pasaría al día siguiente.

Ya en la mañana, Olivia nos dijo a las chicas y a mí que debíamos ducharnos bien y ponernos loción de rosas, pues la subasta se daría en horas de la tarde y nuestra piel debía estar tersa, además que también debíamos comer poco pues si nuestro comprador deseaba que nosotras los satisficiéramos, no debíamos tener tanta comida en el estómago pues nos podía dar nauseas y hacer alguna atrocidad que llevara a que recibiéramos algún tipo de castigo por parte del comprador, y también del jefe pues si el comprador se quejaba el jefe se desquitaría con nosotras por la perdida de dinero.

Yo moría de los nervios, no quería ser castigada por ninguna persona, más bien debía ser sumisa para hallar la oportunidad de escapar, esperaba que no me doliera lo que la personas hiciera con mi cuerpo para así tener fuerzas para escapar.

Desayunamos algo super ligero, y no fuimos cada una a sus habitaciones, al cabo de un rato me quede dormida otra vez, asumo que debió ser por la sensación de ansiedad que me producían los nervios, cuando desperté eran las 2 de la tarde, la subasta era a las 3:30 así que debía volver a ducharme, lavar bien mis partes, volver a pasarme el rastrillo para que no quedara nada en mi piel y ponerme la loción de nuevo.

Después de todo ese proceso fuimos llamadas a las salas de exhibición, cada una tenía puesta una capucha para que no nos vieran hasta que cada una fuera presentada, yo tenía por sobrenombre Sky por el color de mis ojos.

[…]

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