Capítulo Cuatro

El horrible sonido de la alarma comenzó a sonar por toda mi habitación despertándome de golpe, enterré mi rostro en la almohada y solté un quejido, odio madrugar. Luego de un minuto dudando si levantarme para ir a trabajar o no, apagué la estúpida alarma y me levanté de mal humor hasta el baño, encendí la ducha y me quité el pijama aún con los ojos medios cerrados.

Después de bañarme ya me sentía mucho más despierta y animada.

Los baños me reviven.

Me visto con unos leggins negros, ya que para el trabajo son más cómodos, y una camisa sueltita blanca con tenis del mismo color. Dejo que mi cabello se seque de forma natural y para el maquillaje solo aplico un poco de máscara y rubor, así luzco un poco más despierta y sin verme tan sobrecargada.

Una vez lista desayuno algo rápido y salgo, me voy caminando porque el centro comercial queda solo a unas cuadras de mi casa, lo cual es genial, sobre todo cuando voy atrasada.

Mi familia no es la más adinerada o algo por el estilo, pero agradezco que nunca nos haya faltado nada. Este trabajo es más que nada porque estoy juntando dinero para más adelante poder comprarme mi propio auto y dejar de usar los malditos taxis.

Cuando llego al centro comercial paso a comprarme un café helado al dunkin donuts y luego subo por la escalera mecánica hasta el segundo piso que es en donde se encuentra Victoria's Secret.

Sí, trabajo en la famosa tienda de lencería.

Saludo a mis compañeras que se encuentras en sus respectivos puestos y me dirijo al salón de empleados, ahí dejo mi bolso en los casilleros y me pongo la credencial de la tienda al rededor del cuello. Una vez lista voy hacia mi puesto en la caja, me gustaba estar ahí porque así no tenía que estar caminando de un lado a otro todo el día. Mi horario era de nueve am hasta las cuatro pm los miércoles, jueves y domingos, la verdad era bastante relajado y flexible.

El día estaba yendo con mucha tranquilidad y no circulaban tantas personas como otros días, lo cual es mucho mejor.

-Hola, quisiera pagar esto, por favor -dijo una voz frente a mí con un tono que me parecía familiar-

Levanté la mirada y era Kevin, mi amigo de la escuela, no lo veía hace algunos meses y se veía bastante cambiado.

No esperaba encontrármelo aquí.

-Oh, hola Kevin -le sonreí amistosa-

Él me observó con asombro y cuando me reconoció me devolvió la sonrisa- Tanto tiempo, Amanda.

-Sí, bastante -hice una mueca-

Me entregó un perfume y luego me dio el dinero, coloqué el producto en la bolsa rosada y se la entregué.

-Mi hermana estará de cumpleaños, por eso vine aquí, le encanta esta tienda -explicó y rodó los ojos-

-Ya me parecía raro verte aquí -reí-

-Deberíamos salir algún día de estos, como los viejos tiempos.

-Sí, sería genial -sonreí, la verdad extrañaba su amistad- Normalmente termino de trabajar a las cuatro.

-¿Te parece hoy mismo? -me preguntó alegre- Salgo de la universidad casi a la misma hora.

-Sí claro, puedo pasar por ti si quieres.

Después de acordar se retiró y seguí atendiendo a las demás personas detrás de él que ya estaban poniendo mala cara al ver que tardaba.

A las cuatro ya con mis piernas adoloridas, salí de mi puesto e ingresó la chica del turno de tarde. Fui hasta el baño y me cambié a unos shorts y un top corto, siempre traía ropa de cambio para no irme vestida igual, y como iba a salir con Kevin me venía genial.

Él asistía a la única universidad que había en el pueblo, a pesar de que muchos de aquí estudiaban ahí, muchos otros se iban para la ciudad o a otro país, y eso es lo que yo exactamente quería, irme de aquí y vivir en mi propio departamento en la ciudad.

Era un sueño que deseaba poder lograr pronto.

No es que no me gustara mi pueblo, pero la verdad ya estaba siendo hora de cambiar de aire y comenzar en un nuevo entorno con nuevas personas y experiencias. No creo que pueda lograr mucho quedándome aquí.

Cuando llegué al enorme edificio me quedé esperando afuera ya que no sabía por dónde saldría, estaba atenta buscándolo con la mirada porque muchos alumnos comenzaron a salir de sus clases llenando por completo el lugar, era un total caos.

Y entonces lo vi, pero no a él, a Evan. Me quedé perpleja al verlo nuevamente.

¿Estudia aquí?

Traía un libro y su cuaderno en la mano, una mochila negra colgaba de su hombro, su cabello brillaba por el sol y traía unas gafas redondas que le quedaban demasiado bien. Lo hacían lucir intelectual y tierno al mismo tiempo.

Ay no, esa sensación en el estómago otra vez.

Él aún no notaba mi presencia, pero cuando comenzó a acercarse a la entrada me vio y paró en seco. M****a.

Debe pensar que lo estoy acosando.

Me di la vuelta para que no se diera cuenta que lo vi e ignorarlo por completo, pero fue en vano ya que segundos después estaba frente a mí.

-Tú otra vez -estaba sorprendido-

-Tú otra vez -repetí su misma oración-

Nos quedamos mirando a los ojos por unos segundos y él iba a decir algo, pero fue interrumpido por una chica que lo tomó por atrás.

-Aquí estás, te estaba buscando, se nos hace tarde -la chica era de cabello rubio, y muy linda-

Ni la conozco, pero ya la odio.

Me sentí algo incómoda por la situación y bajé la mirada, pude notar que en su cuaderno había una etiqueta con su nombre "Evan Miller". Adorable.

Bien, podré buscarlo en I*******m.

Me alejé al ver que seguía hablando con la chica y se había olvidado de mi presencia, por suerte logré divisar a Kevin y fui hasta él, lo saludé con un beso en la mejilla y le di un cálido abrazo, ya que en el trabajo no había podido hacerlo.

Comenzamos a caminar juntos y me giré a ver si Evan ya se había ido, pero él se encontraba observándome con seriedad y me hizo una señal de adiós con la mano, sonreí a medias y me di la vuelta.

Con Kevin fuimos a un local donde vendían helados, hacía un calor insoportable y eso que aún ni era verano. Una vez ahí pedí mi helado favorito que es el de vainilla y Kevin pidió uno de chocolate, nos sentamos en los puestos y estuvimos poniéndonos al día y disfrutando del helado.

-Mañana hay una fiesta que organiza la universidad, es con temática fluor, ¿te interesa ir? -preguntó Kevin animado-

Hace mucho no iba a una fiesta fluor, sería interesante, además quería pasar más tiempo con él, y por supuesto divertirme.

-Fiesta que hay, fiesta que voy -sonreí mientras lamía mi helado-

-Genial, yo iré con mi novia así que si quieres puedes invitar a alguien.

No tenía idea que ya tenía novia, en la escuela siempre solía quejarse que nunca había tenido la oportunidad de experimentar con alguna chica o enamorarse.

-Me parece bien.

-Te pasaremos a buscar en la noche.

Después me estuvo contando como conoció a la chica y lo bien que se llevaban, me alegraba que fuera feliz y tuviera buena compañía. Kevin es el único chico que pude considerar mi verdadero amigo, ya que nunca hubo un interés sentimental o sexual de parte de ambos. Y eso estaba genial.

Cuando llegué a mi casa lo primero que hice fue lanzarme en mi cama, las piernas me dolían por estar todo el día de pie y estaba agotada. Tomé mi celular y entré a I*******m, recordé que hoy había visto el nombre completo de Evan en su cuaderno y rápidamente lo busqué, su usuario apareció de los primeros y entré a su perfil, por suerte no era privado.

Podría revisar tranquilamente.

Tenía una foto de perfil de él con sus gafas puestas y su cabello desordenado, en su biografía solo tenía puesto "20", lo cual asumo que es por su edad, y tenía tan solo 5 fotos, 2 de él, una con la chica que lo vi hoy, otra con una mujer mayor y la última de un paisaje.

¿La chica será su novia?

De tan solo pensarlo una sensación de amargura recorrió mi cuerpo, pero no debería importarme, ni siquiera lo conozco, no sé porque me siento de esta manera.

Pensé en seguirlo, pero me arrepentí, no quiero parecer una loca psicópata. Solo me quedé una media hora observando sus fotos una y otra vez.

Mañana iría a la fiesta fluor y estaba emocionada, nada mejor que terminar el día con una buena fiesta, eso es lo único que necesito en mi vida. Le mandé un mensaje a Celeste para que fuera conmigo y por supuesto aceptó.

¿Estará Evan ahí?

No creo, no parece ser su tipo de ambiente. Pero va en esa universidad, aun así, dudo encontrármelo, aunque... me gustaría.

Con mil pensamientos en la cabeza, me dormí profundamente.

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