Capítulo 7

Ya pasó una semana de la muerte de la madre de María. Nunca hemos vuelto a hablar sobre aquellos dos días en esa casa.

-Camila, ¿sabes que vamos de vacaciones a Alemania? –Me preguntó María mientras ponía mermelada a su pan-.

-Sí, lo sé, tienen ese viaje planeado desde hace meses.

-Es una pena que no puedas venir, seguro los niños te amarían. –Dijo Helen mientras tomaba su café-.

-¡Podemos ir en carro, así vas con nosotras! –Ahora hablo Hyo-.

-Y, ¿cuando pasemos por la frontera que diremos ? ¿Pensaste en eso súper dotada? –Preguntó Helen molesta-.

-Ahh...Lo siento Cami'. –Dijo Hyo apenada-.

-No tenemos que sentirlo, ella sabía en lo que se metía cuando salió de su país y se quedó aquí. –Dijo la alemana encogiéndose de hombros-.

-Alemana tenía tenías que ser. ¡Pero que gilipollez! -¿Estás en tus "días de Andrés"? ¿Necesitas un buen polvo o qué carajos? –Soltó María levantándose de la mesa para ir a buscar su cartera y marcharse.

-Hyo, vámonos, dejemos a "Señora Perfecta" sola. Cami', cariño, ¿la compra la puedes hacer tú sola, por favor? Y asegúrate de encontrar un hombre para el témpano de hielo que tenemos por amiga. –Hyo y María se marchan. y Helen y yo nos quedamos solas en el apartamento-.

-Camila, sabes que mi intención no es hacerte daño ni que te sientas mal, es sólo que...olvídalo, me conoces, y sabes que te tengo cariño, me voy.

Y así me quedé; sola en el apartamento, me dispongo a dormir un poco más puesto que estoy trabajando en tres libros a la vez y eso me tiene muy desvelada. Dejo todo sobre la mesa, ya me encargaré más tarde. Me acuesto y Morfeo me abraza amorosamente.

...

Escucho unos martilleos y algo que es como una cierra. El sonido me asustó y me levanté de golpe de la cama corriendo para ver qué es lo que está pasando. Me doy cuenta que los sonidos vienen del apartamento de al lado, abro las cortinas y veo cómo personas trabajan.

Cierro las ventanas, me meto al baño y después que salgo limpia, me cambio y salgo directo al market.

Cuando salgo del apartamento, en el pasillo me encuentro con unos trabajadores, sin camisa. "¡La madre que parió a estos hombres! ¿De dónde salieron, del Monte Olimpo? ¿O tal vez Atlantis apareció y dejó expuestos a semejantes hombres?"

Pero, "¡Señor!" me quedo en el pasillo mirando el espectáculo de modelaje que pasa por mis ojos, trago con dificultad, "¡Dios ayude a las indocumentadas como yo!".

Después de quedarme un rato, como idiota en el pasillo, recuerdo por qué salí de la casa; "debo ir al supermercado ". Con la respiración al tope y unas mejillas ardiendo emprendo mi camino.

...

Ya en el súper, me encuentro con Don José, mi vecino , quien quiere que me case con su hijo Jonás, según él; muy guapo, y no sé qué más.

Me entretengo hablando con él más de lo normal, cuando miro el reloj son las 2 p.m., a este paso aire comeré hoy. "¡Vamos. Que eso te pasa por platicadora! ¡Tienes miedo a salir de casa, pero te paras con todos a hablar de lo muy social! ¡Hasta amiga de un policía eres! ¡Cuando te agarren y deporten por pendeja, ya harás amigas en la cárcel! Seguro que sí".

...

Llego al apartamento titiritando de frío y me encuentro con los dioses del atlantis; lo primero que se me viene a la mente es si a estos no les da frío ...pero mejor para mí; ¡porque mi vista se alimenta!

Uno de ellos me saluda muy coqueto y yo le devuelvo el saludo con toda la coquetería del mundo, pero como nací en agosto con la flor en el culo y pendeja terminé mi coquetería cuando la bolsa del super se rompió; el helado se esparció por el pasillo, y, adivinen quién terminó en el suelo llena de helado , pues, ¡Camila! Pero sí es que soy más pendeja, me mato. Veo cómo alguien me extiende su mano, dirijo mi mirada hacia arriba y veo unos ojos café dignos de admirar, pero, ¿qué es este el dueño de Atlantis y ve a ver si de algún reino más? Acepto su mano y me da una de esas sonrisas que mojan bragas.

-¿Estás bien?  Vaya caída. –Me pregunta-.

-Eh, eh...yo ,yo...

-¿No hablará español? ¿Qué idioma habla? –"¡Perfecto Camila! Nunca te callas, pero ahora sí lo haces. Neuronas, ¿están ahí, me escuchan? ¡Despierten!"-.

-Sí lo hablo, y...estoy bien, "Thanks!" –Cierro mis ojos y maldigo mentalmente. ¡Sólo me pasan cosas a mí! ¿Por qué?-.

-¿Hablas español o inglés? –Pregunta el castaño-.

-Ambos idiomas, diría que una especie de spanglish. –El chico levanta sus cejas en modo de confusión-.

-Perdona. ¿Qué idioma es ese?

-Ninguno. Sólo...estoy bien.

-Sebastián, ¿ya está conquistando a una chica y apenas llegas?

–La voz detrás de mí se escuchaba fuerte y dominante; una voz gruesa, de esas que te llevan a pecar-. "Si así habla...¿cómo se verá?"

-Oh, Hades, esta chica habla "spanglish", tal vez usted conozca ese idioma. Tranquila, es mi hermano, él nos ayudará. –Soltó el castaño tan "pancho". Lo quería matar y después matarme-.

-"Spanglish", ¿eso es un idioma? Nunca he leído  o escuchado  de él. ¿De qué país es?

Y así fue cuando vi a Hades por primera vez; y a Dios que me perdone, pero en ese infierno yo quería arder. Hades es alto, un metro ochenta y dos (1.82 m), tal vez, su pelo rubio, ojos entre azules y grises que te hacían morir, labios gruesos; el de arriba un poco más fino con la punta en forma de corazón, se ve que dedica tiempo en el gimnasio, a pesar de su traje, se veía musculoso.

Conecté por un segundo con sus ojos  y fue suficiente para saber que él sí era una combinación de los dioses del Olimpo y los dioses del Atlantis. Sentí calor en todo mi cuerpo mientras él me observaba de arriba hasta abajo, me sentí desnuda por un momento. "¡Joder!" Después de ver este hombre necesitaría ir al psicólogo para superar tremendo semental.

-Perdona, pero te he preguntado en qué lugar se habla tu idioma.

–Después de dicha idiotez, no sabía qué responder, pero como buena dominicana, hice uso de mi ingenio y respondí-.

-En realidad es una broma; quiero decir, "spanglish" es cuando mezclas el inglés con el español. Ahora, si me disculpan, necesito quitarme todo el chocolate de encima antes de que las hormigas me devoren.

-Perdona , pero, ¿quién limpiará el desorden en el pasillo? –Dijo Hades-.

-Yo, no te preocupes.

Cuando iba dar la espalda, la puerta del ascensor se abrió y ahí estaba mi vecina con un vestido que realmente no le tapaba nada, y su sonrisa otra vez. ¿Será que tanto follar le ha afectado el hipotálamo a esta mujer, acaso no le da frío?

-¡Querida Lucía! ¡Qué alegría verte otra vez!

-Hola...

-Hades, Sebastián, fue una alegría escuchar que vinieron a vivir cerca de mí. ¡Nos divertiremos tanto!

–Espera, ¿los dioses conocen a la mujer misteriosa? Mi mente trabajaba unas mil teorías por segundo, hasta que la pelirroja se aclaró la garganta y se dirigió hacia mí-.

-Lucía, quería saber si me podrías prestar tu teléfono; los servicios de mi casa tienen problemas y como eres con la única con la  que he hablado...

–"Si con hablar se refiere a erizarme hasta la médula y no responder a mis preguntas vaya conversación..."-.

-Sí, claro, pasemos.

–La pelirroja miraba todo el apartamento como si buscara algo-.

-Así que desde aquí se ve todo lo que pasa en mi apartamento...

-¿Qué? –Digo lo más rápido que mis palabras pueden salir-.

-¿Sabes, querida Lucía? A veces no es bueno ver las cosas de los demás y más cuando también se tiene secretos que ocultar. –Mira su reloj y me regala esa sonrisa que me da miedo-. Creo que tendré que llamar al servicio de telefonía después. Me espera alguien... Lucía...recuerda lo que te dije; no es bueno ver los secretos de los demás.

...

-Camila, ¿puedo hablar contigo un momento?

–"Cuando la rubia dice eso, algo pasa..."-.

-Claro, Helen. –Helen se sienta en mi cama; está un poco sonrojada-.

-Escucha, sé que lo que dije esta mañana no estuvo bien, no te quería lastimar, sabes que ando soltando las cosas y no me doy cuenta hasta después que las digo...

-Lo dijiste porque lo piensas y tienes todas la razón; si no estuviera indocumentada tal vez esto, ahora mismo, no estuviera pasando, pero mi abuela siempre dice "el hubiera no existe", y le agradezco a todas por nunca preguntar que me llevó a huir de mi país. Todavía no estoy lista para enfrentar esa verdad.

-¿Sabes qué? Aunque al principio nuestra relación no fue la mejor, con el tiempo te convertiste en mi pequeña hermana, la que uno siempre quiere proteger de todos. Sé que la vida nos ha golpeado a las cuatro de manera diferente y el día que estés lista para hablar aquí estaré, aquí estaremos. Siempre seré tu hermana y lo último que quiero es que pienses que no te quiero o algo por el estilo.

-Helen, de lo que estoy segura es que me quieres, aún recuerdo cómo golpeaste a Marco, el de la panadería, cuando intento besarme a la fuerza. Eres mi hermana y eso nadie lo va a cambiar.

-Estoy agradecida de haber podido encontrarte aquel día. ¿Sabes? Le diste un giro a nuestras vidas, las cuatros nos completamos.

–Le doy un abrazo fuerte a Helen. Sé que en el fondo ella tiene un gran corazón, sólo le cuesta abrirse-.

-¿Quieres ver algo espectacular? Trae cervezas, que te voy a enseñar la mejor vista de tu vida.

–Helen busca la cervezas mientras yo abro las cortinas de la sala que dan justo a la sala de los nuevos vecinos. Observo a Helen y le hago señas con la cabeza para que vea-.

-¡Jesús! Pero, ¿cuándo todos los dioses revivieron y lo metieron a ese apartamento? ¿Es esto lo que has hecho en el día entero?

-¡Es que no sabes!

-¡Llegamos! ¿Qué hacen? –Dice Hyo-.

-¡Cerveza es lo que necesita mi cuerpo! –Suelta María-.

Cuando las dos ven la hermosa vista de la venta, pegan un grito ahogado.

-¿Cuánto daría por ser esa botella y terminar en su boca? –Dice Hyo-.

-¡Aspiras a muy poco! Yo quisiera ser la que le quite la ropa. –Escupe María-.

-Yo me conformo con despertar en su cama, totalmente desnuda. –Dijo Helen-.

-Saben que soy virgen, ¿cierto?

-Sí, pero eso no significa que no tengas pensamientos pecaminosos.

En ese momento aparece Hades en mi campo de visión...trago grueso.

-¡En ese infierno yo me quiero quemar! –Digo mientras las chicas me observan con los ojos como platos. Sueltan una carcajada mientras brindamos por los Dioses del Olimpo-

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