Matheus
Todas mis buenas intenciones se estaban a punto de ir por el caño. Mi cordura estaba pendiendo de un hilo muy frágil. Cuando no estaba con Arlet era fácil ver que era lo que tenía que hacer, olvidar lo que nos estaba pasando. Era una locura arriesgar nuestra amistad porque no podía controlarme. Pero al tenerla allí con su cuerpo pegado al mío, no me importaba quien era, no me interesaba nuestra historia, la deseaba con anhelo y era incapaz de pensar en otra cosa.
Sin darme cuenta de lo que estaba haciendo senté a Arlet en mi regazo. Ella me tomó con fuerza por el cuello como si temiera que la apartara de mí, hundió su rostro en mi pecho y respiró profundamente.
Decidí que sería fuerte que negaría
MatheusCuando entré a la habitación la vi sobre el escritorio completando los ejercicios de cálculo que teníamos que entregar la siguiente semana. Arlet levantó la vista de las hojas para saludarme. Cerré la puerta y me dejé caer en la cama.—Sabías que esa tarea es para la próxima semana ¿no?—Sí, pero no todos tenemos padres ricos y con mucha culpa que pagarían la universidad que sea. Algunos nos tenemos que esforzar.—Pobre Anita la huerfanita — hice un puchero.
ArletTenía un enorme informe tributario que realizar, aunque en su lugar estaba mirando fijamente la tarjeta que me entregó Sofi. No podía decirle que no estaba segura de si se la daría porque no tenía el valor para decirle lo que estaba ocurriendo con Matt.Jiwoo era abogada y vivía aquí a solo 15 minutos. ¿Qué pasaría si Matt se enteraba de ello? ¿Correría a buscarla? ¿Querría hablar con ella después de todo? ¿Todavía tendría sentimientos guardados?Sentí una fuerte necesidad de esconder esa información por el momento. No pensaba engañarlo, era simplemente que necesitaba saber que iba a pasar entre nosotros
ArletRealmente siempre me había costado hacer amigas, me costaba crear esa conexión e interesarme por las mismas cosas como hacernos las uñas, discutir sobre citas o rutinas de ejercicio. Odiaba el ejercicio, aunque ese no era el problema. El problema real era que en cierta forma siempre era la duff de mi propio amigo.Él era divertido, carismático, muy atractivo. Por ello cada chica que se me acercaba en el colegio y luego en la universidad era para en realidad acercarse a él y no a mí. Con el tiempo dejo de importarme, tenía a Matt. Hasta que un día conocí a Sofí, ella era diferente. Nunca se interesó en mi mejor amigo y conectamos de la forma más extraña que hubiese imaginado a pesar de que nuestros gustos eran completamente opuestos.
Arlet—Muchas gracias por recibirnos señor Goltman —dije mientras nos adentramos en la casa.Marcus le dio un fuerte apretón de manos a Matt y me rodeo con sus brazos de una forma muy familiar.Si el vestíbulo era enorme la sala de estar era completamente impresionante. Con solo un vistazo pude ver que era incluso más grande que nuestro departamento y seguramente cuatro veces mayor que la pequeña habitación que compartíamos en la universidad.—Muchas gracias por venir, Arlet; Matheus me ha hablado mucho sobre ti. Creo que lo tienes completamente loco. Por favor llámame Marcus —me ofreció el brazo
MatheusQue puta mierda era todo esto. El sexy sujeto de la librería por el que Arlet había estado babeando durante dos semanas era el único hijo del señor Goltman, Ezra Goltman.Desde que había llegado no se había despegado de mi prometida, bueno mi prometida ficticia, pero eso él no lo sabía y me parecía el colmo del descaro que coqueteara con tal descaro en mis narices ante la atenta mirada de Javier y su esposa.Me hervía la sangre ver a Arlet reír con ese tipo como si yo no existiera, no eran celos, nunca había sentido celos de las aventuras de mi mejor amiga. A excepción de Noha, a ese idiota sentía ganas de estrangularlo cada vez que lo veía. Pero en esta ocasión era distinto ella estaba poniendo
ArletEl resto del camino es silencioso. Era abrumadora la facilidad con la que podíamos pasar de odiarnos a desearnos con igual intensidad. No importa cuanto sienta que lo detesto y eso puede ser muy a menudo, en el mismo instante que me toca o incluso que se acerca de forma peligrosa me siento completamente a su merced. Mi cuerpo reacciona al suyo vibrando de excitación, no puedo evitarlo.Esos sentimientos que estaban enterrados desde hacía muchos años habían despertado como una tormenta dispuesta a destruir todo a su paso.Llegamos y Matt me mira durante unos instantes sin decir una sola palabra, fuera ha comenzado a llover lo que era bastante común en esa época del año. El viento mece los árboles de un lad
Arlet—Matt —Intenté separarme un poco al darme cuenta de que era un terrible error —esto…—Es un error —termino lo que iba a decir, apretó su erección contra mis muslos empapados y atrapó mi boca con la suya haciendo que olvidara todas las razones por lo que todo aquello estaba terriblemente mal.Todo se volvió borroso cuando su lengua ansiosa se deslizó entre mis labios, exigiendo el control total del beso. Le devolví el beso con una pasión que nunca antes había sentido. Mi cuerpo estaba ansioso por sentirlo, deseaba desesperadamente que hiciese cuanto quisiera conmigo. Era suya, siempre había sido de esa forma desde el momento que sus dedos rozaron mi piel. Se inclinó para desliza
ArletLo que acababa de ocurrir era un terrible error. Podía sentirlo en cada poro de mi piel y esperaba que una ducha pudiese disipar la inseguridad y la vergüenza que sentía. Si yo era completamente consciente de quien era Matt, de todos los problemas emocionales que cargaba, ¿cómo se me ocurrió hacer algo así? Desde que éramos niños él siempre era el mejor amigo que alguien pudiese pedir, pero lo había visto jugar con cada chica que se le cruzaba en el camino una y otra vez. Esa simplemente era una de las muchas razones, también estaba el hecho que desde que las cosas se pusieron raras entre nosotros el tiempo parecía no tener ni pies ni cabeza. En pocas semanas habíamos tenido momentos mágicos donde sentía que lo nuestro era posible, que quizás podríamos intentarlo porque él parecía anhelarlo también, sin embargo luego me alejaba, se comportaba extraño o simplemente peleábamos o discutíamos