Miguel Angel

Cuando llego a la bodega, todo está malditamente oscuro.

— ¿Gina? — pregunta la voz de un chico, quien debe ser Owen, parpadeo mientras mis ojos intentan acostumbrarse a la oscuridad, extiendo mis manos intentando no caerme, había cajas por todos lados

— Soy Scott — respondo, pasando por encima de lo que parece ser una lámpara en el suelo, realmente no podía distinguir más que algunas sombras en la oscuridad, de repente, un haz de luz me golpea en el rostro y hago una mueca, mis ojos doliendo instantáneamente — viejo, quita eso — me quejo apartando la mirada.

— lo siento — grazna Owen, apenas distingo su silueta en la oscuridad — no hay luz aquí atrás, y eso es un problema si queremos hacer algo decente hoy ¿podrías ir al generador que está del otro lado? junto a la caja de fusibles — asiento, aunque es estúpido ya que no puede verme

— ¿por este lado? — pregunto cuando me vuelve a señalar con la luz, esta vez no la pone en mi rostro, y apunta con la linterna hacia una entrada lateral, guiándome hacia el lugar correcto

— sigue por el pasillo — me indica antes de desaparecer detrás de las cajas, parpadeando y aun estando medio ciego me dirijo hacia donde me indicó, en el pasillo habían un par de cajas pero era más amplio, encuentro el generador y me toma unos minutos poder activarlo — No funciona — grita Owen desde el otro lado, con un gruñido muevo la caja de fusibles, frunciendo el ceño

— Hay cables cortados — grito en respuesta, escucho una maldición seguido del ruido de pasos, miro detalladamente la línea de los cables, no había manera de decir que se habían pelado o algo por el estilo, estaban limpiamente cortados — ¿Owen? — llamo de nuevo, pero la que aparece por la puerta es Val, seguida de una chica morena y con cabello violeta

— ¿Que sucedió? — pregunta Val llegando hasta mí, parpadeo, preguntándome como demonios llegó tan rápido, peor a juzgar por el radio en sus manos, Owen o Gina le habían llamado, señalo los cables cortados

— alguien cortó los cables que dan al generador — explico, leo las etiquetas que están en el generador, cada cable se conecta a un puerto etiquetado — no hay luz en la bodega, el taller, el segundo piso y los salones S y D

— Hoy es la exposición de Spencer — dice la morena, quien asumo debe ser Sasha, ella y Val intercambian una mirada preocupada

— y mañana la de Dalton — termina Val, la mujer parece seriamente cabreada cuando mira su reloj y parece hacer algún tipo de cálculo mental antes de tomar el radio y encenderlo, solo sale estática, pero puedo ver que está pensando con fuerza, yo no termino de entender que pasa, pero a juzgar por como empieza a dar vueltas en el espacio reducido, está pensando una estratega seria. Luego de un minuto, se detiene en seco y habla a través del radio.

— Owen, desmonta la exposición de Spencer — orden, me hace una señal para que la siga, y lo hago, Sasha va tras nosotros — Gina, deja el inventario, toma a Tomas y cierra el área de Scott desde la izquierda — abro la boca para quejarme, pero Sasha está sonriendo y me hace una señal de "espera y verás" — Angie, tú y Dalton...

— Pero ¿qué te pasa? — interrumpe Angie por la radio, sonando confundida — ¿Dalton? — gruñe algo más que se corta ligeramente con la estática, llegamos a la cocina donde me había encontrado con Val más temprano, ella silencia a Angie, luciendo molesta por tener que lidiar con esto

— tú y Dalton muevan las tarimas de Trevor hasta la entrada, abran espacio, la luz no va a llegar, y necesitamos que Spencer sea el centro de atención de hoy, hablando de eso, Spence, cariño descuelga los cuadros de nuestro artista misterioso, déjalos en la bodega y ubica los tuyos — una vez que termina de lanzar ordenes, mira a Sasha — ¿olvidé algo?

— ¿qué pasa con mis trabajos? — pregunto, intentando no sonar como un pequeño berrinchudo, ya que habían dicho que debían cerrar mi exposición, Val me sonríe

— mueve las paredes — me dice simplemente, haciendo un gesto hacia la derecha — hoy Spencer tiene prioridad, todos tienen asignado un día en el que son la estrella, así que por favor, perdóname por esta semana, te asignaré todo un fin de semana, Sasha y yo nos encargaremos de ganar tiempo con el comprador, lo prometo.

y como si nada, ambas salen corriendo del pasillo, frunciendo el ceño vuelvo a la galería, en donde todo el mundo está corriendo, cargando cajas, cuadros, trípodes, incluso hay un chico cargando con una maceta, me doy cuenta de que todas las paredes son móviles, golpeando una con el puño noto que no son de cemente y podían levantarse con facilidad, lo que permite crear diferentes ambientes, estoy impresionado.

— pasando — grita un chico bajo pero fornido, lleva puesto pantalones vaqueros desgastados y una camisa con chaleco, enormes lentes de montura gruesa y una gruesa barba que cualquiera envidiaría, tiene los cuadros sin firmar y los lleva a la bodega

— Scott — me riñe Angie, cargando una enrome lámina negra junto con Dalton, aunque era obvio que la mayoría del peso recaía en él — mueve el culo, tenemos que trabajar

parpadeando voy hasta mi exposición, sin comprender como algo de este alboroto va a resultar, el acceso principal a mi exposición está cerrado, y no es hasta que veo la forma en que Dalton está moviendo las tarimas, que me doy cuenta de el plan de Val.

Muevo las paredes de mi exposición hacia el fondo y al a derecha como me había indicado, cubriendo la entrada hasta la zona sin luces, redistribuir las exposiciones parece peligroso, pero todos se mueven en armonía, como si lo hubieran hecho miles de veces, y para cuando todo termina, la galería se ha vuelto un lugar amplio y brillante, las paredes blancas reflejan la luz y todo está ubicado de manera que Spencer sea el centro de atención, sin dejar de lado las demás exposiciones, incluso la mía está directamente visible, aunque está al fondo. hay trípodes para pancartas que exponen el nombre de Spencer y una pequeña plataforma en la que él se pone de pie, examinando su obra.

— te dije que era buena — me dice Angie apareciendo a mi lado, como siempre llevando una cámara en la mano

— tenías razón — admito sinceramente impresionado antes de volver a mi exposición, cuando Val abre las puertas, me sorprende lo poco que tarda la gente en ingresar, y es cuando me doy cuenta de la manera en que todos ayudan un poco, cuando los clientes empiezan a mirar los cuadros pequeños o incluso los dibujos de Dalton.

Para mi asombro, Val lleva a tres grupos hasta mi exposición, y eso me emociona, la forma en que los guía por la escultura ayuda a que se vea exactamente lo que quiero que las personas entiendan de m arte guiñándome un ojo cuando un hombre trajeado y de aspecto joven muestra un especial interés

— Scott, quiero presentarte a Adrien Lemoine — sonrío, joder, el hombre estaba para chuparse los dedos, alto y de complexión atlética, espeso cabello negro cuidadosamente peinado y divertidos ojos grises enmarcados por largas y rizadas pestañas — es nuestro inversionista principal

— un placer — dice el hombre

— el placer es todo mío — le aseguro, pero mi emoción se esfuma cuando mira a Val casi con adoración

— Scott, el señor Lemoine está interesado en la escultura, y está buscando decorar una de sus mansiones en Paris — comenta Val, yo levanto las cejas, sí, el hombre tiene traje y es claramente un hombre de negocios, pero no parece necesariamente prepotente y poderoso, y definitivamente no luce como poseedor de varias mansiones

— me haces lucir como un excéntrico amargado — se queja Adrien, antes de estudiar mi escultura, me lanza una mirada divertida — solo aclaro, que es una casa de campo que rento para excéntricos amargados — Val se ríe y niega con la cabeza antes de disculparse y moverse entre otros grupos, llevando la atención hacia Spencer, me río al ver la mirada en los ojos de Adrien, es tan jodidamente evidente que dudo que Valentine no lo notara

— ¿cuánto tiempo llevas tras ella? — le pregunto, esperando no ser impertinente, pero él sonríe con amargura y se inclina para inspeccionar el acabado de la escultura, lanza una mirada nueva a Vale y me responde

— desde los diez años — se queja, levanto las cejas, seriamente impresionado, especialmente porque el hombre parece más bien resignado con el asunto

— Eso es amor — digo, y realmente lo pensaba, ¿amar a alguien tan profundamente como para seguir allí durante más de veinte años? Realmente no podía imaginar lo que sería, especialmente si no es correspondido, podría entenderlo en la niñez, solía ser difícil para mi ya que los chicos que solían gustarme eran heterosexuales, pero llegar a la vida adulta sufriendo por amor era algo que no me podía imaginar.

— por desgracia para mí — dice Adrien, quien me mira con aprobación — Eres realmente un buen escultor — comenta, luego se encoge de hombros — aunque no soy quién para decirlo, me gusta, tiene cierto toque...melancólico en su mirada

— sí — digo con amargura, de nuevo sintiendo la presión en el centro de mi pecho que me recordaba a mi hermana, casi como si el dolor fuera suyo.

— me recuerda a Gabriel — dice frunciendo el ceño con concentración, era un hombre apuesto y aunque no soy el mejor para juzgar el carácter de las personas, parecía alguien compasivo ¿cómo podía cualquiera ignorar a semejante hombre? — Miguel Ángel estaría orgulloso

— No creo que al maestro le guste que me comparen con él — replico, pero el hombre se ríe, divertido

— tal vez, soy un hombre de números, pero soy francés — se encoje de hombros — se apreciar una buena obra de arte cuando veo una.

— En ese caso, espero que lleguen más franceses — digo cruzándome de brazos, la galería está llena, había niños correteando, personas en citas y algunas escuelas de arte también, miro hacia la exposición de Spencer y veo a Angie corretear por todas partes tomando fotografías y riendo

— te diré qué — propone Adrien llamando mi atención de nuevo a la escultura — no voy a comprar la escultura hoy, pero voy a invitar a un amigo a quien seguramente le encantará, ahora él es un hombre que sabe de arte

— ¿por qué harías eso? — pregunto confundido, ya que hasta donde tengo entendido, la encargada de hacer esas negociaciones es Val, pero él se encoje de hombros

— Eres un gran artista, Val y yo nos encargamos de que sean conocidos, yo le doy algunos contactos de vez en cuando y créeme, si consigo que Jean—Paul compre una de tus esculturas — se encoje de hombros y señala alrededor con su dedo cada una de mis esculturas — esto será solo el principio.

— ¿Realmente lo cree? — pregunto, sintiéndome casi como un niño pequeño al que le han entregado un dulce por primera vez, y él lo sabe, así que sonríe divertido.

Para cuando finaliza el día, conseguí vender una de mis esculturas, en la primera noche, así que decir que estaba contento era un eufemismo, por lo que decido que quiero celebrar, pero la estrella de la noche es Spencer, quien vendió casi todo, así que me parece una buena opción para ir juntos al bar, aunque luego de ver la hora, decido que mañana temprano iría con alguien a quien le debo mucho más la celebración.

Por lo que voy de regreso a la habitación del hotel en que me estoy quedando mientras busco un apartamento decente, rebusco entre mis maletas la fotografía de mi hermana, Alice, era una foto de ella en su cumpleaños número 24, poco antes de que empezara todo mi problema cardiaco, mañana por la mañana iría a visitar su tumba, le llevaré flores, no he ido desde que regresé a Nueva York.

El cementerio siempre fue un lugar que encontré extrañamente relajante, casi mágico, incluso si suena como algo extraño, el lugar donde descansan los seres queridos tiene derecho de ser tranquilo, a demás desde pequeño siempre disfruté de ver las esculturas que decoraban las tumbas.

El olor a tierra húmeda, el frío y el silencio, eran justo el tipo de cosas que Alice disfrutaba, por lo que sonrío al acercarme a la tumba, está en la parcela familiar, junto al tío Eric, no había podido asistir al funeral debido a que seguía esperando en el hospital, esperando que llegara a visitarme luego de la buena noticia, pero poco sabía yo que ella estaba muerta, así que ahora solo podía traerle flores, peonias, eran sus favoritas, por lo que le traía un ramo de vez en cuando, las pongo encima de la lápida, mis padres probablemente gastaban una fortuna en mantener su tumba bien cuidad, y que eran solo las seis de la mañana y ya tenía flores frescas.

Me siento frente a la tumba, de la misma forma en que lo haría de estar en un picnic con ella, y me invade la tristeza, rebusco en mi chaqueta y miro de nuevo la foto que saqué anoche de mi maleta, las lagrimas escapando de mis ojos

— Hay mucho que quiero contarte — digo entre sollozos, deseando poder verla sonreír una vez más, deseando que no hubiera dado su vida de esa forma — Lamento no haber venido antes — continúo — Han pasado muchas cosas desde que te visité por ultima vez, me robaron, tenías razón sobre el galerista de España, el hombre me robó por mi propio trabajo — sacudo la cabeza mientras me limpio las lágrimas — pero todo está bien ahora, trabajo en una nueva galería, en el centro.

Cierro los ojos, imaginándola junto a mí, llamándome iluso por haber creído en el idiota de mi galerista anterior, ella se burlaría de mi un rato y luego empezaría a insultar al hombre.

— Ahora estoy en un lugar más interesante, conocí a una chica que seguro te caería bien, su nombre es Angie — continúo, segura de que ella pediría conocerla de inmediato, Alice era el tipo de chica que todos amaban — es fotógrafa, así que seguramente te daría buenos consejos, con ambas tendría un equipo de publicidad completo

Le cuento todo lo que he hecho desde que llegué a Nueva York, cada mínima cosa que me ha pasado, cada detalle, cada comida, casi imaginando sus respuestas y conociendo las bromas que haría, incluso si sé que realmente no me escuchará, me hace sentir mejor, es casi como si me levantaran un peso de encima, una especie de descanso para mi alma, uno que realmente necesitaba a decir verdad, Alice olía ser mi confidente, incluso llegué a vivir con ella durante un par de años luego de mis padres decidieron quitarme el fideicomiso y luego también estuvo conmigo cuando enfermé, pagó mis cuentas del hospital y hasta el final, incluso ahora, lo único que queda de ella es su corazón, que ahora late dentro de mi pecho, sintiendo emociones que desearía que ella tuviera.

Preferiría haber muerto por mi enfermedad, en lugar de que ella se sacrificara por mí, pero realmente no vale la pena llorar sobre las cosas pasadas, no importa cuánto lo desee, simplemente no podía regresar en el tiempo y menos aún traer a Alice de vuelta, si ella estuviera viva, tampoco habría podido darle un último adiós, yo hubiera muerto en algún momento, ambos lo sabíamos, simplemente me gustaría haber estado en su mente, conocer sus pensamientos, saber el por qué tomó la decisión que mi vida valía la pena salvarla en lugar de la suya.

Lo que mis padres no saben es que Alice había intentado suicidarse dos veces antes, yo lo sabía porque vivía con ella durante esas épocas, y creí que había superado su depresión luego de un par de meses en terapia, la veía feliz, yo creía que era feliz, pero luego solo demostró que no, supongo que es su tristeza la que a veces siento, ella estaba deprimida, pero sonreía para todos, nunca pudimos verlo, y su muerte fue devastadora para toda la familia, mis padres y mi hermano Benjamin , tuvieron luto juntos, yo solo recibí un pago de la cuenta del hospital, se desalojado del apartamento de Alice y una carta entregada por los médicos, donde mi hermana me entregaba sus últimos deseos, que por supuesto, padre decidió ignorar por completo.

— ¿Qué haces aquí? —me sobresalto al escuchar la voz de Benjamin, mi hermano está de pie frente a mí, con un elegante traje negro y de saco y corbata, Benjamin es el mayor, tiene Treinta y seis años, heredó los ojos verdes de papá, al igual que su mirada seria y la empresa, tiene un ramo de peonias en una mano y un paraguas en la otra, entrecierra los ojos en mi dirección, y luego mira las flores que traje — Creí que estabas en España

— Volví, no creí que te interesara saberlo — digo poniéndome de pie lentamente, limpiando mis pantalones del barro, Benjamin levanta una ceja, no hablábamos demasiado desde el ultimo intento de suicidio de Alice, realmente solíamos llevarnos bien, simplemente nunca dijo nada cuando las cosas empezaron a pasar.

— ¿Qué haces aquí? — pregunta de nuevo, luciendo molesto

— Tengo derecho a visitar su tumba ¿No crees? Era mi hermana también — aparta la mirada, apretando la mandíbula de esa forma irritante que hace papá cuando está molesto

— Mira, no quiero discutir contigo ahora, solo vine por ella — dice acercándose y dejando las flores junto a las mías, me alejo un poco, pero él me detiene — Deberías llamar a mamá

— ¿Está bien? — pregunto, realmente extrañaba a mi madre, pero papá nunca me permitió hablar con ella, y ella tampoco hizo la gran cosa por comunicarse conmigo, Benjamin susurra un par de palabras para Alice, disimuladamente limpia una lágrima en su mejilla

— Ha estado enferma, papá intentó llamarte hace un par de meses — levanta la mirada y me mira de arria a bajo — Luces bien

— ¿Por qué quiere hablar conmigo? — pregunto, preocupándome —¿Mamá está mal?

Mi hermano siempre fue serio y calmado con todo, entiendo por qué papá lo prefería, era más parecido a él, interesado en los números, en la ciencia, al ser niños la relación era divertida, pero papá nunca apreció mi lado artístico, recuerdo que intentó obligarme a ir a clases de ajedrez, Benjamin era un experto, yo simplemente no podía entender el juego

— ¿Cambiaste tu número? — asiento, rebuscando una tarjeta en mi bolsillo

— Nunca llamaron, no le vi sentido a mantener el contacto — encuentro la tarjeta de la galería, Sasha las había hecho para mi y se lo agradecía, realmente nunca me había molestado en tener una de esas.

Benjamin la toma y levanta las cejas al verla

— ¿Escultor? Te hiciste buenos contactos, conozco a Valentine — genial, ahora había otra línea de contacto con ellos, por un segundo me pregunto como demonios se conocen, pero supongo que es el trabajo de Val, Benjamin seguro compraría algunas pinturas por un precio exorbitante

— ¿Cómo estás? —pregunto, sintiéndome repentinamente avergonzado, Ben y yo solíamos ser buenos amigos, incluso cuando empecé a vivir con Alice, y cuando papá me llamó de todos los nombres posibles por haberme encontrado con mi ex novio Connor en paños menores, Ben siempre estuvo de cierta forma, pero en cuanto papá le prohibió el contacto conmigo, obedeció.

— Cuídate, Scott — responde, mirándome como s quiera decir algo más, pero se limitó a darme la espalda, por lo que no insisto, me alejo lentamente, en el camino veo su coche, un Audi perfectamente pulido y casi parecía nuevo, parecía que había venido solo, realmente no me sorprende, Ben no solía hablar mucho de lo que pensaba, incluso luego de tantos años, no había cambiado demasiado.

El camino a la galería se me hace eterno, el haber visto a Benjamin había removido sentimientos que creía enterrados hace mucho, sería una vil mentira decir que no extraño a mi hermano, él y Alice eran importantes en mi vida, pero Alice se había ido sin avisar y Ben nunca se molestó en hablar conmigo luego de su perdida, estoy casi seguro de que me odia de la misma forma en que lo hace padre, o tal vez menos, después de todo él siempre supo sobre mi orientación sexual.

Llego a la galería un par de horas más tarde de lo que pensé, hay algunas personas mirando alrededor, durante el día solían venir menos visitantes, pero hoy estaba especialmente llena, busco a Angie o a Dalton con la mirada, pero no los encuentro, por lo que me dirijo entonces a la oficina de Valentine, llevado por la curiosidad y esperando comprender algo sobre su relación con mi hermano, el no parecía saber que yo estaba en la ciudad, así que no considero que sepa sobre la relación, pero quería averiguar obre mi familia.

Toco la puerta, aunque está abierta, Val está sola y hablando por teléfono, me hace una señal para que me siente frente a ella y eso hago, miro alrededor mientras espero, hay retratos de los artistas y del staff, al igual que algunas obras de arte con una dedicatoria y un retrato que parecía hecho por Spencer, miro una que llama especialmente mi atención, donde hay unas diez personas, reconozco a los chicos, pero hay otras cras desconocidas, es una foto el Londres, y todos parecen una familia feliz, y no puedo evitar sentir una ligera presión en el pecho, deseando desesperadamente hacer parte de esta.

— Scott, no te esperaba hoy — dice Val colgando el teléfono

— Me gusta venir —digo poniendo la foto d nuevo en su lugar, ella la mira con cariño

— Si las cosas van bien, para la próxima semana iríamos a Denver para una exposición, espero tener un par de piezas nuevas de tu parte

— Lo haré — prometo, mirando alrededor

— ¿Qué puedo hacer por ti? — pregunta cerrando un folio frente a ella e inclinándose para prestarme atención, me hace sentir bienvenido de inmediato

— ¿Conoces a Benjamin Newman? — pregunto, Valentine asiente y rebusca entre su agenda

— Ben es de mis amigos, se lleva mejor con Adrien, pero compró un par de esculturas de Trevor hace unos años — sonrío, sabía que mi hermano compraría arte por mero gusto, Val frunce el ceño —Newman, es tu apellido ¿Están relacionados?

— Es mi hermano mayor — confieso, apretando los labios y a juzgar por la cara de confusión de Val, él nunca lo mencionó

— Tenía entendido que era hijo único — dice sorprendida, pero yo estoy ligeramente molesto

—Así que negó a Alice también, increíble.

— ¿Alice? —pregunta Val levantando las cejas, yo suspiro y sacudo la cabeza, pensando si era buena idea seguir adelante.

— No importa, yo…no me he llevado bien con mi familia últimamente — admito —me enteré de que Ben te conocía y me preguntaba si sabías algo sobre como están.

Val me dedica una mirada comprensiva, y toma su teléfono, me muestra el contacto de Benjamin y le marca, poniendo el altavoz.

— Pensé que te habías olvidado de mi —contesta mi hermano, sonando algo menos áspero que de costumbre, Val se ríe

— Eso debería decir yo —se queja — No he sabido de ti o de Samantha en unas semanas, Adrien está en la ciudad, así que pensé que podíamos quedar.

No puedo evitar sentirme algo triste, reconozco el nombre de Samantha, era la novia de mi hermano en la universidad, Val la conoce y yo ni siquiera sabía que seguían juntos.

— Hemos estado ocupados, con lo de mi madre, ha sido un mes difícil — Valentine me mira, como pidiendo permiso de continuar con la mirada, yo asiento, preocupado por mi madre.

— ¿Cómo se encuentra? — pregunta Val, mi hermano suspira pesadamente

— Tan bien como se puede, los doctores están preocupados, se deteriora con cada día que pasa.

— Lamento mucho escuchar eso — dice Valentine mirándome con tristeza, mi hermano suspira

— Como sea, deberíamos cenar pronto, estoy interesado en algunas cosas para decorar mi apartamento, y sabes que a Samantha le encantan tus pinturas — el resto de la conversación no es demasiado larga, simplemente agendan una cena de amigos.

— ¿Fue eso suficiente? —pregunta Val dejando su teléfono a un lado, asiento

— Gracias, no he hablado con él en años.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo