IX. Mi destino

En alguna parte

• Felipe •

Su sonrisa se ensanchó más, a veces parecía un demente y en ocasiones un hombre inteligente, pero ahora mismo ante mis ojos era un desconocido.

Ya no lo conocía.

¿En qué se había convertido?

Ya no lucia cansado, ahora su apariencia era mágica y perfecta. Su rostro sin ninguna marca de guerra que antes poseía, su piel relucía firme.

Caminaba de un lado al otro con aquella sonrisa, sabía lo que pensaba.

Y era mi error, mi traición.

—¿Entonces qué más deseas que haga? —este asintió suavemente ante mi pregunta

—Muy buen trabajo Felipe —susurró, dejó de caminar y me observó, ambos permanecimos frente a frente. Él a un lado de su trono y yo abajo, como su sirviente

Asentí.

—Maximiliano es aún muy débil, ya tengo algo a mi favor debo averiguar si tiene algo más —observé sus ojos detenidamente, permanecían oscuros

—¿Qué debo hacer ahora? —pregunté sin rodeos

—Simple, adelanta tu viaje hacia el reino de Witther y permanece ahí hasta que me consigas algo que sea el fin de Maximiliano, con aquello en mis manos tendré bajo mi mando al segundo reino, solo me faltará el reino de Priswer —susurró

—Será difícil obtener algo del reino Priswer que los debilite —era cierto, no hallábamos ninguna debilidad. Eran muy astutos, pero deben tener algo. Algo muy valioso.

—De eso me encargo yo, tu encárgate de tu sobrino. —me señaló— No me falles Felipe, sabes que después de todo esto tendremos nuestra recompensa. Obtendrás lo que tanto amas —sonrió

—¿Qué cosa podría debilitar a Maximiliano? —pregunté

—Fácil, puede que en cualquier momento encuentre a su compañera o tenga en sus manos alguna carta que su padre haya dejado como prueba de mis delitos —fruncí el ceño

—Aquella carta la tengo yo y probablemente él me haya hecho caso. Recuerda que en la carta que le escribí le decía que buscará algo en el despacho de su padre, pero al parecer no encontró nada, ya que el Consejo no hizo ningún movimiento —asintió, soltó un suspiro y se acercó a su llamativo trono tomando asiento

—Por eso debes ir, darle aquellas pistas falsas y listo. —me observó— Es fácil Felipe

Asentí.

Sus ojos oscuros me observaron, tenía una sonrisa de lado.

Una muy falsa.

—Cuando al fin tenga en mis manos a los 3 reinos todo mi esfuerzo me hará cumplir mi destino. Ese destino que fue una burla para todos, pero luego estarán arrodillados ante mí aclamando perdón y yo solo los veré sufrir —tenía la mirada perdida

—Pero ¿qué motivo te llevo a matar a mi hermano? —pregunté, dejó de estar perdido y me observó con detenimiento como si buscará algo

—Volver débil a Maximiliano, pero no se rindió sigue de pie. Felipe debes entender este sacrificio, tu hermano ya murió, tu querida cuñada igual. Cuando sucedió aquello hizo que el reino de Thusrek estuviera en mis manos y ahora será fácil tener también al reino de Witther. Es pan comido, solo debes seguir mis órdenes o mis queridas bestias tendrán más comida —sonrió ante lo último

Frente a mí tenía a un total desconocido, un hombre que no sentía dolor ni pena. Se dedicaba a obtener su preciado destino, aquel que era egoísta y patético. Y no lo entiendo, debería frenarlo, pero una parte de mí no puede, él tiene algo que amo y si me niego será fácil perderla.

Traicione a mi propio sobrino, traicione la memoria de mi hermano y a mis antepasados. Traicione a mi familia ayudando a un hombre que era capaz hasta de matar a su propio hijo.

Y lo hizo.

Mato a su hijo.

Aquel que se había negado a ese destino, aquel que intento ayudarlo, pero sufrió en el camino.

Debo sonar egoísta, pero tengo mis motivos.

El hombre frente a mí tal vez quiera lograr su destino, pero yo solo quiero que ella esté conmigo, que nadie la lastime. Que viva feliz.

Solo por ella.

Debo traicionar para poder obtener mi felicidad.

Lo siento, Marcus —pensé

—Ahora ve y haz lo que te ordeno. —preferí mirar el piso— Amanda irá contigo, ella también ayudará

Asentí y lo observé, di media vuelta caminando hacia la salida.

—No me falles —pare en seco al escuchar su voz

Seguí mi camino sin responder.

Y suavemente sin que él me escuchará susurré.

—Sí, padre

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo