Reino Witther
• Maximiliano •
El silencio reino durante unos largos minutos, ninguno de los dos dijo nada. Él al igual que yo lucíamos impactados, la última vez que lo vi fue tras aquella discusión y mi tonta reacción. Lo trate mal sabiendo que él no tiene la culpa de nada.
Habían pasado 3 meses desde mi coronación, al principio fue difícil adaptarme, pero ahora ya estoy controlando más el reino.
Y ella, suelo verla contemplar las flores del jardín por unos largos minutos, posee una sonrisa inocente y dulce. Muchas veces su aroma interrumpe mis pensamientos, le pedí a mi nana un pequeño favor, cada vez que mi desayuno, almuerzo o cena sea llevado a mi despacho ella debe traérmelo. Me gusta su aroma.
Es tan exquisito y me da calma.
Y no hay sospechas, pues la encargada es mi nana así que el personal le hace caso.
Sigo investigando, pero no encuentro alguna pista. He seguido buscando alguna carta o documento en el despacho, pero no hay nada.
¿Felipe me mintió?
Lo probable es que, si lo haya hecho, pero por otra parte no entendería la razón.
Es confuso.
Una parte de mí quiere rendirse y la otra quiere seguir, tener frente a mí a ese asesino y al final asesinarlo.
—¿Despertaste? —pregunto Daniel sacándome de mis pensamientos, no sé cuánto tiempo estuve así, pero lo más probable es que ahora parezca un tonto
—Lo lamento. —sonreí— Me alegra verte, Daniel
Ambos permanecimos mirándonos fijamente, sabía que en cualquier momento me diría algo.
—Veo que ya eres rey. —susurró— Me alegra mucho, pero no quiero molestarte
—No, Daniel, no molestas, pero me sorprende tu visita —él frunció el ceño con una sonrisa de lado
—Es horrible como me tratas. —susurró burlón— Vine de parte de Bea —Bea era aquella mujer que me entreno, es una bruja blanca que vive actualmente en el reino Thusrek ayudando a los reyes felinos. En mi estadía en el reino Thusrek solo visite una vez el castillo y fue para despedirme— y de parte del Consejo de Witther
—¿Qué? —hace unos días el Consejo me trajo una carta informándome de una reunión urgente este fin de semana, pero ¿qué tenía que ver Daniel en esto?
—Permítame, su majestad. —hizo una reverencia mientras hablaba— Soy Daniel, su beta
Así que era eso, lo escogieron como mi beta.
Sus ojos verdes me observaron por unos segundos.
—¿No me felicitaras? —pregunto burlón, me acerque a él fundiéndonos en un suave abrazo. Daniel no solo fue mi única compañía en el reino de Thusrek, él también fue mi único amigo. El padre de Daniel es primo del quinto consejero, así que por ser su pariente era uno de los candidatos para el puesto de beta.
Sabiendo de mi amistad con Daniel, lo habrán escogido.
—¿Hay algo nuevo? —pregunto, luego de romper el abrazo decidimos brindar con vino, se sentó frente a mí
—No hay pistas —susurré frustrado, sorbió de su copa
—Ya hallarás alguna que te lleve a ese hombre, podemos llamar a Bea
Negué con la cabeza.
—No quiero involucrarla, ella tiene mucho en mente en el reino Thusrek, —bebí lo último de mi copa— pero días antes de mi coronación mi nana me contó que mi tío Felipe había venido al castillo y me dejó una carta
—¿Tu tío Felipe? Así que apareció —yo asentí
—Él me confesó que también busca al asesino de mis padres, pero me sorprendió cuando mencionó que buscará en este despacho alguna carta que mi padre haya dejado, —Daniel me observó confundido— pero lo más curioso fue que saco una teoría
—¿Saco una teoría?
—Que mi padre posiblemente antes de su muerte haya sabido del asesino y sus intenciones —su rostro se mantuvo sereno y confundido
—¿No te suena raro? —negué— Lees la carta y tu tío dice aquellas cosas, es como si él escondiera algo. No entiendo la razón, pero se me hace muy sospechoso —luego lo entendí, exactamente cuándo mencionó esa parte en la carta sonó como si la afirmará
—¿Debe estar involucrado? —pregunté con la mirada perdida
—Nunca me dio confianza tu tío, es casi como tú abuelo. Frío y malévolo, pero de algo estoy muy seguro es que debes mantener cualquier pista o hallazgo en secreto, pues nunca sabrás cuando alguien cercano puede traicionarte
—Lo sé. —cubrí con mis manos mi rostro— Me siento agobiado, pero no puedo parar
—Debes comenzar ordenando las piezas
—¿Qué? —pregunté, dejé de cubrir mi rostro
—Empieza desde el inicio, averigua si antes de la muerte de tus padres h**o asesinatos y así poco a poco ordenas las piezas. Tendrás luego los nombres y más cosas. No lo hagas apresuradamente, pronto hallarás una pista
Ordenar las piezas.
Debo empezar desde el principio.
Pero ¿cuál era?
En alguna parte • Felipe • Su sonrisa se ensanchó más, a veces parecía un demente y en ocasiones un hombre inteligente, pero ahora mismo ante mis ojos era un desconocido. Ya no lo conocía. ¿En qué se había convertido? Ya no lucia cansado, ahora su apariencia era mágica y perfecta. Su rostro sin ninguna marca de guerra que antes poseía, su piel relucía firme. Caminaba de un lado al otro con aquella sonrisa, sabía lo que pensaba. Y era mi error, mi traición. —¿Entonces qué más deseas que haga? —este asintió suavemente ante mi pregunta —Muy buen trabajo Felipe —susurró, dejó de caminar y me observó, ambos permanecimos frente a frente. Él a un lado de su trono y yo abajo, como su sirviente Asentí. —Maximiliano es aún muy débil, ya tengo algo a mi favor debo averiguar si tiene algo más —observé sus ojos detenidamente, permanecían oscuros
Reino Witther • Maximiliano • "Sobre nuestras razas hay mucho que contar, cada uno emergía en las sombras. Evitan ser vistos, pero tarde o temprano serían vistos. Los primeros en ser vistos fueron los felinos, cuentan que fue la hija del jefe quien corrió aquel riesgo. Era apenas una cría cuando salió del bosque, una de las reglas principales era mantenerse en su nido hasta que sus padres vuelvan de cazar, pero ella era muy traviesa. La curiosidad fue más grande y rompió la regla, camino escuchando todo a su alrededor y jugueteando, pero no había visto a un humano observarla. Aquel humano prepara en silencio su lanza para poder acabar con aquella presa, pero fue un Alfa quien la salvo, asesinando al humano. Días después los humanos se alteraron, ya sabían de bestias que asesinaban en el bosque. Nuestras razas corrían riesgo. Así que tuvimos que actuar, form
Reino Witther • Maximiliano • —Vigila a Esmeralda. —susurró, regresábamos de las cabañas donde dejamos a mi compañera para que ella descansará— Que mañana se tomé el día libre, debe descansar y no hacer esfuerzo ya que podría lastimarse o abrirse la herida nuevamente. Así que por favor cuida... —me detengo al escuchar la puerta cerrase con fuerza, giró encontrándome con Daniel quien me observa impresionado. Dirige su mirada a mi nana y ella agacha la mirada avergonzada —¿Estas preocupado por una humana? —pregunto Daniel alzando una ceja —Daniel buenas noches —susurró con sarcasmo, sabe que odio que entre a mi alcoba sin mi permiso —Responde —pide con voz firme, algo está sospechando —Sabes que Maximiliano es una persona bondadosa y desea apoyar a los empleados —este asiente, mantiene la mirada fija en mí. Siempre había sido lo mismo, es como si leyera mi mente —¡A
Reino Witther —Levanta tu cabeza, orgulloso beta. Ahora estarás al lado de nuestro rey, resguardando, guiando y apoyando sus decisiones. —susurró el primer consejero, quien observaba al hombre frente suyo que permanecía arrodillado. Daniel levantó la mostrándose cabeza orgulloso— Te damos la bienvenida beta —Daniel se colocó de pie y los 16 consejeros hicieron reverencia. —Te damos la bienvenida beta —susurraron todos los consejeros El quinto consejero sonreía orgulloso, su primo tomaba un puesto muy importante en el reino Witther. Maximiliano observaba como su gran amigo se acercaba a él para luego hacer reverencia y susurrar. —Te serviré por siempre, mi rey —Lo sé, Daniel —susurró el rey Un gran banquete fue servido en honor a Daniel, deliciosos postres de moras (especiales en el reino), vino blanco, galletas de naranja, fruta cortada y muchos más manjares que adornaban la mesa. En el ex
Reino Witther Ella estaba pasmada. Y él disfrutaba sentir la calidez de aquellos dulces labios, los labios de su compañera. Acunó con sus manos las mejillas de Esmeralda y profundizó el beso. Mientras que ella seguía inmóvil, con los ojos cerrados totalmente asustada. Era el rey quien la besaba profundamente. La besaba suavemente, como si tuviera miedo a romperla. Despegó lentamente sus labios de los de su compañera para luego observarla, ella seguía con los ojos cerrados y las mejillas rojas. Pero luego se alejó de ella con rapidez, la había besado y alguien pudo haberlos visto. No podía exponerla, no podía perderla. —Vete y no menciones esto a nadie o morirás —susurró el rey mientras se giraba para poder servirse una copa de vino. Esmeralda con lágrimas en los ojos asintió, aunque el rey no pudo verla pudo sentir el aroma de su tristeza. Salió del despacho con el corazón latiend
Reino Witther La suave brisa acariciaba los árboles, el día era cálido. Caminaba por el gran jardín que poseía el castillo, lo perturbaba algo tan hermoso, su compañera. Su corazón se estrujaba cuando recordaba el beso y luego haberla rechazado, pero tenía sus motivos, aún no era tiempo. Debía mantenerse alejado de ella, aunque los días se tornarán una tortura cuando lo embriagaba el dulce aroma que desprendía su compañera. A lo lejos un carruaje se acercaba lentamente, su destino era el castillo. Felipe estaba inquieto, vería a su sobrino después de tanto tiempo. Y aunque sus pecados lo atormentan, debía seguir adelante por ella. Ella había cambiado su vida por completo desde que la sostuvo entre sus brazos por primera vez. Recuerda su sonrisa inocente cuando le trajo un libro por primera vez, sus pequeños brazos lo sostuvieron con adoración para luego correr a los brazos de Felipe y sus
Reino Thusrek Josep le sonreía al hombre que ahora portaba orgullosamente la corona. Humberto. El nuevo rey de los felinos, el rey de Thusrek. Hace aproximadamente dos años los preparativos para su coronación y matrimonio empezaron luego de la muerte de su padre. Pidió estar dos años en luto, pero su madre, Helena, se lo prohibió y solo le otorgó un año de luto. Lucy, era su prometida, a quien conoció a los 15 años de edad quedando perdidamente enamorado de ella. Él no lo pensó dos veces y frente a sus padres pidió la mano de Lucy, la cual aceptaba el amor del príncipe. Y tras 5 años juntos como prometidos la triste noticia del fallecimiento del rey entristeció a todo el reino, miles de flores en honor del difunto rey fueron enviados desde el reino Witther y Priswer. El día de la coronación había llegado. Vestían a los futuros reyes para iniciar con la sagrada ceremonia de matrimonio y luego coro
Reino Witther Tras un largo suspiro lleno de frustración Felipe observó a su sobrino. Era como ver a su hermano, pero no era él. Frente suyo alguien a quien estaba traicionando lo miraba con desprecio. Tal vez algún día me entiendas—pensó Felipe Estaba a punto de contestar cuando de imprevisto Maximiliano se puso de pie y salió del despacho enojado. Daniel observó a su rey irse hirviendo en pura ira. —Lamento que su majestad ahora no pueda atenderlos, pediré a una mucama que los lleve a sus alcobas. Disculpen —susurró saliendo del despacho, Amanda observó a Felipe quien miraba hacia la nada Reconocía esa mirada, estaba triste y agobiado. Estaba traicionando a su propia sangre y nadie sabía sus razones, tal vez cuando su sobrino lo descubra termine odiándolo sin escuchar sus motivos. Minutos después entro María con una muchacha detrás de ella, les brindo una sonrisa cálida. —Por fav