Reino Witther
• Maximiliano •
"Tal vez deba comenzar pidiendo disculpas por no haber estado a tu lado en ese momento tan difícil, pero necesito que entiendas que al igual que tú yo también busco venganza, busco al maldecido que le arrebató la vida a mi hermano.
Tengo pistas sobre él, durante estos últimos años ha habido más víctimas al igual que tus padres, pero lo difícil es entender la razón de sus muertes y por eso sigo investigando.
En unos días te llegarán unos papeles que contienen los informes de cada asesinato, guárdalas.
Maximiliano yo también sufro día a día al no tener a tus padres, tu madre era una mujer muy dulce y bondadosa, en cambio tu padre solía esconder su furia para no preocupar a nadie y siento que él sabía sobre ese hombre, solo ve y busca algún documento en la oficina de tu padre ahí debe haber algo.
Prometo volver y explicar todo.
No me odies, Maximiliano, tengo mis razones y debes saber que no estás solo, puedo sonar cobarde, pero aún no es tiempo de volver.
Atte. Felipe Witther"
¿Acaso debería creerle?
Pero me llamó la atención lo de "ha habido más víctimas al igual que tus padres", me acuerdo muy bien de los cadáveres que empezaron aparecer en distintas partes de mi reino, solo h**o 3 cuerpos encontrados en el reino Priswer.
Aquí hay algo muy extraño.
¿Será cierto que hay un mismo asesino?
Pero una parte de mí quería confiar en sus palabras y la otra solo quería quemar aquella carta.
Sentía la furia alterarse.
No es fácil, yo lo necesite y él no apareció, ahora pretende que todo sea como antes con una carta. Pretende que le crea, pues no quiero hacerlo.
Yo mismo voy a conseguir venganza.
Las heridas en el cuerpo de mis padres son de garras, pero cuando el doctor me explico con más detalle entendí que el asesino manejaba o mejor dicho controlaba a esas bestias.
Fue como un fugaz recuerdo.
Aquella noche la reina felina había llegado al castillo, mis padres le daban la bienvenida a ella, su esposo y su hija.
No recuerdo muy bien, se escucharon gritos y vidrios rompiéndose.
Luego mi mamá me saco de ahí, lo último fue haber visto en el rostro de mi madre una sonrisa melancólica.
Cuando ya todo había acabado, para mí fue difícil entrar y encontrar los cuerpos de mis padres sin vida.
Ambos tenían un corte en el cuello.
Solo tenían un corte.
El rey felino llegó desesperado en busca de su esposa, varios guardias lo acompañaron. Pero a los 3 días la encontraron en el reino de Priswer siendo curada por el mismo rey.
Fue difícil para todos.
Ellos perdieron a su hija y yo a mis padres.
Ahí fue cuando tuve una loca idea, unirnos para encontrar al asesino, pero ellos se negaron, su dolor era más grande que todo. Fue ahí cuando la reina felina decayó, ya no era la misma risueña y guerrera felina que conocí.
Ahora solo había una reina triste.
Le prometí visitarla antes de mi coronación, sé que no podrán asistir.
No pude ni siquiera tomar desayuno, buscaba en cada rincón del despacho de mi padre alguna pista, documento o carta, pero no encontraba nada.
Este despacho seguía intacto, desde la muerte de mis padres nadie se atrevía a mover nada, solo se encargaban de limpiarla y yo después de tantos años volví a ingresar.
Mi padre siempre tenía una pintura de él junto a mi madre, detrás del escritorio un gran ventanal relucía, solo había un sillón y un estante lleno de libros que mi padre amaba leerme.
A veces no tenía tiempo para entrar a la biblioteca entonces traía algunos libros a su despacho y con calma los leía.
Era un increíble padre.
No me había percatado de la presencia de mi nana, sus hermosos ojos me observaban en cada movimiento.
—Deberías descansar, estás muy alterado —susurró
—No, nana —abrí un cajón— Tengo que encontrar algo, no puedo descansar ahora
Ella soltó un suspiro.
—Sé que es difícil, quieres encontrar al asesino de tus padres, pero en pocos días será tu coronación, no tendrás tiempo de nada, Max. —sé que a ella le dolía mi comportamiento, pero debe entender— En otra parte ya instalé a los nuevos empleados, te dejó a solas
Escuché sus pasos alejarse y luego la puerta siendo cerrada.
Me permití sentarme en el cómodo sillón de mi padre, esto es difícil, pero al final cuando consiga vengar la muerte de mis padres todo estará bien.
Al fin estaré bien.
En alguna parte El misterioso hombre observaba con curiosidad a la joven frente a él, sus hermosos ojos ámbar reflejaban la locura infinita. —Mi querida, Amanda. —relamió sus labios disfrutando de aquel nombre— Sigues siendo tan hermosa como antes La mujer lo miro con asco, sabía que sus intenciones no eran buenas. —¿Para qué me llamaste? —pregunto sin rodeos —Cálmate Amanda, primero quiero que conozcas a mis mascotas. —al lado del hombre 3 grandes bestias descansaban, eran aquellas horribles bestias que asesinaban sin piedad— ¿Te acuerdas de ellos? —Cómo voy a olvidarlos. —soltó con asco— ¿Para qué me llamaste? Sorbió un poco del vino, gimió al sentir el dulce néctar bajar por su garganta. —Es simple, —observó su copa vacía— sabes que ya son 11 asesinados ¿no? —ella asintió— Muy bien, es bueno saber que estás informada. Pero como te decía, me faltan 10 más y es ahí cuando
Reino Witther La tarde se hizo presente, el sol seguía brillando y una fresca brisa acariciaba el rostro de Maximiliano. Después de haber rebuscado en el despacho de su padre, decidió tomar un descanso. Su mente divagaba, estaba atormentado y ofuscado. No encontró nada, ¿Felipe lo estaba distrayendo? Así que decidió darse un baño y luego observar el bello paisaje desde su balcón, no había querido almorzar. Por ahora su apetito era nulo, pero su sed de venganza era inmensa, sentía que algo le faltaba. Como si una parte de su alma estuviera vagando por alguna parte. Pero no lo descifraba, ¿qué era? Recuerda que solía esconderse de todos y encerrarse en su alcoba, donde lloraba en silencio y dejaba que su dolor se apoderara de él. Ahora estaba a punto de comenzar una nueva etapa, el ser un rey. Tendría tanto que resolver, cuidar un reino entero y al mismo tiempo vengar a sus padres. Se sentía
Reino Witther Los días habían pasado y con ello los recuerdos de aquel encuentro, Esmeralda no había sido castigada pues nadie la había descubierto. Ella solo huyó de ahí, dejando al príncipe confundido y feliz. Maximiliano soñó con su compañera, pensó en su dulce mirada y el miedo que reflejaba. Fue imposible poder ocultarlo, así que tuvo que confesarlo a su nana quien se emocionó por aquello, pero él fue muy claro. —No puedes decirle esto a ella, es un secreto. Por eso te pido tu discreción y tu apoyo. Cuídala y no dejes que nadie se enteré de esto. Debo cumplir mi venganza y guardar este secreto. Para él era difícil, los días siguientes de su encuentro no dejaba de observar a su compañera y le era difícil no enloquecer por aquel dulce aroma. Todo el castillo estaba impregnado con su aroma. El sol brillaba y el pueblo se alistaba para la coronación. Maximiliano observaba
Reino Witther • Maximiliano • El silencio reino durante unos largos minutos, ninguno de los dos dijo nada. Él al igual que yo lucíamos impactados, la última vez que lo vi fue tras aquella discusión y mi tonta reacción. Lo trate mal sabiendo que él no tiene la culpa de nada. Habían pasado 3 meses desde mi coronación, al principio fue difícil adaptarme, pero ahora ya estoy controlando más el reino. Y ella, suelo verla contemplar las flores del jardín por unos largos minutos, posee una sonrisa inocente y dulce. Muchas veces su aroma interrumpe mis pensamientos, le pedí a mi nana un pequeño favor, cada vez que mi desayuno, almuerzo o cena sea llevado a mi despacho ella debe traérmelo. Me gusta su aroma. Es tan exquisito y me da calma. Y no hay sospechas, pues la encargada es mi nana así que el personal le hace caso. Sigo investigando, pero no encuentro alguna pista. H
En alguna parte • Felipe • Su sonrisa se ensanchó más, a veces parecía un demente y en ocasiones un hombre inteligente, pero ahora mismo ante mis ojos era un desconocido. Ya no lo conocía. ¿En qué se había convertido? Ya no lucia cansado, ahora su apariencia era mágica y perfecta. Su rostro sin ninguna marca de guerra que antes poseía, su piel relucía firme. Caminaba de un lado al otro con aquella sonrisa, sabía lo que pensaba. Y era mi error, mi traición. —¿Entonces qué más deseas que haga? —este asintió suavemente ante mi pregunta —Muy buen trabajo Felipe —susurró, dejó de caminar y me observó, ambos permanecimos frente a frente. Él a un lado de su trono y yo abajo, como su sirviente Asentí. —Maximiliano es aún muy débil, ya tengo algo a mi favor debo averiguar si tiene algo más —observé sus ojos detenidamente, permanecían oscuros
Reino Witther • Maximiliano • "Sobre nuestras razas hay mucho que contar, cada uno emergía en las sombras. Evitan ser vistos, pero tarde o temprano serían vistos. Los primeros en ser vistos fueron los felinos, cuentan que fue la hija del jefe quien corrió aquel riesgo. Era apenas una cría cuando salió del bosque, una de las reglas principales era mantenerse en su nido hasta que sus padres vuelvan de cazar, pero ella era muy traviesa. La curiosidad fue más grande y rompió la regla, camino escuchando todo a su alrededor y jugueteando, pero no había visto a un humano observarla. Aquel humano prepara en silencio su lanza para poder acabar con aquella presa, pero fue un Alfa quien la salvo, asesinando al humano. Días después los humanos se alteraron, ya sabían de bestias que asesinaban en el bosque. Nuestras razas corrían riesgo. Así que tuvimos que actuar, form
Reino Witther • Maximiliano • —Vigila a Esmeralda. —susurró, regresábamos de las cabañas donde dejamos a mi compañera para que ella descansará— Que mañana se tomé el día libre, debe descansar y no hacer esfuerzo ya que podría lastimarse o abrirse la herida nuevamente. Así que por favor cuida... —me detengo al escuchar la puerta cerrase con fuerza, giró encontrándome con Daniel quien me observa impresionado. Dirige su mirada a mi nana y ella agacha la mirada avergonzada —¿Estas preocupado por una humana? —pregunto Daniel alzando una ceja —Daniel buenas noches —susurró con sarcasmo, sabe que odio que entre a mi alcoba sin mi permiso —Responde —pide con voz firme, algo está sospechando —Sabes que Maximiliano es una persona bondadosa y desea apoyar a los empleados —este asiente, mantiene la mirada fija en mí. Siempre había sido lo mismo, es como si leyera mi mente —¡A
Reino Witther —Levanta tu cabeza, orgulloso beta. Ahora estarás al lado de nuestro rey, resguardando, guiando y apoyando sus decisiones. —susurró el primer consejero, quien observaba al hombre frente suyo que permanecía arrodillado. Daniel levantó la mostrándose cabeza orgulloso— Te damos la bienvenida beta —Daniel se colocó de pie y los 16 consejeros hicieron reverencia. —Te damos la bienvenida beta —susurraron todos los consejeros El quinto consejero sonreía orgulloso, su primo tomaba un puesto muy importante en el reino Witther. Maximiliano observaba como su gran amigo se acercaba a él para luego hacer reverencia y susurrar. —Te serviré por siempre, mi rey —Lo sé, Daniel —susurró el rey Un gran banquete fue servido en honor a Daniel, deliciosos postres de moras (especiales en el reino), vino blanco, galletas de naranja, fruta cortada y muchos más manjares que adornaban la mesa. En el ex