Esmeralda solo sollozaba abrazando sus piernas con dolor mientras las cocineras trataban de consolarla, se encontraban huyendo del castillo Thusrek en un carruaje menos la reina felina quien peleaba protegiendo a su hija, pero ella solo quería llorar llena de miedo y dolor. Su amado debía estar ahora en el campo de batalla y no quería perderlo.
No me dejes —pensó recordando el rostro del joven rey
Observo el oscuro techo imaginando el cielo cubierto por hermosas nubes y el sol iluminando cada parte del bosque. Entonces cerró sus ojos continuando con su dolor y ahí en el campo se alzaban grandes cortinas de tierra, los gritos seguían presentes y la sangre se esparcía en la tierra quedando impregnada para convertirse en un cruel recuerdo y dentro del gran muro todo yacía destruido.
Casas, los castillos. Todos huyendo. Gente muerta en el suelo sobre grandes charcos de sangre y la lucha convirtiéndose en la única salvación de todos porque ahora solo qued
Aquellas tierras habían sido cubiertas por la muerte. La sangre derramada se había impregnado convirtiéndolas en malditas, sangre de aquellos que murieron injustamente, sangre de aquellos consumidos por la oscuridad. A lo lejos de aquellas tierras se alzaban pequeñas manadas dejando atrás los tiempos donde vivían entre reinos. Solo quedaba uno y era el reino Mítico quien seguía reconstruyendo lo que antes fue consumido por Manuel. A pesar de su negativa la princesa Luciana tuvo que aceptar el cargo de reina para luego casarse con Francesco y poder así tomar lo que por derecho le pertenecía, ambos eran amados y respetados por su pueblo. Y entre ellos algo más nacía convirtiéndose en amor y dando como fruto al pequeño Gonzalo futuro rey Mítico. Poseía la mirada de su padre y los cabellos de su madre. Habían pasado siete años desde lo sucedido, siete años en los que aquellos que huyeron del ataque tuvieron que encontrar su lugar. Encontrar un nuevo hogar. <
Reino Witther (16 años antes) La mujer aferró con fuerza a su bebé, corría con rapidez sintiendo el aire golpear su rostro. El miedo recorrió su cuerpo en unos segundos, miles de lágrimas brotaban de sus hermosos ojos café. Se escuchaban los aullidos, gritos y rugidos. Ella sintió aún mucho más miedo. Paro en seco al verse atrapada, había llegado a un callejón. Grandes bolsas negras estaban amontonadas a un lado. Se acercó a ellas y olfateó, de ellas brotaba un olor fuerte que nadie podría captar a la distancia. Soltó las tiras que sujetaban su capa, con está envolvió el pequeño cuerpo que yacía en sus brazos. Lo arrulló por unos momentos para calmar su llanto y cuando al fin dejó de llorar cerró sus ojos por unos segundos. Era arriesgada la decisión que tomo, pero debía hacerla. Colocó al bebé encima de las bolsas, cubriendo el cuerpo con las bolsas no tan exagerado para q
Reino Witther (Presente) Las mucamas corrían de un lado al otro limpiando cada rincón del castillo, las cocineras preparan postres de moras y en el pueblo los rumores del regreso del príncipe corrían por todos lados. Regresaba después de 4 años, 4 años en luto. Los pueblerinos no sabían la verdadera razón del asesinato de sus padres, pero sabían que el dolor sería curado con la venganza. Maximiliano había vuelto para cobrar venganza. Quería que sus padres descansarán en paz. Quería estar en paz consigo mismo, aunque ahora mismo la soledad sea su única compañía. María, era la nana del príncipe, esperaba la llegada de su amado niño para poder darle un abrazo y hacerle saber que no estaba solo. Ella observaba la reja que yacía cerrada, sostenía entre sus manos un sobre blanco y sus ojos se llenaban de lágrimas a cada segundo. En el camino, los pueblerinos murmuraban viendo pasar un carruaje. —¡El prí
Aldea humana, al sur del reino Witther • Esmeralda • "Comunicado real Reino Witther Ante lo presente, se necesitan 15 nuevos ayudantes en el personal del castillo. Las edades pedidas son entre los 16 a 28. Atte. Maximiliano Witther" Todos los que irían al castillo estaban siendo subidos a dos carruajes, ahora mismo había 7 chicas de mi edad y en el segundo carruaje iban los restantes mayores de 18 años. Aquí estudiar, leer o pensar en formar una familia es casi nula en los jóvenes, ellos solo quieren dinero que es algo que buscamos por la pobreza de esta aldea. Estamos prácticamente abandonados y las ayudas son siempre con un motivo aparte. Vivía con mi abuela hasta que ella hace unos meses falleció, era mi única familia y ahora tengo que mantenerme con vida y buscar el dinero sufici
Reino Witther • Maximiliano • "Tal vez deba comenzar pidiendo disculpas por no haber estado a tu lado en ese momento tan difícil, pero necesito que entiendas que al igual que tú yo también busco venganza, busco al maldecido que le arrebató la vida a mi hermano. Tengo pistas sobre él, durante estos últimos años ha habido más víctimas al igual que tus padres, pero lo difícil es entender la razón de sus muertes y por eso sigo investigando. En unos días te llegarán unos papeles que contienen los informes de cada asesinato, guárdalas. Maximiliano yo también sufro día a día al no tener a tus padres, tu madre era una mujer muy dulce y bondadosa, en cambio tu padre solía esconder su furia para no preocupar a nadie y siento que él sabía sobre ese hombre, solo ve y busca algún documento en la oficina de tu padre ahí debe haber algo. Prometo v
En alguna parte El misterioso hombre observaba con curiosidad a la joven frente a él, sus hermosos ojos ámbar reflejaban la locura infinita. —Mi querida, Amanda. —relamió sus labios disfrutando de aquel nombre— Sigues siendo tan hermosa como antes La mujer lo miro con asco, sabía que sus intenciones no eran buenas. —¿Para qué me llamaste? —pregunto sin rodeos —Cálmate Amanda, primero quiero que conozcas a mis mascotas. —al lado del hombre 3 grandes bestias descansaban, eran aquellas horribles bestias que asesinaban sin piedad— ¿Te acuerdas de ellos? —Cómo voy a olvidarlos. —soltó con asco— ¿Para qué me llamaste? Sorbió un poco del vino, gimió al sentir el dulce néctar bajar por su garganta. —Es simple, —observó su copa vacía— sabes que ya son 11 asesinados ¿no? —ella asintió— Muy bien, es bueno saber que estás informada. Pero como te decía, me faltan 10 más y es ahí cuando
Reino Witther La tarde se hizo presente, el sol seguía brillando y una fresca brisa acariciaba el rostro de Maximiliano. Después de haber rebuscado en el despacho de su padre, decidió tomar un descanso. Su mente divagaba, estaba atormentado y ofuscado. No encontró nada, ¿Felipe lo estaba distrayendo? Así que decidió darse un baño y luego observar el bello paisaje desde su balcón, no había querido almorzar. Por ahora su apetito era nulo, pero su sed de venganza era inmensa, sentía que algo le faltaba. Como si una parte de su alma estuviera vagando por alguna parte. Pero no lo descifraba, ¿qué era? Recuerda que solía esconderse de todos y encerrarse en su alcoba, donde lloraba en silencio y dejaba que su dolor se apoderara de él. Ahora estaba a punto de comenzar una nueva etapa, el ser un rey. Tendría tanto que resolver, cuidar un reino entero y al mismo tiempo vengar a sus padres. Se sentía
Reino Witther Los días habían pasado y con ello los recuerdos de aquel encuentro, Esmeralda no había sido castigada pues nadie la había descubierto. Ella solo huyó de ahí, dejando al príncipe confundido y feliz. Maximiliano soñó con su compañera, pensó en su dulce mirada y el miedo que reflejaba. Fue imposible poder ocultarlo, así que tuvo que confesarlo a su nana quien se emocionó por aquello, pero él fue muy claro. —No puedes decirle esto a ella, es un secreto. Por eso te pido tu discreción y tu apoyo. Cuídala y no dejes que nadie se enteré de esto. Debo cumplir mi venganza y guardar este secreto. Para él era difícil, los días siguientes de su encuentro no dejaba de observar a su compañera y le era difícil no enloquecer por aquel dulce aroma. Todo el castillo estaba impregnado con su aroma. El sol brillaba y el pueblo se alistaba para la coronación. Maximiliano observaba