BRILLARON LOS MEDALLONES

En cuanto el rey desapareció, fue un alboroto y las amigas de las gemelas les cayeron en el camino al aula.

—¿El Rey está viviendo con ustedes?

—Sí, mi abuelo lo está ayudando a superar la muerte de su esposa—dijo Alice muy alegre

—¡¿Tu abuelo?!

—Si a nuestra abuela la mataron los Licántropos—dijo Dianne mirando a su amiga

—Ah, entonces si puede ayudarlo paso por lo mismo, pero lo vimos serio hace rato—dijo Mariana

—Lo que me pregunto es… ¿Cómo sabía que estábamos en problemas?—dijo Dianne con asombro

—¡Es cierto!, ¿cómo lo supo? Por qué vino a tiempo

Se quedaron con las dudas, ya tenían que entrar al aula, se sentaron en sus asientos bajo la mirada de sus exnovios que se mordían el labio, no podían ni debían decir nada, no podían o los castigarían.

El resto de la jornada pasaron tranquilas, a la salida llego el auto con su abuelo que llego a recogerlas, algo raro casi no iba, pensaron que a lo mejor Dominik le dijo algo, pero al entrar al auto su abuelo las recibió con una sonrisa y ellas indagaron.

—¡Abuelitooo!, ¿cómo así viniste?

—Mis nietas queridas iba rumbo al mall a comprar unas golosinas para llevar al castillo y ustedes estaban por salir y se me ocurrió venir a verlas para llevarlas a pasear

—Abuelito, ¡nos leíste la mente!, jajaja—dijeron las gemelas

—Ah, ¡soy adivino!, todo por mis ¡nietas queridas!

Ambas le dieron un beso en las mejillas y abrazaron a su abuelito querido, fueron sonriendo hasta el mall, se bajaron y entraron cada una de un brazo de su abuelo saltando y sonriendo, Adrién iba feliz con las dos.

Llegaron al local y entro Adrién, ellas le dijeron que lo esperaban afuera, iban a recorrer el mall, dieron un paso atrás y se chocaron con algo o alguien grande miraron atrás y era… Dominik qué sonriente las saludo

—Hola, niñas, ¿como así por aquí? Y ¡solas jeje

—¡Dominik! Esteee… estamos con mi abuelito, está allí adentro comprando golosinas para llevar al castillo

—Ah, ¡Adrién está ahí! No lo sabía. Salí un momento con esta ropa para ver si no me reconocen y estar solo un rato para ver qué hay por aquí—dijo Dominik eufórico.

—Ah, pero ¿quieres venir con nosotras a pasear? Le avisamos a mi abuelito, sé que ¡comprenderá!—dijo Alice muy segura de sí mismo

Alice entró llego hacia donde estaba su abuelo, le dijo de Dominik que lo saludo con la mano y le dijo que vayan con Él y que regresen cuando quieran, mejor que lo entretengan, le dio un beso a su abuelito y salió contenta.

—Mi abuelito dice que regresemos contigo a la hora que ¡tú quieras regresar!

—Ah, entonces las tengo a ¡mi disposición!, jajaja—dijo riendo el Rey

Dominik iba vestido en forma deportiva, se había puesto una camiseta pegada a su cuerpo blanca y se le veía su hermoso torso musculoso, unos pantaloncillos deportivos azules y zapatos deportivos azules, caminaba con las dos chicas una a cada lado agarradas de las manos de Él, la gente los miraba las chicas brincabas como niñas pequeñas y riéndose y Dominik igual, las mujeres lo veían con mirada lujuriosa lo guapo que es.

Llegaron donde había unos juegos electrónicos, había una donde hacían unos pasos de bailes hechos de señales que las debían seguir, primero jugo con Alice y salió el score perfecto, después con Dianne y salió igual el score perfecto, rieron viendo eso.

Jugaron unos arcades de autos, fueron donde había carros chocones y eran risas y risas, entraron donde se podía jugar básquet ahí si les ganaba Dominik por lo alto, en uno de esos movimientos lo empujaron y cayeron las dos encima de Él y vieron los tres que los dos medallones brillaron al unísono.

Se levantaron y los medallones seguían brillaron, se miraron y Dominik se quedó pensando porque ya sabia de los medallones y ellas también.

—Niñas, quiero preguntarles algo, ¿anteriormente ya les ha brillado esos medallones?—dijo el Rey

Alice dijo

—Este… Ehm, cuando se despidió de nosotras cuando cumplimos 15 años, nos brilló los dos medallones, pero no entendíamos nada todavía, pero ahora que ya sabemos bien, pasa esto, pero debería brillarle solo a una, sin embargo, es a las dos por igual y contigo.

—Adrién me contó lo de los medallones, no obstante, no entiendo por qué brillan los dos medallones por igual y ¿con nadie más les ha brillado?—dijo Dominik

—No, nunca han brillado solamente esa vez y ahora—dijo Dianne

Dominik las miro, y si en verdad que le atraían las dos por igual, sin embargo, no quería hacer nada, todavía recordaba a su amada esposa.

—Que les parece tener esto como un secreto y seguir así como estamos como amigos y ver más adelante que pasa, no sé… me parece que Adrién puede pensar mal, no sé.—dijo Dominik

Dianne le dijo—Creo que sí mejor eso, así tenemos más libertad para hacer esto, divertirnos jugando básquet o lo del baile.

Alice—Si es cierto, ¿amigos?—dijo extendiendo su mano

—Amigos—dijo Dominik y Dianne

Y se pegaron tremenda risotada, salieron de ahí y fueron a comer unos bombones, se reían viendo a Dominik con la boca llena, le pusieron crema batida como bigote, se reían bastante cuando escucharon.

—Oye, ¡¿ese no es el rey?! Se le parece mucho—dijo un hombre

—Si parece que fuera Él, pero no creo que vistiese así

Se miraron, Dominik se limpió la cara y dijo:

—¡Mejor vámonos!, antes de que se haga un caos aquí

Se levantaron y se fueron hacia la salida, entraron en el auto y el chofer encendió el auto y se fueron, en el camino, Dominik dijo.

—Quiero estar al aire libre un momento para despejarme

Alice dijo que le diga al chofer que los lleve al mirador, le comunicaron y fueron allá

Subieron un poco la colina y ahí estaba el mirador, se veía bonita el lugar, se acostaron en la hierba, una a cada lado de Dominik, se recostaron en su gran pecho y los tres miraban al cielo, y en eso pasó una estrella fugaz y el Rey dijo.

—“Deseo ser feliz el resto de mi vida”

Las dos al escucharlo sonrieron, lo abrazaron las dos y volvieron a brillar los medallones, Dominik sonrió sintiéndose halagado con ese abrazo de las chicas, así estuvieron un buen rato, pero se levantaron para regresar al castillo.

Y se dieron cuenta de nuevo que los medallones estaban brillando, se miraron, sonrieron y bajaron para regresar en el auto, iban riéndose dentro del carro hasta llegar, entraron riéndose, Adrién estaban en la sala esperando y le alegro escucharlos rei más que todo a Dominik.

—Buenas noches¡abuelitooo!

—Buenas noches, Adrién

—Dominik veo que has estado alegre hoy—dijo Adrién

—Si tus nietas son un amor, me han tenido distraído, jugamos en el mall, comimos bombones, me hicieron un bigote de crema batida jajaja

—Mis nietas, ¡atrevidas!, es el Rey, no uno de sus amigos, ¡más respeto!

—¡Déjalas Adrién!, aunque sea unas horas olvide mi… ¡Dolor!—dijo Dominik

—Abuelitooo, queríamos decirte algo, … ¡Terminamos con nuestros novios!

—¿Y eso? O ¡¿les hicieron algo?!—dijo Adrién

—No abuelito, simplemente lo quisimos hacer, ya no nos atraían y pensamos mejor dejarlos

—Bueno, es su decisión, y ¡¿están mejor así?!

—Si abuelito, ¡estamos mejor!—dijeron mirando a Dominik

Eso no se le escapó a Adrién, pero se hizo el que no se dio cuenta. Las chicas subieron a su habitación y Dominik se quedó conversando con Adrién

Las gemelas venían con la novedad de ver brillar sus medallones con Dominik, se miraban contentas,

—¿Te acuerdas lo que nos dijo el abuelito? ¿Qué el medallón nos escogería nuestro esposo?

—Si me acuerdo, pero ¿por qué brillan los dos con Dominik?

—Eso también pienso yo, pero ¿Él nos atrae a las dos o estoy equivocada? —dijo Alice

—A mí me encanta y ¿a ti Alice?

—A mí también Dianne

—¿Se podrá amar al mismo hombre las dos y que Él nos ame a las dos por igual?

Se quedaron con esa incógnita, se bañaron y se vistieron con su pijama para dormir y Dianne dijo

—Oye Alice y ¿si le decimos a Dominik para ver una película antes de dormir?

—Aun así, Dianne, hay que decirle al abuelito primero

—El abuelito duerme antes que nosotras, vamos

—Uy, no estoy tan segura, mejor nos despedimos del abuelo y le pedimos permiso, no le escondamos las cosas —dijo Alice

—Tienes razón, vamos —dijo Dianne fueron a la habitación de Adrién a despedirse

—¡Abuelitooo, hasta luego! —dijeron las dos

—Hasta luego mis amores

—Abuelito, te queremos pedir un favor, ¿podemos pedirle a Dominik que vea una película con nosotros antes de dormir?

—¿Qué?

—Anda abuelito, es por lo que está triste, si lo viste que llego riéndose del Mall

—Está bien, pero pregúntenle si quiere porque si no quiere no lo atosiguen

—Gracias, abuelito—dijeron las dos dándole besos en las mejillas

—Ocurridas mis nietas queridas.—dijo Adrién

Adrién se quedó pensando, la casualidad de que terminaron con sus novios, el encuentro en el mall y Dominik llega riendo y ahora la ocurrencia de la película, pensó que el destino debe ser lo que los medallones indiquen.

“Voy a dejar que el destino decida”, supuso Adrién.

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