Beso prohibido

-Oye ¿mi hermano, en serio, te gusta?- un día Lawson  la enfrentó y Raven bajo las manos poniéndole pause al juego ante la pregunta. Sabía que solo era cuestión de tiempo

-¿Por qué me preguntas algo así?- su tono sonó neutral. Era una loba de pocas palabras. Su lenguaje corporal y su ligero aroma decía más de ella que sus propios labios.

-Bueno, cada vez que vienes no protestas cuando te arrastro, ni cuando pasamos más de cuatro horas aquí en mi cuarto los dos, y la verdad nunca los he visto hacer, cosas... cosas de pareja precisamente- su brazo se acomodó en la cama por detrás de los hombros de ella recostada contra esta.

-Nuestra relación es…- se detuvo a pensar en las palabras- ¿Diferente?-

-No te gusta- afirmó Lawson -Sino que no me dirías eso. Además, tú sabes que algo no está bien-

-No tienes que decirlo en ese tono. Él es alguien agradable, cuando quiere- intentó justifica aunque no lo miraba, evitaba la intensa mirada del lobo y era consciente de que el olor de hacía más fuerte en torno a ella, más dominante.

-Que de paso te saca unos buenos billetes- no iba a ser ciego porque fuera su familiar. Y además ella le agradaba en más de un sentido y después de un tiempo ya podía confirmar cierta cuestión, por lo que quería ser franco con ella ante la situación que lo estaba molestando y mucho.

-No suelo gastar en mí el dinero que mis padres me dan- Raven se defendió tranquilamente alzando los hombros.

-No tienes que ponerte a la defensiva. Sé cómo es él, solo quiero decirte que para que no se hagan daño es mejor acaben con lo que tienen. Sabes que él no es el lobo destinado para ti- su voz fue demandante en su atención.

Ella sonrió levemente e inclinó la cabeza.

-¿Lo dices acaso porque somos parejas destinadas?- la respuesta de ella lo tomó con las defensas bajas, pero al momento se recompuso.

La miró serio pero firme. Su inclinó ligeramente hacia adelante y su mano se puso sobre el muslo de ella. Raven no retrocedió.

-Puede ser-

Raven inclinó la cabeza

-¿Si dejo a tu hermano aún podemos seguirnos viendo? Digo, no sé si estás de acuerdo con el tema de los mates, o crees en eso- ante lo denso que se estaba volviendo la conversación y la connotación que tenía Raven desvió la atención- Yo no suelo hacer mucha química con las personas, así que pueda jugar contigo para mí es como mi distracción-

Lawson tragó sin prestarle mucha atención a lo segundo que había dicho. El olor de ella de alguna forma se había hecho más ¿dulce? Dios, se estaba volviendo loco realmente. Y más ahora que los dos sabían que eran mates y lo habían confirmado, sentía como quería devorarla. Su instinto llamaba por hacerlo. Se había contenido mucho estos últimos días.

-No sé si sentirme emocionado con tus palabras o molestarme- Lawson  soltó una carcajada forzada, aunque de cierta forma se sentía extraño y un poco excitado por todo aquello que se estaba desarrollando en ese momento. Su mano subió un poco más por el muslo de ella corriendo la saya consigo sintiendo el contacto contra la piel desnuda.

-Conociéndote, te burlarás de mí hasta que te duela el estómago- ella sonrió forzadamente ante el toque del lobo que estaba en una zona peligrosa. Su mano grande podía apretar su muslo con facilidad.

-Raven- la llamó el lobo calmándose medianamente y con tono de advertencia. 

Ella era la novia de su hermano, eso no quitaba que ellos dos fueran mates y si el destino lo había planteado así era por algo. Ahora era Kenny quien estaba en el medio. La química entre Raven y él había inmediata y sus cuerpos se atraían de cierta forma y más con el paso de los días.

-Deja a mi hermano. Sé mía- casi le gruñó.

Ella por su parte no pareció sentirse intimidada por su tono. Todo lo contrario, el brillo de sus ojos se intensificó y sonrió levemente. Su mano bajó hacia la del lobo para sentir su calor, y antes que Lawson se diera cuenta ella lo había tomado de la barbilla con la otra.

Sus labios fueron cubiertos por los de ella en una caricia cálida.

Si no fuera porque Lawson sabía que ellos eran parejas y que debía ser así se sentía muy mal por traicionar a su hermano. Nunca se le hubiera pasado por la mente quitarle una novia. Pero no pudo negar sus instintos que estaban primero y simplemente respondió al beso con la intensidad que su bestia interior reclamaba. 

No fue profundo al inicio. Solo un roce entre sus labios, sin tocarse con sus manos o cuerpos, lo único que los mantenía unidos eran sus bocas que parecían sincronizadas. Chupándose, lamiéndose. Incluso el lobo pudo sentir como sus colmillos se alargaban y rozaba el labio inferior de ella queriendo morderlo con ganas.

Pero Lawon necesitaba más, mucho más. Quería tocarla, comerla, sentirla. Por lo que con la punta de su lengua trazó los labios de la loba. Esta gimió contra él y no opuso resistencia al este ejercer una pequeña presión para que los de ella se abrieran. Ambos gimieron cuando sus lenguas se tocaron y se entrelazaron.

Aun así no se tocaron. Sus bocas se exploraban lentamente, con un sonido húmedo, pero excitante a la vez, Sus instintos pedían más, volverse lovos, reclamarse ahora que estaban teniendo contacto, pero como personas racionales no se dejaron llevar. Y solo se separaron cuando el aire estuvo ausente de sus pulmones y sus labios dolieron ante los pinchazos de los colmillos del lobo que estaban largos y en todo su explendor.

Lawson  la soltó al escucharlo gemir deliciosamente y la miró, donde cierto rubor adornaba las en las mejillas de ella y donde sus labios brillaban por la saliva de ambos.

-¿Por qué hiciste eso? Acaso me estás dando una respuesta positiva- le preguntó con su pecho subiendo y bajando y lamiendo sus colmillos sintiendo el rico sabor de leves gotas de sangre.

Hacía un gran esfuerzo por no dejar salir aún más fuerte sus feromonas de macho y marcar a la loba dispuesta. Demostrar que era suya y dejarle claro a su hermano que no se acercara de nuevo.

Ella no le respondió. Se llevó la mano a la boca y la limpió bajando su cabeza. Sus ojos no enfocaban nada precisamente. Parecía indecisa

El lobo se recostó de nuevo sobre el borde de la cama y esperó a pesar de que la ansiedad lo comía. Sería más fácil buscar su sumisión, pero no quería forzarla. No a su mate.

Aunque tras el prolongado silencio de ella Lawson apretó los dientes ¿Qué demonios era lo que había pasado entre ellos ahora mismo? ¿La confesión de que eran pareja y el beso los había afectado tanto? Hasta hacía unos minutos eran supuestos amigos que pasaban su tiempo solo jugando pero nada más. Y ahora…

-Incluso si no me respondes quiero decirte que con este beso me parece que acabo de confirmar lo que realmente somos, pero si piensa que no estás preparada puedo contenerme. Demonios, no debía haberte respondido ahora yo…- ocultó la incomodidad que de pronto sintió recorrer su cuerpo y las ganas de querer recorrerla completamente a besos- No fue como lo imaginé- no, no fue como lo imaginó, fue mejor, pero la atmósfera ya era densa como para seguir- -Esto es toda una real locura-

Raven alzó la mirada algo desorbitada y con el rubor que ya bajaba hasta el cuello. ¿Ella estaba avergonzada?

-Demonios- exclamó Lawson  y la atrajo hacia él con un brazo alrededor de su cintura y la sentó sobre su regazo. Le gustó cuando ella no se opuso, pero no la besó, aún- Eres adorable sabes, la forma en que te avergüenzas cuando fuiste tú la que inició. - rio ante sus propias palabras y acercó sus labios a los de ella ante la tentación de la piel enrojecida- Creo que me estoy volviendo loco, pero en estos momentos me está pasado por la cabeza ser un muy mal hermano ¿sabías? Tirarte a la cama y morderte, marcarte como mía y olvidarme de las consecuencias que vendrán después-

-Lawson yo… tengo mis razones para estar con tu hermano- fue lo que ella le respondió- No son las que de seguro te pasan por tu mente-

-¿Ah, no?- la voz de él salió grave y desplazó sus labios por la barbilla de ella mientras una de sus manos se colaba por debajo de la blusa de ella acariciando la piel de su cintura- Entonces en que tengo que pensar porque si sigo así realmente haré que mi hermano me odie y tú estás haciendo todo lo posible para que lo haga- besó su cuello- Mía- declaro.

La sintió temblar ante esta potente declaración. Sus manos apretaron los hombros de él.

-¿Te vale saber que él no me gusta?- los ojos de ella se entrecerraron y su olor envolvió al lobo.

Lawson se estremeció y lamió sus colmillos que ya estaba asomándose alargados más de lo normal. Y con un rápido movimiento la puso sobre su espalda sobre la cama. La cadera dura de él entre sus muslos buscando el calor que se generaba entre ellos y fue delicioso. Jadeó con una gota de sudor bajar por su espalda.

El olor de la loba casi lo estaba seduciendo y esta vez no se contuvo dejando salir sus propias feromonas. El gemido ante su fuerte olor por parte de Raven se oyó delicioso.

-No pienso traicionar a mi hermano, no tendré sexo contigo, todavía, así que rompe con él primero y después declararemos que somos mate- movió su cadera hacia adelante creando una fricción entre los muslos cálidos de ella y que los hizo estremecerse.

Ella cerró los ojos con fuerza y abrió la boca para tomar aire. El lobo se movía contra su cuerpo de una forma impresionante que a pesar de que la tela estaba en el medio, podía sentir el calor de él filtrarse hasta su piel.

A pesar de que él se lo pidiera no era tan fácil. Había una razón por la que ella estaba con Kenny y por la que se iba junto a Lawson cuando estaba en su casa. Pero si lo decía, todo se destruiría y por el momento solo podía disfrutar de ese momento. Donde el lobo solo le limitó a tocarla y besarla

Aún estaba sonrojada, y amenazaba con ser peor bajo el cuerpo de Lawson. Aquel arrebato pasional de él  la había tomado por sorpresa.

Lo que en ese momento no sabía era que aquella sería la última vez que volviese a aquel cuarto y que aquel beso que desató todo sólo les traería consecuencias inesperadas para ambos, en un futuro no muy lejano.

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