Capitulo 3

Héctor

-No sé de qué hablas, segura que hay un chupón,  debe ser que los zancudos me han violado, no le crees.

Los ojos cafés de Megan me inspeccionaron de cabeza a pies, no me cree.

-Digamos que fueron los zancudos, porque confió en ti y no creo que mi preciado novio me engañe, cierto - trato de afirmar, a lo que la abrace dejando un casto beso en su mejilla y acariciando su cabello castaño, Megan es una chica muy hermosa su piel es blanca y suave, tiene unos pechos hermosos que vuelven loco a cualquiera, debería de cuidar  más de ella antes que me la arrebaten. Nos despedimos para quedar en la noche, suspirando entro a la casa luego  a la ducha a tomar un relajante baño le digo a Mei que haga lo mismo ya que iremos a la farmacia de vía reconciliación a buscar su medicina.

Después de 2 malditas horas cambiando varias rutas llegamos a la farmacéutica rusa más grande del país, había una gran fila quise darme la vuelta e ir me a la casa, pero no lo hice porque tengo un motivo y no me puedo olvidar que mi hermana necesita su tratamiento que esta vez le durara el mes, debo aprovechar y comprar para dos meses por lo menos quien sabe cuándo podre conseguir 500 dólares de nuevo. Dejo a Mei sentada en una de las bancas, mientras tanto me ubico en la fila a esperar mi turno. Era algo desesperante estar de pies peor aún con el fuerte calor y el sol brillar con todo su esplendor, joder empecé a sudar sofocado.

-¿Eres Mei? -Oigo decir a una mujer que esta de cunclias enfrente de mi hermanita, me salgo de la fila para ver de quien se trata ya que no confió absolutamente en nadie.

-Eres mi amiguita Savy- mi hermana abraza a la descocida, llego hasta ellas y jalo la mano de la desconocida, rápidamente me quedo sorprendido al ver a la chica de anoche, esta vez luce diferente su cabello negro en una coleta desordenada, usa lentes de sol en color negro, camiseta negra y jean azulón, se ve diferente a la de ayer, ella saca los lentes de sol y me mira con una sonrisa arrogante. Se ve pálida o es su color de piel.

-¿Quien es usted? -Pregunte sorprendido.

-Hermano es mi amiguita Savanna, ella me cuido ayer cuando me perdí, luego fue a dejarme a la estación de policía-Afirma Mei muy alegre, en serio que esto es una jodida casualidad, en verdad es esta la chica que ayudo ayer a Mei, aún no lo puedo creer.

-Mucho gusto, me llamo Savanna Smith y tu- se presentó sin borrar su sonrisa arrogante, luego me pregunto mi nombre.

-Me llamo Héctor Ruiz mucho gusto-Extendí mi mano y ella lo tomo, su rostro lucio pálido y sus ojos verdes lucían cansados, era increíble lo que hace el destino, pensé que nunca más volvería a ver a esta chica, sin embargo, quien imaginaria que ella era dueña de esa cadena de oro con diamantes.

-Hermano dime como se ve mi amiguita-pregunto mi hermana queriendo saber, aclare la garganta y nervioso le digo.

-Ella es muy bonita, tiene un cabello muy largo hasta la cadera y es un negro muy oscuro, tiene un cuerpo delgado y muy moldeado. - mire a mi hermana por unos minutos ya que esta mujer se mordía el labio y me ponía nervioso.

-Que linda es y sus ojos que color son-quiso saber aplaudiendo, Savanna sonreí sincera cada que mi niña hablara.

-Sus ojos son un verde intenso muy lindo, por cierto.

-Mei tú también eres una niña muy bella y además de eso eres rubia, tu pielcita es suave, me dio un gusto de volver a verte-Mi hermanita sonrió mostrando su dentadura, Savanna la abrazo y dejo un suave beso en la mejilla.

-Me dio un gusto conocerte. -dije sincero a lo que ella se me acerco unos pasos más.

-El mío también y no te imaginas cuanto- se acercó un poco más y dejo un beso en mi labio, eso me sorprendio aún más. -Espero vernos pronto Héctor-Dicho eso muerde su labio inferior, coloco sus lentes de sol y luego puso de cunclias para dirigirse a Mei, suspirando me quede observando que las dos conversaban como si se conocieran desde antes.

Savanna.

La vida trae tantas sorpresas y una de ellas es el destino o como algunas personas suelen decir las casualidades del destino. Quien diría que el hermano de Mei se tratara del chico de anoche. Wau es excitante saber todo eso, observo de lejos al muchacho que me hizo pasar una noche increíble, su cuerpo es bien torneado y fuerte, es alto y ahora que lo vi bien tiene unos ojos únicos, azul cristalizado, sus labios son pequeños y apetecible, tiene un producto... uff no quiero ni pensar en eso ya que hace que mi intimidad palpite sin necesidad de ser tocado. Coqueta salgo de la fila y me dirijo de nuevo hacia él, me mira sorprendido.

-¿Vas a comprar medicinas para Mei? -quise saber curiosa.

-Así es señorita, pero usted que hace aquí-ahora el pregunto curioso.

-Unas pastillas que no logre conseguir en la farmacia del hospital, pero no es mía. -mentí quitándole la receta que tenía en su mano, el frunce las cejas y antes que quiera decir algo, camine hasta llegar enfrente, muchas personas empezaron a tirarme palabras sin embargo no les preste atención.

-Necesito todo lo que está en las recetas- El chico que atiende me miro estupefacto, pero no dijo nada, sé que hice mal en pasarme la fila, pero en serio necesito las pastillas antes que me dé una embolia o taquicardia. Me he sentido muy mal desde esta mañana y no quiero preocupar a mi nana, la vi molesta esta mañana aun así me felicito y me regalo un rico pastel con relleno de fresa y un delicioso helado, creo que tanto dulce me afecto.

-Señorita debería apresurarse- dejo de lado mis cavilaciones al escuchar al chico, el me pasa el recibo del total de mi cuenta, saco unos cuantos dólares y le pago, cierro los ojos por un momento al sentir un poco de mareo. El chico me pregunta si me siento bien y arrugo el rostro.

-Crees que si me sintiera bien estuviera aquí pasándome la fila, necesito de mis pastillas o caeré desmayada, así que no me juzgue ni me apresure okey.

-Lo siento mucha señorita. -Se disculpó entregándome los paquetes, le dije que se quedara con el vuelto y solo sonrió asintiendo.

Es un idiota.

Camino hasta donde esta Héctor con su hermana, el al verme se acerca.

-Vaya pensé que los de la fila te lanzarían láser de los ojos.

-No sucedió así que no importa, bueno debo irme. -digo entregándole el paquete de las medicinas de Mei.

-Espera cuanto te debo por las medicinas. - le sonrió y niego.

-No me debes nada si, solo cuídala.

-No podría ser así, tengo el dinero y quiero pagarte, sería injusto que una mujer pague por mí.

-Entonces te cobrare cuando yo quiera, así que pásame tu número. -le exijo elevando las cejas, el rio por lo bajo y Mei sonreí feliz sin decir nada, creo que se está divirtiendo escuchándonos hablar.

-Amiguita Savi seria genial así nos llamas y podemos invitarte a mi casa a tomare un té.

Me acerco a Mei le doy un abrazo, le digo que así será, pronto la visitare que no dude. Ella feliz grita un uraaa. Esta pequeña me trasmite mucha paz, el cual no entiendo que pueda ser, sin embargo, quiero protegerla de cualquier cosa.

Héctor me dio su número de igual manera yo se la di, me despide prometiendo a Mei que la llamaría, subo a mi coche y arranco a toda velocidad, mi mano tiembla por la emoción de hace rato, busco la tienda más cercana y compro una botella de agua y tomo la pastilla, las manos me sudan, la cabeza no deja de punzarme, quiero gritar de la impotencia, bajo la cabeza hasta el volante y lloro porque me siento como una moribunda, quisiera tener una inmensa felicidades antes de morir pero no confío en nadie, bueno en mis amigos pero ellos tienen su propio dilema. Respiro hondo, limpio mis ojos y sigo mi rumbo, marco el número de el detective que está investigando sobre mi padre y sobre el maldito que me robo una de mis empresas. Al primer pitido el responde.

-Señorita Smith, en que la puedo ayudar.

-Don Salvador, quiero que me investigues a un hombre, su nombre es Héctor Ruiz, necesito información segura, dentro de unos minutos te paso su dirección donde vive y donde creo que trabaja.

-Está bien cuente con eso, mañana mismo le daré la información necesaria, espero se encuentre bien y ya le tengo información sobre lo que me pidió investigara.

chasqueo los dientes, luego sonrió con malicia.

-Perfecto, esperare tu llamada esta noche. -Colgué la llamada y satisfecha me dirijo a la agencia.

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