Capitulo 4

El sol ya se estaba poniendo y se estaba enfriando, Alice esperaba a su madre apoyada en un pilar frente a la refinería “Destilados Los Puentes ” cuando su prometido, Alberto, detuvo su auto frente a la entrada.

- Buenas tardes mi flor! ¿Que haces aquí?

- ¡Vine a traer un abrigo para mi madre! Hacía frío y no vino con ropa de abrigo.

- ¿Pero cómo llegaste aquí tan temprano?

- Pedí soltarme antes de tiempo para poder volver a casa y venir aquí. Pero este no es tu horario. ¿Te quedaste hasta tarde?

- Sí, tenemos un nuevo proyecto y estoy ajustando el sector para manejar las exportaciones.

- ¡Me alegro por ti, querida! Mirar. Mi madre está viniendo !

Alice asintió con la cabeza hacia la que la vio de lejos .

- Hola hija mía, ¿qué haces aquí?

- Vine a esperarte. Tome trajo tu abrigo.

- ¡Los llevaré a casa, Sra. Mercedes!

- ¡Gracias, hijo mío! Pero no tienes que hacer todo ese trabajo. Podemos tomar un bus.

- De ninguna manera. Puedo hacer eso, imagínense si los dejo ir en autobús, si estoy en un automóvil.

- ¡Querida, mamá tiene razón! Estás cansado. Trabajó desde temprano hasta ahora.

- Imagínese, pronto estaremos viviendo allí. Me acostumbraré a llevar a mi futura madre a casa.

Alfredo abrió la puerta del auto, se acercó a Mercedes y la ayudó a subir al auto. Ricardo estaba conduciendo su auto pasando, y se hizo a un lado cuando vio a Alice sonriendo. 

- ¡Muy amable de su parte!

- ¡Ahora mi hermosa flor! - Extiendo su mano hacia Alice, quien la miró con mucho cariño mientras dejaba caer su mano en la suya.

- ¡Gracias mi querido!

Ella se subió al auto, Ricardo se fue sin ser visto por Alice. Alfredo tomó ambos.

- Ahora que has venido, ven a cenar con nosotros.

- ¡Señorita Mercedes! Ya es tarde.

- ¡Nada, hijo! Entra y vamos a hacer algo realmente sabroso. ¡Venir!

- ¿Qué te parece mi flor?

- ¡Ven a cenar con nosotros!

La dulce voz de Alice encantada por su entonación que era muy pegadiza.

- Ya que tú también quieres que me quede.

- Por supuesto, me encantaría que te quedaras a cenar con nosotros.

- Llamaré a mi mamá para avisarme. Un momento, estaré dentro .

- ¡Estaré en la cocina ayudando a mi madre, querida!

Entró y llegó a la cocina. Abrió la nevera y cogió un trozo de queso.

- ¡Te estropeará el apetito así!

- ¡Tengo hambre mamá! Hoy no tuve tiempo para tomar un café. Let Me revuelve la salsa, mientras que picar las verduras.

- ¡Gracias mi amor!

- ¡Mi madre le envió cariño! Me preguntó si podía venir a mi casa el sábado para almorzar con nosotros.

- ¿Podemos mamá?

- ¡Claro que sí! No olvide revolver la salsa.

- Sí , ya lo había olvidado.

Hablaban mientras los días hacían la comida, después de la cena Alfredo se preparaba para irse.

- ¡Te llevaré ahí en frente, mamá!

- ¡No tardes demasiado! Se está cayendo un aserradero muy fuerte y no quiero que se enferme.

- ¡Creo que será mejor que te quedes dentro de mi flor! Estaba tan feliz de verte hoy.

- ¡Yo tambien mi querido!

Alfredo le dio un beso a Alice y se fue. Incluso negó con la cabeza cuando salió por la puerta. Cerró la puerta y corrió hacia donde estaba su madre.

- ¡Buen chico!

- Sí. Mamá , me voy a dar una ducha muy rápido. ¿Puedo ir antes que tú?

- ¡ Por supuesto, hija !

- Olvidé mencionarlo, Joana empezó a salir con el hermano de Alfredo, Alberto.

- Pero es muy diferente a los hermanos.

- Empezó a trabajar, mamá. Parece que se está tomando en serio su relación con Joana.

- Bien, estoy feliz por ella. Esa chica es tan agradable. ¡Se merece un buen chico, como el tuyo!

- Verdad. ¡Ya vuelvo!

- ¡No señorita! Te acostarás después del baño. Esta tarde.

- De acuerdo mamá. ¡Buenas noches!

Alice besó el agua de la madre y entró al baño. Mientras se duchaba, pensó en su hermoso vestido que ya estaba listo y guardado en el armario de su madre. Seguí soñando despierto con esta hermosa noche por venir. No podía ocultar su felicidad por poder pasar su vida con un hombre tan maravilloso. ¡Era lo que más deseaba, casarse y formar una hermosa familia!

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