capitulo 4

LUCIANO DE LUCCA 

no puedo creer que este loco por una bailarina de tubo, definitivamente Angélica tiene algo que con solo verla hace que todo mi cuerpo se active. Necesito sacarla de ese lugar, sea como sea, no quiero que otros hombres miren lo que es mío, porque desde el momento que la hice mía ella se convirtió en mi mujer, solo que ella aún no lo sabe 

- Luciano, ¿me estás escuchando? - pregunta Carlos, mi mejor amigo y mano derecha en este negocio de la mafia 

- disculpa estaba pensando en otra cosa 

-  ¿en la bailarina de tubo? - pregunta con una sonrisa pícara - te dejo loco la chiquita 

- esa mujer es afrodita, cuando la conozcas te darás cuenta de porque lo digo 

- ya tengo deseos de conocerla 

- hoy la conocerás - este me mira sin entender - hoy la sacaremos de ese prostíbulo 

- ¿¡que!?, ¡estás loco! ¿Acaso quieres una guerra con Fernando?, sabes que ese hombre no le gusta que le toquen lo que es de él y esa pequeña está en su negocio, es decir es de su propiedad 

- ¡NO DIGAS ESO!  - cuando grito enojado cuando este menciona que Angélica es propiedad de ese infeliz 

- oye tranquilo 

- la vamos a sacarla, no me importan las consecuencias que eso traiga 

- dios, porque será que las mujeres siempre nos ponen estúpidos

- solo has lo que te digo Carlos, prepara a los hombres - me paro y subo a mi habitación para estar tranquilo para la noche, necesito que todo salga a la perfección 

En la noche me encuentro con mi pequeña, pero me lleno de ira al verla golpeada, juro que matara ese maldito por haberla tocado. Quise hacer las cosas por las buenas, pero el imbécil se negó a dármela así que ahora no le daré dinero y lo dejaré sin sus esclavas. De un momento a otro todo se vuelve un caos mis hombres empiezan a disparar a los hombres de Fernando, hasta que escucho un grito de una mujer y al voltear me doy cuenta de que mi ángel está en el suelo y al lado suyo esta su amiga llorando 

- ¡ángel! - su amiga me mira algo extraño, pero no deja de llorar - ella estará bien - la tomo en brazos, mientras veo como el maldito de Fernando me apunta 

- tú que te las llevas y te juro que te mato y luego la mato a ella 

- Escúchame bien infeliz,  te ofrecí pagar sus deudas, pero no se te dio gana. Ahora te quedarás sin tu dinero y sin ellas, porque no las pienso dejar aquí - cuando este me va a disparar, Carlos, se adelante y le dispara en la pierna 

-¡hijo de p**a! - caminamos a la salida y nos montamos a la camioneta

-  Luciano, no la podemos llevas al hospital - dice Carlos angustiado al ver a Angélica herida 

- ¿como qué no?, ella necesita un médico - dice su amiga envuelta en lágrimas 

- llama el médico de siempre, dile que se le pagara muy bien – cuando llegamos a mi casa subimos a mi habitación y la acuesto en mi cama, en ese momento ella abre un poco sus ojos 

- Luciano ... 

- tranquila ya viene el médico - digo dejando un casto beso en sus labios 

- Mila ... ¿Dónde está Mila? - Angélica se comienza a desesperar, así que de inmediato la calmo 

- ella está bien, se encuentra ahora en el baño ahora tranquila - en ese momento llega el médico y comienza a revisarla 

- la bala no está muy profunda la voy a sacar 

- espere, ¿no le va a colocar algún anestésico?? 

- no tengo anestesia general, solo tengo loca - ¡mierda!, eso le va a doler como el infierno 

- ¡pedir que trajera todo lo necesario! - grito enojado 

- no importa - dice Angélica - yo aguantare - cariño, no sabes lo que dices - proceda doctor - el doctor le aplica la anestesia local y luego desinfecta la zona haciendo que esta tome mi mano con fuerza, lo que no sabe es que eso no es lo peor 

- bueno, señorita ahora va a inhalar muy fuerte,  voy a proceder a retirar la bala - Angélica me mira con miedo, pero yo le tomo la mano con fuerza para que sienta que estoy ahí a su lado 

- hágalo ya - dice esta, mientras toma aire y el médico procede. En ese momento se escuchó el grito desgarrador de Angélica

 - ahhhhhhhhhhh ....  

     Duele  ahhhh .....  - veo como ella suda y se retuerce del dolor 

- doctor hágalo rápido - le grito desesperado al verla sufrir 

- eso trato, pero tiene que estar quieta - dice sin dejar de mover sus pinzas 

- ahhhhhhhhhhhhh , ya por favor .... ahhhh 

- tranquila, cariño, ya casi acaba -   acaricio su cabello, pero me imagino lo que debe estar sufriendo 

- ya acabo - veo la bala en las pinzas y luego siento como Angélica se desvanece - tranquilo es normal su cuerpo no aguanto más dolor ahora solo debe descansar, le voy a dejar este vendaje que debe cambiar cada 4 horas

cuando salimos ahí está su amiga que está completamente pálida 

- ¿cómo está?

-- lograron sacar la bala ahora debe descansar, pero sería bueno que me ayudes a ponerle algo más cómodo 

- claro, ya mismo - cuando pienso que se va a ir esta se detiene y se da la vuelta para mirarme  -  gracias por todo lo que hizo por nosotras - le dedico una pequeña sonrisa y luego veo como esta entra a la habitación, camino al bar y me tomo un whisky 

- ¿cómo está ella? - pregunta Carlos que se sirve otro - sus gritos se escucharon por toda la casa, pesamos que estaban matando a alguien 

- sabes cómo duele que te saquen una bala, la pobre se desmayó del dolor, lo bueno es que ya está bien 

- menos mal la lograron sacar, porque, sino si hubiéramos tenido grandes problemas más de los que tenemos ahora. Apropósito ¿quién es la chica   que venía con ella?

- es su amiga, se llama Mila, era otra víctima de la trata de blancas 

- es muy hermosa  - miro a mi amigo y conozco perfectamente esa cara 

- te gusto ¿verdad?- este se pone algo nervioso 

- solo me parece linda, no exageres 

- si claro, la nena te encanto solo que no lo quieres aceptar, pero tranquilo en algún momento lo harás y más porque ellas se van a quedar aquí porque es peligroso que estén por ahí mientras Fernando este detrás de ellas 

- tienes razón hay que cuidarlas - mi teléfono suena en ese momento y veo que es un número desconocido 

- ¿quién habla? 

- me las pagarás de Lucca, juro que me vengaré por haberme robado a mis putas, porque eso son, ¡putas!. Te robaste algo que no vale la pena 

- ¿entonces si no valen la pena para qué las quieres?

- porque son mi m*****a mercancía, así que voy a ir por ellas

- tú no te las vas a llevar imbécil lo vas a tener que hacer sobre mi cadáver 

- bueno entonces tendré que matarte y luego mataré a esa p**a de cristal por haberme traicionado

-  tú le tocas un pelo y te juro que te mato - este se ríe maléficamente 

- tú te metiste con algo que no debías así que ahora tú y esa zorra pagaran las consecuencias. Que empiece la casería - m****a

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