Capítulo 03: Compromiso Arreglado

El movimiento de la ciudad se comenzaba hacer presente ante la llegada del cálido sol en el lugar, con un poco de pereza Alessia se intenta mover, pero era aprisionada por unos fuertes brazos. Lleva su mano hacia su rostro quitando mechones de su cabello cobrizo y como si fuera coincidencia su despertador comienza a sonar de manera ruidosa en su habitación.

No quería despertar a Fiodor por nada del mundo y ahora este se levantaba por el ruido, el joven lleva uno de sus manos hacia su rostro fruncido intentando levantarse. Alessia se levanta y camina hacia su habitación estirando un poco su robusto cuerpo, cuando logra apagar la alarma se dirige hacia su baño para darse una ducha y vestirse.

Fiodor aún se sentía cansado y por no decir incómodo en aquel sofá, pero se sentía feliz. Sentir que estuvo abrazando a Alessia por toda la noche le era de las mejores sensaciones, cerro nuevamente sus ojos para seguir disfrutando del lugar donde estaba. Alessia ya se había arreglado, cuando salió sonrió al observar a Fiodor durmiendo. Camino hacia su cocina y le preparo unos waffles y al lado le coloca unas pastillas para la resaca, toma una pequeña hoja y le dejo una nota.

“Te hice algo pequeño para desayunar, te puedes preparar algo más si quieres.

Con cariño, Alessia…“

De su nevera saco una botella con jugo y lo guardo en su bolso, camino hasta la sala y se inclinó un poco observando el rostro de Fiodor. 

— Fiodor… — Le acaricia la mejilla intentando que se levantará. — Hey, Fiodor… — El joven frunce su ceño y abre sus ojos apenas, al mirar a Alessia sonríe un poco. 

— Hola… — Su voz sonó ronca.

— Hola… Disculpa que te levanté, pero me iré a la universidad. Te dejaré mi llave en la mesa y se la puedes dejar al portero, tu desayuno está en la cocina. Por cierto, si aún vas a dormir puedes hacerlo en mi cuarto… Hasta luego. — Fiodor escuchaba atentamente cada palabra que salía de los labios de Alessia, parecía un ángel a sus ojos. Antes de irse le dio un delicado beso en su mejilla.

— Hasta luego, cuídate mucho… — Le dice mientras ella sale del apartamento.

(…)

Fiodor al entrar a su hogar fue recibido por la furiosa mirada de su padre, se preguntaba porque no se quedó más tiempo en el apartamento de Alessia. Camino hacia las escaleras, pero fue detenido por aquella voz que odiaba.

— ¿Estuviste jugando con aquella mujer? — Fiodor frunce el su ceño intentando controlarse, pero sentía que no podría más.

— ¿Qué es lo que quieres? — Su padre sonríe de lado al escuchar el enojo en la voz de su hijo.

— Hoy invite a un socio y quiero que estés allí, es muy importante para nuestra familia… Y esto decidirá el futuro de la familia Vólkov. — Aquello último lo llegó a susurrar sin ser escuchado por su hijo, Fiodor solo camino hacia su habitación para darse una ducha y cambiarse de ropa.

Mientras revisaba algunos papeles su mente no lo dejaba tranquilo, la sensación de dormir junto a Alessia le era increíble. Tomo su teléfono para mandarle un mensaje pidiéndole perdón por lo de anoche y le agradecía por el delicioso desayuno que le había preparado, lamentablemente aunque quería verla hoy no podía por la reunión con el socio de su padre.

(…)

Una camioneta negra se estacionó en la entrada de la mansión, de allí bajo un hombre de traje negro, después de él bajó una joven de cabello rubio con un vestido rojo pasión con escote en su espalda. Ella miró maravillada la mansión que estaba al frente de ella, tomo el brazo de su padre y entraron al lugar siendo recibidos por el padre de Fiodor.

— ¡Lenin, amigo, cuanto tiempo sin verte! — El padre de Fiodor abrazo con alegría a su amigo de la infancia y uno de sus socios en los negocios.

— Iván, me alegra mucho verte amigo. ¿Y tu hijo? — Se separó del abrazo e Iván observo de reojo a la hija de su amigo.

— Bajará en un momento, veo que trajiste a tu hija… ¿Cómo estás, Lerka? — La mujer lo observa con una sonrisa.

— Muy bien, gracias por invitarme, señor Vólkov… — Lerka se acerca y le besa la mejilla como saludo, en eso se escuchaban los pasos de una persona bajar por las escaleras, todos miran como Fiodor baja con una mirada seria.

— Buenas noches, señor Sokolov, señorita… — Fiodor saludo amablemente, y Lerka levanto su pálida mano. El joven sabía que quiera, pero no lo haría. Estrecho su mano con la de la mujer y le sonrió con cinismo y ella hizo una mueca disgustada.

(…)

La cena trascurrió entre charlas sobre sus negocios, Iván notaba como Fiodor no entablaba conversión con Lerka y le llegó a molestar. Sentía que era el momento de decirles el porqué de la cena, sabía muy bien que su hijo se molestaría. Pero poco le importaba, quería que sus futuros nietos fueran con una mujer rusa y no una extranjera, se levantó tomando una copa llamando la atención de los presentes.

— Creo que es el momento de que nuestros hijos sepan el porqué están reunidos hoy. — Su sonrisa era cínica, Fiodor frunce su ceño y solo pensaba que su padre renunciaría y que le dejaría el negocio. — De verdad esperamos que su compromiso sea favorable para las dos familias…  — Levanto su copa y brindo con Lenin.

Fiodor aún estaba procesando aquellas palabras que salieron de la boca de su padre, ¿Compromiso?… Observo como Lerka lo miraba con una sonrisa, se notaba que ella estaba feliz con el compromiso arreglado, tendría suficiente dinero y poder para vivir cómodamente por mucho tiempo.

Lerka se levantó con su copa de vino en la mano, con suma elegancia se acerca a Fiordo tocando con sensualidad su hombro. 

— Brindemos por nosotros, querido. — La voz de la mujer sonaba en su oído intentando persuadirlo y quizás tener un pequeño regalo antes de su luna de miel. Pero aquel acto solo ocasiono que la sangre le hirviera de la rabia, se levantó bruscamente haciendo que Lerka tirara un poco de vino de su copa en el suelo.

 

— ¡No puedo creer que hicieras esto sin mi consentimiento! Te crea capaz de muchas cosas, ¿pero de esto? ¿Tan bajo has caído, Iván? — Los gritos de Fiodor se escucharon en toda la mansión asustando a los invitados y hasta su propio padre por actuar de esa manera.

— No le veo nada de malo en que te cases con la hija de Lenin, es mi hermosa y lo más importante es rusa. — A pesar de tenerle miedo a esta faceta de su hijo mostraba cinismo en sus palabras, no le desmotaría nada. Sobre él vivía el orgullo ante todo.

— ¿Crees que me importa que sea rusa o que esté hermosa? ¡Yo no pasaré el infierno que paso mi madre con un matrimonio arreglado! — A este punto Fiodor se acercaba a su padre como un lobo cazando a presa, su padre se levantó de su asiento.

— Oh, es cierto… tu querida difunta madre, como olvidarla…— Iván reía secamente. — ¿Mi querido hijo piensa que existe el amor? ¿De verdad crees esas porquerías? Eres tan iluso, Fiodor… — Tomo de su copa para observar aquellos ojos azules — Si no quieres que termine muerta aquella mujer… ¿Cómo se llamaba?… ¿Alessia Ricci? Deberás de hacerme caso, hijo. No tienes que manchar tus manos de sangre inocente.

Solo eso había bastado para que la muralla agrietada que tanto estaba controlando Fiodor se derrumbara por completo, se abalanzó encima de su padre lanzando el primer golpe en su rostro, Lerka gritaba histérica por la escena y Lenin comenzó a llamar los guardias, entre el medio del caos Fiodor le gritaba a su padre mientras lo golpeaba.

— ¡No te atrevas a tocarle ni un cabello! ¡Te juro que te mataré con mis propias mano si le haces algo! — Unos guardias lo tomaron de sus brazos separándolo de su padre que tenía la nariz y el labio partido, su padre se acercó hacia Fiodor molesto y también le devolvió unos pocos golpes rompiéndole el labio.

— ¡Suéltenme, m****a! — Sé Safo del agarre de los guardias y salió del lugar. Su padre toma una servilleta y se limpia un poco la sangre que corría por su rostro, se sienta y observa a Lerka con rabia.

 — Si quieres quedarte con mi dinero, mi mansión y mi poder, tendrás que separar a mi hijo de esa maldita perra. ¿Entendiste? 

— Si, señor Volkov…

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