6

NICHOLAS

—¿Y, hermano? —Levanto la vista ante la voz de Noah y veo como todos salen de la mansión parándose al lado mío en el jardín.

—¿Qué?

—¿Cómo está Luk?

—Peor que nunca, pero decidí ignorarlo totalmente. Me tiene agotado, solo repite que va a pasar algo y ni siquiera puede decirme si es bueno o malo.

—¿Queres que pongamos a los guerreros en alerta?

—No es mala idea, Harry. Deciles que estén atentos y preparados.

De repente vuelvo a sentir lo que estuve sintiendo todos estos días pero esta vez es peor. Luk está totalmente desesperado, siento como aúlla, como chilla, necesita salir.

Caigo de rodillas al piso mientras grito, duele demasiado. Luk se volvió completamente loco. Escucho que los monos gritan y tratan de tocarme pero Luk les gruñe y yo no logro entender nada. Antes que pueda darme cuenta soy un lobo negro corriendo por el bosque. Corro desesperado, abrumado. Lucho contra mí mismo y cuando por fin puedo volver a tomar el control, me convierto nuevamente en humano y caigo de rodillas al suelo, jadeando en busca de aire.

—¡¿Qué jodida m****a está pasando, Nick?! —Todos los monos aparecen convirtiéndose nuevamente en humanos.

En momentos como este agradezco profundamente que mi padre haya hecho un trato con las brujas para que hechicen la manada. Podemos convertirnos en lobos y cuando volvemos a humanos seguir teniendo la ropa intacta. Lo único que me falta además de estar tan alterado es tener que ver a los monos desnudos.

—¡Joder! No puedo... —Me callo apenas siento un aroma extraño pero exquisito, que bien huele. 

Son flores, pero no cualquier flor, son jazmines. ¡Qué delicia! Olfateo por todos lados para ver de dónde viene, debo parecer un perro buscando un juguete.

—¿Hombre, qué m****a pasa? ¿Estás bien? —Siento la mano de Killian en mi hombro y lo miro.

—¿No sienten ese olor? —Se miran entre ellos y niegan—. ¡Monos, por favor! Hay un olor muy fuerte, es exquisito. Huele... Huele a jazmines. ¡Que delicia! ¿Cómo pueden no sentirlo? Es... —Vuelvo a callarme cuando siento que Luk chilla.

¡Mate! —Me grita mi lobo, por nuestra conexión mental—. ¡Búscala, Nick!

Abro los ojos y sé que los tengo de un celeste pálido. Son los ojos de Luk, nuevamente está desesperado por salir. Todos me miran sin entender que me pasa.

¡Mate! —grito, pero no es mi voz. Es la voz de Luk, quien tomo posesión de mi cuerpo humano. 

Salgo corriendo como si se me fuese la vida en ello. 

En realidad, se me va la vida en ello. 

Llego a ver que los chicos abren los ojos y la boca de manera desmesurada pero no tengo tiempo para reírme de sus expresiones porque ya estoy corriendo con ellos siguiéndome.

Corro desesperado hasta que llego a un punto de la laguna, me escondo detrás de un árbol y siento que me voy a desmayar. Que me maten si no es la mujer más hermosa que vi en mi vida. A su lado hay un caballo espectacular, nunca había visto uno tan lindo, pero eso no llama mi atención, ella lo hace. No sólo llama mi atención, sino que se la lleva toda, es suya. Todo lo mío es suyo ahora.

La huelo y la siento enseguida, es una bruja. Tiene el cabello negro largo hasta un poco más arriba de la cintura, es lacio y en el final se le hacen unos hermosos y perfectos bucles. Su piel blanca y cremosa se realza con el vestido rosa que lleva puesto, es tan corto que hace que sus piernas parezcan kilométricas. Es alta, se nota a distancia que no tanto como yo, pero es alta y delgada de una forma muy sexy. 

No quiero ser un asqueroso mirando los pechos de la mujer de mi vida la primera vez que la veo, pero... ¡Por favor! ¡Como se le marcan con ese vestido!

—Lo perdimos. —Escucho que dice alguno de los monos pero estoy tan concentrado en esa belleza mágica que no puedo ni reconocer quién habla.

—¿No se les hace jodidamente conocida? —Miro a Killian apenas dice eso—. No sé de donde m****a, pero yo a esta mujer la conozco sí o sí.

Estoy por decirle que piense de una maldita vez de dónde la conoce pero me desconcentro cuando la escucho cantar. Vuelvo a mirarla y de verdad que si sigue así me voy a morir antes de poder siquiera dirigirle la palabra. Está jugando con sus poderes, tiene a su alrededor lazos de agua que la envuelven pero sin tocarla. Canta y baila mientras se mueve y el agua la sigue a todos lados. Trato de correr hacia ella y siento que una mano me frena. Veo a Noah sostenerme y le gruño.

—Tranquilo, hermano. Es una bruja, ella no siente el lazo de las almas gemelas, como salgas corriendo y la acoses de esta manera la vas a asustar.

Es verdad. No siente el lazo tan fuerte como yo pero aunque no sea mujer loba siente algo especial, al igual que cuando los hombres lobo tienen almas gemelas humanas, vampiras, o de otra especie. No sienten el lazo tan fuertemente pero algo especial sienten, y con el tiempo este se fortalece. Término ignorándolos a todos y corro hasta llegar a ella, me paro detrás suyo y... ¡Joder! El olor se hizo más fuerte y aún más exquisito, si es posible.

—Hola —digo y enseguida quiero golpearme la cabeza. 

¿De verdad dije 'hola'? ¿No se me ocurrió mejor manera de empezar la primera conversación con la mujer de mi vida? 

Escucho la risa burlona de los monos pero no puedo girarme a mirarlos porque la veo dar un respingo y darse vuelta para mirarme con los ojos muy abiertos, creo que la asuste.

Cuando nos miramos siento que me quedo sin aire, se me hiela la sangre, todo a mi alrededor desaparece. ¡Joder! Diosa mía, tengo que calmarme. 

Sus ojos son dos zafiros tan azules y enormes que llaman muchísimo la atención, y están adornados con grandes pestañas negras. Su cabello azabache los realza aún más y sus labios rojizos y gruesos en forma de corazón me están llamando a gritos. En su nariz y mejillas tiene tiernas pecas que la hacen parecer muy inocente.

Ella jadea cuando me ve y por favor, que sonido más estimulante. Siento como si el mundo se detuviese, el aire deja de circular, el agua de la laguna deja de correr y parece no haber nadie más en el mundo. Solo nos miramos a los ojos por eternos segundos que luego se convierten en minutos.

Repito, lo perdimos. Movete, hermano, hace algo. —Escucho que Noah me habla por nuestra conexión mental.

Quiero hacer algo pero realmente no puedo reaccionar, ninguno de los dos puede. Hasta que siento como un balde de agua fría cae sobre nosotros mojándonos. Se desconcentró y se le cayó el agua con la que jugaba. Eso parece hacerla reaccionar ya que niega rápido con la cabeza y da un paso atrás. ¿Me tiene miedo?

—Ho-hola. Y-yo no estoy haciendo nada —tartamudea levantando los brazos en señal de paz—. Es tu tierra, pero te prometo que no hago nada, no molesto. No vengo a buscar problemas, solo estoy de paso, de verdad. Mira, ya me voy, no molesto más. No me hagas nada. —Esto último lo dice tan rápido que me cuesta entenderla.

—Espera. —La agarro del brazo y siento toda una corriente eléctrica viajando por cada poro de mi cuerpo pero también siento que tiembla. La suelto para no asustarla, parece un pajarito herido—. Ya sé que no sos una amenaza, solo vine a saludarte, no tenes porque irte a ningún lado.

—¿De verdad? —Ahora sonríe con su perfecta y blanca dentadura haciendo que se le formen unos dulces hoyuelos. 

Siento que el corazón se me va a ir volando para estar con el de ella. 

¿Yo acabo de decir eso?

Sí, jodidamente acabas de decirlo y todos te escuchamos. —Escucho eso y risas en mi mente. Cierro la conexión mental prometiendo aniquilarlos.

—Ellos son mis amigos. —Giro haciéndoles señas para que vengan, tratando de cambiar de tema. Estas burlas van a durar años.

Cuando se acercan ella les sonríe, lo cual me molesta y entrecierro los ojos hacia ellos quienes ríen aún más mientras niegan con la cabeza.

—Hola, Zafira. —Le dice Noah apenas ve sus ojos y cuando gruño siento un codazo en la costilla de su parte. La mujer nos mira divertida—. Soy Noah Storm, soy el Beta de nuestro Alfa Nicholas Millher aquí presente, pero vos podes decirle Nick, especialmente vos. —Me señala con la cabeza y cuando ella me mira me sonrojo. 

¡Joder! ¿Desde cuándo me sonrojo? Agacho la cabeza pero es tarde ya que todos se dieron cuenta y sueltan carcajadas limpias. Están muertos, realmente voy a matarlos.

—Yo soy Killian Lovuni, este jodido es Scott Spriette y aquel m****a es Harry Withmore —dice señalando a los dos monos a su costado y ella abre grande los ojos. Sí, el vocabulario de Killian es muy especial, con el tiempo te acostumbras. Sin darnos cuenta todos estamos rodeándola, espero no asustarla—. Disculpa... —Interrumpe su discurso de presentación—. ¿Te conozco de algún lado?

—No, no-no, no creo —dice y enseguida noto como se pone nerviosa—. Un placer. Soy Dav Bachelli. —Levanta la mano saludando, pero rápidamente me doy cuenta que quiere cambiarle el tema a Killian, y no soy el único en notarlo.

—¿De dónde sos Dav?

—De por ahí. —Evade la pregunta de Scott mirando para otro lado, y esto cada vez se pone más raro.

Killian no para de mirarla y ella se esconde detrás de su pelo. Noah me mira interrogante y yo contesto encogiéndome de hombros porque realmente no entiendo nada.

—¡Oh, por la santísima m****a! —grita Killian sobresaltándonos a todos. Lo miro y está con los ojos abiertos como dos huevos estrellados—. No sos Dav Bachelli. Sos la jodida Princesa Davina del reino Wicca —dice señalándola.

Ahora ella es la que está pálida y tiembla mientras se le llenan los ojos de lágrimas. Como se ponga a llorar voy a prender fuego todo, no puedo verla así, duele. Me duele todo. Ahora que la miro más atento veo que tiene el labio inferior partido e inflamado. Eso no es un golpe de una caída, soy bastante capaz de reconocer un jodido puñetazo. Cuando encuentre al jodido que se animó a ponerle una mano encima...

—¿Qué te pasó en el labio? —pregunto brusco. Ella deja de mirar a Killian y me mira mientras se tapa la boca.

—Na-nada. —Intenta irse pero rápidamente le agarro la mano.

—¿Qué pasa, Davina? Habla, ahora.

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