Capítulo 56

El burbujeo que sentía en el estómago no era otra cosa que el café que bebió después de la cena porque definitivamente no eran las dichosas mariposas, en lo absoluto. El leve temblor en las manos no se debía a los nervios, era solo el frío entrando por la abertura de la ventanilla de la puerta del coche. El son frenético de su corazón no se debía a los sentimientos abrumadores que le provocaba la mujer que iba sentada en el asiento de pasajero, era solo la cafeína… En realidad, Santiago no quería reconocer que todo el conjunto de lo que estaba sintiendo y experimentado se debía a…

—Santiago, creo que deberías estacionar ahora —Miró de soslayo a Olivia—. En serio, estás dando vueltas por las mismas calles una y otra vez.

Frunció el ceño al percatarse de ese enorme detalle. De acuerdo, sí, él estaba da

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo