Capítulo 4.

Le expliqué todo lo que me había pasado recientemente y con lujo de detalle a mi terapeuta, en este tipo de cosas era importante no saltarse nada, hasta lo más mínimo puede ser un gran indicio, lo había aprendido a lo largo de los años. Una vez que terminé de explicarle todo, cómo me había sentido, y que había pasado, solo espere a que el terminará de anotar unas cosas en su libreta para que comenzará a hacer sus preguntas.

-¿Y esto pasó recientemente?- Preguntó él.

-Si, hace unos días. El lunes de hecho.

-Antes de eso ¿Hace cuánto que no tenías un ataque de pánico?

-Déjeme ver si recuerdo… Creo que la última vez fue a los 17, hace 2 años.

-Ya veo ¿Y no tiene idea de cuál pudo haber sido el detonante?

-No, cómo le dije antes, ambas veces fue en lugares con ambientes completamente distintos, y honestamente no había nada que pudiera alterar mis nervios, fue de la nada.

-¿Usaste las técnicas que habíamos hablado antes para enfrentar tus ataques de pánico?

-Si, respirar lenta y profundamente e intentar darme cuenta del momento en el que estoy viviendo, la primera vez, estoy casi seguro de que funcionó. Pero la segunda vez, fue casi como si las cosas hubieran empeorado.

-¿Casi seguro? ¿Qué lo hace dudar?- Preguntó él mientras alzaba una ceja.

-Justo cuando estaba haciendo las respiraciones con los ojos cerrados, un conocido se acercó a mí. Y para cuando voltee a verlo, el ataque de pánico había acabado.

-¿Estás seguro de que se trataba de ataques pánico?- Preguntó mi terapeuta un poco más interesado en la conversación, parecía que empezaba a tener una hipótesis de que estaba pasando conmigo.

-Realmente es una suposición, no es como los ataques que he vivido antes. Aunque si sentí un miedo muy fuerte las dos veces, y sentí que no estaba viviendo la realidad de mi alrededor.

-Entiendo. Muy bien, como ya te he dicho, es normal que esas cosas pasen cuando alguien se enfrente a una pérdida tan grande como la de sus dos padres, muchas veces uno siente como si ya hubiera superado eso, pero de repente el sentimiento puede atacar nuevamente. Creo que eso es lo que le pasa contigo, algo debió detonar la falta de figuras paternas a tu alrededor y te hizo sentir inseguro y asustado del mundo nuevamente. Pero ya eres un adulto completamente capaz Adrian, has tenido que superar muchas cosas por ti mismo y lo has hecho espléndidamente, solo tienes que darte cuenta de eso. Si vuelve a ocurrir, sigue usando las técnicas de las que hablamos, de seguro es algo temporal o algo de una sola vez, pero si no es así, agendaré una cita para ti para la próxima semana.- Dijo el mientras se levantaba de su asiento.

-Entendido, muchas gracias, espero que sea algo de una sola vez…- Dije mientras me levantaba también y estrecha a su mano, para luego abrir la puerta y salir del consultorio.

Justin se levantó inmediatamente de su silla una vez que vio que atravesé esa puerta, se veía ansioso, lo cual no me sorprende, se notaba que era de esas personas a las que no les gustaba esperar, o estar quietas mucho tiempo.

-No imagino la tortura que debió haber sido esperar por mi durante esos largo 30 minutos.- Dije sarcásticamente mientras reía.

-No sé de qué hablas, estuve perfectamente tranquilo mientras estabas dentro… Solo un poco aburrido.- Respondió el intentando de disimular lo que era más que obvio.

-Claro, vámonos de aquí. No queremos llegar muy tarde a nuestros hogares.- Dije mientras comenzaba a caminar hacia la salida.

-Seguro, voy detrás de ti.- Dijo el mientras me seguía, y ambos salíamos del consultorio.

Ambos salimos y seguimos nuestro camino a casa, al habernos desviado hacia el consultorio de mi terapeuta, ahora teníamos que caminar incluso más hacia nuestras casa, no entendía por qué el habría querido hacer eso, pero no tenía problema, era agradable pasar tiempo con él. Una vez llegamos al cruce dónde se supone que el tenía que tomar para llegar a su casa, me insistió que quería acompañarme hasta mi, para asegurarse de que llegara bien, intenté decirle de muchas maneras que si hacia eso, el tendría que regresar solo a la suya, pero no pareció importarle en lo absoluto, así que deje que me acompañará

-Eres increíblemente tenaz cuando te propones algo, por no llamarte de otra manera…- Hice un chiste respecto a lo insistente que era, realmente no me molestaba, pero si me parecía bastante curioso.

-¿Soy muy intenso? Discúlpame por querer hacer amigos nuevos.- Dijo el mientras levantaba sus brazos como si se estuviese rindiendo dramáticamente.

-Tus palabras, no mías. Pero no te lo tomes a mal, no dije que me molestara.

-¿Admites que soy molesto, solo que eso no te molesta?

-¿Escuchas lo que quieres escuchar no es cierto?

-Creo que el que escucha lo que quiere escuchar es otro, yo solo repito lo que tú estás diciendo.

-Claro… Ya llegamos. Te presento ¡Mi casa!- Dije parándome frente a la puerta y extendiendo los brazos hacia ella como si fuese la octava maravilla del mundo.

-Wow, es una puerta tan… Hermosa ¿De qué es? ¿Caoba? ¿Roble quizá?- Decía mientras colocaba su mano en su barbilla y miraba la puerta como si estuviera realmente interesado en ella. Yo no pude evitar reír ante sus gestos, era muy elocuente, tenía que admitirlo.

-Muy bien, es hora de despedirnos.- Dije mientras sacaba mis llaves para abrir la puerta.

Pude ver cómo la sonrisa que tenía se desvaneció de su rostro, parecía estar algo decepcionado ¿Quería que lo invitará a pasar? No lo creo ¿Por qué querría el entrar a mi casa? Quiero decir, no hay mucho que ver, siempre es tan… vacía. A veces ni siquiera yo mismo quería entrar a ella. Cómo sea, sabía que su animo había cambiado, y no sabía que hacer en momentos así, solo tenía una amiga, no solía pasar por este tipo de cosas muy seguido, termine entrando en un pequeño dilema en mi cabeza en tan solo una fracción de segundo, hasta que el decidió hablar primero que yo.

-¿No te molestaría si… Me quedó un rato?- Preguntó él un poco apenado, quizá pensó que mi respuesta sería no por los indicios que le había dado antes.

-No, por supuesto que no.- Dije mientras reía de manera nerviosa. -Fue grosero de mi parte no ofrecértelo, me acompañaste todo el camino de la universidad al consultorio, y luego del consultorio a casa, es lo menos que puedo hacer por ti… Pasa adelante.- Abrí la puerta y me hice a un lado para que el pudiera pasar. La sonrisa volvió y el con mucho entusiasmo entró.

Creo que era primera vez que alguien que no fuera Ivanne entraba a mi casa. Quizá se pregunten ¿En serio? ¿Nunca nadie más había entrado? Pues no, nunca. Cómo dije antes, nunca tuve muchos amigos, y siempre que se hacían reuniones en el colegio con compañeros, yo iba a las casas de otros. Nunca he sido muy fan de traer a otras personas a mi casa, pero el parecía encantado con todo lo que veía, tenía un brillo en sus ojos que…

-Que linda casa.- Dijo el mientras miraba a su alrededor.

-Gracias, no creo que sea la gran cosa…- Iba a seguir hablando, pero fui interrumpido.

-¿Siempre sueles hacer eso?- Preguntó él con intriga.

-¿A qué te refieres?- Pregunté devuelta sin estar muy seguro de a qué se refería.

-Te infravaloras. A ti, a todo lo que tienes ¿Tú decoraste la casa?

-Si, yo…

-Hiciste un excelente trabajo.

Me sentía como todo un estúpido, tenía razón, me la pasaba infravalorando lo que hacía, y a mí mismo también, fue capaz de notarlo en tan poco tiempo de conocerme… ¿En serio doy tanta lástima? Me quedé callado mirando al suelo y sentía como mis mejillas ardían por la vergüenza.

-¿Puedo sentarme?- Preguntó el mientras señalaba al mueble y me sacaba de mis pensamientos.

-Si, claro, ponte cómodo ¿Quieres algo de beber? ¿Agua, un jugo, café?- Pregunté amablemente mientras me dirigía a la cocina.

-No quiero sonar grosero, pero un café suena maravilloso.- Dijo el con una gran sonrisa.

Una vez que entre a la cocina, abrí la llave del lavaplatos y me eché agua fría en el rostro para poder disipar el ardor en mis mejillas, realmente tenía que calmarme, me ponía muy nervioso cada vez que él está a cerca ¡Pero eso no es mi culpa! ¿¡Que harían ustedes si un chico tan guapo como él fuera tan amable con ustedes!? ¡Y es alto! ¿Se puede pedir más? Muy bien, debo quitarme esos pensamientos de la mente, en este momento tengo visitas, y tengo que atenderlas. Tomé la cafetera eléctrica, la llené de agua, y luego eché el café dentro, estaría lista en unos 10 minutos aproximadamente, así que volví a la sala de estar con Justin.

-Disculpa la demora.- Dije mientras me sentaba en uno de los muebles adyacentes.

-No tienes que disculparte, no tardaste nada ¿Sueles estar solo aquí?- Preguntó él, supongo que solo quería sacar conversación, pero esa pregunta resonó fuerte en mi mente.

-Yo… Ehm…- No sabía que responder… En realidad si lo sabía, solo que no quería hacerlo, el pareció darse cuenta de mi incomodad ante su pregunta, porque enseguida intentó corregirse.

-Yo… Quiero decir… Seguro que alguien tan genial como tú trae amigos todos los días a su casa.- No pude evitar reír ante su tonto intento por arreglar lo que había hecho.

-No realmente, no suelo traer a nadie a casa. Considerando que estudió en las mañanas y trabajo en las tardes, es un poco difícil, hoy es mi único día libre.- Respondí, a lo que el asintió.

-Wow, trabajas y estudias, eso sí es que increíble. Mis respetos.

-Es más como una obligación que cualquier otra cosa.- Mi comentario intentó ser lo más honesto posible, pero creo que hizo que Justin se sintiera mal por haber dicho eso, un silencio algo incómodo se formó entre nosotros, y yo no tenía idea de que decir, hasta que un “Ding” sonó en la cocina. -El café ya está listo. Enseguida vuelvo.

Fui a la cocina rápidamente, tenía muchas cosas en la cabeza en ese momento, tomé dos tazas y las llene con café, para luego tomar una charola y poner azúcar en ella, tomé una taza y la coloqué en la charola, pero cuando fui a tomar la otra taza, no pude hacerlo. Adrian ¿A qué te refieres con que no puedes? ¿Te quedaste paralizado? No, no es eso. Literalmente no pude hacerlo, mi mano atravesó la taza como si de un fantasma se tratase, como si la taza no estuviese allí realmente, entre en pánico nuevamente, intenté múltiples veces tomar las taza, pero en cada ocasión ocurría lo mismo, mi mano la atravesaba cómo al aire.

Decidí que quizá era algo que estaba pasando en mi mente, que nada de esto era real, así que cerré los ojos con fuerza y empecé a respirar pausadamente, inhalaba, exhalaba, y así sucesivamente. Logré calmarme un poco, sentí como mi corazón comenzaba a dejar de latir tan rápido, y nuevamente intenté tomar la taza, y esa vez si pude tomarla con éxito, la sostuve con ambas manos para asegurarme de que no se cayera, y luego la coloqué delicadamente sobre la charola. Antes de tomarla traté de calmarme por completo, aún tenía el corazón un poco acelerado y la respiración ligeramente irregular, así que me quedé en la cocina esperando a que se me pasara

Una vez que me sentí bien, tomé la charola con todas las cosas que tenía y comencé a caminar hacia la sala, pero cuando vi a Justin sentado, sentí como la charola pasaba a través de mis dedos y caía al piso con un golpe secó, derramando el azúcar en el suelo y haciendo que ambas tazas se rompieran. Yo me tiré al suelo también, estaba asustado, no tenía idea de lo que estaba pasando, no entendía por qué estaba pasando y empecé a imaginarme lo peor. Puse ambas manos en mi cabeza y lágrimas comenzaron a salir de mis ojos. Vi de reojo como Justin se levantaba rápidamente y corría hacia dónde yo me encontraba para ayudarme, pero al intentar tocarme sus manos también pasaron a través de mi cuerpo como si yo no existiera, como si yo no estuviese ahí, pude ver su cara de confusión y de horror al darse cuenta de eso, yo me hiperventilé, todo me empezó a dar vueltas, y la última imagen que vi, fue como Justin tomaba su teléfono y comenzaba a marcar. Luego me desmayé.

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