Paz / мир

"El sueño nos acaricia más que nuestros padres'' - Proverbio Ruso

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Cuando despierto, se siente como si un peso enorme se depositara sobre mis hombros, la mayoría de chicas de mi edad estarian contentas al saber que heredarán la fortuna de sus padres.

Yo en cambio desearía que fuera simplemente un mal sueño, uno donde no tuviera que manchar mis manos de sangre para conseguirlo.

Ixander era mi hermano, aunque intentó matarme para enfrentar a padre, seguía siendo siempre mi hermano mayor, m****a, él fue quien me enseñó como arrojar una navaja...y yo le había matado con una, directo en el corazón.

Para la mafia, el luto y la muerte de un cabecilla es  algo extraño pero solemne, así que conmemorarán a Ixander como un heroe, aunque padre y yo sabemos la verdad, y él no luce demasiado contento, me lanza miradas extrañas y oscuras.

Mientras me preparo para el funeral, acaricio con tristeza el tatuaje que me había hecho el día anterior, no solo como marca de una muerte en mi larga lista, sino para recordar a mi hermano, es el primer tatuaje que me hago por mi cuenta, una serpiente enroscada en mi hombro, en el cuerpo, su nombre.

Utilizo un sencillo pantalón negro y una blusa sin mangas de franela blanca para el funeral, mi cabello suelto y mi abrigo de piel en el brazo. Mi corazón se sentía entumecido, y una sensación de duda sobre mis sentimientos me hace preguntarme si estaré loca por no haberme sentido mal, m****a maté a mi jodido hermano ¿Qué está mal conmigo?

Tal vez...he llegado a un punto sin retorno, hace unas semanas había asesinado y llorado mientras me limpiaba la sangre, sintiendome sucia, necesitando despojarme de la sensación de malestar que me ocasiona el arrebatar una vida.

Pero aún así no lo había dudado antes de lanzar ese cuchillo en el pecho de Ixander. Incluso pude haber desviado el tiro si simplemente le apuntaba a la mano, m****a, incluso en el hombro podía haber funcionado, pero en el fondo sabía que la decisión de apuntar al corazón había sido mía.

Y tal vez por eso padre había lucido tan sorprendido.

Cierro los ojos, intentando buscar la emoción correcta.  ¿Dolor? Ya estaba acostumbrada. ¿Sorpresa? Fugaz y era más por mi propia conducta. ¿Tristeza? Creo haberla superado.

Finalmente, mientras los ojos llenos de ira de mi hermano llegan a mi mente mientras me apuntaba con su arma, me doy cuenta.

Me siento traicionada. Traicionada porque durante esa milesima de segundo, mi hermano intentó matarme,  la unica jodida persona en la que confiaría ciegamente...intentó matarme.

Seh, supongo que debí verlo venir, tan solo semanas atrás le había hecho la pregunta, si sería capaz de hacerlo, y el habia respondido con un simple "creo que ambos sabemos la respuesta"

Sí, supongo que la sabiamos, pero nunca se había sentido real.

El funeral es una ceremonia fría, y padre me dedica una mirada mortal durante toda ella, mientras intento mantener la compostura, finalmente decide acercarse y pone una pesada mano en mi hombro. Es ya entrada la noche, y como era ma costumbre, un par de antorchas iluminaban el lugar.

— Mañana en la mañana sales a Tokio, deshaste de la puta, tienes una semana, si regresas con vida...— por primera vez en mi vida, padre acaricia mi rostro con algo casi parecido a la ternura , pero aprieta ligeramente,  mis mejillas doliendo — Tal vez te de las respuestas que tanto deseas

Sintiendo una repentina furia, lo miro a los ojos,  el desafío implicito desde el primer contacto.

— Maté a Ixander— intento alejarme, pero me sostiene con fuerzs — No pienso matar a nadie más hasta que me digas lo que quiero.

Padre se ríe, dejandome ir

— Siempre desafiante...Bien, ven conmigo — se da media vuelta y empieza a caminar, decidida y preparada, camino tras él,  mi instinto gritando que me aleje, de repente el familiar peso de mis navajas me hace falta, y me siento como si caminara directo a una trampa.

Se me eriza la piel a medida que avanzo al interior de la mansión,  y de forma casi imperceptible, la alineación de mis hermanos a mis espaldas me hace saber que estoy apunto de enfrentarme a algo jodido, el leve movimiento del cuero de forma sincronizada y los hombros rigidos de padre mientras me guía hacia su oficina.

— ¿Planeas matarme tan pronto? Pensé que esperarías a que regresara de Tokio — digo fingiendo indiferencia, pero analizando cada centimetro, padre es un hombre enorme, y conoce cada uno de mis movimientos instintivos, m****a él mismo me los enseñó...una pelea contra él era cuestión de velocidad y agilidad.

— No quiero matarte, serás mi sucesora, pero primero...

Decir que reacciono tarde es un eufemismo, lo ultimo que sé es que una sombra se mueve a mi izquierda y de repente,  con  el dolor estallando en mi cabeza y un palpitar nauseabundo en mi estomafo, despierto en un sitio apestoso y hay una herida en mi espalda.

En cuanto la conciencia se aclara lo suficiente para que pueda realizamente sentir el dolor, girto, sintiendo como mi piel herida estaba pegajosa y adherida a una tela rahida sobre la que estaba acostoda.

— Shhhh, estate quieta niña — el escuchar la voz cercana de una persona sin haber detectado su presencia a tiempo me hace sentir inútil e idiota.

No digo una palabra,  intentando recobrar la conciencia de mi cuerpo completamente,  las sensaciones me abrumaban a causa de la jaqueca y a juzgar por la sensación rasposa de mis labios, deshidratación, mi cabeza tarda para aclarase, y mis movimientos requieren demasiado fuertes, lo que podría indicar que me han sedado.

— Quitale eso — gruñe padre, y el hediondo material que cubría mi rostro desaparece,  y me encuentro en una habitación demasiado iluminada, no estoy atada, pero me obligan a sentarme en una silla metálica y helada, padre se encuentra en algún punto a mi derecha.

— ¿Es necesario todo esto?— pregunto, dedicandole una mirada a mi hermano Vladimir, que está frente a mi, luciendo entre satisfecho y asustado

– No, pero encontramos un par de cosas interesantes en tu habitación —  dice padre acercandose y arrojando la carpeta que me había entregado Keneth a mis pies — Y solo hay una persona que pudo entregartela.

— Dejalo fuera de esto — digo en un susurro, si me escuchó, no lo demostró.

— Me pones en un dilema, tengo mis razones para mantenerte con vida...pero debería matarte por esto

Sigo sin ataduras, pero la amenaza está implicita en el aire, no veo armas pero con padre, solo los puños bastaban, y en mi estado actual, no llegaré demasiado lejos

— Pero no lo harás, quieres que mate a la puta de Ixander, lo que me hace pensar que el rumor era cierto — sacudo la cabeza, riendo burlonamentr —  Te la follaste y te robó ¿Yakuza? Estoy segura que se te escapó, le doy credito si consiguió...

Antes de que pudiera terminar me abofetea, duro, el dolor y el calor irradian de mi rostro de inmediato,  de no ser por mi posición, habría caido al suelo, pero a pesar del dolor, me mantengo firme.

— Encargate del problema y te perdonaré la vida, así de sencillo — insiste, pero sin dar demasiadas explicaciones,  hay algo fuera de lugar y necesito ponerme al día si quiero salvar mi pellejo, obtener ventajas.

— ¿Solo perdonarás mi vida? Realmente debes creer que soy una menita — me levanto, desafiante

— No te mataré ¿y aún pides más?— se queja, tomandome por el cuello, mi cabeza se siente pesada de inmediato,  mi respiración se acorta y gracias a la presión que ejercen sus manos, mis ojos se sienten a punto de explotar.

— Solo...me has...hecho...mi...serable — gorgeo, sacando fuerzas de donde no las hay y sintiendome a punto de desfallecer, su agarre se afloja, permitiendome inhalar — ¿Por qué cambiar ahora?

— Eres identica a ella – murmura entre admirado y molesto antes de soltarme, arrojandome al suelo, caigo contra Vladimir  que me mantiene en pie

— ¿De cuanto estamos hablando?— pregunto finalmente, trazando un plan en mi mente, padre, quien ha empezado a darse la vuelta, me mira curioso

— ¿Pretendes exigir dinero?

— Si me quisieras muerta, lo habrias hecho hace mucho — replico — Tu sabías que Ixander iría a tu oficina, m****a, seguramente habrias encontrado la forma de hacerlo ir por mi...pero siempre lo supiste m****a, puedo jurar que lo planeaste — la ira y la comprensión se apoderan de mi, solo estamos los tres en el lugar, y el unico reto sería padre, podría matarlo si...

—  Seiscientos mil, tomalo o dejalo — dice finalmente, sonriendo casi luciendo orgulloso — Pasaste la prueba   pollita...de nuevo.

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