*CAPÍTULO 05*

                                                   **Bruno Bergmann**

Mi presencia en la fiesta era para tener más detalles sobre mis nuevos clientes, pero me distraje observando a una hermosa mujer quien andaba solitaria esa noche, no sé cómo su esposo pudo dejarla sola para irse a tener una noche de pasión con alguien como la mujer con la que andaba, en recordar aquella chica con la que se fue me hace querer vomitar, no es que sea fea, ni tenga mal cuerpo, es el hecho de que esa simple chica no le llega ni a los talones a la dama con la que converse, yo me enamore a primera vista, literal.

Los hombres solemos ser muy idiotas, yo en ocasiones lo soy, pero aquel sujeto nos supera a todos, al verlo discutir con ella en la celebración dejó saber que es un imbécil, y al irse con la secretaria lo confirme ¡¿Cómo pudo ser juez?! La imagen es lo primero que deben cuidar, y su deber era permanecer a cada instante al lado de su esposa, no andar de pito alegre coqueteando con mujer. Al parecer nadie lo notó, admito que tiene fascinado a las personas ¿Cómo lo hará? Quizás no sea tan tonto como pienso. Siento intriga por saber de él; aunque más intriga siento por su esposa, ella si vale la pena investigarla.

La noche de ayer la pedir por estar conversando con ella, las victimas por las que fui ya se habían marchado, mi investigación marchaba bien hasta que ella se robó mi atención, algo que es primera vez que me sucede mientras me encuentro trabajando.

—¿Podemos hablar?  — me pregunta mi esposa entrando a mi habitación, desde que me entere la razón por la cual se casó conmigo me mude a otra habitación.

—Está bien, entra — toma asiento en mi cama.

—Me siento muy mal por lo que hice, no puedo estar peleada contigo Bruno — yo tampoco puedo, el aprecio que le tengo a Leticia es muy bello.

—Jamás pensé que nuestro matrimonio fuera por obligación, al menos por parte tuya — me entere hace poco por ella misma que se casó conmigo fue por dinero, no es que sea millonario pero mi situación económica era mucho mejor que las de ellos.

—Te juro que no quería casarme contigo, lo que menos esperaba era hacerte daño, intente enamorarme de ti y no pude, si te quise, me gustabas, pero mientras mi padre estuviera vivo no podía apartarme de tu lado, me chantajeaba con hacerse daño, y por más que me obligó a algo que no quería era mi padre — no la culpo, no estaba en su situación y por lo tanto no la juzgaría.

—Murió hace un año ¿Por qué no me lo dijiste? — mueve sus hombros.

—Tenía miedo a tu reacción, sé que no me lastimarías, pero si te enojarías mucho, algo con lo que yo no iba a poder, son pocas las veces que nos hemos molestado — apago la tele y me centro muy bien en la conversación.

Yo si la amaba a ella cuando me case, y lo seguí haciendo hasta hace poco, mi amor por ella murió cuando me dijo que no quería tener hijos, al decirme eso sabía que ya ella por mí no sentía nada, y también que últimamente nos habíamos mirado más como amigos que como pareja, ni siquiera sé porque permanecemos juntos si no nos amamos, puede que sea por costumbre, o porque ningunos de los dos nos hemos sentidos con el valor de dar el primer paso que es solicitar el divorcio.

—Es obvio que me molestaría, incluso lo hice, me mentiste durante muchos años. Desde que éramos novios Leticia, estuviste conmigo siempre por obligación, no sé cómo hacías para disimular muy bien ¿Te llegue a repugnar? Dime que no por favor — se suelta a reír.

—Escucha, cuando novios si estaba enamorada de ti, después mis sentimientos cambiaron, el día que pretendía dejarte mi padre me lo impidió, con el tiempo volviste a gustarme, incluso te llegue a querer, pero amarte no pude, quizás el hecho de saber que lo hice por obligación era lo que me detenía, no podía amar a alguien a quien estaba lastimando sin saberlo — siempre he sido un idiota en el amor, por eso nunca se cuando una mujer pueda jugar o no conmigo, al enamorarme no pienso en lo negativo, me entrego por completo.

—Estuve enamorado solo — es algo que no se ni como tomar.

—Lamento mucho que las cosas sucedieran así, me siento arrepentida — lo único que tengo a mi favor es que mi amor por ella había muerto hace tiempo, duele, molesta pero no tanto. Si sintiera amor me estuviera muriendo de dolor por ella.

—Descuida, otra duda ¿Cuándo teníamos intimidad fingías? — se comienza a reír, no comprendo que es lo que le parece gracioso.

—Por supuesto que no, contigo no se puede fingir cuando en realidad haces un buen trabajo — me siento orgulloso de mí por ese lado.

—Entonces puedo estar tranquilo, si me decías que si fingías te juro que ahí me moriría, me sentiría como un fracasado en la cama — palmea mi pierna.

—No tengo nada que quejarme de ti Bruno, como hombre y persona eres muy hermoso, lo que más deseo es que encuentres una hermosa mujer que te cuide, te valore y te amé como yo no lo supe hacer — Leticia es una mujer cariñosa, amable y muy humilde, eso fue lo que me hizo enamorarme de ella al principio, mi familia la adora. Nuestro divorcio los dejará muy sorprendidos.

—¿Fue malo nuestro matrimonio?  — pienso que no fue así.

—No, nos entendimos de maravilla, hacemos muy linda pareja, la cuestión es que no estamos destinados para estar juntos — es muy cierto, puede mi la mujer de mi vida sea aquella que vi en la fiesta.

¿Y por qué pienso en ella ahora?

—Es posible, aunque prefiero tomarme mi tiempo y enfocarme en mi trabajo, el cual tengo muy acumulado — recoge su cabello en una cola.

—¿Qué te parece si bajamos y nos tomamos un vino, quiero comentarte algo más, debo decírtelo yo misma — arrugo mi rostro.

—¿Dime que no es embarazo? Si es eso sabes que no te dejare ir — niega ante mi pregunta, al menos ya debo tachar esa hipótesis.

—Calma, bajemos y conversemos, Bruno eres mi mejor amigo — de esposo a mejor amigo, en realidad eso hemos sido desde años, buenos amigos.

—Vale, bajemos por la botella de vino, solo un par de copas, mañana tengo mucho trabajo y tu igual — abandonamos la habitación para bajar a la cocina, ella toma asiento y yo voy en busca de la botella y un par de copas, las sirvo y le tiendo a ella la suya y bebe con nervios, hay algo que la debe de estar incomodando.

—No sé por dónde empezar — miro mi copa de vino y la hago a un lado para ir por algo mejor, una cerveza.

—Por el comienzo sería ideal — digo burlón.

—Idiota, lo que quiero decirte es que tengo un amante — ¿Era eso? Esperaba algo más grande e impactante.

—¿Y qué sucede? — no sé porque razón estaba tan nerviosa, no voy a reclamarle ni juzgarla por eso.

—Creí que te lo tomarías a mal —niego.

—¿Están enamorados? Si es así eso es lo que importa, no negare que me dan celos, al él si lo amas y a mí no, no es justo — se toma todo el vino, como mi copa quedo entera se la tiendo.

—Así es, lo amo mucho, surgió de forma natural, incluso el conocerlo, fue a mi trabajo por una consulta, continuó yendo más seguido hasta que me invitó un almuerzo, de ahí quedamos saliendo hasta ahora — bebo de mi cerveza, asiento continuamente ¿Qué puedo decir? no me molesta, aunque si me dan celos, igual no puedo reclamarle nada cuando yo lo he hecho en mis oportunidades.

—Yo… no sé qué decirte — voy por otra cerveza.

—¿Me has sido infiel, Bruno? — mentirle sería estúpido, y más cuando ella se está sincerando conmigo.

—Sí, un par de veces — no muestra ninguna emoción, mantiene sus labios entre abiertos y su mirada fija en mí.

—¿De verdad Bruno? — parece que la he decepcionado.

—Si — se levanta molesta ¿Está molesta?

—¿Por qué? ¡¿Cómo pudiste?! — parpadeo sin creer lo que veo ¿Ella me está reclamando por haberle sido infiel?

—¿Me estas tomando el pelo? ¿Por qué te enojas? Ambos nos hemos sido infiel Leticia — palmea la mesa molesta.

—¡Esperaba más respeto de tu parte! — ¡Ay no! Se ha vuelto loca esta mujer, ni yo hice drama.

—Leti, siéntate nena, hablemos con calma — intento mantener la paz, sigo sin comprender porque se enoja.

—¡Te odio! — Abro mi boca y la cierro al no encontrar que más decir — Es broma, tonto — se desploma a reír, mientras que yo quiero lanzarla en la piscina y ahogarla por su broma pesada.

—Abusaste, te juro que me creí la novela por un instante Leticia — camina hasta mi lugar.

—¿No existe nadie en tu vida? — pensándolo bien no.

—Ninguna mujer me quiere amar, estoy solo en mundo, sin nadie a mi lado — palmea mi cabeza.

—Deja los dramas — conversar con Leticia es agradable, su amistad es muy bella, me da gusto que no somos como otros que al hablar del divorcio se ven como enemigos.

—Anoche conocí una mujer, me cautivo, hasta me hizo desconcentrar de mi trabajo, lo único malo es que es casada, y no puedo involucrarme, menos si es esposa del nuevo juez, juez que dios santo, tienes que verlo, es un completo idiota. Este país cada día elije mal a nuestros defensores.

—Qué triste, igual no creo que tengas mucho apuro en conseguir a nadie que ocupe tu corazón — Como dije, por el momento quiero disfrutar de mi vida.

—No. ¿Entonces? ¿Divorcio? — asiente segura. Mi corazón se oprime un poco, Leticia siempre fue esa mujer que quise para siempre en mi vida, por cosas del destino nos cambió el rumbo.

Lo que más deseo es que ella sea feliz y no se sienta atada a mí, la quiero mucho, como amiga, como mujer y como todo, pero no la amo. Y ya eso es una razón suficiente para no continuar con este matrimonio que no llegara a nada.

—Sí, mañana comenzamos los tramites — le doy aun abrazo.

Mañana empezamos el proceso de separación.

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