En toda familia abundan los secretos, alguno son tan irrelevantes que con la velocidad de un parpadeo desaparecen en la oscuridad del olvido. Otros por otra parte, son inimaginables y cometidos por la personas que menos esperabas. La parte irónica de todo esto es que todos pensamos que cuando llegamos a tener un secreto de esa magnitud, este siempre permanecerá en el cofre donde los guardamos, bajo las sombras de nuestra culpa, que viven todos los días recordándonos lo que hicimos. Es en ese momento en el que la luna llena sale, iluminando el oscuro ambiente con su brillo, que en algunos casos es muy pálido, pero suficiente efectivo para mostrar la ubicación del lugar donde se encuentra nuestro cofre de secretos, el cual espera deseosamente salir a la luz desde el momento en el que lo enterramos…

Mientras Eva duro días intentando auto descubrir en que área es en la que ella guardaba todo su potencial, muchas dudas comenzaron a invadir su mente día y noche sin parar, pues el tiempo que vivió en Swamp Garden antes de irse a estudiar en el extranjero, decidió no profundizar sus conocimientos sobre este grupo de hechiceros… Pero el momento en el que ella debe saber más sobre este grupo llego al fin.

-Bendición tía Vivian.- Dijo Eva justo después de bajar a desayunar con sus primos. -Cuando terminemos de desayunar ¿Podrías responderme algunas preguntas sobre el grupo de hechiceros?

-En realidad…- Respondió Vivian mientras esta volteaba sus ojos en señal de disgusto. -No es un tema del cual me guste hablar.- Expresó claramente su tía. -Pero creo que puedo decírtelo…-  Dijo Vivian.

-¡Muchísimas gracias tía! ¡Eres lo máximo!- Dijo Eva profundamente emocionada.

–Buenos días, bendición mamá.- Dijo Franco mientras entraba a la cocina, al mismo tiempo todos escucharon el timbre de la casa, Vivian decidió ir a ver de quien se trataba, pero cuando abrió la puerta estaba un señor dejando un arreglo bien extravagante de varios tipos de flores, tales como margaritas, rosas y girasoles para Eva, con un nota de un admirador secreto.

-Pero mira nada más. Eva, parece que tienes un enamorado misterioso.- Dijo su tía con un tono pícaro.

-Vaya, vaya, parece que mi amigo va más rápido de lo que pensé.- Expresó Franco, quien estaba sorprendido por el gesto que su amigo le había dado a su prima.

-¿Amigo?- Preguntó Eva confundida, ya que no entendida que era lo que estaba sucediendo.

-Veras Eva, te he visto bajo mucho estrés y presión por esto de saber en qué área eres mejor y eso no me gusta para nada.- Expresó su primo con mucha preocupación. -Entonces pensé que deberías salir a pasar un buen rato con alguien.

-Por eso le dijiste a un amigo tuyo para que saliera conmigo, entiendo.- Decretó Eva, quien se sentía muy alagada por lo que su primo estaba haciendo por ella.

-Yo creo, que lo mejor sería que fueras a esa cita, quien sabe. Quizá si es un buen chico.- Aconsejó Vivian a su sobrina.

-Entiendo lo que quieren hacer. Está bien, lo haré, saldré con el esta noche. Pero recuerde que tenemos una charla pendiente usted y yo.- Dijo Eva mientras señalaba a su tía con un tono juguetón.

-Vamos a terminar con esto de una buena vez.- Dijo Vivian, quien no tenía muchos ánimos de hablar del tema. -Mira cariño, como todos saben, este grupo de hechiceros sin nombre fue creado desde hace muchos años para poner fin a la era del horror que aquí se vivía gracias el demonio piel de cocodrilo. Sin embargo, este grupo tiene más secretos interesantes, como por ejemplo el ritual de iniciación.

-Ese horrible ritual para entrar al grupo, consiste en matar a un miembro del grupo que tu desees.- Dijo Franco ayudando a su madre. –Si el vencedor eres tú, ya eres parte del grupo, pero si el vencedor es el miembro actual del grupo, entonces tu alma será condenada a algo mucho peor que la muerte.- Expresó de forma seria.

-Otra cosa que debes saber, es que cada miembro del grupo tiene un poder único, el cual identifica a la persona.- Terminó de decir la tía Vivian.

-Espera un momento, no entiendo esa parte.- Dijo Eva antes de que acabaran con el tema.

-Simple querida, es un poder que solo tú puedes tener ¿Entiendes? Es algo que no puede ser imitado o aprendido por alguien más.- Explicó Franco para aclarar la duda de su prima.

–Algo que si debes saber, es que no está bien sacrificar vidas inocentes para mantener la paz, eso no es paz.- Expresó Vivian para que su sobrina lo tuviera muy presente.

-Ya veo, gracias por decirme todo lo que saben, espero no quieran nada de mi…- Dijo Eva antes de irse a desayunar con toda su familia.

El tiempo de la cita entre Eva y el amigo de Franco llegó, los dos quedaron en verse en el restaurante de comida francesa de Swamp garden para cenar. Eva estaba muy asustada, pero a la vez emocionada por su cita, temía no agradarle o gustarle a su cita, pero esas preocupaciones solo empeoraron en el momento en el que ella vio a su cita, era un chico de estatura alta con piel blanca, de ojos azules cual lago y con un cabello rubio cual oro, barba ligera pero llamativa, de aspecto musculoso y labios rojos y marcados, perfectos para un buen beso. Sin embargo, no fue hasta el momento en el que Eva escuchó la voz tan grave y masculina que tenía, que ella quedo petrificada. Era algo que le gustaba mucho en los hombres.

-Hola, mucho gusto soy Eitan, Eitan Reynolds ¿Y tú cómo te llamas?- Dijo Etian con su voz grave y masculina, la cual derritiría a cualquier mujer y hombre con solo escucharla.

-Su voz es como escuchar el mejor canto de todos los tiempos.- Pensó Eva mientras se quedaba sin poder decir nada. –Soy… Yo soy.- Trataba de decir tartamudeando.

-Ja, ja, ja, la verdad es que esto pasa muy seguido. Cuando las personas me conocen se quedan en blanco. Tienes unos ojos hermosos, sin ánimos de ofender.- Aclaró el joven y apuesto Eitan.

-No claro que no me molesta, para nada. Lo siento, es solo que estoy nerviosa, he durara un tiempo sin salir con nadie por mis estudios. Yo soy Eva Augustyn.- Dijo ella, por fin siendo capaz de salir de su trance.

-¿Eva? Es muy lindo nombre, te queda perfecto.- Le dice Eitan mientras le dedica una ligera sonrisa.

-Oh basta.- Se sonroja rápidamente y luego pierde de nuevo las palabras.

Puede que Eva tardara un largo tiempo, pero al final logró agarrarle el hilo a la conversación, los dos hablaron toda la noche sobre diferentes temas que por mera casualidad ambos tenían en común, disfrutaron de su cena y pudieron pasar un rato agradable, haciendo que los dos sintieran que fue una muy buena elección seguir el consejo de Franco de presentarlos a ambos. Cuando el momento de que los dos se fueran llegó, Eitan decidió invitar a Eva a otra cita, esta acepto de inmediato y a juzgar por todas los sonrojos que tuvieron cuando estaban juntos, todas las cosas en común y el excelente tiempo que los dos disfrutaron, se podría decir que algo se encendió entre Eitan y Eva, una chispa fuerte que podía dar inicio a una posible relación, dependiendo de cómo se fueran desarrollando las cosas. Pero como todos saben, uno puede gustar de alguien, aún si se vieron una sola vez, ya queda de parte del destino ver si ambos lograran algo o simplemente nunca ocurrirá nada más entre ellos.

Eva después de que su cita terminara, regreso muy feliz hacia casa de sus primos para contarles a todos como la pasó. Mientras tanto en el cementerio de Swamp Garden, Jerome Augustyn el líder de los hechiceros realizaba un conjuro a luz de pálida luna llena.

-“Viejos asuntos y grandes deudores hoy esconden algo muy oscuro, esperando eso que nadie nunca logro averiguar, más hoy yo invoco a los vientos espectrales y a los demonios más crueles que por su naturaleza no pueden negar, mi llamado deben aceptar, tomen posesión de estos cadáveres y vayan a buscar al portador del gran secreto familiar, para que al fin la luz pálida de la luna llena pueda revelar, lo que realmente esa persona es en realidad… Esa es mi voluntad”- Realizó Jerome el cantico del conjuro demoniaco, el cual hizo que todos los muertos se levantaran de sus tumbas y caminaran libres bajo la luz de la pálida luna llena.

-Excelente, ahora lo más importante de todo.- Antes de que todos los zombies salieran de sus tumbas, Jerome agarró un gran reloj de arena con el cual llenó con arena negra y luego volteó, un reloj que dura 2 horas y para cuando el último grano de arena caiga el conjuro se termina…