Matemáticas

—Gracias —le dice Min a Chul Mo, quien le había pasado una botella de cerveza.

Están en una plaza, sentados en el césped. La plaza abarca casi una manzana. Tiene juegos y un lugar para patinar. También tiene grandes árboles verdes y faroles que rodean la plaza. Una gran fuente está ubicada en el centro de esta, por la noche se ilumina con luces de colores; es una verdadera maravilla. A ellos le gusta ir allí, ya que es tranquilo y se sienten en calma.

—Necesitaba esto —menciona Ho Jin mientras toma un sorbo de su cerveza.

—Yo también —dice Se Hyung.

—Oye Min ¿qué pasó con tu novia? No quiso venir? —pregunta Ho Jin

—¿Qué novia?

—Vamos Min, no te hagas, la chica de hoy.

—Ella no es mi novia y no, no quiso venir.

—Que pena amigo, pero bueno, otra vez será.

—¿A qué te refieres?

—Digo, no pudiste tener tu primera cita con tu novia.

Min le echa una mirada asesina.

—Perdón, perdón ya no digo más nada.

Ellos siguen hablando de sus cosas y no vuelven a tocar el tema. Pasan casi toda la tarde allí, bromeando y contando anécdotas. Ya está oscureciendo por lo que, luego de admirar un momento el paisaje con las luces encendidas, deciden irse cada uno a su casa.

—Bien chicos, nos vemos mañana —dice Ho Jin.

—Si, nos vemos, adiós —dice Chul Mo.

—Min ¿vamos juntos? —pregunta Se Hyung.

Min asiente. —Vamos.

Todos se despiden y se van. Se Hyung y Min viven bastante cerca uno del otro por lo que casi siempre se van juntos.

—Bien, nos vemos —dice Se Hyung.

—Adiós, hasta mañana —dice Min moviendo la mano en forma de saludo para luego retirarse del lugar.

Min camina solo unas cuadras y llega a su casa.

—¡Hola ma! Llegue.

—¡Bienvenido hijo! ¿Cómo estuvo tu día? —pregunta Suk mientras le da un abrazo.

—Estuvo divertido. Fui con los chicos al parque a tomar unas cervezas. Lo pase bien.

—Me alegro por ti hijo. Oh ya casi estará la cena, deja tus cosas y ve a sentarte ¿si?

—Claro.

Min va a su habitación y deja sus cosas sobre la cama. Sale y comienza a poner la mesa para luego sentarse y comenzar a comer.

—¿Y? ¿Cómo está? —pregunta Suk, refiriéndose a la comida.

—Delicioso, como siempre —dice mientras sonríe.

—Me alegro de que te guste. ¿Y cómo fue tu primer día?

—Bien, estuvo entretenido.

—¿Conociste amigos… o amigas nuevas?

Min la mira y suspira. —Sí, conocí a alguien.

—¿Chica?

—Si, una chica. Pero no te inventes historias, solo hablamos un poco, nada más.

—Yo no dije nada —dice medio riendo.

—Pero lo estabas pensando, estoy seguro.

Suk ríe y siguen comiendo.

Cuando terminan de cenar:

—Hijo puedes ir a dormir, yo limpiare todo.

—Oh no mamá, deja que yo lo haga, tú ve a descansar.

—Pero tuviste un día agotador.

—Yo estoy bien, déjame hacerlo ¿si?

—Está bien, me iré a dormir, nos vemos mañana —dice y le da un beso en la frente—. Adiós.

—Adiós mamá, duerme bien —dice sonriendo para luego comenzar a limpiar todo.

A Min le gusta ayudar a su madre. Él quiere hacer lo mejor posible para ayudarla a sentirse bien. Suk le dijo a Min que su padre los abandonó cuando él era muy pequeño y él comprende que cuidar a un niño siendo madre soltera no es fácil. Sabe cuánto tuvo que hacer Suk para criarlo y educarlo. Él está muy agradecido con ella por eso, porque aunque estuvo sola, logró salir adelante.

Min termina de limpiar y se va a dormir.

                                                                   * * *

—¡Feliz cumpleaños! —dicen todos a la vez.

—Woow gracias —dice Taeyang emocionado.

—Feliz dieciocho años, hermanito —Dae Hyun lo abraza.

—Gracias hermano.

Se acercan Seung y Chung Hee.

—¡Felicidades, hijo! —le desea Seung.

—Espero que la pases fenomenal —prosigue Chung Hee.

—¡Gracias! Los adoro, a todos.

—Young Mi tuvo que ir temprano a la universidad, pero me dijo que te diga feliz cumpleaños de su parte —dice Dae Hyun.

—Si, me mando un mensaje, tan linda ella —dice sonriendo.

—Bien, vayamos a desayunar —dice Seung—. ¿Vienes amor? —le pregunta a Chung Hee.

—Oh no, yo tengo una reunión muy importante en la empresa, tengo que estar allí a las nueve.

—Ah, bien, nos vemos entonces —dice para luego darle un beso en la mejilla.

—Adiós.

                                                                 * * *

Min va hacia la biblioteca de la universidad y ve a Young Mi sentada. Decide acercarse a ella.

«Que difícil esto, me duele la cabeza». Dice ella para sí, sin darse cuenta de que Min está detrás suyo.

Él inspecciona su hoja de estudio y ve un montón de cálculos mal hechos y frunce el ceño:

—¿Quieres que te ayude?

Young Mi se sobresalta —¿Qué? Oh, gracias, pero no quiero molestar.

—No es una molestia, tranquila, además en matemáticas me va bien.

—Bueno, gracias —dice sonriendo.

—A ver que tenemos por aquí, oh, funciones exponenciales.

—¿Están bien las respuestas? —pregunta mirándolo.

—Algunas sí, pero por ejemplo esta está mal, 25 no es el resultado. Debes ubicar los signos de esta manera, sino los cálculos te darán mal. A ver… —borra la resolución y plantea el ejercicio de otra forma—. Prueba resolverlos ahora.

Ella se lleva el lápiz a la boca pensando en cómo resolverlo. Él le da unos tips y ella puede resolver los demás ejercicios con más facilidad:

—Muchas gracias por ayudarme, en serio.

—No me lo agradezcas, me gusta ayudar —dice sonriendo—. Ya es hora de que me vaya a mi clase, nos vemos.

—Si, yo también me tengo que ir, adiós —dice agitando la mano.

Ambos se retiran de la biblioteca y van a sus salones.

                                                                * * *

—Min Ho ¿está todo listo en la sala de reuniones? —consulta Chung Hee

—Si señor, ya está todo listo.

—Perfecto. Oye, Min Ho ¿hiciste lo que te pedí?

—Si señor, tengo todo bajo control, los papeles están firmados y entregados, despreocúpese.

—Genial, gracias. Bien, vayamos. Ya comienza la reunión —dice para luego salir de la oficina.

                                                                * * *

—Al fin receso —dice Chul Mo acomodándose en un lugar.

—Este día estuvo agotador —prosigue Se Hyung sentándose al lado de él.

—Oigan chicos, miren —dice Ho Jin señalando con la cabeza hacia adelante. Está Young Mi sentada sola en una mesa. —Invítala, Min.

—¿Qué? ¿Aquí?

—Si ¿a dónde más?

—No, no quiero hacerla sentir incómoda.

—Yo creo que Min tiene razón, además no la conocemos… —agrega Se Hyung.

—Déjense de pavadas, yo iré —Ho Jin lo interrumpe y se levanta de su asiento.

Min lo detiene. —Está bien, yo iré —va hacia la dirección en la que está Young Mi.

Él se acerca y le dice sonriendo:

—¡Hola!

Ella se asusta, porque está distraída, pero al darse cuenta de quién es, sonríe y responde.

—¡Oh, hola! ¿Qué necesitas?

—Es que, con mis amigos te vimos sola… y quisimos invitarte a nuestra mesa.

—¡Mm, si! Por qué no —dice haciendo una pequeña risita.

—¡Genial! Digo… si, bien.

Van ambos hacia la mesa en la que están los chicos y se sientan; Young Mi y Min juntos, en frente de ellos Ho Jin y Se Hyung y en la esquina izquierda Chul Mo.

—Ya nos habiamos presentado, de todas formas, soy Ho Jin, un gusto —dice tomándole la mano y besándosela.

—Gracias Ho Jin —dice riendo.

—El señor que se encuentra a mi izquierda es Chul Mo. No te asustes, parece raro por como luce pero es buen chico — le comenta en voz baja para que el no oiga.

—Sabías qué puedo presentarme solo ¿no? —dice él.

Ho Jin ríe. —Lo sé, pero me gusta hacerlo por ti.

—Un gusto, Chul Mo. Soy Young Mi.

—Y él es…

—Se Hyung, me llamo Se Hyung, un gusto —dice con tono seco.

—El gusto es mío.

Ellos comienzan a comer. Se Hyung se siente celoso porque ve cómo se tratan Young Mi y Min. Se ríen con sus chistes y se miran. Él está enamorado de Min desde que lo conoció, lamentablemente para él, Min no tiene los mismos sentimientos. Aunque Se Hyung lo supo entender, de todas formas le causa celos:

—Young Mi ¿tienes novio?

—Mm no, no tengo.

—Ya ¿y te interesa alguien?

—Se Hyung, creo que… —dice Ho Jin, alarmado.

—¿Qué? Tú sabes que soy curioso.

—Eh, por ahora no, quiero enfocarme en mis estudios —responde ella, quien empieza a incomodarse.

—¿O sea que no te interesa Min?

—¿Qué?

—Digo, porque estás coqueteando con él.

—¿Q-Qué dices…?

—Se Hyung, ya basta —habla Min.

—Es obvio que te gusta ¿crees que no me he dado cuenta? —pregunta Se Hyung mirándola con desprecio.

—Lo siento, creo que es mejor que me vaya —dice Young Mi para luego irse del lugar.

—Sí, opino lo mismo.

—¡Ya! Se Hyung, cállate —le grita Min.

—Solo dije la verdad.

—Idiota —se levanta y sigue a Young Mi—. Espera, Young Mi —dice mientras corre. Al llegar donde ella está, agarra su brazo izquierdo con fuerza impidiendo que avance—. Déjame disculparme, mi amigo es un idiota.

—Está bien, no hace falta que lo hagas, sé que no encajo con ustedes.

—¿Qué dices? Tú no eres el problema.

Quedan mirándose un momento. Min siente algo en su pecho. «Que bonita es…» piensa. En un momento, Min se da cuenta de que Young Mi mira su brazo y luego el de él.

—Oh sí, lo siento —dice y suelta su brazo. —Y de nuevo, perdón por lo sucedido.

—Está bien, pero no es tu culpa, no tienes que disculparte —Young Mi mira hacia atrás y ve a su chófer esperándola—. Lo siento, tengo que irme, hablamos mañana —dice con una sonrisa amable en su rostro.

—Adiós —articula mientras la ve subirse al auto.

—Esta no te la perdonaré, Se Hyung —le dice Min cuando pasa por al lado de la mesa. Toma sus cosas y se va sin detener sus pasos.

Se Hyung hace un gesto de burla a sus espaldas.

—Deberías disculparte —sugiere Chul Mo.

—Ni loco.

—Deja de ser tan arrogante.

—Me ofendes —dice con indiferencia mientras mira sus uñas.

—¿Por qué lo hiciste?

—Simplemente ella no me cae bien.

—¿Por qué crees que le gusta Min?

—No tiene que ver con eso.

Chul Mo se ríe. —Creo que deberías dejar a Min en paz, de lo contrario terminará odiándote.

                                                                * * *

La fiesta de cumpleaños de Taeyang está por comenzar. Iba a ser algo tranquilo, pero en la casa no para de llegar gente.

—Este chico invitó a todo su colegio… —dice su madre algo nerviosa.

—Ya sabes como es —le responde su hijo mayor, Dae Hyun, riendo.

La sala principal de la casa está llena de luces, música fuerte y adolescentes bailando. Taeyang tiene muchos conocidos y en su cumpleaños número dieciocho no se iba a privar de invitarlos a todos. Es alguien simpático y divertido, con una personalidad muy amigable. Es imposible que alguien no se sienta atraído por él con su carisma, sin embargo, no tiene suerte en cuanto a relaciones amorosas. Siempre que le gusta una chica, las cosas no terminan bien. De todas formas él no se rinde y siempre está abierto a nuevas oportunidades.

—¡Quiero bailar con el cumpleañero! —grita una chica que era de su clase.

Él la toma de la mano y la lleva al centro de la sala.

—Oye tu fiesta está increíble! —le dice alegre mientras bailan.

—Que bueno que te guste. ¡Tú también estás increíble! Me encanta tu ropa.

—¡Claro, es de LCH!

Ambos ríen

—Siempre te dije que deberías postularte para modelar la marca de mi padre. Te luce de maravilla y tienes actitud.

—¿Te parece? ¡Gracias! Yo en cambio no creo que el modelaje sea lo mío. Me da pánico escénico —ríe.

—Es normal al principio, luego te acostumbras.

—Pensé en estudiar finanzas, eso si va bien conmigo.

La canción termina y la chica se queda mirándolo unos segundos.

—¿Qué? ¿Tengo algo? —pregunta él palpando su ropa.

—No —ríe—. Eres lindo. Deberíamos salir de vez en cuando —se da vuelta y se marcha.

Taeyang queda algo confundido. Al rato se da vuelta y hace un gesto de celebración con ambos puños.

La fiesta continua hasta la madrugada del día siguiente. La sala ha quedado hecha un desastre. Hay envases de refrescos tirados por todas partes, papelitos de colores, bonetes, guirnaldas. Taeyang se encuentra durmiendo en los escalones más bajos de la escalera, (que conecta la sala de estar con el piso superior, donde se encuentran sus habitaciones) entre todo el desorden. Pasó una noche increíble y está seguro de que sus compañeros y conocidos también lo disfrutaron.

Pasó una noche increíble y está seguro de que sus compañeros y conocidos también lo disfrutaron

                                                                * * *

Suk se levanta de la cama y se estira frente a la ventana. «Es un hermoso sábado». Piensa.

Va a ver a su hijo quien se encuentra durmiendo cómodamente de modo que decide no despertarlo. Escucha la alarma de su teléfono y salta del susto. Se retira con prisa para que él no se diera cuenta de que lo estaba observando.

Min aparece en la cocina.

—¡Te despertaste temprano! —le dice Suk.

—Quiero que salgamos a algún lado. Hace mucho que no vamos de camping.

—¡Claro! ¡Eso estaría bien!

Ambos se preparan y van a un parque muy bello para pasar el día. Suk escoge una camisa y un pantalón de jean, unas zapatillas deportivas para estar cómoda y un sombrero para que no le dé el sol en la cara. Luego de dejar a Chung Hee y dejar la casa en la que vivía, también dejó su ropa de marca y sus alhajas costosas. Quemó la ropa de LCH que llevaba puesta ese día y jamás volvió a usar nada de esa marca. En cambio, decidió volver a la sencillez que siempre tuvo antes de casarse.

Suk observa a su hijo y recuerda lo mucho que le gustaba salir con ella y con su padre cuando aún era niño. Siempre fue inquieto y no le gustaba quedarse en casa. Ella no le había dado muchos detalles acerca de lo que pasó con su padre. Le contó sobre su infidelidad y que debido a eso ella decidió continuar criándolo sola. Min nunca le recriminó haberlo alejado de su padre, ya que él nunca se había presentado a ver como estaba, ni lo había llamado, nada, por lo que dedujo que poco le importaba a él como se encontraba su hijo.

—¿Qué sucede? —pregunta él.

—Nada, es que estás tan grande, pero aún sigues siendo mi niño.

—Ay mamá.

—Lo entenderás cuando veas a tus hijos. Un día los cargas en tus brazos y al otro ellos tienen que cargarte a ti.

—Falta mucho para eso, aún eres joven y fuerte.

—Soy fuerte gracias a ti.— Le dice sonriéndole.

                                                                 * * *

—Buen día, jefe —dice Min Ho haciendo una reverencia.

—Buen día —contesta Chung Hee.

—Hoy tenemos junta con los proveedores, señor.

—¡Cierto! ¡Lo había olvidado! —se rasca la cabeza—. Anoche fue la fiesta de Taeyang. Ese muchacho… Ya tiene dieciocho años. El tiempo se escurre como agua de las manos ¿cierto? —suelta una carcajada.

—Cierto, señor. Hasta hace poco era solo un niño y ahora ya está modelando en la empresa.

—Sí… ¿Y a qué hora llegan los señores?

—A las once, señor.

—Perfecto, tengo tiempo de beber un café. Te veo en la sala de juntas, Min Ho.

—Si, jefe.

Bae Min Ho se retira de la oficina.

Chung Hee pide un café y revisa su correo. “500.000.000 KRW (moneda coreana) entregados a destino.”

Saca un anotador de uno de los cajones de su escritorio y lo abre en una página en específico. Tacha algo y lo vuelve a guardar.

—Su café, señor —escucha que le dice su secretaria, desde fuera de su oficina.

—Pasa.

Ella entra y le deja el café en el escritorio. Le dedica una reverencia antes de retirarse.

Mientras toma su café, Chung Hee piensa en su primer hijo, Min. Se pregunta cómo estará, luego de tantos años. Se imagina un reencuentro entre ambos y se pregunta cómo reaccionaría. De seguro lo odiaría, al igual que Suk.

                                                                 * * *

—¡Taeyang! ¡¿Pero qué diablos?! —reacciona Seung, atónita por el estado de su hijo y de la sala principal. Observa el panorama desde la escalera y luego posa su mirada en su hijo, quien sigue durmiendo en los escalones—. ¡Taeyang! —le grita molesta.

—¿Eh? —habla adormecido, recién abriendo los ojos despacio.

—¡Levántate de la escalera! ¿Tu padre se fue a la empresa y no se dignó a llamarte? Ay, no puede ser… —refunfuña Seung.

—Está bien, mamá. Dormí bien, no te preocupes.

—Mira todo este desastre, no lo puedo creer —dice con cara de asco mientras camina por encima del desorden con sus tacones.

—Por cierto, estás muy elegante hoy.

—¿Qué dices? Siempre me veo bien.

—Lo sé…  —ríe—. Pero hoy te ves MUY bien. ¿Tendrás una cita con papá?

—¡Ja! Eso sería un milagro. Tu padre vive en la empresa, solo voy a acompañar a Hye Kyo a la exposición de arte.

—Deséale suerte de mi parte.

—¡Claro, adiós!

Hye Kyo es muy buena pintando sobre lienzo. Este sábado debe presentarse a una exposición porque una de sus obras ha sido seleccionada como la mejor dentro de la categoría de arte abstracto.

Al finalizar, Hye Kyo regresa a su casa y Seung se dirige al hospital.

—Toc toc —dice tocando la puerta de una de las salas, que se encuentra entreabierta.

El médico se gira y la ve. —¡Oh! ¡Adelante!

—¿Cómo está? Mi querido Kang Ma Roo… —le pregunta con mirada seductora.

—Bien… Ahora que estás aquí… —dice cerrando la puerta de su consultorio con llave.

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