Capítulo 4 El Cazador

Sus colegas exterminaron a muchos vampiros nacido y exclusivos. Creadores de humanos malditos… pero ninguno de estos era en rey. Era muy astuto como para dejarse atrapar. Y dada su desaparición, a Noah se le estaba terminando la energía y vitalidad para darle caza. Ya no era el mismo crío de hace  30 años…

Necesitaba encontrarlo pronto, antes de que sus días terminarán. Muerto del sueño se tumbo en la cama, Lía despertaría en algunas horas. Eso le daba tiempo para descansar. 

[...]

La tarde llegó, arrazando rápidamente con la luz del día… Lía se levantó de la cama al escuchar pasos y ruidos fuera de su habitación. Al salir al corredor del pasillo se topó con un apestoso olor que le revolvio las entrañas.

—¡Noah! ¿Pero que diablos estás haciendo? Grita la chica tapándose la nariz, aunque era en vano. Su olfato era muy sencible.

—¡Mi comida! Refuta el hombre metido en la cocina.

—Huele del asco. 

—Si fueras del todo humana, estarías babeando.

—¡Lo dudo! 

Responde sentándose en la mesa de la cocina ceñuda, odiaba cuando Noah cocinaba comida de humano. El olor era repugnante. La enfermaba.

—¿Cómo te fue ayer? Pregunta el sin darse la vuelta.

—Como siempre.

—¿Te alimentaste?

—Si. 

—¡Bien! 

Ellos no eran muy sociales que digamos, solo se decían lo más importante que acontecía en sus vidas… excepto por algún que otro secreto.

—¿Te quedaste en casa todo el día? Pregunta ella curiosa.

—Si. Respondió rápido.

Puso un plato en la mesa y sentandose delante de ella, y fue en ese instante que se vieron a la cara. Noah llevaba barba, y una enorme cicatriz en la cara que cruzaba su ojo y parte de la mejilla.

Lia recordó vagamente cuando él le contó cómo se había hecho esa cicatriz, ella solo era una niña cuando el le relato la historia. El hombre intento salvar a su prometida de unos vampiros que los atacaron dentro de su casa. Le había dicho que la joven llevaba en su vientre a su hijo, y esos vampiros irrumpieron en el apartamento de la pareja tomando la vida de la mujer.

En el forcejeo Noah salió gravemente herido en el que estuvo a punto de perder el ojo. Desde entonces se había vuelto un persona cerrada y carretes de sentimientos y emociones. Lo que Lía nunca comprendió fue, ¿Porque vampiros atacarían su casa? Hasta donde sabía eso no pasaba. 

—¿Qué tanto me miras? ¿Acaso no tienes que trabajar? Pregunta sin apartar la vista del plato.

—Siempre me he preguntado por el verdadero motivo de esa cicatriz.

De pronto Noah planta el puño en la mesa con gran fuerza. La mira enfurecido pero muy en el fondo de su mirada se denotaba tristeza.

—No es problema tuyo. Ahora lárgate a trabajar. Le grita furioso.

—Si. Lo lamento. 

Ésta se pone en pie sintiendo la mirada de aquel hombre que la crío sobre ella. Cuando se enojaba Lia  mantenía distancia. 

Tomando las llaves del apartamento Lía se disponía a salir, ya había anochecido y por lo general nunca veía a esa hora a Noah. Siempre se encerraba en su habitación. 

—¡Lia! La voz de Noah llamo su atención.

—¿Qué pasa? Responde sin darse la vuelta.

—No te metas en problemas.

—¡Como si lo hiciera! Termina para azotar la puerta.

[...]

Alessio terminaba con su rutina de ejerció justo a tiempo, el sol ya se había puesto y ya era hora de salir en busca de esa mujer que no salía de sus pensamientos.

Mientras Lía servía trago tras trago, el bar se volvía más concurrido. El olor a sangre humana tenía su estómago revuelto, esa noche los vampiros parecían sobrepasarse de la línea. 

—¿Me sirves un trago? Escucho  la joven.

Esa voz… esa voz le erizó todos los vellos del cuerpo. Era como si la estuviera escuchado desde hace cientos de años. Al levantar la mirada sus ojos conectaron con esa mirada planeada causante de su falta de sueño. 

—¿Qué haces aquí? Frunce el ceño.

—Te dije que no iba a dejar de insistir.

—¿Qué desea tomar?

—En realidad nada. ¿Porque trabajas aquí? Yo te puedo ofrecer un mejor empleo.

—¡No me digas! Responde irónica. —¿Acaso tienes otro bar igual que me den los mismos beneficios?

—¿Acaso te agrada como te trata el idiota de Matteo?

—No. Pero la paga es buena. 

Desvía la vista de la batalla de miradas que tenía con el extraño. ¿Porque la ponía nerviosa? ¡joder! Se dijo mentalmente.

—Te pagaré el triple de lo que ganas aquí, y te prometo que nadie te humillara.

Ella detuvo el trabajo, mordió su labio y sinceramente se lo pensó mucho. ¿Hablaría en serio?

—Tengo trabajo que hacer, no me interrumpas si no vas a ordenar nada.

—¡Muy bien! Éste sonrie y se aleja.

Faltaban unas tres horas para que terminara su jornada de trabajo. Mientras tanto, Lía se tomaba su descanso en el callejón oscuro a un lado del bar. De entre las oscuras sombras una figura masculina emergió, la joven dio un respingo al verlo allí parado. 

Era un vampiro, vestido de negro y con un cigarrillo en los labios.

—Hola monada. ¿Porque tan sola? Sonríe exhalando el humo.

—¡Largo! Responde ella volteando los ojos.

—¿No quieres diversión?

—No. Y menos de ti. Respondió con fastidió.

La sonrisa del sujeto se borro. En segundos estaba delante de Lía acorralandola contra la pared. Con ambas manos sobre a cada lado del rostro de ella. 

—¿Eres dura? Eso lo hace más interesante. Este sonríe mostrando sus dientes afilados y al mismo tiempo el color de sus ojos cambian a amarillos. 

—Te dije que te largaras.

Lia lo empujó empleado no mucha fuerza, lo que menos quería era que aquel sujeto sintiera amenaza. Pero entonces, este abofeteó a Lía lo que la cabrea. Transformandose en vampiro. El cambio en ella era igual, sus ojos pasaban de azul oscuro a azul cielo.

Abalanzó su pequeño cuerpo sobre el de él sujeto quien también la atacó encontrándose los dos al mismo tiempo. A diferencia de ese vampiro de bajo nivel, Lía entrenaba con Noah. Le enseño mucho, para poder defenderse. 

La chica lanzó el cuerpo del vampiro hacia la pared. Pero este se puso en guardia en segundos, mientras le gruñía volvía atacarla. Entonces la castaña de un salto se posicionó detrás de este. Y con un solo movimiento tomo el cuello del sujeto para terminar encajando sus afilados dientes en la piel pálida de este.

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