Capítulo 7.

Trevor.

Es de mañana y hace un jodido calor que me obliga a quitarme la camiseta e ir por una cerveza en la nevera, eso es lo que hago, automáticamente voy a la cocina, destapo la botella de vidrio verde y entonces espió por la ventana a Nick y Maxine que están subiendo cajas en el auto de Nick.

 Me quedo en silencio y los escucho hablar, están tan embelesados el uno con el otro que aun si me pongo en medio de ellos no estarían en la capacidad mental de verme realmente. Maxine y Nick me dan asco, esa relación de pajaritos que tienen me asquea, ¿Es que acaso yo soy el único que se da cuenta de lo falsa que es?

Son falsos el uno con el otro, me recuerdan mucho a los malos actores de una mala comedia romántica, esos que parecen que tuvieran que fingir para estar juntos, como si lo hicieran por obligación y no realmente por amor. Aunque después de todo, ¿Qué más podría pedirles a dos personas como ellos? Mi hermano es un jodido asolapado, y Maxine es una niña tonta que ha vivido toda su vida dentro de un cuento de hadas.

-Aun no puedo creer que vayas a irte ya, ¡El tiempo pasa demasiado rápido! Quisiera poder ir contigo – chilla Maxine en dirección a Nick, mientras carga una caja más bien pequeña.

-Yo se Maxi, yo también quisiera tener más tiempo contigo antes de irme, pero ya nos veremos, no es como si fuéramos a estar separados por todo un país, son solo tres horas de camino – suelta Nick, y yo ruedo los ojos.

¡Patético! Deletreo en mi mente, porque es realmente la única palabra que encuentro para describir aquella situación. Aunque por un lado una parte de mi siente alivio, de todas las decisiones que he visto tomar a Maxine a lo largo de su vida, haberse ido a estudiar lejos de mi hermano me parece sin duda la mejor, y hasta quisiera aplaudirle por eso, pero no lo voy a hacer.

-Prométeme que llamaras todos los días – dice Maxine con un puchero.

Yo me llevo la cerveza a los labios, doy un sorbo grande y me recuesto en la entrada trasera de la cocina, donde el par de tortolitos siguen con su retahíla.

-Te llamare todas las noches, hablaremos por mensajes todo el tiempo, te prometo que nada va a cambiar.

¡Ja! Me burlo mentalmente, ¿Qué nada va a cambiar? ¿Dónde viven este par de imbéciles? ¿En el país de las maravillas? ¡por supuesto que las cosas van a cambiar! Puedo apostar que mi hermano no tardara demasiado en encontrar a una chica linda a la cual follarse, y con respecto a Maxine, bueno… ella es muy tonta como para moverse lejos de Nick.

-Ya están todas las cosas arriba – suspira Maxine.

Veo como Nick sonríe con algo de tristeza y la abraza – ven aquí – la hala del brazo y la arropa con sus brazos.

Enseguida Maxine se aleja ligeramente y lo besa como una loca desesperada, ¿Es que acaso Nick se ira a prisión o qué demonios? No entiendo porque tienen que armar un drama de absolutamente todo, como si fueran los protagonistas de un cliché y no dos personas comunes y corrientes a las que yo por lo menos, tampoco los veo mucho futuro como pareja.

-Prometo no interrumpir si me dejan grabar una porno – digo con calma, terminándome la cerveza, aunque la verdad es que me siento extraño y no sé por qué.

-¡Ugh! – Maxine hace un gesto y se separa de Nick.

-¡Es enserio! Piénsenlo bien, podríamos dividir las ganancias, 50% para mí, y el resto se lo dividen ustedes como mejor les parezca.

-Déjanos en paz, Trevor – demanda Nick.

-Con las ganancias podrían comprar una casita en un árbol, y un par de pajaritos que se encarguen de vestir a Maxine el día de su matrimonio – suelto con sarcasmo, siendo ridículo, porque justamente asi es como yo los veo a ellos dos, como un par de ridículos.

-¿De verdad no tienes nada más que hacer que jodernos la vida y andar sin camiseta por la casa todo el día? – chilla Maxine, con esa voz aguda y desesperante de ella.

-Tu fuiste quien me dijo en tu habitación el otro día que mis camisetas sudadas te daban asco, pues tus deseos son ordenes, ya no me pondré las camisetas, aunque sé que lo hiciste con doble intención, tu solo quieres verme medio desnudo – digo de manera solemne, lenta.

Ella me ve con los ojos abiertos, se pone un mechón de cabello detrás de la oreja y se sonroja, mientras Nick la mira con el ceño fruncido. Tal parece que Maxine no le ha hablado de nuestros últimos encuentros a Nick.

-No sé de qué estas hablando – me dice de manera cínica, mordiéndose el labio inferior.

-Tampoco te molestó anoche – Maxine me mira con ganas de matarme, y a mí no podría darme mas risa toda la situación – cuando estuvimos juntos…

-¿Anoche? – pregunta Nick con el ceño fruncido.

-Si, anoche – contesto, porque se que Maxine no tiene las bolas para responder.

Yo me acerco un par de pasos mas hacia ellos, cruzo mis brazos sobre mi pecho y levanto el mentón.

-¿No le contaste a tu novio lo que hicimos anoche, Maxine? – siseo, y ella esta tan roja que parece que va a explotar.

Los tres nos quedamos en silencio durante algunos segundos, sin embargo, la mirada de Maxine me lo dice todo, en estos momentos yo soy su enemigo número uno y el problema es que me da igual, realmente no me interesa mucho la opinión que Maxine tenga sobre mí, o la que nadie tenga sobre mí, básicamente.

-Yo…N-nosotros – ella titubea nerviosa.

Nick sigue esperando por una respuesta y yo decido que es momento de terminar con el espectáculo.

-Nosotros estuvimos hablando en la cocina, tu novia come cereal de la forma equivocada – digo y veo como Maxine se relaja y deja escapar el aire.

-¿Cómo que comes el cereal de la forma equivocada? – o Nick es demasiado estúpido para no ver que le estamos mintiendo, o entonces no le importa, porque el hombre sonríe como si nada y se dirige a Maxine.

Yo me voy de allí antes de escuchar que estupidez va a decirle ella, voy a mi habitación, me pongo una camiseta y me dirijo a casa de las Prior, la madre de Maxine me ha pedido que le ayude a empacar a Maxine y sé que nos espera una larga noche por delante.

Entro en la casa de Maxine porque su madre me ha dado las llaves, y voy directo a la habitación de ella, desde donde tengo una vista perfecta de lo que sucede en el frente de mi casa.

Veo como mis padres y Maxine despiden a Nick, y lo ven hasta que el auto desaparece de la carretera, parecen el retrato de la familia perfecta, el problema es que yo se que todos ellos están lejos de ser perfectos, aunque parece que yo soy el único que logra reconocerlo.

Mis padres se van y Maxine camina hacia su casa, yo me quedo en su habitación esperando, sé que le encantará verme aquí. sarcasmo.

Oigo los pasos de la chica acercarse hasta que abre la puerta de su habitación.

Maxine suelta un grito y yo la miro con el ceño fruncido.

-¿Por qué demonios gritas? – pregunto.

-¿Tu que estás haciendo en mi habitación? Trevor, ¿Cuántas veces tengo que decirte que no entres en mi habitación?

-Tu madre me lo pidió – respondo, y en parte es verdad.

-¿De que estas hablando?

-Tu madre me pidió que te ayudara a empacar, y aquí estoy.

Maxine suelta un bufido que a mi me da risa, después medita unos segundos y se acerca a mí con la mirada cargada de fuego, casi parece capaz de matarme.

-¿Por qué demonios hiciste eso allá afuera?

-¿Hice qué? Tienes que aprender a ser más específica, muñeca.

-¡Lo de Nick! ¿Por qué demonios le dijiste que estuvimos juntos anoche? – me grita.

-Porque es la verdad, Maxine.

-No, no es la verdad.

-¿No estuvimos juntos anoche en la cocina? – pregunto.

-Si, pero…

-¿No estaba sin camisa?

-Si, también, pero…

-¿No tuvimos encuentros cercanos del tercer tipo? – bromeo.

-Si, ¿Qué? ¡No! – chilla.

-Entonces me parece que le estaba diciendo la verdad, en cambio tú, mi querida Maxine – dramatizo – estabas intentando mentirle a tu novio, ¿Qué diría pinocho de toda esta situación?

-¡Para ti todo es una jodida broma! – grita, acercándose a mi – déjame sola, tengo cosas que hacer, tu ve a fastidiar a alguien más – Maxine intenta halarme lejos, tal parece que no ha aprendido que ella no tiene la fuerza suficiente ni siquiera para perturbarme.

Cuando se da cuenta de que no va a lograr que salga de su habitación, me da un puño en el abdomen, que no me hace ni cosquillas.

-¡Te odio, Trevor Scott! – ella continua golpeándome y yo burlándome.

Maxine es una desquiciada, está molesta y tal parece que no va a dejar de golpearme, asi que la tomo de las muñecas con fuerza y la tiro en la cama, me posiciono sobre ella, inmovilizándola con mi cuerpo, aun sin soltar sus muñecas.

Sus ojos negros me miran fijamente y puedo ver la forma en la que sus pupilas se dilatan.

Ella está respirando de manera agitada, y a mi también se me ha disparado algo por dentro.

-Quítate de encima mío, no quiero que esta sea otra de las cosas que puedas usar después en mi contra.

Yo me acerco a ella y casi puedo escuchar su corazón latiendo acelerado contra su pecho.

-Se me había olvidado contarte, tu madre me ha invitado a quedarme a dormir esta noche, asi que tendremos pijamada – susurro.

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