Capítulo 8

Dos meses habían pasado desde que Liviana y Marcus habían contraído matrimonio. Pero todo estaba como al principio, nada entre ellos había cambiado, por parte de Marcus, el seguía sin dirigirle la palabra a su esposa, se negaba rotundamente hasta compartir la mesa con ella, eso hacía que Liviana se consumiera por dentro, no era justo para ella todo lo que estaba pasando.

—Milady. —   llamó su doncella Lizzy, la cual en esos dos meses había  sido su única compañía, se habían vuelto muy cercanas   —    Es hora, el carruaje la espera abajo.

Esa noche era el baile de los vizcondes de Bolingbroke, y era por así decirlo, al primer baile que asistía desde que se había casado y no por falta de invitaciones, sino porque sabía que los aristócratas solo querían ver a la joven dama que usó el truco barato de pescar a un duque. Pero por tanta insistencia de  Lady Lilian, la cual le había obsequiado un hermoso vestido azul cielo para esa noche, decidió asistir. Subió a su carruaje y su corazón latió al reconocer a Marcus dentro de este, no supo que hacer, por lo que prefirió quedarse callada. Durante el trayecto se limitó a observarlo disimuladamente, era tan guapo, y eso era peor, porque sería más difícil para ella retener sus sentimientos, quería silenciarlos pero su estúpido corazón era masoquista y le gustaba sufrir, estaba nerviosa y temía que él pudiese escuchar sus laditos, y el silencio no ayudaba. Al llegar a la residencia Bolingbroke, se bajaron del carruaje y para sorpresa de Liviana este tomó su mano entrelazándola como si fueran un matrimonio enamorado, entraron y todos los presentes miraban buscando algo que los hiciera hablar toda la noche.

¿Y cómo no? Era al primer baile que los futuros duques asistían desde su boda.

Marcus moría por librase de su esposa, realmente no la soportaba,  tenía que estar de su mano aunque fuera mitad de noche, empezaba a sentir asco, la mono de Liviana sudaba mucho y eso lo tenía aún más impaciente, ya quería ver a su amada Emma, esa noche ella le había pedido verse en el jardín de los vizcondes.

—Lady Liviana ¿No? — dijo uno de los amigos de Marcus y ella se sintió cohibida. — Esperaba conocerla en los anteriores bailes.

—Es que me sentía indispuesta. — respondió ella con la misma excusa de siempre—

—Seguro ha de estar embarazada. —bromeó Christian Evans, el futuro  Marqués de Winchester, también amigo de Marcus y de Anthony, a quien por cierto no había visto esa noche—

Marcus se tensó ante las palabras de Christian, aunque sabía que lo decía en broma- ya que  también estaba al tanto de la situación de los recién casados- no le agradó escuchar que su queridísima esposa pudiese estar embarazada.

—Muy gracioso Evans— dijo Marcus sin gracia—

Liviana bajo la mirada avergonzada ante la conversación de los hombres, ya era hora de dejarlos solos, pero no tenía valor de soltar la mano de Marcus, no sabía cuándo tendría otra oportunidad de estar así con él.

—¿Y Ross dónde está? —preguntó Christian—

—No lo sé, debe de estar enamorando a alguna dama, sabes que de los tres él es el más enamoradizo. — respondió Marcus y ambos rieron—

—¡Livingston! — llegaron otros dos hombres, los cuales Liviana no sabía quiénes eran, como había mencionado antes no conoce a todos los amigos de su esposo —

—¡Oh! ¡Los hermanos Williams! —dijo Marcus y fue la oportunidad para él de soltar por fin a Liviana, saludó a sus otros amigos sonriendo—

—¿Cómo estas amigo? — preguntó uno de los hombres que llegaron, este era alto, cabellos rubios, ojos azules muy claros, realmente hermosos. Marcus hizo un asentamiento respondiendo su pregunta — Evans. 

Christian hizo el mismo gesto que Marcus para responder. Liviana levantó una ceja al no dejar desapercibido el tono que utilizó el hombre para saludar a Christian Evans. Al parecer no son muy amigos. 

—¿Cómo les fue en su viaje a Francia? — pregunto Marcus aligerando el ambiente — 

—De lo mejor, París es una hermosa ciudad, Leo no quería regresar a Londres, hasta se quería casar con una francesa. – respondió el otro, que hasta el momento no había hablado; eran muy parecidos, alto, con ojos también azueles pero más oscuros, y sus cabellos en vez de rubio era de un tono miel dorado,  y está de más decir que era realmente guapo  —

—Sí, claro, ¿Qué me dices de ti? Querías cortejar a Lady Arlette, la princesa de Francia. — todos se echaron a reír y por un momento Liviana lo hizo también hasta que uno de ellos le habló— 

—¿Y esta hermosa dama quién es? — preguntó el de ojos más oscuros, quien no dejaba de mirar a Liviana, lo que hacía que ella enrojeciera. Marcus miro entrecerrando los ojos a su amigo—

—Es mi esposa. —respondió Marcus tomándola nuevamente de la mano, Liviana lo miró sorprendida por aquel gesto—  Liviana Livingston, futura duquesa de Aganes.

—¡Wow! No sabía que te habías casado. Felicidades entonces, y doble, una por tu boda y otra por ser tan afortunado en encontrar a tan hermosa mujer.

—¿Y cómo lo ibas a saber Logan? Si vives viajando de un lugar a otro. – respondió Marcus –

—Es que soy un paloma libre mi querido amigo. — respondió Logan, como lo había nombrado Marcus — Soy Logan Williams, futuro Duque de Windsor.

—Y yo Leonardo Williams, futuro Marqués de Normanby. — se presentaron ambos hermanos ante Liviana— 

—Es un placer conocerlos. — dijo cortésmente haciendo una pequeña reverencia —

Después de las presentaciones siguieron hablando hasta que Marcus se disculpó y salió del grupo en busca de una copa, lo cual era solo una excusa, ya que había llegado la hora acordada para verse con Lady Emma. No le había importado dejar a su esposa, pero sintió la espinita de que la dejaba a merced de Logan, quien no le quitaba el ojo de encima; sacudió su cabeza olvidando el tema, no le importaba, solo se concentró en que pronto estaría con su amada Emma.

—¡Oh Marcus por fin llegas! — Emma se lanzó a los brazos de Marcus abrazándolo — Ya te extrañaba, no soportaba verte de mano con esa.

—Imagínate yo, contaba los minutos para poder verte mi amor. —dijo Marcus para besarla — ¿De qué querías hablar?

—No sé si bebería de decírtelo Marcus, me da mucha pena. — dijo bajando la cabeza— 

—Puedes decírmelo mi amor ¿Acaso no confías en mí?

—¡Claro que sí! — respondió ella — ¿Pero luego qué pensarás de mí?

—Solo dímelo Emma. — exigió Marcus —

—Como sabes, mi padre al morir nos dejó una gran deuda a mi madre y a mí, gracias a mi tía, la Baronesa Petre, estamos viviendo por ahora, pero no será por mucho, mi madre quiere que me case con un noble pero yo no quiero, sabes que te amo a ti Marcus. 

—Lo sé, y no dejare que te cases con nadie, solo tenemos que esperar unos dos años para que mi padre me ceda el título de duque, entonces podre anular mi matrimonio con Liviana por no haberlo consumado y tú y yo podremos casarnos.

—¿Pero que le diré a mi madre? ¿Cómo nos haremos con los gastos? —preguntó ella con lágrimas en los ojos—

—Por eso no te preocupes, yo cubriré tus necesidades mientras pasa este tiempo. Solo tenemos que ser fuetes y aguantar, saldremos de esta. — Marcus la volvió a besar con pasión, porque era lo único que había entre ellos —

Los dos se despidieron con un último beso, Marcus entró nuevamente al salón de baile mientras Lady Emma lo observaba con una sonrisa de victoria en sus labios, su plan estaba dando frutos y esperaba que los futuros fueran aún mejor.

—No te voy a dejar ir Marcus Livingston, serás mío completamente. — susurró esta antes de caminar hacia el salón de baile e incorporase junto a su madre y tía quienes la esperaban para recibir buenas noticias.

Después de todo  en la alta sociedad, todo  no es lo que parece.

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