Capítulo 9. Una foto

—Aquí tiene la llave, señor. —el gerente del edificio estaba consternado al escuchar al hombre intimidante frente a él que el joven Kerem había fallecido, recordó a la mujer que todos los días iba, el hombre ya se iba cuando este lo detuvo. —Perdone, —Burak se giró hacia el hombre—Ha venido una mujer a buscarlo todos los días, —Burak arrugó su ceño, intrigado.

— ¿Ha dejado su nombre? —el señor se queda pensativo.

—Solo hace una firma, pero no pone su nombre completo, se lo enseño. —Burak se acercó a recepción, el hombre le acercó una bitácora.

—Aquí está, supongo que no sabe que el joven Kerem ha fallecido, por qué ha estado preguntando por él todos los días por él, ha estado esperando alrededor de diez minutos y luego se retira, le he preguntado antes de que se marche si pudo hablar con él, pero niega derrotada.

— ¿Durante cuánto tiempo ha hecho eso? —él se quedó pensativo. Miró la bitácora y contó rápido, levantó la mirada hacia el hombre de traje intimidante.

—Hace ya cuatro semanas.

Burak estaba sorprendido, ¿Quién era la mujer? Miró la firma y no se le entendía nada, parecía una "J" al principio, pero de ahí era confuso, como si no quisiera que se le reconociera. Burak levantó la mirada de la bitácora hacia el hombre.

— ¿Cómo era? ¿Ya la había visto con Kerem salir juntos?

Él negó.

—La mujer se veía muy sencilla, elegante, cabello negro recogido, supongo, es lo que recuerdo, o un castaño oscuro, ojos algo claros, marrones amielados, algo claros, estas semanas siempre ha venido como si saliera de una oficina, es todo lo que podría decirle, ah, y muy amable, aunque a veces al no encontrar a su hermano, salía irritada, aun así se despedía con una sonrisa—detuvo el hombre sus palabras—El señor Kerem era muy reservado, no traía mujeres, o amigos, él era de salir más, es la primera mujer que he visto que viene y eso es de hace cuatro semanas...

Burak le agradeció, antes de retirarse dejó dicho algo.

—El departamento tiene pagado un año, ¿Verdad? —el hombre asintió. —Bien, voy a recoger sus cosas entre hoy y mañana, pero después de mí, si viene alguien más, me gustaría que se omitiera esa información que le di. Voy a pagar la penalización para cerrar el contrato de arrendamiento.

— ¿Quiere que omita que...ha fallecido?—Burak asintió.

—Si. Usted no sabe nada, simplemente se terminó el contrato del departamento y no sabe más.

Asintió sorprendido el hombre.

—Así será señor.

—Vendrá mi abogado para hacer un contrato de confidencialidad con el personal del edificio y evitar la fuga de información. —el hombre se sorprendió y asintió. Burak subió al elevador que lo llevaría al departamento de su hermano, el corazón le latió a toda prisa, se llevó una mano al lugar como si eso lo fuese a detener, levantó la mirada a los números que mostraban cada vez más mientras que con sus dedos jugaba con la llave. Finalmente unos segundos después, las puertas del elevador se abrieron, cruzó y buscó la puerta con el número del departamento, se quedó congelado al saber cuál era. Desde que había perdido a su único hermano, cada vez que despertó durante las últimas semanas, pensó que podría ser una horrible pesadilla, ahora, estaba viendo el número, pensó que podría tocar y el aparecer del otro lado, diciendo que estaba dentro de un mal sueño, soltó un largo suspiro, se armó de valor y caminó los metros qué lo separaba de aquel departamento, después de unos pasos más, estaba frente a la puerta, metió la llave y giró, se escuchó el clic de que la puerta ya podrías empujarla, su mano se elevó y puso la mano en la puerta, luego su frente, cerró los ojos y sintió más dolor. No se iba y nunca se iría. Se enderezó, tomó aire y empujó la puerta para abrir. El olor a Kerem, a aquel perfume estaba impregnado en el lugar, miró detenidamente cada lugar y rincón del departamento, paredes de ladrillos, afiches de películas, lámparas, una sala que a simple vista se veía del todo cómoda, frente ese lugar, una televisión grande, debajo un estante con una consola de videojuego y estuches en fila bien ordenados, sonrió al recordar aquellas horas de ocio con él en Estambul, luego desvió la mirada hacia un comedor, luego ventanas altas que dejaba entrar mucha luz, caminó y encontró una cocina demasiado amplia, una fila de sartenes colgaban en un estante de ladrillos, una estufa industrial, así como un refrigerador muy grande de tres puertas. Encontró su habitación, estaba oscura, empujó la puerta y buscó el apagador.

Vio la habitación iluminada, las sábanas estaban revueltas, había un perfume en el aire que no era de Kerem, ¿Debe de ser de su prometida? Buscó en el armario, vio que Kerem tenía algo de él, la forma de acomodar las cosas en ellas, la ropa, colores y tallas, estilo y textura, miró un estante, vio una foto, se acercó con el corazón agitado, entonces arrugó su ceño, era de un grupo de personas y en medio estaba Kerem, abrazaba y tenía sus labios en la mejilla de una mujer quien sonreía, tenían gorros de fiesta y uno de los hombres tenía un pastel, agarró la foto y la acercó para observar detenidamente y ver quien era, entonces sintió como el corazón se agitó con fiereza, no era cualquier mujer...era la Jaqueline, la misma que vive en el edificio.

Sintió como su pecho subía y bajaba, sintió que sus piernas temblaron, se recargó en la pared detrás de él a un lado de los estantes de ropa.

Miró en la parte de atrás y sintió como su mundo caía encima de él, vio la misma firma que en la bitácora y una dedicación con la misma letra:

"Para una persona muy especial, Jaqueline— D&W Entertainment

Abril—2019/ Cumpleaños Jaqueline King"

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