Capítulo 7. Un enigma

Burak estaba en total shock, arrugó su ceño confundido, pensó por un momento que se habían equivocado, que no era su Kerem el que le estaban anunciando de su muerte, sintió una opresión en su pecho.

— ¿Qué? —fue lo primero que dijo Burak. Negó a toda prisa. —Es imposible. Yo...—sus palabras se evaporaron.

—Hemos encontrado su cuerpo dentro de su auto, estaba estacionado delante de un local, uno de los que hacen guardia en el área notaron sospechoso, entonces...

—Es imposible...—Burak sintió su corazón latir a toda prisa, se llevó su mano a su rostro, miró al policía. —Él... ¿Fue atacado? ¿Fue asaltado? —preguntó con dificultad.

—Han informado que ha sido una sobredosis. —Burak sintió que el piso se abría debajo de él, "Kerem, ¿Se drogaba?"

Jaqueline dormía apenas cuando su móvil sonó y llenó el ruido por toda su habitación, se giró hacia la mesa de noche y alcanzó a ver en la pantalla las cinco de la mañana, se levantó adormilada y empezó su nueva rutina, había descubierto que el edificio tenía un gimnasio solo para los inquilinos, así que empezó por cardio, se puso sus audífonos y a todo volumen escuchó a Imagine Dragons, su favorita "Radioactive", al terminar su hora, miró su reloj y marcaba las seis de la mañana, regresó a su departamento, se ducho, se alistó para un domingo de calle. Salió de su habitación y buscó en la cocina algo que cocinar, escuchó música por un largo rato, había hecho un licuado, pan tostado, huevos fritos, desayunó mientras leía una revista. Su móvil sonó interrumpiendo la música que tenía puesta, miró la pantalla y era su tío, sonrió.

—Hola, hola, tío, ¿Y eso que llamas tan temprano?

—Jaqueline...—escuchó a su tío extraño, eso le alertó. —No me siento bien...yo...—y luego se escuchó nada. Jaqueline entró en pánico.

— ¿Tío? ¿Tío? ¡Respóndeme! —Jaqueline gritó al móvil, Mónica se acercó alertada. — ¡Mi tío, Mónica! —al no escuchar nada más, ambas se fueron a toda prisa hacia la mansión, Jaqueline había manejado imprudentemente, pensando lo peor, algo le pasaba a su tío y, Jodie ni Jazleen contestaban el móvil, llamó directamente a la casa, pero nadie tomaba la llamada. Al llegar, apenas apagó el motor del auto, Jaqueline bajó, entró a la casa con su llave extra que siempre mantenía con ella por alguna emergencia, subió las escaleras de dos en dos, llegó hasta la habitación y encontró a su tío tirado a un lado de la cama, gritó por ayuda, Mónica llamó a 911, Jaqueline lloró asustada, intentó buscar el pulso, apenas lo sintió.

—Tío...no me dejes...—chilló Jaqueline.

Una hora después, el doctor le avisó a Jaqueline que su tío se encontraba fuera de peligro, ya que Damián había tenido un ataque al corazón, cuando llegaron los paramédicos habían podido revivirlo en la habitación, e inmediatamente lo habían trasladado al hospital.

— ¿Por qué no contestan sus móviles? —se quejó Jaqueline, Jodie ni Jazleen estaban a esa hora en casa, incluso no había personal, aunque sea en domingo, siempre había alguien en la mansión, cuando estaba saliendo, la cocinera iba llegando, Jaqueline le encargó que avisará a Jodie y a su prima.

Todo era tan extraño.

—Ahí vienen—anunció Mónica, se escucharon los tacones contra el piso de aquel hospital, Jodie llegó cuando la enfermera iba saliendo de la habitación de Damián, pidió información, parecía realmente preocupada, notó a Jazleen con el rímel corrido, con ropa arrugada, su cabello que normalmente era perfecto, estaba desaliñado, como si hubiese sido un moño antes. La enfermera les dio la información y las dejó entrar a la habitación. Mónica negó luego miró a Jaqueline, parecía que estaba demasiado pálida, lucía realmente afectada, sus ojos estaban rojizos.

—Tranquila, está vivo...—dijo Mónica para tranquilizarla.

Atrapó su mano que estaba en el regazo de ella, la acarició, Jaqueline salió de su trance por un momento, le sonrió a medias, sus ojos se cristalizaron.

—Sí...está vivo. —susurró Jaqueline.

Burak estaba en la morgue del hospital, tenía que identificar el cuerpo, cuando salió, se recargó en la pared, se deslizó hasta el suelo y rompió en llanto. Un llanto desconsolador, desgarrador, una parte de él se había muerto. Burak estaba mal, había perdido a su único hermano, la última familia que le quedaba en el mundo, se llevó ambas manos a su rostro y gruñó entre dientes.

—Kerem... ¿Por qué? ¡¿Por qué?!

Burak se levantó del suelo e intentó tranquilizarse, tenía que arreglar un funeral, por un momento pensó que no conocía a nadie cercano a Kerem, una amigo, ni a la prometida, se sintió pésimo al no saber con exactitud cuál era su trabajo, ya que Kerem era muy reservado, solo se limitaba a decirle que abriría su restaurante, que ya estaba a punto de renunciar a su trabajo actual y que se dedicaría a ser un empresario como él, ahora se maldijo a si mismo por no haber prestado más atención en él, si solo se hubiera quedado en Estambul con él, en estos momentos estaría vivo. Estaría al tanto de su vida, de sus amigos, de su novia, pero había respetado lo que tanto quería Kerem: Tener su propio mundo lejos de él. Su propia privacidad, Burak aceptó siempre y cuando estuvieran al día, pero Kerem se negaba a decir más, ¿Ahora? Su propio hermano era un enigma.

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