El Corazón del Oso
El Corazón del Oso
Por: Cam Jaxx
Capítulo 1

Calvin levantó la cabeza hacia el cielo y tomó una profunda respiración, llenándose del fresco aroma de una noche de verano. Las luces de los faroles hacían que todo luciera romántico y sereno, con parejas tomadas de la mano y familias reunidas tomando la cena en los restaurantes que se amontonaban a los lados de la calle. Era simplemente agradable, por eso amaba tanto esa ciudad. Por otra parte, sentía que el cuello de la camisa alta que llevaba iba a ahogarle en cualquier momento.

Tiró de ella y se giró, mirando hacia la fila de edificios que bajaban la calle. Se suponía que se iba a encontrar con su novio para tener una cita. Taylor, al igual que él, era un shifter, solo que era un lobo. Habían dado el paso de mudarse juntos hacía apenas unos meses, pero las cosas no eran como Calvin pensó. Taylor tenía sus propios problemas. Era un gran chico; cariñoso y cuidaba de él, pero solo mientras estaban en el interior de su apartamento. Jamás le reprochó nada, no todos estaban listos para dar el paso de salir del armario y enfrentar a la sociedad, pero Calvin seguía intentando ayudarle con eso. 

Él lo sabía en carne propia. Lidio con sus padres y su mente estricta por demasiados años como para presionarlo a salir. Había llegado a un buen punto con sus padres, después de todas las peleas y discusiones, pero sabía que los padres de Taylor eran más conservadores, ellos no darían el brazo a torcer.

Miró la hora en el reloj de su muñeca y suspiró mientras se pasaba una mano por el cabello corto. Taylor tampoco se sentía cómodo cuando Calvin se lo dejaba crecer, decía que se veía un poco gay. Internamente, se rió de eso, pero por otra parte, seguía enojado. Él era gay, muy gay, tampoco había escondido quién era en la universidad. Sabía que podía actuar un tanto... pomposo, y se había ganado un par de insultos por ello. Pero desde que conoció a Taylor, justo después de graduarse, cambió. 

No lo detestaba, pero a veces sentía que no era él mismo. 

Taylor lo había amado al inicio, llamándolo por lindos apodos y llevándolo a lugares con frecuencia. Y luego, en algún punto, él solo le pidió que dejara de actuar tan llamativo.

Ni siquiera sabía cómo había aceptado. Pero lo había hecho; cambió su forma de vestir, su cabello y personalidad en general. Sacudiendo sus pensamientos, se dio la vuelta otra vez y exhaló. Continuaba diciéndose que las cosas iban a cambiar, pero algo muy dentro de sus pensamientos, seguía diciendo que era una mentira con la que seguía excusando su relación. 

Un toque en el hombro le hizo dar un respingo. Taylor estaba allí, con el saco negro colgando de su brazo mientras que seguía usando la camisa de mangas largas color blanca y una corbata azul marino. Le dio un corta sonrisa a Calvin mientras miraba alrededor. "Lo siento por llegar tarde. Papá me pidió que lo acompañara a una reunión con sus socios." 

"Está bien. Solo esperé por un rato." Casi había sido una hora, en realidad. Le devolvió la sonrisa y se acercó a él un poco, poniendo su mano sobre el brazo de Taylor. "¿Estás listo para ir a cenar?"

Dando un paso lejos de su toque, Taylor asintió y señaló el camino hacia el restaurante. "Nuestra reservación está hecha." Se sacudió el cabello negro lacio con una mano mientras caminaba un par de pasos adelante de él. Calvin metió las manos dentro de los bolsillos de su pantalón negro ajustado, siguiéndolo. "Pedí una cabina, así estaremos completamente solos." Taylor miró hacia él por sobre su hombro sonriendo. Era ridículamente guapo y su cuerpo era increíble también. Calvin solo deseaba poder envolver su brazo alrededor del de Taylor y caminar juntos como cualquier otra pareja. 

No lo hizo. Solo siguió un par de pasos lejos, mirando a la ciudad. Cuando llegaron a la puerta del restaurante, Taylor habló con la mujer que estaba en el pedestal, mientras él observó el lugar. Lucía caro, como demasiado caro e iluminado. No habría sido su primera opción, pero Taylor siempre disfrutó derrochar dinero en cosas. 

Lo siguió cuando él solo hizo un movimiento con la cabeza para que pasara. Le dio una corta sonrisa amable a la mujer y lo siguió en silencio hasta que llegaron a una cabina privada. Taylor entró primero, dejando la puerta abierta para él antes de cerrarla con cuidado. Cuando tomó asiento, Taylor le sonrió.

"¿Qué tal tu día?" Preguntó, poniendo un codo encima de la mesa, mirándolo atentamente. 

Sonriendo, Calvin suspiró. "Terminé el trabajo de la empresa de comunicaciones, así que tomé uno nuevo."

"Pensé que tomarías un descanso antes de tomar el siguiente." Estiró su mano por encima de la mesa y tomó la de Calvin, frotando sus nudillos. Era un suave toque, hecho para relajar y mostrar afecto. Lo sabía. Taylor era en extremo cariñoso cuando estaban en privado. Calvin casi sintió ganas de llorar mientras se aferraba a su mano y al toque. ¿Algún día podrían hacer cosas así en público? Habían pasado tres años desde que empezaron a salir y todavía no sentía que habían hecho algún paso adelante. Era como si hubieran retrocedido diez. Levantó la mirada de sus manos cuando Taylor le dio un suave apretón. "¿Calvin?"

Parpadeó hacia él. "Taylor, yo-"

La puerta de la cabina se abrió y así de rápido Taylor dejó ir su mano. Calvin envolvió los dedos dentro de su mano vacía antes de bajarla a su regazo y carraspear. Miró hacia el camarero quien veía a Taylor mientras él pedía. Luego puso su atención en Calvin. 

"Pediré lo mismo que él. Gracias."

El hombre se fue, cerrando la puerta con suavidad, dejando que el silencio llenara la cabina. Calvin inhaló una profunda respiración mientras sus ojos observaban los detalles de la cabina. Era más difícil de lo que podía lucir para los ojos ajenos, pero su corazón se sentía vacío después de todo este tiempo. Finalmente, sus ojos buscaron a Taylor. "Te amo," dijo, sintiendo que su garganta se cerraba. ¿Dónde estaba el latido de su corazón mientras lo decía, mirándolo a los ojos? Apretó los dientes y cerró las manos en puños sobre su regazo.

Taylor sonrió. "Sabes que yo también lo hago." Estiró las manos por encima de la mesa, esperando que Calvin pusiera las suyas sobre ellas. Las observó por un momento antes de soltar sus puños y dejarlas con suavidad sobre las suyas. Se dijo que ellos podían seguir adelante. Se amaban, ¿era algo más importante? .  Su rostro debió lucir extraño, porque Taylor sacudió sus manos. "¿Qué pasa? Has estado actuando extraño hoy?"

Se sostuvo de sus manos y tragó sus pensamientos. "Estrés. Lo lamento, no quiero arruinar el momento. Solo... estoy un poco cansado."

"Está bien."

Hablaron de su día y Taylor dijo que había visto un nuevo escritorio que luciría perfecto en su oficina en el apartamento.  Con el transcurso de la cena, casi había olvidado todo hasta que estuvieron fuera. Calvin sabía que no era justo, pero tampoco era justo para él, pero no pudo contenerse. Tomó la mano de Taylor dentro de la suya, aguantando la respiración. Taylor se detuvo bruscamente, dándole una mirada con los ojos oscuros muy abiertos antes de que tirara de su mano lejos.

"¿Qué sucede contigo?" Preguntó, con el rostro contraído con molestia, mirando alrededor para ver si alguien los había visto. "Calvin, lo sabes perfectamente..."

"No puedo seguir con esto, Taylor." Dio un paso atrás y se frotó una mano por la cara mientras sacudía la cabeza. "Nada va a cambiar jamás. Tú no quieres que las personas sepan que eres gay, y estás tan empeñado en esconderlo que todo lo que haces es lastimarme."

Taylor bufó. "¿Por qué estás tan sensible al respecto? Eres un hombre."

"Y soy gay."

"Baja la voz," Taylor gruñó, dando un paso más cerca de él. 

Frunciendo el ceño, Calvin apretó las manos en puños. "Soy gay, ¿bien? Y tú también lo eres, es solo que estás tan jodidamente asustado de tu papi que prefieres esconderlo. Y a mí, como si fuera tu sucia amante."

"Calvin, ya cállate." Podía ver una vena palpitante sobre la frente de Taylor y sus ojos estaban más oscuros. 

"Se acabó. Lo lamento."

Se dio la vuelta y comenzó a bajar la calle, con la cabeza baja. Su corazón corría como un auto de carreras, era realmente incómodo, haciéndolo sentir culpable. No es justo para mí tampoco. Tomó el primer taxi que se detuvo y le dio la dirección de su apartamento. Desearía poder decir que solo le diría a Taylor que se marchara, pero el apartamento era del lobo. Empacaría todas sus cosas y se iría. Había hablado con su primo hacía mucho tiempo sobre cómo se sentía y Matt dijo que podía quedarse con él cuando quisiera. Vivía en un pueblo pequeño, North Hill, y lo había visitado en una ocasión, pero en ese momento todavía seguía optimista de su relación. Tampoco tenía más amigos cercanos, y era bastante tímido como para pedirle a alguien un pase por la noche. 

Buscó su número telefónico y le marcó. Después del tercer tono, él contestó.

"Calvin, ¿qué tal todo?" Tenía la voz ronca y hablaba lento. Mirando el reloj en su muñeca, Calvin notó qué tan tarde era.

"Hey, Matt. ¿Tu propuesta de vivir juntos sigue vigente?" Miró por la ventana mientras iban por las calles de la ciudad. Maldición, realmente le había gustado vivir allí. 

"Sí, por supuesto." Su primo se detuvo por un momento, pero Calvin podía escuchar el sonido de las sábanas. "¿Está todo bien? ¿Necesitas que vaya por ti?"

Metiendo el labio inferior entre sus dientes, Calvin lo pensó antes de suspirar. "Taylor y yo rompimos," dijo en voz baja. "¿Podrías hacerlo? No quiero molestarte, pero realmente no quiero quedarme en el apartamento esta noche."

"Ah, maldición. ¿De qué hablas, hombre? Estoy en camino." 

Cerró los ojos y dejó escapar un suspiro tembloroso. "Gracias. Te esperaré en la estación de Charlotte, ¿de acuerdo?"

"Estaré ahí en veinte minutos."

Sonrió con suavidad. "Solo no hagas que te detengan por exceso de velocidad, ¿sí?"

Matt soltó una risa profunda. "No lo prometo, pero puedo intentarlo."

"Está bien. Gracias, Matt."

"No hay necesidad. Nos vemos en un rato."

Cerró la llamada y se hundió en el asiento del taxi mientras soltaba un largo suspiro. Al menos había mantenido sus cosas en una pequeña esquina de la habitación. Tampoco era desordenado, por lo que sus cosas siempre estaban en orden. Taylor, con suerte, no habría llegado al apartamento todavía. Tampoco quería encontrarlo. Ya estaba sintiéndose suficientemente mal como para esperar a verlo, escuchar su disculpa y volver a intentar hacer funcionar su relación a escondidas. No. Había sido suficiente. Él quería a alguien que sostuviera su mano con la cabeza alta y lleno de orgullo. 

Cuando el taxi se detuvo, Calvin le pagó al conductor y subió corriendo los escalones hasta llegar a la recepción. Luego se metió en el ascensor y presionó el piso número tres. 

No le tomó mucho tiempo. Llenó sus dos maletas rápidamente y guardó sus propios libros también. Casi dudó cuando tomó el pomo de la puerta para salir del apartamento, pero sacudió la cabeza y salió, arrastrando las dos maletas hacia el ascensor. No había tanto que pensar. Sí, se sentía como b****a todavía, sí, iba a extrañar la ciudad. Pero siempre había una manera de comenzar desde cero otra vez.

La estación de Charlotte estaba a unos cinco minutos del apartamento. Era una enorme estación de gasolina que tenía una tienda de conveniencia también. Consiguió un par de botellas de agua y algunos snacks para llevar. Era un fanático de las nueces dulces, pero Taylor las odiaba, así que nunca tenía en casa. Tomó un montón de los paquetes y las puso sobre la caja registradora. El hombre mayor le dio una mirada por encima de sus gafas gruesas antes de pasar todo y meterlo en bolsas de papel.

"Serían once con cincuenta y tres centavos." Le dio una sonrisa forzada y extendió la mano cuando Calvin le tendió el dinero. "Pase una buena noche." Metiendo el cambio en su bolsillo, Calvin salió de la tienda justo cuando una vieja camioneta Chevrolet se detuvo en frente.

"Hey, tú." Matt sacó la cabeza de la ventana y sonrió abiertamente. Calvin sonrió hacia él. Ellos mantenían muy poca comunicación, pero jamás podía solo olvidar al revoltoso de su primo. Era un total desastre, pero era un buen tipo. También era apuesto, con el cabello marrón con mechones dorados en un tupé y ojos verdes oscuros. Pero los ojos eran un rasgo fuerte su familia, por lo que eran parecidos a los suyos.  

Su primo le ayudó a poner las maletas dentro del auto antes de que ambos saltaran dentro y se pusieran en carretera. Se recostó en el asiento y cerró los ojos, aún podía sentir la mirada de Matt en el por ratos. Agradecía el silencio, de todas formas. 

"Sabes, conseguí un perro, así que no te asustes si te salta cuando lleguemos ahí."

Abrió los ojos y giró la cabeza en su dirección. "¿Desde cuándo? No eres fanático de ellos."

"Eh, fue un accidente." Matt se encogió de hombros. "Lo encontré herido en medio del bosque. Al parecer alguien puso trampas para animales, y él estaba atrapado. Tuve que llevarlo conmigo, no podía solo dejarlo en la clínica." 

Calvin asintió y miró hacia al frente. Estaba un poco sorprendido. A diferencia suya, Matt era un shifter ocelote, por eso jamás fue cercano a los perros o algún otro tipo de mascota. Pero él era bueno, tenía un enorme corazón. 

"Su nombre es Phil. No pude encontrar una placa y ningún residente sabía de él, así que lo llamé así."

Rió. "Phil."

El resto del camino fue en silencio. Y estaba agradecido por ello. Todavía no se sentía lo suficientemente en sí como para hablar sobre la ruptura. Solo quería poner la cabeza sobre una almohada y dormir hasta que llegara un nuevo día. 

Puedo hacerlo.

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