Capítulo 2- discusión

Mariela

Termino de preparar la cena y me dirijo hacia el comedor. Alberto espera con tranquilidad y su cara de extraño que últimamente ha tenido.

Coloco los platos en la mesa y me siento a cenar.

—¿Qué tal tu día?

Alberto: bien.

— Que bueno.

Continúa cenando y el silencio invade el lugar, trato de poner un stop.

— ¿Qué es lo que te sucede?

Alberto: nada ¿Por qué?

— Se nota algo raro en ti, estas muy distante y extraño conmigo.

Alberto: alucinas, soy el mismo de siempre. Solo que estoy llegando más tarde a casa porque tengo mucho trabajo.

— Tengo que creer en lo que dices, porque seguro esa es tu intención. Si ocultas algo, dímelo.

Alberto: mujer déjame en paz con eso, ya te dije lo que me sucede.

— Sé que esa no es la verdad y no voy a descansar hasta saberlo.

Alberto: pues de ser así, te lo dejo de tarea. Pensé que te era suficiente con impartir docencia, pero sigues insistiendo.

— Tengo todo el derecho de saber lo que te está sucediendo, porque ese no eres tú; seguro y me ocultas algo.

Alberto: no hay nada que ocultar.

Terminamos de cenar y me dirijo a la cocina para limpiar los trastes, no me gusta que nada amanezca sucio. Cuando acabo me quedo en el sofá recostada en descanso, le daré su espacio. Seguro y eso es lo que quiere.

Ivar

Se nota la tranquilidad que transmite el viento de la mañana, recostado en el balcón de mi casa, luego de terminar mis tareas. Espero la hora para irme a la universidad.

María: hijo tu papá ya se fue ¿Todo está bien?

— Sí mamá, no hay de qué preocuparse.

María: cualquier cosa que necesites me avisas.

— Gracias, te dejaré saber.

María: me voy para el trabajo, cuídate.

— Igualmente, te quiero mucho.

Se marcha mi mamá, voy a mi habitación tome mi mochila, saludo a mi hermana y me marcho.

Los viajes a la universidad tienen sus historias, cada día hay algo nuevo. Chistes, anécdotas, comentarios y muchas cosas más.

Al llegar saludo a los compañeros de la sección.

Manuel: ¿hiciste la tarea?

— Claro, sabes que siempre la hago.

Manuel: yo también la hice.

Natalia: te comportas de una manera responsable, Manuel.

Diego: opino lo mismo.

Manuel: lo dicen como si nunca hago mis tareas.

— Nadie ha dicho que no las haces, solo que es raro.

Natalia: jajaja, dejémoslo en paz, el maestro debe estar a punto de llegar.

La clase inicia el maestro revisa la tarea, toma nota y observaciones de ella. Es un poco aburrido cuando hace eso, no sé si es por la edad; pero quiere que todos los trabajos estén impecables.

No es por nada malo, pero creo que el maestro está un poco mal. Considerando que tenemos bastante tiempo conociéndolo y no se comportaba de esa manera.

Finaliza la clase, antes de eso asigna nueva tarea y  sale de la sección.

Durante todo el día entro a tres secciones y luego de todo eso me marcho para mi casa.

Llega la noche y recibo una llama de Francisco.

Francisco: estamos en el parque y esperamos por ti.

— Dame unos minutos.

Francisco: entendido.

Llego al lugar y noto una mirada muy pícara de los chicos.

Víctor: acaba de llegar el chico más apuesto de la clase.

Francisco: siempre fui yo, pero si la maestra lo considera así no soy nadie para reprocharle.

— Víctor tenías que esperar a que yo se lo cuente.

Víctor: disculpa, no me pareció necesario esperar. Eso ni tiene nada de malo, somos tus amigos.

Francisco: sabes muy bien que cuentas con nosotros para cualquier cosa. Si necesitas ayuda con la maestra, solo dilo.

— ¿Están pensando que la maestra Mariela siente algo por mí? Creo que deben estar locos, solo me dijo que soy apuesto, mejor dicho que era. No hay necesidad de correr antes de caminar.

Víctor: no te enojes, solo intentamos ayudarte.

Francisco: sí, solo es eso. Pero si no quieres, vamos a respetar tu decisión.

— Gracias, es que no sé si estaría bien, pensar que la maestra Mariela siente algo por mí.

Francisco: nadie sabe, la vida te da sorpresas.

Víctor: Esperemos que esta sea una señal.

Nos quedamos platicando, poniéndonos al día, ya que Francisco es difícil de ver.  Sin embargo, le gusta tener todo en coordinación para no cometer un error.

Creo que por esa razón es que puede estar con varias chicas y ninguna se percata de la situación, en caso de que lo hagan, nos preguntan a nosotros y como amigo de él que somos les decimos lo que coordinamos en nuestras pláticas.

No sé si eso está mal o bien, más sin embargo, tenemos que defendernos mutuamente. De eso se trata, somos buenos amigos y protectores.

Al terminar de platicar, cada uno se marcha para su casa y quedamos en reunirnos otro día.

Mariela

Éste ha sido un largo día para mí, no sé si es porque sea sábado o porque no vaya a la secundaria. Pero planificar las clases hace que mis días sean más largos. Por otro lado, está la situación con Alberto y en realidad estoy muy estresada.

Anoche tuvimos una plática incómoda durante la cena, dormimos en cama separadas y en la mañana al marcharse para el trabajo, sentí esa mirada extraña en él, sé que algo está pasando.

La situación tiene que cambiar, sé que tendrá que cambiar, no quiero cometer una locura. No dejo de pensar en Ivar, no sé qué es lo que me sucede con ese chico, pero si que es algo más que lo normal.

A esta edad ya tengo mucha experiencia y no será la excepción, porque sé que en esta ocasión algo sucede. 

Paola: ¿Qué tanto piensas?

— Cosas de la vida, estoy muy estresada con estas planificaciones.

Paola: ¿No será que estás pensando en Ivar?

— No que va, pensaba muchas cosas a la vez. Te expliqué lo distante que esta mi esposo y eso me tiene desorientado.

Paola: te entiendo, pero debes tomar las cosas con calma.

— Eso haré, no te preocupes.

Paola: bueno ya me voy, hasta luego.

— Cuídate, gracias por venir.

TODO ESTÁ TOMANDO RUMBO, LA SITUACIÓN DE MARIELA CADA VEZ SE DIFICULTA.

IVAR SIEMPRE TÍMIDO A PESAR DE LA SEGURIDAD QUE LE BRINDAN SUS AMIGOS.

GRACIAS A TODOS LOS LECTORES, CONTINÚA LEYENDO LA HISTORIA.☆

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