Capítulo 1- apuesto

Ivar

Sentado en un banco observando las olas del mar, me quedo pensando en lo maravilloso que es tener amigos verdaderos. Esos que no se van cuando las cosas se ponen difíciles, que te apoyan, te ayudan a ser una mejor persona y sobre todo te orientan para que no fracase en tu vida amorosa.

No he sido muy agraciado que diga, he tenido una que otra novia, pero no pasamos del mes. Descubro que no encajo en la relación y decido marcharme.

Víctor: ¿Qué tanto piensas, Ivar?

— Cosas de la vida, amigo mío.

Víctor: al menos dímelo y deja de hacerte el silencioso conmigo, sabes que me puedes tener confianza.

— Lo sé, solo que no pienso nada tan importante. Bueno sí, eso de que nunca he tenido una relación estable con ninguna chica.

Víctor: todo tiene su tiempo, no te preocupes.

— Tomaré ese consejo.

Nos quedamos platicando un buen rato, hasta el momento de marcharnos.

Mariela

Mientras estoy impartiendo la docencia me quedo muy pensativa, no sé la razón por la cual sucede. Pero he estado así últimamente.

Mi matrimonio no esta muy bien que digamos, el estúpido de Alberto sale demasiado y me tiene muy descuidada.

Esa debe ser una de las razones por la que estoy tan pensativa.

Al sonar el timbre, salgo de la secundaria, me subo al coche y me marcho para la casa. Durante el trayecto, veo a un antiguo alumno y me detengo a saludarlo.

Ivar: hola maestra Mariela ¿Qué tal todo?

— Todo bien, mi niño ¿Y tú qué tal?

Ivar: estoy bien, me alegro por usted. Fue bueno verla, me trae muchos recuerdos.

— También me alegro, siempre fuiste el mejor de la clase y el más apuesto.

Ivar: gracias por pensar así, pero no era el más apuesto. No se olvide de Francisco.

— Tal vez él era el más apuesto, pero tú eras el mejor del salón.

Ivar: en eso no se equivoca.

— Hasta pronto.

Ivar: pase buenas, muestra Mariela.

Al llegar a mi casa guardo mis cosas y luego me tomo un descanso. Hoy es viernes y el cuerpo lo sabe.

Ivar

Llego a mi casa y le doy un fuerte abrazo a mi hermana Carmen.

Carmen: hola hermano ¿Dónde andabas?

— Estaba platicando algunas cosas con Víctor.

Carmen: está bien, mamá y papá aún no regresan.

— Si preguntan por mí, dile que estoy en mi habitación.

Carmen: llámame si me necesitas.

Al entrar en mi habitación me quedo pensando en la charla con la maestra Mariela. Dijo que soy el más apuesto, tengo que contarle a mis amigos.

Lástima que no será ahora porque tengo que hacer mis planificaciones que dejaron de tarea.

Dos horas después termino de mis tareas y prendo mi celular, entro a mi W******p y le escribo a Víctor.

— Tengo algo que contarte.

Víctor: dímelo de una vez.

— Hoy vi a la maestra Mariela y me dijo que era el más apuesto de la clase.

Víctor: no es raro, siempre te tuvo en el primer lugar de su podio.

— Tal vez porque era el mejor de la clase.

Víctor: quizás por otras cosas también.

— ¿Qué quieres decir con eso.

Víctor: no me entenderás.

— Si me lo explicas te puedo entender.

Víctor: en otra ocasión, tengo que hacer otras cosas, charlamos luego.

— Hasta luego.

Mariela

Salgo de casa un poco y me encuentro con Paola.

— ¿Qué haces por aquí?

Paola: estaba de paso, tengo que ir al supermercado.

— Ah que bien.

Paola: debemos aprovechar los días de descanso para salir de compras.

— Eso intentaré ¿Te acuerdas de Ivar?

Paola: sí ¿Por qué?

— Por nada, solo que hoy lo vi y sigue muy apuesto, más que antes diría yo.

Paola: me acuerdo de él, tenía una carita muy tierna.

— Te aseguro que ahora es todo un hombre.

Paola: bueno, bueno ¿A qué viene eso?

— A nada, solo que ya no es el adolescente de la secundaria, ha madurado y se le nota.

Paola: ¿Cómo vas con Alberto?

— No quiero ni hablar de él, últimamente ha estado muy distante y eso no me gusta para nada.

Paola: debe estar muy ocupada porque siempre ha sido un hombre muy atento.

— Créeme cuando te digo que está muy distante.

Paola: bueno, no me meteré en eso.

— El tema era Ivar, no Alberto.

Paola: lo sé, pero no quería seguir hablando de tu antiguo alumno.

— Esta bien, puedes irte para el supermercado, me quedaré sentada escuchando un poco de música. Cuídate.

Paola: gracias, igual.

Si Alberto sigue así, tendré que tomar cartas en el asunto. Esto tiene que acabarse. Me pongo a escuchar música y así despejar la mente, pero no dejo de pensar en Ivar; sí que está muy apuesto y sigue tímido como siempre.

Tengo treinta años, sin embargo, no creo que eso sea un obstáculo, si Ivar decide estar conmigo, pues lo haré. Siempre me ha atraído ese chico, antes no estaba bien que suceda, pero él ya es mayor de edad y no hay motivo para no hacerlo.

ÉSTE ES EL PRIMER CAPÍTULO, SE LO HICE CON MUCHO AMOR.

NO CABE DUDA QUE MARIELA SIENTE ALGO POR IVAR, AUNQUE ÉL NO SE DARÁ CUENTA MUY FÁCIL, SIEMPRE HA SIDO MUY TÍMIDO. QUIZÁS SUS AMIGOS LO AYUDEN CON ESO.

CONTINÚA LEYENDO LA HISTORIA, GRACIAS A TODOS LOS LECTORES..☆

¿QUÉ TE HA PARECIDO EL PRIMER CAPÍTULO? DÉJAME SABER EN LOS COMENTARIOS.

Post data: Vamos a darle amor a esta historia y estoy seguro que Ivar y Mariela lograrán cautivar su atención. cualquier sugerencia me la dejan en los comentarios.🤝🏼

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