Capítulo 5

Liam le sonrió al hombre que le sostuvo la puerta de ascensor cuando iba a entrar. El sujeto lo revisó de pies a cabeza por un momento, todavía sosteniendo la puerta con su mano, asintió y sonrió antes de irse por el pasillo del lobby. Liam suspiró, moviendo su cabello detrás de su oreja mientras la puerta se cerraba. Acaba de salir del trabajo, casi eran las seis de la tarde y estaba hambriento. Un martes ocupado, muchas órdenes y pedidos, una masa de clientes, pero estaba agradecido de que el negocio estuviera yendo bien. Al menos podía presumirle eso a sus padres en la cara.

El ascensor se movió rápidamente hasta su piso, completamente vacío, solo él. Suspiró mientras salía, deseando que la tina de su baño estuviera lista y perfecta para él, mm, una copa de vino a un lado y velas aromáticas. Perfecto.

Miró hacia la puerta a su lado, el lugar de Alexander. Andrew, el hermano mayor de Alex, estaba frente a la puerta cerrada, revisando su teléfono celular. Parecía molesto con el aparato. Liam silenciosamente caminó hasta su propia puerta e introdujo la llave. 

"Hey. Tú eres el amigo de Alexander."

Asintió mientras abría la puerta. Luego se giró y lo miró. "Sip."

"¿Lo has visto?" Andrew guardó el teléfono en el bolsillo del pantalón y se giró por completo hacia él. "He intentado contactarlo desde el domingo, pero no su teléfono no suena."

"No lo he visto desde el sábado. Dijo que tenía que ir a casa de sus padres, pero no lo volví a ver desde entonces." Se rascó el cuello y se limpió la garganta. "¿Está todo bien?"

Andrew dejó escapar un largo suspiro antes de sonreír. "Nada malo pasó. Solo tengo que darle unas cosas que mi hermana le envía." Sus ojos se suavizaron un poco ahora mientras lo miraba. Sip. La belleza estaba en la familia, casi quería ver al resto de los demás y comprobarlo. Andrew era clásicamente guapo. No tanto como Alexander, aunque tal vez era porque Alex era más joven. "Entonces, ¿viven al lado?"

"Mhm. Vaya cosa, ¿eh?"

"Normalmente los vecinos no son tan cercanos." Andrew se cruzó de brazos y se apoyó en la puerta de Alexander. "¿Puedo preguntar cómo se conocieron?"

"Fue un accidente. Enviaron un paquete mío a su dirección." Se encogió de hombros, pensando en la primera vez que se encontraron. Alexander estaba bastante deprimido en ese entonces. "Lo trajo y el resto es historia."

Él sonrió. "Alexander tiene un gran corazón." Andrew se rascó la mejilla cubierta de barba, mirando al piso. "Es un buen tipo. Muy afectuoso y comprensivo, pero las relaciones... sus relaciones nunca han sido buenas. Te digo esto porque ustedes dos parecen ser cercanos." Sus ojos se encontraron por un serio minuto. "Sé que su última novia lo botó y pasó por un mal rato, pero ahora parece estar mucho mejor. Al fin lo olvidó. Si tú tienes algo que ver con ello, gracias."

De espaldas a Andrew las puertas del ascensor se abrieron silenciosamente y Alexander salió. Llevaba su maletín oscuro y un traje gris que no tenía derecho de verse tan bien en alguien. Alexander los miró con el ceño fruncido y se acercó rápidamente. 

Liam miró a Andrew y habló antes de que Alexander los alcanzara.

"No tienes nada que agradecer. Él es demasiado bueno para cualquiera."

Andrew sonrió suavemente antes de asentir en silencio.

"¿Andrew?" Los hermanos se saludaron por un momento, antes de que Alexander diera un paso atrás, mirando de Andrew a Liam. "¿Estaban en medio de una conversación, interrumpí?"

"Hablábamos sobre el edificio," Liam contestó antes de que Andrew pudiera decir algo. No había necesidad de decirle que estaban hablando de él. Andrew lo miró. "Es lindo y agradable. Buenos vecinos."

"Vi una señora con un perro antes. Se veía amable."

Alexander asintió con una rara sonrisa. Por supuesto, no se había creído una palabra de eso. "De acuerdo. ¿Necesitabas algo?" 

"Jenn te envía un paquete. Su novio le pidió matrimonio, al parecer." Se cruzó de brazos y sacudió la cabeza. "Ese pequeño idiota."

Liam y Alexander se rieron con suavidad. "Está bien. Hablemos dentro entonces, tengo que cambiarme." Abrió la puerta y dejó que Andrew entrara primero. "Te alcanzo en un momento," dijo antes de cerrar la puerta y girarse hacia Liam. Dejó su maletín en el piso y se acercó a él. "Hey, tú."

"¿Qué tal?" Se cruzó de brazo y se humedeció los labios.

"¿Está bien si voy más tarde a tu apartamento?" Giró la cabeza y le dio esa mirada de cachorro. Liam se rió y asintió. Alexander sonrió. "Siento que han pasado días desde que nos vimos. ¿Deberíamos hablar?"

Sus ojos se fueron a los labios de Liam y su cuello expuesto antes de volver a verlo a los ojos. Liam sintió un estremecimiento en el cuerpo. Se encogió de hombros y miró la bien afilada mandíbula. "No es necesario."

"Pero quiero hablar." Se acercó a él, empujándolo dentro de su apartamento, cerró la puerta y lo presionó contra ella, murmurando en su cuello. Liam cerró los ojos, conteniendo un gemido por la agradable sensación del duro cuerpo de Alex presionándose contra el suyo. Cuando sintió la húmeda boca presionarse sobre sus clavículas, se estremeció. Las grandes manos de Alexander ahuecaron sus nalgas, apretándolas por encima de los jeans. Sus brazos se envolvieron alrededor de sus anchos hombros.

"¿Qué estás haciendo?" Preguntó. "¿En serio quieres seguir con esto?"

Alexander levantó la cabeza y lo miró a los ojos, también quitó las manos de su trasero, pero las dejó flojas sobre sus caderas. "Hablemos luego, ¿sí?" Tan cerca que sus respiraciones se mezclaban. Liam asintió, deslizando las manos por los hombros hasta que cayeron a sus lados. Alexander dio un paso atrás y le sonrió de lado. "¿Ya cenaste?"

"No aún."

"¿Cenamos juntos? Hablaré con Andrew rápidamente y vendré de inmediato."

"Claro. Ordenaré algo."

Cuando Alexander se fue, Liam dejó caer los hombros con cansancio. Se frotó los ojos y se fue directamente a su habitación mientras ordenaba comida china de un lugar cercano. Tomó una larga ducha con agua caliente y se vistió con shorts y una sudadera negra. Después se dejó caer en el sofá y encendió el televisor. Estaba completamente evitando pensar en 'eso'. De hecho, lo había hecho desde ese día. Y ayudó que Alexander estuviera ausente. No quería pensar en ello tampoco. Casi deseaba nunca haberlo hecho. 

Miró por un rato la televisión en silencio. Un documental sobre animales salvajes de África. No estaba tan metido en él, pero era interesante y educativo, pensó. El timbre sonó y se levantó de un golpe. Pagó por la comida y regresó al sofá, solo para volver a levantarse cuando el timbre volvió a sonar.

"Estoy hambriento," Alexander dijo, frotando su plano abdomen. Liam lo dejó entrar y lo siguió hacia la cocina. Miró los pantalones de baloncesto de Alexander y la camiseta gris mientras lo seguía. Sonrió para sí mismo cuando Alexander se movió en su cocina, tomando platos y cubiertos. ¿Cuánto tiempo había pasado metido en su cocina, que ya sabía donde estaba todo? Probablemente conocía su cocina mejor que él. "Toma asiento."

Liam sonrió con diversión cuando Alexander deslizó un plato lleno de arroz y pollo frito frente a él. Después lo vio revisar los estantes. Sacó dos copas de vidrio y tomó la botella a la mitad de vino del refrigerador. Sirvió diligentemente en ambas y le tendió una. Tomaron un sorbo al mismo, mirándose a los ojos. 

Alexander sonrió y se sentó frente a él en la mesa, un plato igual de lleno. 

Liam no estaba seguro de si le gustaba esto. Parecía tan... íntimo y normal. ¿Se estaba acostumbrando a esto? ¿Una rutina? Levantó la vista cuando sintió un suave golpe en un pie. Alexander levantó las cejas. "¿Estás bien?"

"Solo tuve un largo día."

"¿Eso es todo?"

Liam exhaló entre dientes antes de reclinarse en la silla y reír. "No. No es todo. Creo que cometimos un error."

"¿Es por lo de... ?"

"Bueno no estoy hablando de la elección de la comida." Se rió, sacudiendo la cabeza. Alexander suspiró y terminó el resto de su comida antes de ponerse de pie y poner los platos vacíos en el fregadero. 

"¿Tienes algún cepillo de dientes extra?"

Liam sostuvo su copa entre los dedos. "En el baño de huéspedes podrías encontrar uno."

"Bien. No me gusta besar después de comer."

Liam miró un punto fijo de su cocina mientras Alexander se iba por el pasillo. Tomó el resto del vino y tragó. Dejó la copa en el fregadero y fue a su habitación a cepillarse los dientes también. Alexander tenía un punto. Era un poco asqueroso besarse después de comer. Estaba secándose la boca con una toalla cuando atrapó su reflejo en el espejo. Hizo una mueca y dejó la toalla antes de salir. 

Alexander estaba sentado en el sofá, mirando el documental. Se dejó caer a su lado y se frotó el cuello. Solo bastó unos segundos, y la mano de Alexander estaba en su cuello, masajeando con sus fuertes dedos. Frotó con el pulgar el costado de su cuello haciendo que inclinara la cabeza. Era bueno.

"Perdí mi teléfono," Alexander murmuró después de un rato. "Supongo que lo dejé caer en alguna parte." Liam podía sentir su mirada en un lado de su cara, pero siguió mirando el documental. "Y mi hermana va a casarse un unos meses."

"Eres el bebé de la familia, ¿cierto?"

"Sí."

"¿Todos son tan atractivos?"

Alexander murmuró. "Eso creo. Mis padres eran los chicos populares de la universidad. Rey y reina del baile, y aún se ven bien en sus cincuentas. Pero todos nosotros nos parecemos, en realidad. La genética familiar es bastante fuerte."

"Mm, ya veo."

Después de un rato, Alexander dejó su cuello libre, pero envolvió sus dedos alrededor de su pierna de la forma más casual. Liam no le dio importancia, y se dedicó a ver el programa. O lo intentó, hasta que Alexander deslizó su mano hacia arriba hasta que sus dedos rozaron su pene bajo la ropa interior. Se estremeció y abrió las piernas más amplio. Alexander giró el cuerpo hacia él, su mano se envolvió alrededor de su ya-no-suave-pene y comenzó a moverla lentamente, pero con la perfecta presión. Liam suspiró antes de girar la cabeza para mirarlo. 

Tenía esa jodida mirada caliente, llena de deseo. Joder, probablemente era mejor empujarlo y hablar, pero solo podía recordar la noche del viernes y su cuerpo estaba listo para saltar sobre él. Tiró de su rostro y lo besó, profundamente, sucio y hambriento. Lo quería tanto dentro que sentía que su piel estaba ardiendo. 

Lo empujó y se levantó del sofá. Se quitó los shorts y la ropa interior y se deslizó en su regazo, tomando sus labios otra vez. Alexander gimió contra su boca, manos grandes y duras sobre su trasero. Sus penes duros se frotaron encima de la ropa y ambos sisearon. Alexander se separó y levantó una mano hacia su boca. Liam tomó dos dedos y los metió en su boca, chupándolos tanto como quería hacerlo con el enorme pene de Alexander. Movió la cabeza de arriba abajo, envolviendo los dedos con su lengua. Hubo un golpe en su mejilla izquierda y gimió, sonriendo alrededor de los dedos. Abrió los ojos y lo miró.

Alexander se veía ido, cegado por el deseo, ligeramente sonrojado mirando sucio. Liam todavía sonreía mientras tomaba la mano, deslizándola por su cuerpo hasta que dejó los húmedos dedos sobre su agujero. Le mordió el labio inferior antes de lamerlo. "Hazlo."

"Te voy a joder tan bien." 

Liam gimió, sintiendo un dedos frotar sobre su agujero. "Sí." Mientras era estirado, movió sus manos entre ambos y deslizó los pantalones de Alexander hasta sus rodillas y comenzó a masturbarlo con ambas manos, mordiéndose el labio. M****a, quería chuparlo. "Quiero chuparte."

"Joder, Liam." Alexander empujó un segundo dedo en él, su pene volviéndose más duro. "Después. Podrás chuparlo por tanto tiempo como quieras."

Asintió rápidamente, moviendo sus caderas encima de los dedos. Alexander empujó un tercero, moviendo y empujándolo contra sus movimientos hasta que ambos ya no pudieron más. "Ahora."

"Sí, sí."

Ambos gimieron en voz alta. La sensación sintiéndose tan buena, tan placentera, tan perfecta. Liam se dejó caer por completo sobre él, amando la sensación de estar lleno. "Dios, tan profundo." Se levantó con sus rodillas y se dejó caer. Ambos jadearon sin aliento. Alexander agarró sus caderas y lo levantó, usando solo su fuerza, antes de volver a dejarlo enterrarse por completo. "Alex... joder." 

Comenzó un ritmo duro y joder, tan, tan bueno. Alexander lo llenaba tan bien. Se meció contra él, cerrando los ojos con fuerza, brazos alrededor del cuello de Alexander, y las manos de Alexander debajo de su sudadera, frotando su espalda mientras se movía contra sus embestidas. Liam no estaba muy consciente de su entorno, todo lo que podía pensar y sentir era en Alexander moviéndose dentro de él. "La gorda punta de tu pene... está golpeando el lugar perfecto."

Alexander gruñó, moviendo sus caderas con fuerza. Levantó la sudadera hasta los hombros de Liam, doblando el borde. Liam lo atrapó con los dientes y gimió, apretando su mandíbula cuando lo sintió chupar sus pezones. Voy a correrme, pensó, joder, voy a correrme. Su cuerpo se estremeció con fuerza antes de que comenzara a correrse, duro y pesado. Su visión se volvió borrosa y su cuerpo no tenía suficiente energía para moverse. 

Alexander gimió, sus movimientos volviéndose erráticos antes de que gimiera. "Me voy a correr también. Joder, Liam, tú..."

Solo un momento después fue suficiente. El caliente líquido lo hizo quejarse, aferrándose a los hombros de Alexander. Ah, eso era... Parpadeó lentamente, abriendo los ojos con cuidado. Soltó la sudadera de sus dientes y se acomodó en el regazo de Alexander, respirando con algo de problemas todavía. Todavía estaba dentro de él, pero no tenía la energía de ponerse de pie, sus piernas se sentían como gelatina. Alexander lo miró antes sonreír e inclinarse para besarlo. Lento y apasionado, demasiado cariñoso para su gusto. Liam le devolvió el beso, sintiendo que lentamente volvían a respirar correctamente. 

Finalmente se separaron y se miraron a los ojos. Liam levantó y dejó caer las cejas, conteniendo una sonrisa. "Se suponía que hablaríamos."

Alexander comenzó a frotar sus nalgas sin prisas, mirándolo. "Lo sé. La situación... solo se salió de control."

"Se salió de control."

"Un poco."

Liam se rió, dándole un golpe en el hombro. "Esto es ridículo."

"Si no te sientes cómodo con esto, podemos parar." Sus ojos eran suaves y estaban llenos de comprensión. Sus brillantes ojos de cachorro. "Seremos amigos normales."

"Creo que sería un poco hipócrita de mi parte decir que me siento incómodo con esto en esta situación." Se levantó un poco y se dejó caer otra vez. Alexander hizo una expresión adolorida antes de comenzar a reír. Liam sonrió, acariciando con sus dedos la parte trasera de su cuello. "¿No es incómodo para ti? Eres heterosexual, después de todo."

"Creo que no me sentí muy incómodo." Se rió palmeando su trasero con suavidad. "Y tal vez no lo soy. Heterosexual, quiero decir." Se encogió de hombros. 

Liam suspiró y apoyó la cabeza en su hombro. "Alex... Esto nos va a joder la cabeza."

"Entonces, hagamos algo. Si encontramos a alguien que nos interese de una romántica manera, dejaremos de hacer esto y volveremos a ser amigos normales."

Levantó la cabeza para mirarlo. "¿Completamente? No toques, no besos, no miradas."

"Lo dejaremos a un lado por completo."

"Suena bien."

Alexander asintió, mirándolo con sus suaves ojos antes de levantar una mano y pasarla por su cabello. Liam lo miró mientras Alexander jugaba con su cabello. "Deberíamos limpiarnos. Y... lo hicimos sin condón."

"Estoy limpio."

"También yo. Pero... ¿deberíamos hacernos pruebas de todas formas?"

"Es lo más responsable."

Alexander le ayudó a ponerse de pie y la sensación fue... Tocó su trasero y se estremeció. Él lo miró antes de ver su trasero también. Alexander se humedeció los labios mirándolo fijamente. "Está saliéndose. Creo... "

"Iré a tomar un baño." No estaba seguro de cómo caminar. Nunca había tenido a alguien corriéndose dentro de él sin condón. Se sentía raro y algo más. "Deja de mirarme así," gruñó cuando Alexander lo siguió en silencio hacia su habitación. 

"Lo siento. Es solo... " Suspiró y lo miró, su pene estaba duro otra vez. "Es el hombre primitivo dentro de mi."

"Entonces el hombre primitivo ese va a limpiar lo que hizo." Hizo una mueca cuando sintió que se deslizaba por su pierna. Se quitó la sudadera en la habitación y entró directamente al baño. Abrió la llave y dejó que el agua cayera en su rostro. Al menos ahora estaba lo suficientemente relajado. Escuchó la puerta deslizarse y luego el calor de otro cuerpo detrás de él. Parpadeó y miró hacia atrás por encima del hombro. "¿Estás duro?"

"No puedo evitarlo."

"Lo que sea." Tomó el jabón y comenzó a limpiarse con cuidado, después tomó el champú y lo dejó en su cabello. Cuando terminó se dio la vuelta y miró a Alexander. "¿Pensé que ibas a ayudarme? ¿Por qué estás masturbándote, pervertido?" 

"Solo date la vuelta. Manos en la pared."

Miró hacia atrás después de hacer lo que Alex le dijo. Alexander tomó sus caderas y las empujó más hacia atrás antes de arrodillarse. Liam gimió y estiró el cuello tanto como pudo, levantando el trasero más. Alex separó sus mejillas y frotó con cuidado su agujero antes de deslizar un dedo sin problemas. Liam se lamió los labios y cerró los ojos cuando sintió su lengua lamer alrededor de su dedo.

"Sé gentil."

Los siguientes minutos fueron tan satisfactorios y placenteros como nada antes. Alexander sabía lo que estaba haciendo. Alternando entre empujar sus dedos lentamente, empujar su lengua sin prisas y chupar su agujero. Era tan bueno. ¿Era Alexander el perfecto compañero sexual? Gimió, mordiéndose el labio con fuerza. Alexander lamió una línea hacia sus bolas antes de subir y chupar su agujero otra vez, sus manos sobre sus mejillas y una se deslizó hasta envolver su pene. Apretó los ojos, meciéndose lentamente contra la boca de Alexander hasta que se corrió. Suave y lento, apenas un estremecimiento lo golpeó mientras su corrida caía en las baldosas. 

Alexander besó sus mejillas antes de ponerse de pie y envolverlo con los brazos. Liam sintió algo empujarse entre sus piernas, la respiración de Alexander sobre su oído. "Cierra las piernas."

Lo hizo y lo dejó usar sus piernas para correrse. Era la sensación más extraña que Liam había sentido alguna vez. Era tan íntimo y sin prisas, era tan bueno. Lo dejó sostenerse en su cuerpo mientras terminaba y dejaba besos sobre su nuca. "Ya estás limpio," susurró sobre su cuello.

"Deberíamos salir o nos convertiremos en pasas." 

Alexander se rió y se separó para limpiarse. Liam lo hizo otra vez también antes de salir. Tomó una toalla y se secó con ella antes de pasarle una limpia a Alexander. Se vistió con pantalones largos de pijama y una camiseta blanca. Alexander lo siguió y se vistió también con la misma ropa en su habitación.

"Tengo sueño," se quejó cuando salieron a la sala. Liam sirvió agua para los dos y se dejó caer en el sofá, a su lado. 

"También yo. Tuve un largo día."

Alexander bebió el agua y asintió. "¿Todo fue bien?"

"Sí. Está yendo mejor de lo normal, así que estoy agradecido con el montón de órdenes. ¿Qué tal tú? No te había visto desde el sábado."

Hizo una mueca y jugó con un mechón de cabello de Liam. "Tuve más trabajo que terminar de lo normal. Hay nuevos clientes, lo que es más casos, o sea, más papeleo. Apenas dormí algo. Por eso estoy tan cansado." Dejó ir su cabello y sonrió de lado. Se veía sereno y relajado después del sexo. Se preguntó si también tenía la mirada de satisfacción escrita en el rostro. "¿Me extrañaste?"

"Sí, a tu enorme pene."

"Hey," Alexander le dio un suave golpe en el brazo. "¿Solo eso?"

"Estoy bromeando," dijo sonriendo. Cerró los ojos y se apoyó en el sofá. "Creo que fue lo mejor, así no enloquecía con todo esto."

"Tú pareces ser el que está volviéndose loco con lo nuestro."

Lo nuestro.

"Mm. Es distinto a lo que había hecho antes. Tenía sexo sin compromiso con tipos que apenas conocía porque ambos acordábamos no volver a vernos, no contactarnos, pero tú... vives al lado. Y eres mi amigo. Un amigo que aprecio. No quería perder eso solo por estar caliente."

"No lo harás." Le dio una palmada en la pierna. Liam abrió los ojos y lo miró. "Estaré aquí siempre, no importa lo que sea."

Liam asintió. Se miraron a los ojos por un momento antes de que Alexander se inclinara para besarlo. Suspiró contra sus labios y lo dejó tomar el mando del beso. Inocente, suave, casi romántico. 

Duró un rato hasta que Alexander dijo que debía ir a dormir. 

Liam se fue a dormir también, enrollado bajo sus sábanas. Se dijo que tenía que dejar de pensar tanto. 

Ambos sabían que no iban a involucrarse románticamente.

Estaba bien.

Sabían los límites.

Los sabían, ¿verdad?

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