Capítulo 3

Liam estaba teniendo un mejor día ahora. Desde la semana pasada había estado buscando una persona extra para ayudar en la cafetería. Una chica consiguió el puesto y probablemente había sido la mejor opción, ahora estaba más tranquilo con todo el asunto del personal y las cuentas. 

Estaba revisando el libro de cuentas, tomando sorbos del nuevo café que estaban introduciendo a los clientes. Amargo, con un increíble aroma fuerte y duro. Con crema y azúcar era más que delicioso y suave al paladar. Levantó el pulgar hacia Rita, la chica nueva, que estaba esperando su respuesta. Presionó los labios juntos y le sonrió. "Es bueno."

Ella suspiró. "Gracias. He estado rodeada de café casi toda mi vida por mi familia. Me alegro de que te gustara, Jefe. Le llevaré un vaso a Daniel mientras trabaja con las galletas."

A Liam realmente le gustaba su trabajo, y le agradaban sus trabajadores. Eran buenos chicos con gran energía que podían transmitir a los clientes. Rita era muy amable y feliz, la chica parecía ser el sol. También hablaba. Y mucho, pero no le molestaba por algún motivo. Ella solo tenía demasiada energía.

Sonriendo para sí, volvió a meter la cabeza en el libro de cuentas. 

"¿No trabajas?" 

Liam contuvo su sonrisa sin levantar la cabeza. "¿Tampoco tú? Son apenas las once de la mañana."

Alex se dejó caer en el asiento a su lado. "Tengo el resto de la semana libre." Le picó el costado con un dedo hasta que Liam se quejó. Entonces se rió suavemente. "Este lugar el realmente lindo." 

"Gracias," dijo, finalmente levantando la cabeza. Alexander estaba usando una sudadera negra y vaqueros que se aferraban a sus musculosas piernas. Su cabello todavía estaba húmedo. Sonrió. "Es la primera vez que vienes aquí. ¿Qué estás buscando?"

Alexander sonrió y giró el cuerpo hacia él. "Estaba aburrido. Pensé que podía pasar un rato por aquí y ver qué hacías."

Se pasó una mano por el cabello, echándolo hacia atrás. Murmuró para sí mismo un recordatorio para ir a cortárselo un poco, se estaba volviendo molesto cuando estaba suelto. "Solo estaba revisando el libro de cuentas y luego me iría a mi sofá a hacer nada." Le dio una sonrisa de labios apretados, mirando el rostro recién afeitado. Dios, se veía tan bien. Carraspeó y alcanzó uno de los menús para dárselo. "Puedes pedir lo que quieras, va por la casa."

"¿En serio?" Sonrió como un niño. "Podría ser peligroso para ti. Sabes que me gusta lo dulce."

"Toma lo que quieras, está bien." Le dio un guiño.

Casi tuvo que arrancar los ojos de él literalmente. Esta fascinación que tenía hacia Alexander se estaba volviendo molesta. Jamás había estado tan frustrado en toda su vida. Era la manera en que su cuerpo reaccionaba cada vez que él estaba cerca, casi parecía que su cuerpo lo relacionaba con sexo. Y jamás tuvieron sexo, solo eran amigos. Pero cada una de citas de una noche tomaban su frustración y sí, su cerebro a veces se confundía y deslizaba el nombre de Alexander de su boca. Al menos a los chicos no parecía haberles importado, ellos solo buscaban un revolcón solamente. Era solo molesto.

¿Si finalmente ponía sus manos en Alexander de la forma en que quería, finalmente su frustración se iría? Se masticó el labio inferior mientras miraba el libro sin realmente prestarle atención. ¿Era demasiado tarde? Habían sido amigos por un par de meses ya. Conocían tanto sobre el otro como era posible y pasaban una ridícula cantidad de tiempo juntos también. A Alexander no le importaba el hecho de que era gay, incluso le preguntaba sobre sus citas y bromeaba al respecto también. Y era agradable tener a alguien dispuesto a escuchar y darle consejos, alguien que se abría a él tan profundamente que parecía que se conocían desde hacía años.

Pensando en ello, era extraño. Hacer click con una persona no es tan común, querer pasar tiempo con ellos, contarse todo, tenerse un nivel de confianza casi demasiado alto, era poco común. Cerró los ojos y se frotó el puente. Estaba tan confundido.

Una mano frotando su nuca le hizo abrir los ojos. "¿Estás bien? Pareces tenso." Alexander se inclinó hacia él con una preocupada expresión, sus ojos de cachorro buscando en su rostro. Qué fácil sería besarlo ahí mismo. Le dio una sonrisa, sus dedos presionaron sobre su piel agradablemente. "¿Hay algo que quieras que pruebe? Ya pedí un latte, pero aceptaré comer lo que tú quieras."

Dios, quería llorar de frustración. 

Liam apartó la mirada y tomó el menú, deseando que Alexander lo soltara, pero él solo se presionó más cerca de su costado, mirando el menú. Liam notó que sus manos estaban temblando mientras recorría el menú y quiso maldecir y empujarlo, pero no quería hacerlo. Era un jodido desastre, por un chico heterosexual que no lo veía de la misma manera. 

"¿Qué es esto?" Alexander señaló la lista de los postres, oblea de chocolate con mango y pistacho. Lo miró con sus grandes ojos. Liam suspiró y el explicó con cuidado lo que era. "Oh, me gustaría probarlo." 

"Rita, por favor, trae uno de estos también."

Ella asintió mientras deslizaba el latte frente a Alexander y se fue a la parte trasera. Al fin Alexander lo soltó y Liam sintió que volvía a respirar correctamente. "Oh, tan bueno." Alexander asintió. "Soy un amante del café."

"Sí, lo noté." Y en serio lo era, tal vez un poco adicto. Alexander podía tomar una taza de café tarde por la noche y dormir como un bebé, supuso que su cuerpo ya se había acostumbrado a las desastrosas cantidades de cafeína a este punto, y era inmune a ello. 

"¿Quieres ir a almorzar conmigo? Ya es mediodía." 

Liam le dio una mirada al libro antes de cerrarlo. "Suena bien, tú pagas."

"Está bien." Rodó los ojos pero estaba sonriendo. Rita le entregó el postre un momento después y Alexander lo comió (entre gemidos) diciendo que era delicioso. Jamás había dicho algo que no fuera eso de sus postres, empezaba a preguntarse si solo lo hacía por cortesía. "De acuerdo, vamos." Liam se despidió de Rita y siguió a Alexander hacia afuera. Su auto estaba un poco abajo en la calle. "¿No traes tu auto?" le preguntó cuando entraron al suyo.

Sacudió la cabeza, poniéndose el cinturón. "Solo algunas veces, queda muy cerca del edificio así que camino."

"Ya veo." Alexander condujo en silencio por un rato y Liam no dijo nada, tampoco tenía idea de a dónde iban, solo lo dejó llevarlo. "El restaurante es de mi hermano mayor," dijo rompiendo el silencio. "Abrió hace poco, y el no he tenido la oportunidad de ir a visitarlo." Se estacionó frente a un edificio oscuro con largas ventanas  oscuras también. Rendezvous, decía el letrero en color rojo. 

"Es realmente lujoso, ¿no crees? No creo estar vestido para la ocasión," murmuró, aunque llevaba una camisa blanca todavía tenía jeans. Lo miró cuando Alexander se rió. "¿Qué?"

"No hay un código de vestimenta. De hecho, es casi como un bar también. Así que no es importante, no te preocupes."

Cuando se estaban acercando un hombre salió y abrió la puerta. Lo miró fijamente por un momento antes de murmurar un suave 'oh'. Tenía que ser el hermano de Alexander. El tipo era solo una versión mayor de él. Alexander le puso una mano sobre los hombros mientras subían las escaleras. "Su nombre es Andrew, te caerá bien. Es un gran tipo."

Andrew les sonrió. "Buenas tardes, caballeros." Tenía un hermoso rostro y unos brillantes ojos miel, además tenía una barba bien recortada, y el cabello hacia un lado. La camisa negra que usaba tenía el logo del restaurante. Le dio un gran abrazo a Alex y también un ruidoso beso en la mejilla, Alexander solo se rió antes de salir del abrazo. Los ojos de Andrew luego fueron a él. "Creo que no te conozco."

"Él es Liam, es un buen amigo." Puso su mano en la espalda baja de Liam mientras sonreía orgullosamente. Liam forzó una sonrisa, tendiéndole una mano a Andrew. "Es un placer conocerte. El lugar es increíble."

"Oh, muchas gracias. Pasen. Les reservé una de mis mesas favoritas."

Liam asintió, siguiéndolo, al mismo tiempo que ponía un poco de espacio entre él y Alexander. Esa cercanía, esa actitud de novio solo estaba jodiendole más la cabeza. Si Alexander notó algo, no dijo nada. 

"En un momento les traeré el menú." Le dio una sonrisa a ambos. "¿Desean algo de beber? El bar ya abrió."

Alexander sacudió la cabeza. "Yo estoy bien, pero gracias."

"También paso. No tolero bien el alcohol tan temprano."

"¿Tal vez un coctel sin alcohol? Es mi favorito." Le dio un guiño a Liam.

Lo miró fijamente por un momento antes de sonreír y asentir. "Suena bien para mi."

"Lo mismo para mí también."

Cuando se alejó, Liam miró a Alexander, solo para notar la mirada en los ojos del hombre. "¿Qué?" preguntó. No creía haber visto a Alexander poner esa mirada inexpresiva antes.  

"¿Te gusta mi hermano?"

"Wow." Liam se rió un poco, pero Alexander no parecía tan divertido. Frunció el ceño y lo miró. "Esa fue una pregunta muy directa, ¿no crees?"

Alexander carraspeó y apoyó los codos sobre la mesa. "No respondiste."

Entrecerrando los ojos, Liam esperó un momento, pensando en su respuesta. ¿Estaba Alexander celoso? Honestamente no sabía si le gustaba esa expresión. Aunque a una profunda parte suya, la primitiva, le estaba gustando la idea de poner a Alexander celoso.

"Es atractivo."

Alexander lo miró antes de reclinarse en su silla. "Creo que está saliendo con alguien."

"¿Es algo serio?"

"Tal vez."

"Alexander, ¿estás celoso?"

Alexander se quedó quieto por un momento antes de fruncir el ceño, sus ojos se encontraron. "¿Celoso?" Liam asintió lentamente. "No es... Yo no me pongo celoso."

"¿En serio?" Se cruzó de brazos. "Entonces, ¿qué pasa contigo y esa posesiva actitud?" Se pasó una mano por el cabello y se dijo que tenían que hablar de eso. Tenía que dejarle las cosas claras. "Alexander, soy gay."

Él se encogió de hombros. "Ya lo sé."

"No, no estás entendiendo. Soy gay, me atraen los hombres. Tú eres un tipo atractivo," asintió, "bastante caliente." Alexander solo lo miró en silencio. "Todos los toques y la atención..."

"¿Yo te... gusto?" abrió los ojos mientras presionaba una mano sobre su pecho. 

Se mordió el labio inferior por un momento. "Pienso que eres caliente."

"¿Solo me quieres alrededor por eso?" Liam frunció el ceño mirando el rostro de Alexander caer, era como un cachorro pateado bajo la lluvia. Alexander apartó la vista. "Pensé que éramos amigos. Yo creí que estábamos volviendo cercanos. Si es solo mi cuerpo lo que te gusta..."

"¿De qué demonios estás hablando?"

¿Cómo las cosa se giraron de esa manera?

"Solo te agrado por mi cuerpo," levantó la barbilla, cruzándose de brazos. Parecía un niño pequeño. 

Liam se pasó una mano por el rostro. "Alexander... " suspiró antes de mirarlo. Pero él todavía miraba a otra parte, la mandíbula tensa. No podía ser serio. "Me gustas. Eres un gran tipo y tienes un buen corazón. Por supuesto, me gusta tu cuerpo, pero tenemos un tiempo de conocernos ya. Te conozco." Se estiró sobre la mesa y tomó su muñeca. Alexander lo dejó, pero no lo miró. "Me gusta la persona que eres también."

Alexander no respondió, pero al menos estaba mirándolo ahora, dejó ir su mano. Liam sentía que su conversación era un sueño y que nada de esto era real. Se reusaba a créelo. Andrew regresó a la mesa y les entregó sus cocteles y los menús antes de ser llamado desde la cocina. Alexander tomó el menú y comenzó a leerlo.

"¿Estamos bien?"

"Estamos bien."

Rodó los ojos. "Alexander."

Suspiró antes de bajar el menú. "Sobreactué, lo siento." Se pasó una mano por el cuello mirándolo. "Solo creí que también te ibas a alejar de mi. Así es como todas mis relaciones terminaron. Supongo que solo me hice tan cercano a ti que pensar en que alguien te aleje de lado, se siente casi tan doloroso como una separación."

"Pero no estamos en una relación," dijo lentamente.

"Lo sé. Es difícil confundirlo," se rió. "Solo me gusta pasar tiempo contigo. Me siento cómodo."

"¿Siquiera prestaste atención a la conversación al inicio?" Alexander asintió. Liam exhaló, frustrado. "¿Y eso está bien para ti?"

"¿Qué puedo hacer al respecto?" Tomó un trago del coctel mientras se encogía de hombros. "No voy a empujarte lejos por eso. No soy ese tipo de persona."

Liam tomó un trago de su coctel, casi deseando que tuviera alcohol. Esto no fue de la manera en que quería en absoluto. Andrew regresó un momento después, tenía una expresión cansada, pero aún así les sonrió a ambos. "¿Están listos?"

Alexander pidió su orden y cuando ambos lo miraron, Liam dijo. "Lo mismo que él pidió, por favor." Ni siquiera se había tomado la molestia de leer el menú. 

"En un momento estarán listas sus órdenes," Andrew contestó. Le hizo señas a uno de los camareros y le dijo que lo llevara con el chef. Se giró hacia ellos después. Miró a Liam y luego a Alexander. "¿Irás la cena del domingo? Lisa, Jenn y yo iremos juntos."

Alex asintió. "Sí. Estaré ahí. ¿Algo que deba llevar?" 

"Solo a ti, mamá te extraña. Y Lisa dijo que tiene un importante anuncio." Hizo una mueca. "Creo que llevará a su novio y Jenn también." Se cruzó de brazos y frunció el ceño profundamente. "No me agradan."

Alexander rió. "Oh, vamos. Ellas tenían que encontrar a alguien en algún momento. Tú también."

"No voy a llevar a la persona con la que he terminado unas diez veces. Lisa necesita crecer y darse cuenta de que ese tipo no es bueno." Se frotó las manos y miró a Alexander. "¿Qué hay sobre ti? Pensé que tenías una novia."

Alex bajó la mirada y sonrió sin emoción. "Terminamos hace un tiempo."

"Ah, lo siento. No lo sabía." Andrew le palmeó los hombros. "Está bien, hombre. Encontrarás a alguien, solo sé positivo."

Alexander solo levantó las cejas y tomó el resto de su coctel. Después Andrew lo miró a él, Liam parpadeó y le dio una pequeña sonrisa. 

"¿Qué hay sobre ti, Liam? Nunca antes de había visto."

Asintió. "Nos volvimos amigos recientemente. Y somos vecinos, así que nos vemos muy seguido."

"Supongo que te veré alrededor, entonces." Andrew le sonrió y sus ojos eran amables. Parecía honesto, a Liam le gustaba. Asintió devolviéndole la sonrisa. "Bien. Me tengo que ir ya, espero que les guste la comida. Nos vemos el domingo." Le tendió la mano a Liam. "Que tengas un buen día también. No se preocupen por la cuenta. Adiós."

"Adiós."

Liam lo miró irse. Andrew era guapo también, siendo una versión mayor de Alexander, también exudaba algo sexy. Se preguntó por un momento si era gay por la manera en que coqueteó con él.  Casi podía sentir la mirada de Alexander puesta en él como un toque físico. Tomó su coctel y bebió pequeños tragos mirando alrededor. Varias personas acompañadas en las mesas más alejadas a ellos. Ahora que prestaba atención, parecía que estaban en un área más exclusiva del restaurante, más privada.

"¿Tienes planes para hoy en la noche?"

Sacudió la cabeza, dejando la copa sobre la mesa y mirándolo. "No. Solo iba a ver algo en la televisión."

"¿Qué piensas acerca de ir a un club?" Alexander presionó los labios. "Ha pasado un tiempo desde que salí y dicen que este es un lugar bastante agradable."

Sonrió.

"¿Buscando conseguir suerte?" 

Se encogió de hombros. "Tal vez, tal vez no. Solo necesito salir a beber."

Liam asintió lentamente. En teoría no tenía razón para decir que no, pero ir a un club a beber con Alexander no parecía una buena idea. Por otra parte podía encontrar a alguien para sacar su frustración. "De acuerdo."

"Va a ser divertido," Alexander dijo mientras un mesero se acercaba con sus platos. 

Le devolvió la sonrisa. "Seguro."

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