5.- Esos ojos azul verdoso

RAINER.

Miré como se alejaba la chica castaña con bellos ojos claros, recordaba perfectamente el color de sus ojos: azul verdoso, pero de un tipo tan único que los volvía hipnotizantes. Aun no podía creer que nos habíamos encontrado, estuvimos frente a frente después de años.

Después de besarnos.

Nunca pensé que eso pasaría, pero tampoco me hubiera negado. Amelie siempre fue la chica que más llamaba la atención en San Gabriel, algo de ella te llenaba de curiosidad y te mantenía encantado, y me gustaba, nunca nadie me había gustado tanto como ella. Nunca fuimos amigos, éramos conocidos por el hecho de que siempre iba a Donelly's, la cafetería donde trabajaba y yo siempre la atendía. Recuerdo perfectamente su pedido: frappuccino de caramelo y un muffin de plátano.

–Los de Silverstone son jodidamente raros y fascinantes– dijo una voz detrás de mí.

Jonah estaba abriendo su casillero mientras acomodaba sus libros.

–¿A qué te refieres?– pregunté apartando la vista de la chica castaña.

–Sé que eres nuevo y toda la cosa, pero los chicos de Silverstone jamás se cambiarían aquí, sería una locura.

–¿Por qué no lo harían?

–Silverstone es una escuela para chicos ricos y con problemas de actitud, tienen las mejores bases académicas y las más innovadoras tecnologías– cerró su casillero. –hay que ser un real idiota para irse de ese lugar.

–¿Acabas de decir problemas de actitud?

En San Gabriel conviví con chicos con problemas de actitud, pero Amelie y sus amigos no estaban ni cerca de parecerse a ellos.

–Bueno, eso es lo que dicen– se encogió de hombros. –pero parecías conocer a la princesa de Silver.

–¿Te refieres a Amelie?, si nos conocemos de hace tiempo– acomodé mi mochila. –¿princesa de Silver?, estoy confundido.

–Prepárate, porque es mucha información– comentó palmeando mi hombro para irnos al patio.

Jonah me cuenta la historia de Silverstone y sus estudiantes, la escuela fue diseñada hace años y fue financiada por varias familias adineradas. Sus estudiantes son bastantes reducidos en comparación de Golden High, pero la gran diferencia es que Silverstone también cumple la función de internado, además para poder entrar debes cumplir ciertos requisitos. Al parecer, Amelie y su grupo de amigos (junto a otro poco de alumnos) son los mayores, y entre ellos se encuentra la típica jerarquía que se crea en las escuelas, y Amelie era una de las denominadas princesas de la escuela.

Hasta en otra ciudad, Amelie puede llamar la atención.

Jonah también me comentó que muchos chicos y chicas han intentado acercarse a ella, ya sea para hablar, una cita o lo que sea, pero ella simplemente los rechaza o ignora todo tipo de coqueteo o acercamiento que intenten, lo que la vuelve más deseada por los chicos y chicas de aquí.

–¿Y por eso todos están mirándome así?

Varios chicos no me quitaban la vista de encima, analizándome de pies a cabeza. Nunca he sido un chico que le guste recibir miradas, pues siento que quieren sacarme información o algo cuando hacen eso. Me hace sentir una incomodidad inexplicable.

–Rainer, lograste entablar una conversación amigable con la chica inalcanzable de la ciudad– dijo él en tono exagerado. –la hiciste sonreír, más de una vez, y estrecharon manos, ¿eres consciente que lograste en segundos, lo que muchos han querido lograr en años?

Pues si lo ves de ese modo, entiendo por qué me miran tanto.

–Nos conocemos de hace tiempo, y la verdad no me esperaba volver a verla– una pequeña sonrisa se me escapo de los labios

Nunca creí que volvería a ver esos ojos, pensé.

–Pues parece que estas feliz de verla– levantó sus cejas de manera juguetona.

–La verdad si, y espero verla de nuevo– mire hacia el frente, mientras recordaba mi encuentro con la princesa de Silver.

** ** **

Volví a acomodarme la chaqueta de cuero negra, mis manos no dejaban de moverse y cada vez sentía la garganta más seca. Los nervios me estaban comiendo por dentro. El viernes había llegado más rápido de lo que pensé y la fiesta de los hermanos Snyde había comenzado hace una hora.

Espero que ella venga, pensé.

He mirado el reloj en mi muñeca cada cinco minutos, estoy igual o peor que hace tres años durante el festival de Jazz, ese día tenía el plan de buscar a Amelie e invitarla a ser mi acompañante, pero ella me encontró primero, y ella decidió lo que pasaría esa noche. Definitivamente Amelie tuvo todo el control sobre mí esa noche.

Mis amigos estabas cerca de la barra improvisada bebiendo cerveza mientras carcajeaban, más de alguno ya debe estar borracho. Me sorprendía que a los padres de Lucas y Luis los dejaran organizar la fiesta en una parte del bosque que rodea Golden, mis padres jamás me lo hubieran permitido. Más invitados comenzaron a llegar y todos se dirigían a la barra o a la fogata que habían hecho los chicos del equipo de basquetbol. Note algunas caras conocidas.

Llevaba una semana en Golden Valley pero todos parecían conocerme, Jonah le llamaba el efecto de "chico nuevo misterioso". En San Gabriel fui bastante conocido en la escuela, a pesar de estar en el equipo de futbol y haber estado de novio con una de las chicas más populares, nunca dejé que nada de eso nublara mi realidad como les sucedía a otros. Siempre me gusto la simpatía, gentileza y amabilidad con la que me habían criado mis padres, y no dejaría que se me subieran los humos a la cabeza solo por ser popular en la escuela.

–¿Esperas a alguien?– pregunto una voz a mis espaldas.

–Algo parecido– respondí con amabilidad.

–Mejor ven con nosotros, Rai– dijo la chica de cabello rubio. –te divertirás más que aquí solo.

Lauren tenía una sonrisa coqueta en la cara mientras su mano buscaba la mía. Ella había sido muy amable conmigo desde mi llegada, aunque Jonah aseguraba que la chica solo quería llevarme a la cama por ser el chico nuevo y atractivo. Había escuchado en el grupo de amigos de Jonah que Lauren, Cristina y Jessica tenían estándares sobre chicos bastante altos, y que deberías considerarte afortunado si una de ellas quiere algo contigo, sobre todo si es sexo casual.

O yo soy muy evolucionado, o ellos son muy neandertales.

–Tal vez después– le conteste, la rubia hizo un ligero puchero y se acercó un poco más a mí.

–De acuerdo– miro mis ojos. –pero no pienses tanto, hoy hay que disfrutar.

Lauren se fue a juntar con sus amigas y yo solo negué con la cabeza. Apoye la espalda en el tronco de un árbol mientras no quitaba la vista del camino improvisado que había hasta esta parte del bosque. Después de quince minutos de espera me rendí, ella no vendría y tampoco hay una razón bastante fuerte para que venga, por lo que había escuchado, ya la habían invitado antes a otras fiestas y nunca asistió, no veo por qué esta sería diferente. La música se escuchaba más fuerte y podía percibir un ligero olor a tabaco y hierba, sin duda algunos querían pasarlo bien esta noche de viernes. Decidí acercarme a Jonah y su grupo, no debería amargarme por algo como esto, o por lo menos trato de autoconvencerme de eso. Mientras avanzo para llegar, una chica rubia junta un castaño pasan frente a mí.

Estoy seguro de que los he visto antes, pero ¿dónde? Sentí la presencia de alguien a mis espaldas.

–Hola desconocido.

Sonreí de lado al reconocer la voz, me giré.

–Hola, desconocida– respondí de vuelta provocando su sonrisa, ¡demonios! ¿Cómo es que luce más linda sonriendo ahora que hace unas horas? –pensé que no vendrías.

–Tuve razones para venir–inclino un poco su cabeza.

Estábamos cerca de la fogata y podía notar como el fuego se reflejaba en sus ojos, volviéndolos más brillantes y cautivadores.

–¿Quieres beber algo?– pregunte sin quitar mi mirada de sus ojos.

–La verdad no bebo.

–Yo tampoco– solté rápidamente y ella río. –ósea, si he bebido, pero no soy fanático del alcohol últimamente.

–Tranquilo Rainer– se acercó un paso más a mí. –no soy quién para juzgarte.

Rasque mi nuca con nerviosismo, esta chica me pone nervioso, pero no entiendo por qué. Estoy consciente de que me gustó mucho, pero después se fue de la ciudad y tuve una novia a los meses de su partida, pero ni siquiera Molly me puso tan nervioso como lo hace Amelie, y lo que es peor, que la castaña ni siquiera se esfuerza en ponerme nervioso, simplemente pasa. Debo estar muy jodido.

–¿Has venido sola o con tus amigos?– le pregunte para cortar el silencio.

–Con mis amigos– apuntó discretamente a un grupo de cinco chicos.

La rubia y el castaño que se me cruzaron hace un rato estaban ahí, con razón se me hicieron familiares. Note que uno de ellos, el rubio para ser especifico, nos miraba mientras bebía de su vaso, sus ojos pasaban de Amelie a mi constantemente mientras parecía discutir con los chicos junto a él.

–Pues uno de ellos no parece muy feliz de estar aquí– ella se inclinó un poco para observarlos.

–Él siempre es así, pero no hablemos de eso ahora– la chica de ojos claros tomo mi mano para caminar por la fiesta.

Tomamos dos vasos de sobre la mesa y lo llenamos de jugo de durazno (gracias a que no todos aquí son fans del alcohol, aunque sé que también sirve para el vodka). Caminamos alrededor de la fogata hasta llegar a un tronco caído, nos apoyamos en este de espaldas a la fiesta.

–¿Y qué tal tu estadía en Golden Valley hasta ahora?– me preguntó llevándose el vaso a los labios.

No pude evitar mirarlos.

–Pues, cada día mejora– le sonreí. –este pueblo tiene más sorpresas de las que creí.

No te imaginas cuantasuna voz hablo en mi mente.

Mire hacia los lados extrañado. La castaña me pregunto que me pasaba, pero no sabía que responderle, ni siquiera entendía cómo había oído otra voz en mi mente, pero esa voz se me hace conocido, tal vez demasiado.

–En fin, ¿puedo preguntarte algo?

–Claro.

–¿Por qué te fuiste de San Gabriel?

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