3.- La misión super posible

AMELIE.

–Tal vez si debí oponerme a hacer esto– le susurré a Jackson cuando la furgoneta de la escuela se detuvo.

–Créeme, no era lo correcto– dijo el con simpleza para después levantarse de su asiento.

Puse los ojos en blanco y lo imité.

El director Warburn nos había citado en su oficina para darnos una tarea, o como lo llama Cam, una misión. Nos pidió venir a Golden High para averiguar cualquier tipo de información sobre la nueva criatura, pues según él y los maestros, los adolescentes somos más chismosos que los adultos, por ellos era más fácil que recolectáramos información nosotros.

–Esto es una pésima idea– dijo Janett cuando bajo de la furgoneta. –nos estamos exponiendo a mucho peligro.

–Nos escogieron porque somos los mejores de nuestras especies, además, los profesores creen que podemos con esto– dijo Leah. –debemos demostrarles que somos capaces.

–Pero ¿por qué?, somos unos adolescentes con facultades sobrenaturales, no unos malditos superhéroes de comics– replico la pelinegra.

–Ya chicas, no sirve de nada discutir– intervino Joshua. –mientras más rápido empecemos con esto, más rápido volveremos a la escuela.

–Joshua tiene razón– dije atrayendo la atención de mis amigos. – acabemos con esto de una vez.

Caminamos a la entrada de Golden bajo la mirada de los alumnos, algunas con odio y otras con curiosidad. Golden y Silverstone nunca se han llevado bien, pues para los alumnos de Golden, nosotros somos una tropa de niños malcriados y con problemas de actitud (y eso es lo que también piensa en resto de la gente de Golden Valley). Me sorprende que se hayan tomado tan bien el hecho de que algunos alumnos de Silverstone quieran transferirse a su preciada escuela, aunque sea una mentira.

–Agh, ¿acaso no se bañan estos chicos?– se quejó Cam.

El olfato de los licántropos es mucho más agudo que el de los humanos, en otras palabras, Cameron está condenado durante nuestra estancia.

No te imaginas cuanto te comprendo, Cam.

Avanzamos por el enorme pasillo de Golden bajo la mirada de los curiosos estudiantes, los más cómodos con esta situación eran Joshua y Leah, pues ser el centro de atención es una de sus cualidades, y así es mejor, por lo menos para mí. Janett estaba más cohibida que nunca, ella nunca había estado tanto tiempo alejada de la naturaleza, pues Silverstone estaba situado a la entrada del bosque, mientras que Golden High estaba en medio de la ciudad. Sin duda los druidas y su conexión con la naturaleza son algo impresionante.

–Tal vez deberíamos separarnos– sugirió Jackson, todos lo miramos. –así cubriríamos más terreno.

–Brillante idea– dijo Joshua. –Amelie, tu conmigo, iremos al patio y al comedor, Leah y Cam ustedes prueben suerte en las canchas y gimnasio, Janett y Jackson ustedes el pasillo y el estacionamiento.

Janett hizo una mueca al escuchar las ordenes de Josh, en su cara se podía leer lo que quería decir, pero Leah fue la que lo dijo.

–¿Y a ti quién te nombro el jefe?– la rubia lo mirada con los ojos entrecerrados.

–Alguien tiene que tomar las decisiones– respondió el rubio mirándola fijamente.

–¿Y por qué deberías ser tú el que las tome?– contrataco la rubia.

–Soy el mayor de todos aquí– dijo el cruzando los brazos. –además, tengo rasgos de liderazgo.

–Sabes que puedo tumbar a un vampiro con un hechizo, ¿no?– el tono amenazante de Leah fue la señal de alerta.

–Basta con su discusión– dije colocándome en medio de ambos. –parecen dos niños pequeños.

Ambos me miraron, para después volver a mirarse con enojo.

–Joshua ve con Cam a la entrada, Leah y Janett al patio, y con Jackson nos encargaremos del pasillo– dicté, ambos rubios me miraron. –y si escucho una queja o insulto, se las verán conmigo. Ya están advertidos.

Leah suspiró resignada y susurro un "de acuerdo" para después salir con Janett siguiéndole el paso, Cam tomó a Joshua por los hombros y lo llevo a las afueras de la escuela, Jackson rio cuando estuvimos solos.

–A eso le llamo domar a las bestias.

–Ni me lo digas– dije y comencé a caminar nuevamente.

–Tienes alma de líder, brujita– comentó él con una pequeña sonrisa, sonreí al escuchar el apodo que Cam me dio cuando llegué aquí. –un poder de mando único.

–Herencia familiar, supongo.

Ambos reímos y comenzamos con nuestro trabajo.

Acercarnos a los estudiantes de Golden no fue tan difícil como lo imaginamos, al parecer ser los nuevos y extraños (y atractivos, por lo que escuché) nos daba cierto grado de interés. Acercarnos a ellos y entablar conversaciones era fácil, lo difícil era quitártelos de encima con sus preguntas sobre Silverstone o nuestros "problemas de actitud". Mientras los chicos de Golden me hablaban sobre sus logros y fiestas, además de sus bobos intentos de coqueteo, podía sentir una presencia extraña, había alguien o algo que estaba alertando a mis sentidos, pero no lograba interpretar si era algo bueno o malo, y eso me ponía nerviosa.

–Entonces, ¿te gustaría venir a la fiesta de este viernes?– dijo el chico pelirrojo frente a mí, su chaqueta del equipo de futbol hacia resaltar más su cabello.

–No suena muy interesante– solté en tono cansado, el chico sonrió de lado.

No es por ser egocéntrica ni nada por el estilo, pero siempre me pasaban este tipo de cosas con los chicos de Golden High. Sé que soy atractiva y que tiendo a llamar la atención de las personas, pero eso no significa que siempre quiero salir en citas o ir a fiestas. Es estresante que la gente solo te juzgue por tu exterior. Si alguno de estos chicos supiera como soy en realidad, estarían corriendo.

–Espero verte ahí– dijo y se acercó un poco a mí. –nos vemos después, linda.

Juro por los Dioses que estuve a punto de darle un buen golpe en donde no le llega el sol por el simple hecho de invadir mi espacio personal, ¿Qué se creen los chicos estos al tomarse atribuciones que nadie les dio?

Cuando el chico salió de mi campo de visión puse mis ojos en blanco, que patán. Me acerque a Jackson, que estaba apoyado contra los casilleros mientras hablaba con dos animadoras. Las chicas se fueron segundos antes de que yo llegara donde mi mejor amigo.

–¿Algo interesante?– pregunté apoyándome a su lado.

–Nada que no sepamos ya– dijo él. –pero todos hablan de la fiesta del viernes.

–Sí, ya me han invitado cinco veces– dije haciendo una mueca.

–Alguien está rompiendo corazones al parecer– Jackson me dedico una sonrisa burlona. –estas siendo el foco de atención de estos chicos, otra vez.

–Y mira lo emocionada que estoy por eso, otra vez– apunte a mi cara – como sea, algo que llamó mi atención fue que uno de ellos mencionó que llegaron nuevos estudiantes, tres para ser precisa.

–¿Quién rayos se cambia de escuela después de dos meses de haber entrado?

–Exacto, es muy extraño. Algo no anda bien con eso.

–¿Sospechas de ellos?

–Es lo más cercano a una pista, esos tres chicos atravesaron la barrera, cabe la posibilidad que uno de ellos sea la criatura de la que hablan– dije por lo bajo debido a que algunos alumnos estaban circulando por los pasillos.

–Busquemos en los salones de clases– sugirió el castaño. –algunos alumnos se quedan ahí para pasar el tiempo, además, cuando uno es nuevo, se aísla en lugares cerrados, que mejor que un salón de clases

–Buena idea Jay–Jay– el chico sonrió cuando dije su apodo, el cual ocupo muy pocas veces.

Acordamos que el buscaría en los salones más cercanos a la salida y yo a los que están más cerca del patio. Entre en el primer salón, había pocos estudiantes, pero tal vez ellos podrían saber algo, me acerqué al grupo de chicas y comencé con la investigación. Para mi suerte una de esas chicas era nueva, pero no tenía ningún rastro sobrenatural, por lo cual quedaba descartada. Me despedí de ellas y me dirigí al siguiente salón. Un grupo de chicos estaba reunido, parecía que se estaban intercambiando comics, me acerque a uno de ellos y para mi suerte otra vez él era uno de los nuevos pero tampoco tenía un mísero rastro de algo sobrenatural. Bien, solo falta encontrar a uno más. Salí del salón y cruce hacia los salones del frente, dos salones completamente vacíos me habían tocado, espero que mi suerte no se haya ido

Estaba por entrar en el siguiente salón cuando un golpe en la frente me distrajo. ¡Mierda!

–Lo siento– dijo una voz masculina.

Me llevé la mano a la frente por inercia, los golpes simples no me afectaban tanto como a los humanos, pero debía aparentar, pues estando aquí soy una humana más. Levante la mirada para ver al chico con el que había chocado.

–¿Amelie?

–¿Rainer?

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