Capítulo 3

                       «Cuando las arañas tejen juntas pueden atar a un león»

JANA

Gracias a esta maravillosa idea hemos terminado todas en el pasillo y todavía no llego a entender que hace Mirella aquí.

Mientras Lanie intenta convencer al delegado de que nos deje ir solas, cosa que no logra, yo me deshago la otra trenza y me recojo todo el pelo en una coleta, al parecer el destino tampoco quiere que cambie de estilo hoy.

Lo de la sala de convivencia es algo nuevo que han puesto y casi nadie sabe dónde está así que ahora mismo nos encontramos las dos mirando como Lana y el delegado discuten sobre qué dirección deberíamos seguir ahora, ella parece super convencida de que es a la izquierda así que las tres nos dirigimos hacia esa dirección dejando atrás al chico hablando solo.

Después de un rato todavía no hemos llegado y Lana parece cada vez más perdida, así que la agarro a ella y a la rubia del brazo y nos colocó detrás del delegado indicándole que le seguimos y gracias a eso en nada ya hemos llegado a nuestro destino

Una vez solas, Mirella se disculpa a su manera, disculpas que no voy a aceptar hasta que Leslie le cuente lo que está pasando con Ana para así poder enterarme yo también ya que he oído por ahí que tiene un nuevo novio, pero no sé si es verdad.

Poco después la pelinegra me pide una horquilla, pero no se para que la querrá porque no creo que con una sola se pueda amarrar el matojo de pelos que tiene en la cabeza, de todas formas, me saco del bolsillo la que me encontré hoy por la mañana en la calle y se la doy.

La coge y la estira un poco para que quede entreabierta y prosigue a meterla en la cerradura de la puerta.

se extraña de las invocaciones, pero sabe abrir puertas con horquillas en fin la hipoteca

Seria gracioso que la cerrara sin querer ya que ni ha comprobado si estaba abierta, pero bueno total las cámaras no funcionan así que a menos que no se cargue la cerradura estaremos bien. Al rato la abre y no esperaba menos, en este instituto poco más y se nos cae el techo encima de lo antiguo que es. Rápidamente nos metemos todas dentro. No es una sala muy grande que digamos, las paredes son azules, lo que más espacio ocupa es la mesa rectangular acompañada de siete sillas, una que otra estantería con libros una ventana y a la izquierda al fondo una mesita con un montón de papeles.

cómo se nota que ha sido más improvisado que mi nacimiento.

Mirella y yo estamos cotilleando un poco por la sala y Lana se encuentra cerrando la puerta con llave, llave que no tengo ni idea de donde habrá sacado, y poco después se dirige a sentarse en la silla del cabezal de la mesa y a toquetear el portátil de encima como si fuera suyo.

- ¿empezamos o qué? - nos pregunta al segundo

Me le acerco a ver y en el portátil está abierta la página de Word justo para empezar el trabajo, miro a la rubia que se encuentra con la misma cara de sorpresa que yo.

Forcejear puertas, hackear ordenadores madre mía si me dices que eres de la interpol no me sorprendo

No sé qué haya hecho, pero no tenemos tiempo que perder así que cojo una silla y la arrastro junto a ella, Mirella al verme hace lo mismo.

Para acabar más rápido nos lo hemos repartido, quedando para mí la parte de buscar información, mientras la rubia busca fotos que nos puedan ayudar, y Lana lo va montando todo.

Jaus Laren fue un escritor, pintor, escultor y astrónomo del siglo diecisiete

Al parecer alguien era el orgullo de la familia

Contra mas busco, mas cosas positivas encuentro, entre otras que también llego a ser matemático y que se decía que tenía una mente privilegiada.

- ¿Esta vale? - pregunta Mirella desde su móvil enseñándonos una foto de un señor con unos rasgos afeminados muy feo

- ¿cómo se llama?

- aquí pone Jaus Laren- me contesta

- entonces tú que crees

- ay, hija yo que se, pa’ ver si queríais una foto más bonita- dice quejándose como si a mi me importara otra cosa más que no fuera él no suspender, mientras se las pasa a Lana al correo, para que desde ahí la pueda poner en el documento, mientras yo hago lo mismo con la información recopilada.

Al final gracias a Mirella conseguimos hacer el trabajo, yo no me acordaba ni de que era, ya lo estamos guardando en el pendrive cuando de repente se escucha como alguien intenta abrir la puerta con llave.

- ¡Mi madre!, debajo de la mesa rápido- Exclama Lana

¿Su madre?

Rápidamente nos escondemos las tres debajo de la mesa que gracias al mantel que hay por encima no se nos puede ver, me doy cuenta de que hay un agujerito pequeño en el mantel y decido espiar por ahí a quien entre, cuando se abre la puerta da paso a una señor…

¡¿LA SEÑORA SECUESTRADORA!? !¿PERO QUE HACE AQUI?!

Del susto al ver a mi antigua secuestradora me echo un poco para atrás consiguiendo quemarme la mano derecha con la estufa y rápidamente me tapo la boca con la otra mano para evitar el grito de dolor que amenaza con salir.

M****a porque siempre me pasan estas cosas a mi

Por los pasos de la señora parece que ha ido a la mesita de atrás y no sé qué estará haciendo a lo mejor se lo ha vuelto a pensar y viene a por mí.

No digas tonterías ni que fueras tan buen partido

Ya no puedo más del calor, intento levantar un poquito el mantel para respirar cuando noto un pinchazo en mi trasero y rápidamente me giro encontrándome con una Lana a la que se le caen chorretones de sudor por la frente, me intenta decir algo, pero no sé qué es

Penrit

Pendrif

Pencil, no estamos en clase de ingles no entiendo porque me habla en inglés,

Significa lápiz, tonta

Ahh pero para que necesita un lápiz ahora, de todas formas le digo que no tengo un lápiz y se golpea la frente con la palma de la mano lo vuelve a intentar otra vez pero ahora con una palabra más corta

pem

Pan

Será que tiene hambre, no sé cómo puede estar pensando en comida cuando no sabemos si el trabajo se ha terminado de guardar en el pendrive y si saldremos de aquí antes de morirnos por asfixia.

Ahh pen de pendrive no pan ni pencil, ahora soy yo la que se golpea la frente con la palma de la mano al darme cuenta de que soy más tonta de lo que creía.

Para cuando me doy cuenta de lo que Lana intentaba decirme ya es demasiado tarde ya que la señora ha empezado a moverse y ahora parece que va directa hacia el portátil así que cruzo los dedos y suplico porque no se haya dado cuenta de que hemos estado aquí, no vaya a ser que nos quiera secuestrar, y parece ser que han tenido respuesta cuando únicamente lo cierra y sale por la puerta cerrándola otra vez con llave.

Al escuchar el sonido de los pasos alejarse salimos todas a la vez jadeando, aspirando todo el aire posible pues ahí dentro ya casi no quedaba.

Una vez que ya nos hemos recompuesto de la casi muerte por asfixia, nos sentamos de nuevo en las sillas

- ¿ahora qué? sin pendrive estamos como al principio- dice Lana sentada de brazos cruzados

Tiene toda la razón, hemos hecho todo para nada

- Pues mientras jugabais a las adivinanzas, mirar lo que me dio un pajarito- dice Mirella sacándose lentamente el pendrive verde del bolsillo trasero del vaquero.

La pelinegra se lo agradece dándole un fuerte abrazo, y yo le digo un gracias de agradecimiento. Corriendo nos dirigimos a la copistería para imprimirlo, ninguna de las tres tiene dinero para pagar así que Lana se inventa una excusa de que es para un profesor y le da un código, en menos de cinco minutos ya tenemos el trabajo listo para entregar.

Nos dirigimos a nuestra clase cuando la sirena que indica que es la hora del recreo suena, entre varias risas sonoras y tropiezos empezamos a marchar más rápido intentando llegar antes de que algún profesor cierre la puerta con llave y nos quedemos sin merienda, por suerte lo logramos y después de eso con bocadillo en mano vamos al patio volviendo a correr para alcanzar a ocupar un banco y no tener que comer de pie.

Una vez ahí Lanie y yo nos sentamos mientras la rubia va a beber en la fuente.

- ¿oye me puedo quedar aquí con vosotras? es que si Leslie me hubiera avisado me quedaba yo también en mi casa- dice Mirella al volver a lo que Lana me mira, le diría que no pero únicamente me encojo de hombros, dejando que elija ella y le dice que sí.

- ósea podemos hablar de lo que ha pasado hoy – dice Mirella emocionada mientras cuenta lo que hemos hecho como si nosotras no hubiéramos estado ahí, después sigue hablando de cosas que no me interesan y decido ignorarla mientras me voy comiendo mi bocadillo de chorizo.

- ¿tía y tu madre quién es? – pregunta ella, despertando mi curiosidad haciendo que preste atención a la respuesta.

- mi madre es la nueva orientadora- contesta ella mientras yo me atraganto con el zumo que me estaba bebiendo lo que desemboca una gran tos y las dos se giran a mirarme.

¡¿Que la señora secuestradora es su madre?!

- ¿Estas bien? – pregunta preocupada Lana, a lo que la miro y le asiento con la cabeza

Ahora todo tiene sentido, la chica que estaba dormida en el coche de la señora secuestradora tenía el pelo negro, cejas marcadas y era de contextura delgada tal cual lo es ella, pero lo raro es que la chica tenía puesto en la parte de arriba un jersey y cuando conocí la conocí llevaba puesta una camisa blanca.

Paso de comerme más la cabeza con el tema así que lo doy por solucionado, no era ninguna señora secuestradora sino una pobre señora llevando a su hija al instituto.

- pero no se lo digáis a nadie que no quiero que se enteren – vuelve a hablar Lana al ver que ya me he recompuesto de casi mi segunda muerte por asfixia, Mirella en forma de respuesta junta los dedos simulando una llave que cierra la cremallera de su boca y por mi parte no creo que haya problemas ya que no me hablo con casi nadie del instituto así que como no se lo cuente a las paredes ya me dirás tu.

Justo antes de que se acabe el recreo terminamos de comer y me ofrezco a llevar los envoltorios y cajitas de zumo a la b****a, cuando llego me percato de que Leslie ha llegado.

Fantástico la que faltaba

Parece ser que ella y Lana ya han hecho las debidas presentaciones ya que ahora las tres se encuentran hablando como si fueran amigas de toda la vida mientras que Leslie le va soltando una que otra sonrisa, al rato suena la sirena y Lana nos despide diciéndonos que tiene que ir a hacer algo para que nuestro plan salga perfecto, al despedirse las otras dos se adelantan a la clase y yo me quedo por detrás.

Pasada una hora, Lana todavía no ha vuelto y se me está haciendo la clase eterna, alguien por detrás me tira una nota y la abro

«sabes algo de la cirujana pd: la que habla con pajaritos»

Porque no le preguntas a tu amiguita

Está claro de quien es, así que me giro y sacudo la cabeza en respuesta de no.

Pasa otra hora y en mitad de clases de filosofía llega Lanie, que antes de sentarse en su sitio se dirige a la mesa del profesor y le da un papel, cuando lo hace espero impaciente que se gire y me cuente porque ha tardado tanto pero únicamente me da una nota doblada cuando el profesor se gira a ver algo en su ordenador.

Al recibirla la abro:

«después os lo cuento todo que este me tiene manía, pásalo pa’tras»

Al leerla hago lo mismo, espero a que el profesor no mire y se la paso a Mirella.

- ¿es eso una nota? - pregunta el profesor a la rubia que al parecer se la iba a pasar a Leslie

- no, es un chicle-dice ella estirándose hacia su izquierda alcanzando el papel y metiéndoselo en la boca cual cabra de montaña - de menta – le termina de responder, cosa que al profesor no le hace mucha gracia

- aquí no se permite comer chicle así que tíralo- dice con tono enfadado y ella se levanta a tirarlo a la papelera

En el intercambio de clase antes de que venga el siguiente profesor nos juntamos todas a que Lana nos cuente lo que ha pasado y ahora que me doy cuenta trae unos pantalones diferentes ha pasado de unos leggins grises a unos vaqueros que aparentemente le están un poco grandes.

- Pero que te has intercambiado los pantalones con el novio o que- dice Mirella entre risas al darse cuenta de la diferencia y Leslie se ríe

- que no, que es que he ido a ver cuándo tiene clase Rosario para entregarle los trabajos- explica ella- y me ha bajado la regla entonces he ido a contárselo a mi madre y me ha dicho que mire en lo de objetos perdidos para cambiarme

- anda que pa’ perder unos pantalones- habla por primera vez Leslie a la que casi ya no se le nota el acento portugués

- ¿Jana tu no perdiste unos?  - me pregunta Mirella

Ahora que lo recuerdo sí, pero fue como hace medio siglo, estábamos en segundo de la ESO le tocaba a mi grupo presentar el acrossport yo llegue tarde me fui a cambiar deje los pantalones en el suelo diciendo que cuando terminemos los recogía y al final no lo hice, después un día me los quería poner y como no los encontraba los di por perdidos.

- no me acordaba, pero si- le contesto- bueno cambiemos de tema sobre los trabajos que

- sobre eso que se los voy a llevar ahora que tiene guardia en un tercero- contesta ella y Leslie le entrega su trabajo ya que como no vino no lo pudo entregar y Mirella hace lo mismo, a mí no me hace falta entregárselo ya que nos pusimos de acuerdo en que se lo entregara ella diciendo que lo hicimos las dos juntas debido a que como ella no sabía de lo que trataba yo supuestamente se lo explique

Al rato el profesor llega y Lana se levanta rápidamente con trabajos en mano y le entrega un papel de esos que le sirven como pase de oro para entrar y salir cuando quiera y se va

No sé lo que sean, pero yo también quiero unos

Después cuando llega lo único que hacemos es copiar y copiar de la pizarra hasta que toca la sirena que nos indica que es hora de irnos y menos mal que es última hora porque del hambre que tengo siento que no podría con otra clase más.

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